Historia, final parte 2
—Escapó anoche, pero no nos dimos cuenta hasta hoy por la mañana —dice el detective—. Veníamos siguiéndolo, dejó pistas, es como si supiera que esto iba a pasar.
Arya recuerda que su hermano le dijo que se encargaría, verlo tirado muerto es algo que nunca quiso que sucediera.
—¡Jeff, no! —grita Arya arrojándose a su cuerpo ya sin vida. Los agentes intentan apartarla, pero es imposible, ella sujeta a su hermano con fuerza.
Jeff se queja y ella lo escucha claramente.
—¡Está vivo! —grita a nadie en particular, los paramédicos llegan y se están acercando a él para socorrerlo.
Mark aprovecha la distracción y golpea de un codazo al policía que está por esposarlo y levanta el arma que está a sus pies para dispararle a Arya. Ayden mira lo sucedido en un borrón.
El policía limpiándose la nariz, Mark con el arma apuntando a Arya y él disparándole en el pecho, justo en el corazón a su medio hermano.
Mark cae como peso muerto sobre el piso firme.
—¡Aquí hay otro vivo! —grita un policía en el lado opuesto de la bodega.
John ve a su jefe y este con un asentamiento le dice que vaya. Cuando se acerca, se da cuenta de que es Daniel, está encadenado de ambos brazos y piernas a una mesa. Mark lo estuvo torturando, pero aún seguía vivo.
—¡Paramédicos! —pide el detective y estos se acercan a socorrer.
Luego de que se llevan a Jeff y Daniel, Ayden y Arya se quedan abrazados el uno al otro. Arya es trasladada al hospital para su evaluación, pero Ayden no se despega ni un solo momento, espera pacientemente a que la atiendan y la protege lo mejor que puede. Arya ha permanecido quieta y en silencio. Se siente culpable por haber sido tan ingenua y caer en la trampa de Mark.
El detective toma su declaración con el abogado de ellos, Gabriel presente e informa que Cathy fue apresada en un hotel reconocido de la ciudad.
Una vez que termina todo el ir y venir de las personas, Arya es dada de alta y puede irse a casa. Gabriel se hace cargo de mostrar las pruebas que incriminaban a Cathy y Mark y les relata cómo es que Cathy apareció en la historia.
—Mei tuvo una aventura, antes de casarse con tu padre —informa a Ayden y Arya de camino a casa de los Emory—. Ella era una mujer de la vida galante, toda su vida fue vendida a los hombres y no tuvo una infancia común, cuando nació Cathy se la dejó a su madre, quien la crio y educó, pero cuando llegó a la adolescencia se volvió incontrolable. La abuela falleció en sospechosas condiciones, pero al ser pobre y que a nadie le interesara, nadie investigó más a fondo. Cathy desapareció del mapa, hasta que llegó hace diez años a casa de los Emory. Consiguió la información de Mei y esta le daba dinero a escondidas de Gerard, cuando este supo de ella, confrontó a Mei, pero al poco tiempo murió y ya no supo de la jovencita.
—Me estás diciendo que mi padre se casó con una prostituta y que ella es mi media hermana —cuestiona Ayden.
—Sí, tu padre la conoció por un amigo y estaba dolido en esa época, así que supongo que se conformó con ella para tener compañía —explica Gabriel en el asiento del copiloto—. Ella al parecer volvió hace unos años buscando venganza porque aseguraba que tu padre asesinó a su mamá.
—Gerard no podía ni matar una mosca —murmura Ayden mirando por la ventana. Pero tomando la mano de Arya.
Se siente responsable por lo que Arya pasó, si no la hubiera dejado para buscar su venganza personal, nada de esto hubiera sucedido.
Llegaron a casa y entran todos. Sebas y Bea los reciben contentos de que nada horrible les hubiera pasado.
—me alegra saber que están bien —dice Sebas abrazando a Arya—. Principalmente, tú, cabezota, nos tenías con el alma en vilo.
—¿Y Aryehn? —pregunta, antes que nada.
Está dormido, ya cenó y jugo todo el día —comenta Bea.
Arya quiere verlo lo antes posible.
—Gracias por cuidarlo, pero quiero verlo —informa intentando subir. Ayden también piensa ir tras ella.
