¡Si no eres mío, no eres de nadie!
Arya había decidido volver a casa de Ayden para estar cuidando a su hijo. La doctora Swan le permitió ausentarse los próximos días para lo del funeral, lo que le permitía investigar lo de su departamento.
—George, hola —saluda mientras llama al joven que instaló su sistema de seguridad.
—Señorita Harley, ya me enteré lo del señor Emory, extiendo mi más sinceras condolencias —consuela con respeto—. Lamento mucho sus pérdidas.
—Gracias, George —responde Arya—. Realmente te hablo por otro asunto, solo que quiero tu completa discreción en esto y que Ayden no se entere, ya tiene mucho que atender en este momento.
George se preocupa, pero no dice nada, tampoco es que sea fan de andarle escondiendo cosas a su jefe.
—Está bien, ¿qué pasa? —inquiere comprendiendo la situación.
—Alguien intentó entrar ayer al departamento de nuevo, ni Robín ni yo estuvimos ahí, pero le llegó una alerta.
George se preocupa porque él no recibió ninguna alerta. «Algo debe de haber fallado» piensa, pero no dice nada.
—Deme un momento, yo le regreso la llamada —advierte y Arya está de acuerdo.
Cuando cuelgan él regresa a su área de trabajo y entrando al servidor revisa que todo esté en orden. Sin embargo, se da cuenta de que efectivamente hubo una alerta de violación del perímetro. Comprueba las cámaras y no encuentra nada; sin embargo, se percata de que si intentaron abrir la puerta, esto lo capta la cámara de la cocina.
Alguien debió haber querido entrar, no obstante, fue lo suficiente inteligente para entrar al sistema y borrar los archivos.
George busca el punto de acceso y lo remonta a la casa de Arya. Así que la llama y le informa sobre lo sucedido.
—La verdad no tengo ni idea de cómo es que accedieron —explica él—. Debió ser alguien que tuviera acceso previamente.
—¿Hay alguna forma de reforzar la seguridad? —pregunta ella pensando en la seguridad de su amigo.
—La hay, pero debe tener acceso por huella y pondré cámaras ocultas en el edificio —comenta George preocupado—. Es casi imposible que puedan violar mi sistema de seguridad, algo debió haber pasado. Lo siento Arya, en serio.
—No te preocupes, por el momento mantengamos esto entre nosotros, no quiero preocupar a Ayden —recalca—. Debo dejarte, cualquier cosa mándame mensaje y cuando pueda te llamo. Muchas gracias.
—Nos vemos —cuelga.
Arya yace en el jardín jugando con su hijo. Está preocupada por lo que sucedió. Cree que quizás es el karma que les dice que no merecen ser felices o que no deben estar juntos. Sin embargo, observa a su hijo y este la abraza.
A la hora del almuerzo llama a Ayden, este no le responde y ella se preocupa.
—Sebas, considero que deberías ir con él —pide al mayordomo y amigo—. No me contesta y estoy preocupada por él.
—Mejor ve tú, nosotros cuidamos a Aryehn, no saldremos de aquí. Lo prometo —asegura, pues espera la llegada de Bea, quien fue a checar su restaurante.
—¿Seguro?
—Sí, él te necesita, ve ahora —dice confiado.
Sin embargo, el personal está dividido, entre la custodia de Cameron, la casa de Gerard, los guardias para la casa de Ayden y Ayden mismo.
—Tomaré taxi —informa ella.
Sebas llama a John y este le pide que espere.
—Señorita Harley, iremos por usted —comenta John por teléfono—. El señor Emory está en junta, por eso no contesta, ya interrumpí para avisarle.
—De acuerdo —afirma Arya.
Esta se queda esperando en casa. Mientras tanto, Ayden termina de negociar con Bob sobre su hija.
—En ningún momento se le ha tocado —informa Ayden enojado—. Lo que mi padre te haya prometido ya no tiene validez, está muerto.
El rostro de Bob Moore palidece ante la respuesta de Ayden.
—¿No sabías? Eres el primer sospechoso —declara Ayden acusándolo abiertamente—. Ahora te callas, pero estuviste alardeando desde muy temprano. No dudo ni un momento en que hayas mandado a Cameron a propósito para tenderme una trampa.
Bob aprieta la mandíbula, se siente expuesto y encabronado.
—No tienes el carácter de un tiburón, tú y tu empresa caerán bajo los pies de cualquiera que ose intentarlo —anuncia maldiciendo Bob.
