Capitulo 6: Ruptura
Daniel Koller, un científico reconocido de estados unidos, casado felizmente con Mary Koller, una empresaria en la industria de ropa, al ser ambos personas importantes solían verse muy poco, ante el público siempre fueron una pareja feliz, nunca un escándalo detrás de ellos, el dinero no era algo de lo que preocuparse, para ellos, pero cada quien pagaba sus gastos, nunca se daban cuentas del dinero, cada quien usaba el suyo, eso fue lo que propuso el hombre, después de descubrir que su esposa gastaba la mayoría del dinero en compras excesivas, pero ella aún lo hacía, con su propio dinero.
Cada vez no se veían era por que Daniel comenzaba un nuevo proyecto de investigación, no por nada amaba su trabajo, estaba investigando el como hacer la vida más fácil para muchas personas, ¿Si se pudieran obtener poderes?, Lo llamaron loco, y es que no lo estaba, solo quería ir más allá de lo que un humano hubiese ido, más cuando entre las cosas de su padre encontró un libro de anotaciones de él, donde mencionaba a una chica llamada Edevane, y las teorías de su padre, decidiendo seguir el proyecto que había abandonado un gran científico como Christian Koller, su familia nunca se rendía entonces ¿Porqué su padre dejo todo sin terminar?, Quería preguntar, pero no podía, un muerto no da respuesta.
Sacudió su cabeza mientras leía el libro, paso su mano sobre su cabello despeinandose.
“Edevane dijo que todo era imposible, pero que la ciencia de los humanos era imposible que funcionara por eso me dio algunas herramientas, pero Cassiel dijo que los seres humanos son ambiciosos”
No conocía a esas dos personas que trabajaron con el proyecto de su padre, pero el porqué dejo todo sin terminar no estaba claro.
—¿Donde, donde dejaste lo que te dio? —cuestionó siguiendo con la lectura, estaba desesperado, necesitaba demostrarle al mundo que era posible.
Escucho que su celular sonaba pero ignoro la llamada, pronto escucho el sonido de mensajes sonar y de reojo vio que era su esposa, cuestionando cuando llegaría a cenar. Agarró el teléfono contestando que pasaría el tiempo en el laboratorio, dejando escapar un suspiro de frustración.
Encontró un mapa de la casa donde vivían, agradeció el seguir viviendo en aquella casa vieja, la cual ahora viendo el mapa tenía pasadizos secretos que jamás vio, agarro la hoja y sonrió, siguió ojeando el libro solo para ver qué unas hojas habían sido arrancados, de la libreta cayó al suelo una hoja, la cual estaba maltratada, no era la letra de su padre y eso lo noto.
Recogió la nota y miro su contenido.
“Christian, hombre, lamento en el lío que te metimos, este mundo necesita a más gente como tú, lamento no poder quedarme, y felicidades por tu boda, encontraste a la mejor mujer del mundo, es momento que formes una familia, nuestros caminos hoy se separan, si alguna vez Cassiel llega a despertar dile que lo amo, que me perdone pero era la única forma de protegerlos, me marcho, es el momento de dar todo por terminado. Si alguna vez me necesitas, las puertas de mi mundo seguirán abiertas;
Hasta pronto, Chriss
Atentamente; Tu aliada Edevane.”
Guardo la nota, sabía que debía buscar a esa chica, y al chico que mencionaban, se puso de pie dejando el libro en la mesa blanca de laboratorio mientras se quitaba la bata blanca y la colocaba en un perchero que estaba allí.
—¿Quienes eran ellos? —se cuestionó, mientras agarraba su celular y ponía en el buscador el nombre de Edevane pero no le apareció nada.
Su celular sonó nuevamente, pero este tono era diferente, vio que el que lo llamaba no era su esposa, si no alguien quien consideraba su amigo, seguramente quería salir con él a beber o ir a un bar, no quería beber alcohol eso no lo ayudaba a pensar, necesitaba mantenerse sobrio.
Contesto.
—¡Hey, Daniel, ¿Cómo que te vas divorciar de tu esposa?, ¿Qué hiciste para que no te soporte? —cuestionó en un tono burlón. Pero el hombre guardo silencio, paso saliva casi dejando caer su móvil pero no lo hizo, quería saber el motivo por el cual decía eso su amigo.
—¿Ella te dijo que fueras su abogado? —preguntó con voz temblorosa.
—Si, le dije que no, en el proceso de divorcio seré tu abogado, no te preocupes soy el mejor de país y...
—Hablare con ella, un divorcio no tiene sentido —interrumpió Daniel.