—Señor, espere —pide Gabriel y Ayden se detiene—. Quisiera hablar con usted en privado.
—Ya te alcanzo, Arya —dice Ayden pasando con Gabriel hacia su despacho.
Para Arya no ha sido indiferente que no le ha dicho algún mote como de costumbre, sino que la ha llamado Arya.
—Hay varias cosas que debe saber —informa Gabriel de pie frente a Ayden. Este se sienta en la silla detrás de su escritorio y se frota el rostro en señal de agobio.
—Dime —pide soltando el aire.
Gabriel saca una carpeta y se la entrega a Ayden.
—Al parecer, Gerard, asesinó a Mei —informa dejando a Ayden serio, con un ademán lo invita a abrir la carpeta con la evidencia—. Al parecer, él descubrió lo que ella le hizo, y con la ayuda de su ama de llaves la asesinaron.
Ayden ve aquellos depósitos de dinero de la cuenta de Gerard al ama de llaves, ella enviaba ese dinero a México.
—Pero esto no demuestra nada —comenta Ayden no creyendo que eso diga que su padre sabía.
—Eso no, pero esto sí —Gabriel saca un video grabado por Cathy asesinando a su padre, ella fue la asesina desde un inicio—. Ella los obligó a confesar. Al parecer recabó información sobre esto durante estos años con la familia de su esposo, sin embargo, Cheng fue muy precavido.
—¿Y qué la hizo sospechar de mi padre? —pregunta Ayden con pesar.
—La madre de Daniel Cheng, dice ella que la señora comentó algo sobre que Gerard Emory siempre salía con la suya, no importaba si era vengarse por su propia mano o destruir una empresa —explica Gabriel.
Ayden se recarga completamente en su asiento y decide no ver ese video por su propia salud mental.
—¿Lo usarán como evidencia?
—Así es. Todo esto será evidencia para la corte, pero hay algo más que debes saber.
—Suelta ya hombre —pide Ayden y Gabriel se sienta.
—Tuviste un hijo, Mei tuvo un hijo tuyo.
Ayden siente un escalofrío en su espalda y como si un peso se pusiera sobre sus hombros.
—Está muerto, Cathy lo mató cuando se enteró de que era hijo tuyo y de su madre.
—¿Qué?...
El millonario no puede creer lo que escucha, él jamás vio a Mei embarazada. Supone que fue en la época en la que enfermó.
—Gerard, así se enteró de lo que te hizo, dieron al niño en adopción y cuando Cathy volvió lo descubrió. Tenía trece años cuando lo arrolló y se dio a la fuga, él no sobrevivió.
Ayden tiene emociones encontradas, como es que esas personas causaron tanto daño. No puede creer que estuvo rodeado de enfermos mentales todo este tiempo.
—Puedes encontrar información de él y de sus padres adoptivos al final de la carpeta. El hombre de treinta y cuatro años solo asiente asimilando toda la situación.
—¿Algo más que deba saber?
—Ahora eres el dueño de todo, incluyendo el hospital, eres el único heredero —comenta Gabriel poniéndose de pie.
—Para lo que valen las riquezas... —musita Ayden preocupado por su esposa e hijo—. Me mudaré de la ciudad, quiero que la mansión continúe su construcción. Estoy harto de vivir aquí, necesito paz y mi familia también. Veré con Arya lo de la dirección del hospital, quizás ella quiera hacerse cargo.
—Vale, tengo que irme ya son pasadas de las dos de la mañana —dice Gabriel mirando su reloj—. Buena idea lo de los relojes.
—Gracias por la recomendación, Gabriel —expresa Ayden saliendo con él a la sala. Ya todo está vacío y en completo silencio—. Estamos pendientes, mañana hablamos entonces.
—Descansen, lo necesitan. Adiós.
Gabriel se despide del millonario y es escoltado por un guardia hasta el auto que lo llevará a casa. Mientras que Ayden sube al cuarto de invitados y se da una ducha con agua fría. Necesita procesar todo lo sucedido para no afectar a Arya, tiene que ser fuerte para ella. Cuando Ayden entra a la recámara se encuentra con su esposa sentada en medio de la cama, ya bañada y limpia.