La policía, qué paciente esperaba fuera de la oficina de Ayden Emory, está alerta en caso de que Bob salga.
—Me importa muy poco, lo que tú creas de mi Bob —suelta Ayden mirándolo con desprecio—. Un hombre que usó a su hija solo para escalar en la industria no merece mi tiempo. ¡Lárgate y no vuelvas! Si te vuelvo a ver a ti o a tu hija, les acusaré de acoso —amenaza Ayden.
Él no considera que haya sido Bob quien tuvieras las agallas de asesinar a su padre, tenía una minita de oro en él. Debía saber algo para poder manipularlo o algo así.
Ayden cree que tiene algo que ver con la familia de Arya, algún tipo de venganza. Sin embargo, mandó a Roger a investigar y este dice que todo está normal con ellos. Ambos en la cárcel, sufriendo las consecuencias de sus acciones.
Bob se levanta avergonzado, no deja de observar a Ayden mientras busca mentalmente que decirle. Al final de cuentas no encuentra nada, excepto el preguntar por el paradero de su hija.
—¿Dónde tienes a mi hija? —inquiere él.
—Cameron, fue escoltada por mis guardias de seguridad, yace en un psiquiátrico en Charlotte, su hija mayor le dará los detalles —explica Ayden dejando boquiabierto a Bob—. ¿Pensó que en verdad dejaría que le siguiera haciendo daño? Ella necesita ayuda y usted, maldita sabandija, solo se ha aprovechado de su debilidad para complacer sus caprichos. ¡Fuera y no regrese!
Ayden sentía la furia brotando de su cuerpo. Por la mañana, cuando Cameron despertó, mucho antes de saber que su padre estaba manipulando la situación a su antojo, esta fue interceptada por su hermana mayor, Debbie. Ayden le había llamado para explicarle cómo la encontró. Cameron ya estaba lucida luego de haber sido hidratada con suero durante la noche.
Por ellos Ayden la llevó a su departamento y le pidió a su seguridad que le buscara ayuda. Cameron deliraba, insistía en el amor que no pudo ser, estaba muy drogada y borracha. Ayden sabía que él no podía hacer nada porque tenía a Arya de vuelta, así que llamó a Debbie.
Esta llegó temprano, y se supone que debería estar de camino a Charlotte para su ingreso al hospital.
Bob sale de la oficina de Ayden y se topa con los policías, quienes lo escoltan directo a la comisaria para un interrogatorio.
—¿Crees que quiera seguir molestando? —inquiere Daniel.
—Lo dudo —informa Ayden—. Ya vuelvo —dice y se dirige a buscar a John. Este yace en la recepción de su piso y le informa que ha mandado a la escolta a buscar a Arya.
—Bien, ve por George lo necesito —pide a John.
Este sube a uno de los tres elevadores que está disponible. La puerta se cierra y entonces llega un nuevo elevador. Ayden camina de regreso a su oficina cuando escucha la expresión aterrorizada de los presentes a su alrededor.
—¡Ayden Emory! —grita Cameron. El millonario se gira sorprendido, pues ya la hacía ingresada en el hospital psiquiátrico. Esta permanece con el mismo atuendo sugerente, el rostro bañado en sudor y sangre... —¡Si no eres mío, no eres de nadie!
Cameron saca un arma y dispara directo a Ayden, sin pensarlo dos veces dispara derribándolo. Asustada por lo que acaba de hacer, coloca la pistola en su sien y se suicida.
Los gritos despavoridos del personal aumentan, Daniel y Gabriel salen de la oficina del Ayden para saber qué ha pasado. Oyeron el primer disparo y corrieron, entonces escucharon el segundo, pero ya era demasiado tarde. Ayden Emory, el millonario huérfano, yace en el suelo en medio de un charco de sangre.
—¡Llama al 911! —grita Daniel y corre a ver a su amigo.
Este yace inconsciente con una herida en el pecho.
—¡Ayden, Ayden! —llama Daniel alterado—. ¡Ayden, reacciona!
Los elevadores se abren y de este sale John, quien tuvo que volver cuando al llegar con George le informó sobre un alboroto. Katty yace tirada en el suelo temblando, solo alcanzó a apretar el botón de seguridad del edificio.
Todo es un caos, gente ansiosa y preocupada. Otros mirando la escena con morbo. Daniel Cheng permanece presionando la herida, mientras Gabriel informa a la policía. John acordona el área y pide que traigan de inmediato a Arya. Cuando esta llega, la ambulancia está ingresando.
