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¿Amigos?

La voz de Mark resonaba fuerte en el oído de Arya, ella se sintió asqueada de solo oírlo.

—¿Pasa algo? No piensas responder —inquiere él fingiendo preocupación.

—Hola, Mark, no es eso, me agarraste ocupada —miente ella con la intención de que este termine colgándole.

—Lo lamento, solo quería hablar para saber cómo estaban, supe lo del atentado y que están culpando a Ayden, ahora está en las noticias —explica con un tono de voz que por poco ella le cree—. Enciende el televisor, está en todos los noticieros.

Arya siente cómo es que su corazón comienza a martillear en su pecho. Siente angustia por Ayden, corre hasta la sala de estar y enciende la pantalla, busca desesperadamente un canal de noticias y lo encuentra. La conductora tiene una fotografía de su esposo en pantalla.

—Te dije, está en todos los noticieros —repite Mark—. Por favor, dile a mi hermano que se cuide, trataré de estar al tanto de ustedes, pero como sabes me falta personal y me es imposible estar en dos lados al mismo tiempo. Aun así... tenemos una charla pendiente, ¿lo recuerdas?

La doctora es tomada por sorpresa, no se imaginó que Mark recordaría esa cita.

—Lo siento, Ayden y yo tenemos muchas cosas que resolver estos días —asegura Arya mintiendo.

—¿No es mucho desfase de horas entre Suiza y Nueva York? —inquiere como no sabiendo las cosas, cuando Arya no responde porque no pensó que ella siguiera fingiendo, sigue con la conversación—. En las noticias han dicho que ha salido del país y que está por llegar a Suiza. No es normal que él huya, ha de estar muy preocupado por ustedes para hacerlo.

—Lo está, es un gran hombre, Mark. Tienes un buen hermano —dice Arya intentando irritar a su cuñado—. Me alegra saber que lo estimas, tanto como yo a ti.

Mark aprieta los dientes en una clara discordancia con ella. Él no estima para nada a su hermano.

—El sentimiento es mutuo, entonces —responde con toda la amabilidad que le es posible—. Tengo que dejarte, voy camino a la clínica.

—Supuse que de ahí me llamabas —comenta Arya un poco desconcertada.

—Estaba ahí temprano, pero vine a la tintorería por un traje, tengo una comida con el Doctor Joseph Johnson.

—¿¡Joseph Johnson, el ganador del nobel!? —inquiere Arya emocionada.

—Sí, hemos tratado de contactarlo por años para una cátedra patrocinada por el hospital, por fin ha aceptado, hoy solo será una comida informal para ver los detalles —comenta Mark sabiendo que tiene enganchada a Arya con eso—. ¿Quisieras venir? Estaremos en el restaurante del hotel plaza, a las dos.

—Eso sería grandioso... solo que estoy cuidando a Aryehn. Veré si Sebas puede cuidarlo, me encantaría conocerlo.

—Tienes que confirmarme para avisar, ya que hice una reservación solo para dos —explica Mark.

Arya se lo piensa un momento, no olvida todo lo que Ayden la ha dicho, pero no se quiere perder esta oportunidad de conocer a tan flamante celebridad.

—Vale, estaré ahí puntual —dice Arya emocionada.

—¿Está bien si nos vemos en el estacionamiento de la 60 St?, así llegamos juntos —recomienda Mark muy sutilmente—. Puedes decirle a alguno de los gorilas que te lleve ahí, el hotel está a la vuelta.

La joven doctora se lo piensa un momento, pero finalmente accede.

—Vale, le diré a Tim que me lleve, nos vemos a las dos —asegura Arya sin perder el entusiasmo.

—Hasta entonces, saludos a mi sobrino favorito —se despide sonriendo haciendo que Arya olvide por completo todo lo malo que Ayden le ha contado.

Va tras Sebas y le explica lo sucedido, este no está muy convencido al igual que Bea, pero finalmente acceden ante el ruego de Arya.

—Pero Tim te llevará, ¿no es así? —inquiere Sebas.

—Sí, ya mismo le aviso, los quiero chicos, muchas gracias por esto —responde ella dándole un beso a su hijo y caminando a su habitación para prepararse. Esto le recuerda a Ayden, así que lo llama—. Buzón de voz, qué raro...

Intenta de nuevo, aun así, pasa lo mismo. Llama a John y es igual.

"Han de estar ocupados en su plan de espionaje" piensa ignorando todo lo sucedido. Prepara su conjunto más presentable y profesional que tiene para conocer al hombre que tanto admira en su profesión.

Luego de que se alista, vuelve a llamar a Ayden, al no obtener respuesta va y lo busca en el sótano oculto que nadie conoce, pero no encuentra nada. Llama a John; sin embargo, al percatarse de que tampoco le responde, desiste completamente.

Baja dónde Sebas y Bea para informarles.

—Quería comentarle a Ayden, pero no responde, si llegan a hablar con él, por favor díganle que me hable —pide Arya mientras se ajusta el reloj de manecillas a la muñeca—. Ya falta poco para las dos y no sé cómo esté el tráfico.

—Lleva tu teléfono, Arya —comenta Sebas preocupado—. Cualquier cosa estaremos pendientes.

