— ¡Lord Ivannorv, espere! —Dijo Aryn a su tío — ¡Tengo noticias de Faleer!

Fermín, quien había estado apresurando el paso para alejarse del joven de unos tantos años menos paró en seco y se volteo para verlo.

— ¿Qué es lo supiste? —lo interrogó.

—Sir Wiston y los otros hombres que envió ya han regresado. Un emisario de Irlarius Manson habló con ellos y dijo que el Príncipe, Sir Sylas y otros tantos han sido tomados como prisioneros. Irlarius solicita que el Rey entregue su corona a cambio de su hermano y los demás. Si llega a negarse los matarán.

Fermín se frotó el puente de la nariz y exhaló con fuerza.

— ¿Sabes si ya hablaron con su Majestad?

—No lo sé, fui a buscarlo en cuanto tuve novedades.

—Escúchame, Aryn, necesito que los distraigas. Quiero ser yo quien le de las novedades a mi buen amigo para que no tome una decisión errónea. Búscame más tarde para que te recomiende.

El muchacho, entusiasmado, asintió y comenzó su marcha devuelta por donde había venido. Es un chico eficiente, pensó y agradeció que su hermana lo hubiera educado bien. Se apresuró a seguir su rumbo hasta la tienda de Zarek donde éste lo esperaba. La boda de la princesa con Lord Yarant tendría lugar al día siguiente y sería sumamente secreto para evitar enfrentamientos en la capital. En Lithiaj pululaban los soldados sureños y sería un problema si se enteraban de la nueva alianza.

—Su Majestad, —saludó al entrar en la tienda con una leve inclinación de cabeza. Al igual que a su hermana, no le gustaban mucho las formalidades. —Dijeron que quería verme.

—Así es, Fermín. Ya que Lord Yarant quería llevar personalmente y no con tercero nuestros acuerdos para la alianza deberé ausentarme, por lo que lo nombro a usted, Lord Fermín Ivannorv, consejero real y mi más leal amigo, Lord Protector del pueblo de Lithiaj. Tienes mi permiso para obrar en mi ausencia para beneficio de mi pueblo hasta mi retorno, el cual será rápido si la fortuna está a nuestro favor. Aquí está tu nombramiento para que no hayan mal entendidos con el resto —dijo tendiéndole un sobre firmado y sello.

—Zarek... Majestad, no sé cómo agradecérselo. Es un gran honor para mí servirlo y espero hacerlo bien.

—Lo harás, no tengo duda en ello, y no seas tan formal.

Fermín meditó unos segundos, dubitativo lo que iba a decir y pensando en cómo reaccionaría su amigo.

—Hay algo que debo decirte. Tengo noticias sobre el Príncipe. Irlarius lo tiene prisionero junto otros hombres. El resto murió en un enfrentamiento, al parecer los estaban esperando, seguramente el duque de Faleer.

—Es algo que mi primo haría. Bien, nos ocuparemos de eso en cuanto vuelva. Si tienes novedades no dudes en enviar a un emisario a la mansión de Lord Yarant.

— ¿Le dirás a Sibilia?

—No. Si lo descubre no querrá marcharse del campamento antes de que tengamos de vuelta a Emir. Advierte a los hombres que fueron a Faleer para que no comente nada. Dile a Sir Wiston y a Sir Blerent que estén listos para partir, también a tu sobrino. Quiero que Aryn sirva a mi hermana.

—Ordene, su Majestad.

.....

Se sentía cansada y apenas era la mañana. La angustia por el acontecimiento de ese día no la había dejado dormir la noche anterior. Detestaba la idea de casarse con Lord Yarant, por más conveniente que lo fuese para el reino o no. Miraba su descolorido reflejo en un pequeño espejo que logró encontrar en el campamento mientras que Danae terminaba de trenzar parte de su cabello de forma tal que pareciera una diadema. La dama tomó unas pocas hebras de hilo de oro y las entrelazó con el rubio cabello de la princesa.

—Se ve hermosa, su Alteza. Lord Yarant quedará deslumbrado.

—Agradezco tus palabras pero mis deseos no pueden estar más alejados de querer complacer a mi Lord. Siempre supe que tendría un matrimonio arreglado, pero esperaba algo más...

— ¿Algo más parecido al compromiso de su hermana?

Sibilia pensó en Lord Grimm. Era un hombre apuesto de facciones duras y un carácter bastante directo. A pesar del rencor que ella guardaba hacia él por no involucrarse a la causa del Rey, era capaz de reconocer que siempre había tratado correctamente a Clarisse y que era un buen padre de Thaiel.

—Sí, algo más parecido al Lord de Neliora —concluyó en el momento que su tienda se abría para dejar pasar a su hermano.

—Majestad —contestaron ambas jóvenes al unísono pero Sibilia no lo reverenció.

—Partiremos en momento, por lo que espero que ya estén listas —advirtió Zarek a ambas. Luego se dirigió a su hermana. —No solo llevaras a Danae para servirte como dama, también llevarás a Sir Blerent como escolta y al sobrino de Lord Ivannorv, Aryn, para que cumpla cualquier cosa que le pidas. También nos acompañará Sir Wiston, a quién enviare de regreso luego de mi vuelta aquí. Necesitaré que me informes de todo lo que haga Lord Yarant, yo enviaré un emisario cada tanto para no exponerte.

—Sí, su Majestad; —respondió para luego pregunta — ¿ha tenido noticias sobre nuestro hermano?

Zarek sintió como las palabras que no podía decirle se atoraban en su garganta pero era preciso mentirle.

—No, por desgracia aún no he sabido nada.

......

—Aryn, aquí tienes lo prometido —dijo al joven mientras sacaba una pequeña bolsa de tela de entre sus pertenencias. –Cinco monedas de oro.

—Gracias, tío —respondió alegre.

—Será mejor que empaque ahora. Su Majestad quiere que lo acompañes a Lithiaj para que sirvas a la Princesa, y hay algo que quiero que hagas por mí. Necesito que me digas todo lo que pase desde el momento en que salgan de aquí en adelante, te pagaré siete monedas de oro por ello. Si ves a tu madre mientras estés en la capital, envíale mis saludos y dile que se mantenga al margen de cualquier disturbio.

—Lo haré de inmediato, señor.

—Ve, apresúrate. No quiero que hagas esperar al Rey y su hermana.

 Aryn salió corriendo de la tienda para ir a buscar sus pertenencias dejando a Fermín solo. Metió su mano en el bolsillo y sacó el sobre que el Rey le había entregado. Lord Protector, pensó y sonrió para sus adentros. Todo iba a salir bien a partir de ese momento y nadie podía arruinarlo.