—¿Estás bien?, ¿Quieres ir a beber para desahogar tus penas? —cuestionó con algo de preocupación.
—E-Estoy bien Mark, no quiero beber —respondió con voz temblorosa, colgó antes que su amigo le siguiera instiendo o preocuparle.
Él debía ser el primero enterarse, ¿Desde cuándo Mary planeaba divorciarse de él?, ¿Qué hizo?. Lamió sus labios mientras, coloco el teléfono en la mesa más cercana, sin importarle los recipientes que habían. Se dirigió a unos de los cajones que habían allí, sus manos temblaban ligeramente y maldecía mentalmente lo que estaba sucediendo, amaba a su esposa, aunque no la veía recientemente o quizá sea porqué últimamente se estaba dedicando a algo imposible y los medios comenzaban s hablar sobre lo loco que se había vuelto.
Tomo una pequeña botella gris del cajón, abrió la tapa y la bebió de manera desesperada, el olor era embriagante, se sintió aliviado, parte de la bebida se escurrió de sus labios pasando por su cuello, pero él no presto atención, esa bebida era lo único que necesitaba para tranquilizarse.
Cuando la bebida se le terminó, lanzo el pequeño frasco al suelo, se llevo sus manos a la cabeza y se despeino su cabello.
Camino hacia la silla mas cercana y se sentó, no podía ir a casa en ese estado, si quería arreglar algo con su mujer debía tranquilizarse, respiro hondo, pero aún no encontraba lo que buscaba.
—Demonios, Mary —susurró en voz baja, mientras pasaba su mano en su rostro.
[•••]
Entro a su casa, siendo ya de madrugada, se había quedado en el laboratorio hasta tranquilizarse, no fue directamente a la habitación que compartía con Mary, ya que lo menos que quería era verla, camino hasta donde se supone que había un pasadizo secreto, lo único que vio fue la pared de madera, busco para ver si había un interruptor alrededor, no encontró algo que podía ser el interruptor, tocó la pared con pequeños golpes, sonaba hueca, ¿Cómo podía abrirla?, Se arrodilló y golpeado el piso lo noto, en el piso de madera había una tabla que podía levantarla, lo hizo dejando ver un teclado con símbolos extraños.
—¿Pero que es esto? —murmuró.
Saco la libreta de su padre y buscando algo que coincidiera con aquellos símbolos lo encontró, en una hoja decía las teclas que debía presionar y así lo hizo, escucho como la pared se abría dejando ver unas escaleras, bajo por ellas, tapando su nariz el olor de polvo era demasiado fuerte, noto como había tierra en las escaleras. Y ahora frente a él estaba una puerta blanca, giro la perilla, le sorprendió que está no tuviera seguro, al abrirla vio algo que podía ser el sueño de cualquier científico, un laboratorio bajo su casa.
—¿Cómo es que no me di cuenta antes?.
Camino embelesado por el lugar, no era como si nunca hubiera visto un laboratorio, era científico trabajaba en uno, y los otros tenían mejores equipos que el que estaba viendo, pero este aunque sus equipos eran viejos, había otros que parecían fuera de su mundo, observó todo, pero algo llamó su atención, aquella caja de cristal pegada en la pared, dentro de ella se encontraba un hombre, y en una placa colocada en la cápsula decía su nombre: Cassiel.
El cabello negro que caía en cascada hasta los hombros y en forma de rulos, vestía una ropa que él bien podía decir que no eran de esta época, no podía ver sus ojos ya que estaban cerrados, parecía respirar, pero no podía ver gota de sudor en aquel hombre, se acercó para admirar y analizar el cuanto tiempo estaba aquel sujeto allí, se sintió asqueado al pensar en miles de posibilidades del porque estaba allí y entre ellas era una que podía ser cierta; Sujeto de pruebas.
Dudaba que su padre fuera esa clase de hombre, pero no podía pensar que era lo que pasaba por la mente de un genio. Miró una carpeta aún lado de la cápsula, allí estaban las anotaciones de su padre, marcadas por día.
Día 1: Aún no despierta, signos vitales estables.
Día 28: Signos vitales estables, aún duerme.
Día 795: No ha despertado aún, sus signos vitales siguen normales, él tan solo duerme.
Y las anotaciones seguían, le sorprendía que una persona 'durmiera' tanto tiempo y se viera saludable, dejo la carpeta, y siguió divagando en la habitación, buscando lo que había en la libreta.
Encontró lo que necesitaba, sonrió de lado dejando escapar una leve risa.
—Eres el mejor, Christian.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro