Nos vigilan
—¿Santo cielo... que vamos a hacer? —inquiere Robín preocupado—. Esto es grave, Arya, muy grave. Están vigilando a tu hijo.
—Lo sé, lo sé. No me presiones —dice Arya con creciente pánico.
Termina de abrir la caja y encuentra varías fotos más de todos ellos. Incluso de Ayden entrando a su compañía. De Arya caminando por la calle.
Con la foto en mano va en búsqueda de su teléfono. Tiene que avisarle a Ayden para hacerle saber sobre lo que acaba de suceder. Le marca, pero este manda directo a buzón de voz.
—Maldición, tiene el número apagado —informa a su amigo—. No, vamos, tengo que asegurarme de que están bien.
—¿Y sí mejor hablamos a la policía? —sugiere Robín.
Arya se lo piensa un momento, pero no, sabe que la policía lo tiene como sospechoso.
—Vamos. Llama a un taxi —dice intentando marcarle a Ayden y este sigue enviándole directo a buzón de voz—. Hay que llevarnos la caja. Ponte guantes y échala en una bolsa, me iré a cambiar.
Quiere llamar a la casa, pero no tiene el número. Ni el de Sebas, ni el de Bea, ni el de John.
Robín llama al servicio de taxis mientras se pone calzado y un suéter. Poniéndose un par de guantes quirúrgicos, toma la caja de regalo y la echa en una bolsa de plástico. Fuera hace frío. Arya también hace lo mismo, ella ya andaba en pijama y se viste rápido, tomando su bolso y llaves salen de la casa. El doctor va revisando que la alarma de seguridad si haya quedado activada.
Al salir a la calle, el taxi ya los espera.
Le dan la dirección y este conduce directamente hasta ahí. Al llegar ella baja primero mientras Robín paga el servicio al taxi. Arya toca el timbre desesperada.
Al cabo de un par de minutos nota que la luz de la sala se enciende.
Sebas abre un poco alterado.
—Bienvenida de nuevo... —dice bostezando y abriendo la puerta—. Hey, trajiste a tu guarura de confianza. Pasen.
Arya no se da tiempo a responder cuando lo pasa de largo y sube corriendo las escaleras, camino arriba.
—¿Qué pasa? —pregunta Sebas y luego sale John de dentro.
—Recibimos una amenaza —explica Robín y le entrega a John la bolsa con la caja de regalo y la amenaza dentro. Este la abre y palidece.
—Tenemos que avisarle al detective —declara.
—¡Ayden! —grita Arya al abrir la puerta de la habitación, llamándolo para que se despierte.
Se da cuenta de que el piso está totalmente oscuro. Revisa el cuarto de su hijo nada más llamar a su novio y se da cuenta de que el pequeño no está ahí.
Entra en pánico. Arya cruza el pasillo y vuelve a la recámara. Enciende la luz y entonces se da cuenta. Ayden yace dormido boca abajo mientras su pequeño, duerme junto a él en la misma postura. Siente que el alma le vuelve al cuerpo. La sensación de Alivio es mucha.
—Ayden... —llama a su lado. Este se despierta sobresaltado.
—¡Hey, volviste! —dice emocionado, pero aún adormilado—. Ven acuéstate con nosotros.
Se medio incorpora y pasa su brazo por la cintura de ella.
—Ayden, despierta, esto es urgente... ven conmigo —pide Arya.
En eso John aparece en el umbral de la puerta.
—No le he dicho nada —aclara Arya antes de que John cometa una imprudencia,
Ayden se incorpora de inmediato.
—Ven —pide Arya de nuevo y sale con Ayden pisándole los talones.
Cuando salen de la recámara esta cierra la puerta, pero antes apaga la luz, para que su pequeño siga descansando.
—¿Qué sucede? —pregunta Ayden alarmado.
—Estábamos charlando en casa, cuando alguien nos tocó la puerta. Revisamos y no había nadie. Al abrir, encontramos una caja con fotos de nosotros dentro. Esta nota y esta foto —Arya le entrega la amenaza y la foto de su hijo en el jardín—. ¡Esa foto es de hoy! ¿Cómo fue posible que la tomaran?
Ayden está analizando la nota y la foto.
—Por la perspectiva como fue tomada, es claro que alguien usó un dron —explica John—. Las demás fotos sugieren que fueron tomadas por la misma persona.
—Es lo más seguro...
—¿Qué hacemos? Nuestro hijo está en peligro —advierte Arya muy alterada.
—¿Llamamos al detective Robinson? —pregunta John
—Sí, pero toma notas de todo primero —demanda Ayden volviendo a la recámara por su móvil.
—Vale, ya me encargo —aclara John, caminando de vuelta la piso inferior.
Ayden está desesperado, no sabe qué hacer o en qué orden actuar. Pero piensa rápidamente.
—Tú, ya no te irás de aquí. Me importa muy poco que estés sentida conmigo o que creas que te miento porque me gusta hacerlo. Si amas a nuestro hijo, te quedarás a su lado para ayudar a protegerlo. Él nos necesita a ambos.
Arya se impacta por las palabras de Ayden.
Este sin mirarla toma las escaleras abajo y se une a Robín. John y Sebas. Arya le sigue y se les une cuando él está observando cuidadosamente las fotografías.
—Llama al detective —anuncia Ayden—. Todas estas fotos son recientes... —deduce y luego observa incluso que hay de Robín caminando con Arya fuera de su departamento. Levanta la foto y se la muestra a él—. También te quedas acá —dice sin que Robín comprenda que diablos habla.
—No nos dejará ir —completa Arya su hilo de pensamientos—. ¿Viste que también vigilan a Mark?
Ayden sigue mirando las fotos, al menos son veinte. Hasta que llega a las de su hermano. Saliendo de su departamento y del hospital.
—Maldición... John, llama a Mark, lo quiero acá ya mismo. Quiero gente día y noche aquí. En cada piso, dos o tres. Y en el techo... Nada de drones volando cerca, si hay alguno sobrevolando la casa lo derrumban. ¡Nadie sale hasta que se encuentre al asesino! —exclama Ayden tomando medidas extremas.
Sebas se queda pensando en Bea, quien está sola en el departamento de ambos. A veces, un par de noches duerme ella allá o ambos. Esta noche ella se quedó sola ahí.
—Señor, Emory. Bea está en casa... tengo que ir a por ella —dice preocupado.
—Que te acompañen mis guardaespaldas. Llámales —ordena.
Debajo de la casa, en el ático, duermen al menos cuatro de los guardaespaldas. Contando a John, quien baja acompañado de Sebas, para mantenerlos a tanto y estos se preparan para salir.
—John, te quedas con nosotros —informa Ayden, cuando este vuelve.
—Sí, señor, el detective Robinson viene en camino. No tardan en llegar.
Arya ve todo lo que pasa como si fuese una película.
—¿No crees que estás exagerando? —pregunta ella.
—¿Exagerar? Mataron a mi padre, una mujer se suicidó en mi compañía e intentó matarme, ahora amenazan a las personas que me importan y crees que exagero...
—Creo que no debes ir por Mark... recuerda que está molesto. Sobre Robín, no están tras él... Solo digo, que esperemos a ver que nos dice el detective —sugiera Arya.
—No, esta es mi casa y yo diré lo que se hace o no —resuelve Ayden con molestia.
John se separa del grupo mientras habla por teléfono. Robín hace lo propio alejándose para sentarse en las escaleras. No quiere ser parte del alegato entre los novios.
—Sí... es "tú" casa —musita Arya remarcando las palabras.
—No quise decir eso... es que, Arya, entiéndeme —dice sin decir nada concreto.
Arya asiente con la cabeza, pero también está preocupada y ofuscada. Las luces de las patrullas alumbran fuera y saben que el detective ha llegado. En cuanto entra le ponen al tanto.
—¿Y no quedó grabado nada en su cámara de vigilancia? —pregunta a Robín y Arya.
Estos acceden al sistema y observan el video mostrándoselo.
—Toma los datos del repartidor —le dice a uno de sus colegas—. Mientras tanto, les sugiero que refuercen su seguridad. Mañana les hablaré con más noticias.
Toman todas las pruebas y se marchan.
Es casi el amanecer cuando se van y Arya no ha dormido nada. Ayden se acerca mirándola vulnerable y la abraza, ella se sostiene a él mientras este la conduce arriba.
Bea y Sebas, se quedan en la cocina con Robín bebiendo café. Para luego ir a dormir todos un poco antes de que amanezca completamente.
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