—No estaré sola, invité a Robín para que fuera conmigo, Mark no lo sabe, pero irá de sorpresa —comenta la doctora con la esperanza de que su cuñado no se moleste por ese tipo de emboscada—. Me voy, estaré atenta.

Arya se acerca a su pequeño y le da un beso en ambas mejillas.

—Pórtate bien, cariño, un rato más vuelve mamá, ¿está bien? —dice a su hijo mientras lo estrecha en sus brazos.

—Sí, mami, ¿podemos pintar?

—Si tus tíos quieren, sí —responde ella volviendo a besar a su hijo—. Te amo mi niño hermoso, te veré más tarde.

Aryehn abraza a su madre con fuerza y la besa en la mejilla

—Te amo mami —confiesa luego de besarla.

Arya se emociona por la espontaneidad de su hijo, ya que es algo que aprecia cada minuto. Luego de eso, ella se despide de sus amigos y Aryehn para salir escoltada por Tim y dos guardaespaldas más.

—Señorita Harley, creemos que lo adecuado sería que la dejáramos en el hotel, además los chicos se quedarán ahí cerca, no queremos que pase ningún percance —comenta Tim cuando suben todos a la camioneta.

—No te preocupes, entraremos todos juntos al estacionamiento y los chicos pueden seguirme a la distancia —comenta ella, ya que no quiere llamar la atención—. El doctor Joseph Johnson es una persona muy reservada, no me gustaría atraer mucho la atención hacia mí y hacerlo sentir incómodo.

—Comprendo, señorita Harley, pero el señor Emory nos pidió...

—La encargada ahora soy yo, la señorita Harley es la que les pidió, no Ayden, yo —demanda un poco molesta de que la quieran controlar en todo.

Tim aprieta los labios y suelta el aire en señal de desaprobación, pero no se disculpa, sabe que Arya es una persona testaruda y no le gusta sujetarse a las reglas que se han impuesto por su seguridad.

Una vez que llegan al estacionamiento notan que este está casi lleno, avanzan hasta un sitio desocupado y se estacionan. Arya y Tim bajan juntos y luego les siguen los guardaespaldas.

—Arya, que gusto verte de nuevo —saluda Mark saliéndoles al encuentro.

Ella se sorprende al ver lo demacrado y desaliñado que se ve, como si no hubiera dormido por días.

—Hola, Mark...

En ese momento se da cuenta de su error, un disparo resuena en su oído y un escalofrío recorre su espalda erizando todo su vello corporal.

—A mí no piensas saludarme —dice Cathy saliendo de detrás de un auto, Arya se queda inmóvil en cuanto la ve.

—¿Qué diablos es esto? —inquiere asustada.

Tim no hace nada, se queda quieto al igual que los guardaespaldas.

—Gracias, Tim, pueden irse —responde Mark en su lugar.

Arya se gira a ver a Tim que se aleja junto a los hombres que supuestamente deberían protegerla. Ella ve cómo le dan la espalda y de pronto suenan más disparos, uno a uno van cayendo cerca de ella.

—¡Maldición, te dije que no lo hicieras! —grita Mark reclamando a Cathy que fue quien disparó.

—Hermanito, por si no te has dado cuenta, no me gusta recibir órdenes, y menos de mi hermano menor.

Arya aprovecha la distracción y camina lentamente hacia atrás hasta quedar en la línea entre los autos, Mark se gira a ver cómo esta intenta huir así que corre hacia ella provocando que esta corra a su vez, intentando alejarse de él.

—¡No la dejes ir! —exclama Cathy que se acerca al auto para encenderlo.

Mark corre hasta alcanzar a Arya a quien se le dificulta porque lleva unos tacones altísimos. La doctora tropieza y cae el suelo, Mark la toma del cabello y la obliga a levantarse.

—¿Por qué haces esto? Creí que éramos amigos —replica Arya entre quejidos, al mismo tiempo que intenta sacar su teléfono.

Mark la sujeta con fuerza y la somete.

—¿Amigos? Ese es el problema Arya, yo nunca quise ser tu amigo, ¿no te das cuenta? —Mark mira el miedo y el dolor en el rostro de ella y lo excita—. Te amo, y siempre te he querido para mí.

—Esto no es amor, Mark... si me amaras no me lastimarías como lo haces —Arya intenta controlar el dolor, pero es imposible.

Mark está disfrutando ese momento, sometiendo y provocándole dolor, aunque sea en el cuero cabelludo. Cathy se estaciona junto a él y abre el portaequipaje.

—Rápido, el guardia no podrá contener más tiempo el acceso —explica Cathy apurada, saca unas bridas y sujetan a Arya.

Esta intenta luchar con ambos, pero es imposible, Mark tiene una fuerza física que ella jamás se imaginó.

—¡Suéltenme! ¡Auxilio! ¡Ayuda! Ayden tenía razón, eres un maldito sádico ¡Ayuda! —grita desesperada, pero entonces, Mark la abofetea en la cara.

—¡Cállate maldita zorra estúpida! —gruñe enojado—. ¡Amordázala, ya! Le enseñaré quien es el que manda —exige a Cathy y esta hace caso.

Arya se pregunta cómo es que Cathy está involucrada con su cuñado, entonces le pone un paño con formol en la cara y en cuestión de segundos se desvanece.

Su último pensamiento es su pequeño, Aryehn diciéndole «te amo mami».

Ahora ese pensamiento suena lejano.


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