—¿Qué pasa? —pregunta preocupada a los guardias de seguridad— ¿Ayden? —susurra preguntando por él.
No tarda mucho en llegar al piso de superior cuando ya están socorriendo a su hombre. Arya siente cómo el alma cae súbitamente. Un peso llega sobre ella y se pregunta que es lo que debe hacer.
Los paramédicos intervienen a Ayden, y lo llevan rápidamente al hospital de St. James
—Daniel hazte cargo de esto —pide Arya, pues él conoce todo lo relacionado con la empresa.
—Ve, yo ayudo aquí —asegura.
Arya se marcha dejando a Daniel y Gabriel a cargo del caos en la compañía. Katty es trasladada al hospital solo por precaución. En el camino, Arya le marca a Sebas para informarle y le pide que no diga nada a Mark.
John la lleva en el todoterreno y alcanzan a la ambulancia. Arya le marca a la doctora Swan y le avisa que es su pareja quien está siendo trasladado.
Melanie Swan, llama a sus mejores médicos para recibir ahora a Ayden Emory. Ya perdió al padre de este y no quiere tener la fama de perder a dos en el mismo día.
Cuando arriban con uno de los millonarios más exitosos de Nueva York, el equipo que había elegido está listo para recibirlo. No mucho después llega Arya y John detrás de ella.
—Esto es sumamente privado —advierte Jhon a la doctora Swan—. Que no se acerquen los medios ni los alerten.
Arya camina de un lado a otro. Ese mismo día, más temprano, a primeras horas de la mañana, ambos estaban esperando noticias de Gerard y ahora ella espera ansiosa noticias de Ayden.
—Dios, que esto termine, ya no más, por favor —dice al cielo pensando en cuantas veces han estado en el hospital por urgencias.
John no se acerca a ella, le da su espacio, pero ve cómo la angustia no le deja. En cambio, de eso, monitorea la situación con sus guardias en casa de Ayden y en su oficina.
—¿Ya saben cómo es que pudo evadir la seguridad? —pregunta Arya a John.
—Dice mi gente que ella estaba tranquila, había pedido a su hermana que le permitiera ver a Ayden para agradecerle y disculparse. Ella la llevó al edificio y esta era escoltada por los guardias, sin embargo, cuando sacaron a Bob para el interrogatorio, se encontraron en el lobby —explica John avergonzado—. Al parecer Bob la cacheteo y le dijo algunas cosas horribles delante de todos. Su hermana estaba esperando en el auto hablando con su marido algo de sus hijas y por eso dejó que Cameron fuera sola. Entre el revuelo cuando la golpeó, un policía se acercó a detener a Bob, Cameron tomo el arma sin que se diera cuenta y subió el elevador escapándose del guardia.
»Yo iba bajando, Ayden me mando a traer a George para algo importante y lo dejé solo... fue mi culpa señorita Harley.
La voz de John se quiebra y Arya acude a él de inmediato.
—No fue tu culpa, John, estabas tratando de cubrir todos los ángulos, si yo no hubiera ido, tú no hubieras mandado a la gente por mí. Esto no es culpa de nadie, y Ayden lo sabe, ninguno de los dos te culparía. No a ti.
—Gracias, señorita Arya —dice el hombre parado frente a ella con una lágrima escapándose de su rostro.
John es alto y corpulento, tiene una fachada de malo, pero en el fondo es amable y de buen corazón.
Habían pasado ya tres horas, Arya estaba desesperada. Solo salía un pasante a informar que seguía en cirugía. El tiempo le parecía eterno, pero lo soportaría por él.
—¡Arya! —llama Robín vestido con bata quirúrgica de pies a cabeza. Esta lo mira extrañado—. Él ya salió de cirugía, va a mejorar —informa y Arya comienza a llorar.
—No tenía idea que tú... —alcanza a decir entre el llanto. Robín le abraza y besa su coronilla—. Gracias, gracias...
—No querían que supieras, pero ahí estuve. Él va a mejorar —asegura Robín con una amplia sonrisa—. Espero que me llegue un buen regalo navideño —bromea haciendo reír a Arya y luego regresa dentro.
John y Arya se abrazan alegres de que Ayden se haya salvado. Arya luego les informa a los abogados y Bea junto a Sebas. Todos están felices porque él la ha librado. Sin embargo, la cuestión está en el aire y nadie dice nada por el momento, pero todos se preguntan lo mismo, ¿quién asesinó a Gerard Emory?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro