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2 Febrero de 2014
Querida Pastelito;
Te escribo desde mi cama entre sollozos y ahogos. Y no, no me pasó nada grave, uno que otro pensamiento intensivo sobre mi cuerpo, mi autoestima, la gente que me rodea, para estar cubierta de lágrimas.
Ha sido un día bastante duro de afrontar, me levanté con mal cuerpo, y una peleíta con mis padres de buena mañana. Solamente se me olvidó limpiar la mesa, y una pequeña regañina para sentirme como una inútil por siempre olvidarme por cosas rutinarias y sin importancia. Lo que mis padres no entienden es mi alta sensibilidad, pero no saben que no me veo válida y si no sale perfecto lo que hago, me siento como la mayor mierda que ha existido en este mundo. Luego, al volver de clase (después de recibir burlas por mis compañeros) y como no, ni puta idea de porque se ríen, lo suelen hacer si digo algo el cual no concuerda con su opinión. O simplemente por ser de estructura gruesa, corporalmente, y que conste que lo digo de la forma más suave posible para no hacerme daño. Porque bastante sufro ya con mi TCA, o mi dismorfia corporal. Después de volver de clases, volviendo a lo de antes, encontré a mi hermano haciendo cosas raras en su habitación, solo entré para saludarle y me echó del cuarto cual perra con rabia, haciéndome sentir como si cada vez que voy a verle, le molesto con mi presencia. Otras situaciones que me hicieron sentir como si le estorbara es cuando le pedí por favor poder ir a comprar y si me podía lleva él ese día, él puso la excusa de que no era día lectivo, cuando sabía perfectamente que no era así porque solo eran fiestas en nuestro pueblo, por último, solo me dijo que no iba a llevarme ahora con cara de cansancio y con actitud molesta la cual recargaba en mí. Y a lo mejor él no se daba cuenta, pero me mataba...
Y, por si fuera poco, me siento como la mujer más insuficiente que ha existido cuando miro a las personas pasar captadas por mis ojos. Veo a esas chicas con novio, o con novia, guapas, delgadas, coeficiente intelectual alto, notas académicas altas, y por supuesto, su grupo de amigos, esos que se suelen exhibir en cualquier red social que buen grupo son. Y luego estoy yo, una pringada, gordita, perezosa, vaga, sin pizca de motivación, con una tirita que me hace sentir todavía más insuficiente, la comida. Para mí la comida es un privilegio, y en cambio las chicas que estoy mencionando, comen lo justo y adoran las verduras (¡¿QUIÉN COÑO COME VERDURAS!?), en fin, vida de privilegiados. O no, tal vez (me reconforta y en el fondo espero que sea verdad) ellos pueden APARENTAR una vida perfecta, y digo aparentar en mayúsculas, porque a lo mejor lo pasan tan mal como personas o con sus familias, que intentan crearse una vida la cual no tienen o incluso no viven cómoda dentro de ella. Lo único que las queda es fingir, para intentar engañar a su corazón de que tienen una posibilidad de ser felices. Uno es más feliz rodeado de ignorancia. O a lo mejor, solo son personas normales con vidas que yo envidio y que admiro algún día poder tener. Y solamente me queda aguantar, luchar y seguir, para llegar a ser ellas algún día.
Me reconforta que tengo una amiga, Emilia. Lleva conmigo desde que empecé el instituto, aunque no es una persona muy justa, es algo tóxica e interesada. Pero sé que no sería capaz de hacerme daño, porque he dado lo mejor de mí, solo para ella, por aguantarme y por quererme. Y esperaba durar toda la vida, era mi única amiga... ¿Cierto?
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