—Te estaba esperando.
—Siempre lo haces —responde él un poco seco. Se acerca a la cama y se sienta frente a ella—. Estuve muerto de miedo pensando en lo que te pudo haber pasado, lo que Mark era capaz de hacerte, es nada con lo que tenía pensado por lo que vimos. Eso me hizo sentir inútil. Debía protegerte y fallé.
—Perdón, fui tonta e ingenua, creí... —Arya comienza a llorar descontroladamente. Ayden se acerca a ella y la abraza contra su cuerpo.
Arya se acurruca en sus brazos, ella no lo culpa, sabe que debía haber seguido con el plan, que no debió ir con Mark, pero fue ilusa.
—Los dos fallamos y casi nos cuesta la felicidad —murmura Ayden sin dejar de soltar a Arya.
—Pero seguimos juntos —dice ella intentando dejar de llorar—. Pensé... pensé que no volvería a verlos.
—Y, sin embargo, aquí seguimos nena —afirma su esposo buscando su rostro.
Arya levanta la mirada para encontrarse con la mirada grisácea de su marido y los labios carnosos.
—Ya no hay maldad que nos persiga —asegura Arya intentando calmar su mente.
—Y podremos ser felices.
—¿Podemos? —inquiere ella buscando que su marido le dé la seguridad que necesita en esos momentos.
—Toda la vida, nena. Me aseguraré, que tú, nuestro hijo y yo seamos felices como nunca antes alguien lo fue en la tierra —responde él con voz ronca.
El corazón de Arya se acelera, sabe que él hará lo posible porque así sea.
—Es imposible, porque habrá días que querré mandarte a la sala —dice ella intentando bromear.
—Y me iré feliz a la sala, siempre y cuando tú me acompañes, porque sin ti, amor mío, no pienso moverme ni a la esquina.
Arya sonríe ante la ocurrencia de su esposo, extrañamente se siente en paz. Su hermano le salvó la vida, y está agradecida con ello, ha hecho las paces con esa parte de su vida.
—Siendo sincera, prefiero que te quedes aquí conmigo —confiesa ella con un poco más de seriedad.
—¿Y qué más?
—¿Qué más? Bueno, pues quiero que te quedes aquí conmigo, y me abraces contra tu cuerpo entre tus brazos —agrega ella.
—¿Y qué más? —vuelve a preguntar el millonario haciendo lo que ella dice.
—Quiero que me acaricies la espalda —murmura Arya con voz seductora.
—¿Algo más?
—Quiero que me beses los labios, hasta que olvide este día y me traigas buenos recuerdos —pide ella con la voz entrecortada.
Ayden sabe que ella lo está pidiendo así por qué lo necesita, ambos se necesitan el uno al otro, como el agua al mar.
—¿Algo más? —dice acomodándose de lado y besando el rostro de Arya con ternura.
—Hazme tuya, Ayden. Hazme feliz esta noche y todos los días —pide ella mirándolo con profundo amor.
El excéntrico millonario, el intocable, el de ojos grises, mirada acusatoria, voz de mando y carácter seguro se doblega ante la mujer de sus sueños. La que con una sonrisa tímida rompió sus defensas y lo hizo querer ser tocado y amado. La chica de apariencia escuálida que le dio la fortaleza para destruir sus demonios. La mujer con una familia disfuncional, pero que le dio un hijo para que nunca la olvidase. Ella, Arya Harley, ahora Arya Emory, la chica convertida en su esposa y su amante. La madre de su hijo y con la que desea compartir toda su vida hasta el final de la misma, ha conquistado el corazón de su millonario y ha descubierto el enigma del que era preso y el cual hoy ha sido liberado.
Libre para amarla y hacerla suya, libre para vivir la vida feliz de la que hablan las novelas y ser parte de esa maravillosa historia de amor que tanto ha deseado. Libre, para ser apreciado, ser tocado y ser adorado como solo su esposa sabe hacerlo, como solo Arya, logró amarlo.
—Lo que desees de mí, es tuyo —responde él.
—¿Todo?
—Todo, comenzando conmigo.
—Mi Ayden, mi esposo.
—Mi Arya, mi esposa —dice él y la besa.
Un beso profundo, eterno. Feliz.
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