Os cuento algo al final ❤

El lobo se removió frenético. Una risa malévola resonó entre las dunas y me rebotó en los huesos. Levanté la vista para toparme con unos ojos blancos en los que el iris y la pupila parecían haberse desgastado con los soles. La piel azul grisácea de la criatura estaba cubierta por trazos púrpuras. De su cráneo nacían dos cuernos dorados con reflejos que evocaban a la superficie del mar. Una larga melena blanca le caía a ambos lados del cuello, donde destacaban mechones verdes y rosados que resplandecían bajo el brillo del desierto. La capa negra tras la que se ocultaba su expresión perversa flotaba ante mí y bajo ella sobresalían dos manos aprisionadas por grilletes. Las cadenas brillaban con una poderosa luz turquesa y ascendían hasta llegar al cuello de la mujer.

—Duacro —la saludé mientras aceptaba su ayuda para levantarme.

Las largas uñas doradas de la criatura me acariciaron la piel. Luché por contener un estremecimiento, pues cuando las clavaba en la yugular de un nei, Duacro tenía el poder de acceder a su mente e invadir sus pensamientos. Además de manipular a quien se le antojase para que cumpliese sus deseos, podía visitar todos los recuerdos de la vida de una persona, como si estuviesen almacenados en una biblioteca memorial que se inauguraba en cuanto abríamos los ojos por primera vez.

—Estás delgada —observó tras analizarme con detenimiento—. Y más sucia.

—¿Te sorprende? Llevamos hebdómadas esperándote.

Duacro frunció el ceño antes de reparar en la presencia del lobo. Las cadenas que le limitaban los movimientos emitieron un tintineo armónico.

—Conseguir información no es sencillo —respondió con suficiencia.

—Sobrevivir a este lugar tampoco es sencillo.

—Me sorprende que no me hayas convocado mediante el vínculo aurático.

—Se llama confianza, ¿no conoces el concepto?

Duacro ladeó la cabeza con una sonrisa. Me alejé irritada y empecé a recoger las telas que se amontonaban sobre las dunas. La magia brotó de entre la arena con un gesto de la criatura. Me llevé una mano a la frente, afectada incluso ante una muestra de poder tan ínfima como aquella. Las telas rubíes se estiraron en el aire, sostenidas por manos invisibles que arrojaron una agradable sombra sobre nosotras.

—Gracias —dije mientras reflexionaba sobre las limitaciones de sus poderes.

—¿No vas a preguntarme qué he descubierto?

—Oh, suprema Duacro, ¿qué información has obtenido mediante el uso de tus habilidades únicas e inigualables?

La mujer se sacudió la melena con expresión ufana. Trasno se acurrucó entre las patas del lobo, que no se inmutó, y soltó un resoplido. Esen me dedicó una mirada de advertencia antes de volverse hacia Duacro.

—Empecemos por lo divertido: ¡Todos te odian! —exclamó mientras aplaudía ilusionada.

—No me dices nada nuevo.

—Te equivocas, mocosa, este es un odio nuevo y profundo, arraigado en el sufrimiento colectivo del clan. —Los ojos le brillaron con un placer que me hizo sonreír—. Esa gente es muy aburrida, no sé cómo pudiste vivir entre ellos durante tanto tiempo.

—Una se acostumbra a cualquier compañía...

La señalé con la mirada y la criatura emitió una carcajada abrigada por el eco de cien voces.

—¿Se ha producido algún cambio en la Fortaleza? —le pregunté.

—Veamos... ¿por dónde empiezo? El Consejo Aquamarina sigue dando palos de ciego, así que será mejor que omitamos sus desgraciadas existencias. ¿Estás segura de que no quieres que mate a ningún Ixe? Porque ese favor te lo haría sin esperar nada a cambio...

—Duacro.

—Está bien, nada de muertes en la Fortaleza... Al menos por el momento —añadió con una sonrisa perversa—. Los eruditos investigan las muertes de Alis y Farren a la espera de encontrar algún detalle que las vincule. Por suerte para nosotras, esos impresentables no lograrían ver lo que tienen delante de las narices ni utilizando cien cristales de ampliación.

—¿Han descubierto algo sobre el episodio con el jabalí de fuego?

—Nada —respondió incrédula—. Siguen navegando sin rumbo y en mar abierto. En las contadas ocasiones en las que mueven un remo en nuestra dirección, Foyer se encarga de devolverlos al fondo del mar. Están más perdidos que una sirena en el desierto.

—Un desierto que estaría bien dejar atrás en algún momento —murmuró Trasno enfurruñado. Asentí en acuerdo y Duacro me dedicó una mirada maliciosa.

—¿Tus alucinaciones han venido a recibirme?

—Nada se resiste a tu espléndida compañía —respondí con sorna—. ¿Qué ocurre con las patrullas que nos buscan? ¿Podemos abandonar ya este lugar infernal?

Duacro negó severa. Una parte de mí murió con el gesto.

—Tienen todo el territorio bajo vigilancia —explicó—. Cada vez llegan más soldados de los demás reinos y algunos ya se han adentrado en las Tierras Ardientes.

Esen suspiró, preocupado por la situación. Con la magia y los recursos de la Autoridad, las patrullas del clan pronto nos darían caza. Ya no nos quedaba ningún lugar en el que escondernos.

—Les has dado un buen susto, deberías estar orgullosa —dijo Duacro en cuanto percibió mi inquietud.

—Lo estaría si no tuviese que preocuparme por las quemaduras y la deshidratación.

—¡Oh, los neis! —exclamó con dramatismo—. Siempre lamentándoos, siempre llorando, igual que ese Ix Realix. Qué aburrimiento de persona, de verdad. ¿Me recuerdas por qué tengo que vigilarlo?

—¿Porque es el Ix de mayor rango de todos los reinos? —sugirió Esen.

—Presenciar su existencia es agotador y soportar sus emociones es todavía peor. Que si todo es culpa mía, que si cómo duele, que si tengo que vengarme, que si fui un estúpido por confiar en ella, que si bla, bla, bla... ¡Basta ya!

Su grito me sobresaltó y Duacro soltó una carcajada.

—Disculpa, a veces se me olvida que eres débil.

—Y a mí que no tienes alma —respondí molesta—. ¿Se ha forjado alguna nueva alianza entre los reinos?

—Por ahora todos le muestran pleitesía al Ix Realix. Las seis Fortalezas trabajan para dar contigo antes de que lleves a cabo tu plan maestro, te alegrará saber que eres el centro de todas las conversaciones. Superas incluso la popularidad de Catnia, aunque en Ámbar, en Diamante y en Obsidiana están bastante obsesionados con dar con ella. En el resto de clanes gana el odio que sienten por ti.

—¿Los aliados de Erasmo se mantienen fieles a la causa en Rubí?

—Emosi y el Aylerix trabajan para desbancarlos y liberar a los habitantes de la Ciudad Gris. El hijo de Erasmo visita el reino Rojo todos los amaneceres. Él, Foyer y la guardia de Emosi trabajan en un plan para probar que la Autoridad hizo cosas feas y bua, bua, bua —lloriqueó.

—Me sorprende que Quentin le dedique tanto tiempo a la situación en Rubí cuando la Ix de Aqua ha sido asesinada.

—Es que se siente culpable por abandonar a su pueblo y todo ese rollo. No te aconsejo meterte en su cabeza, es un lugar horroroso en el que pasar el tiempo.

Sonreí ante su evidente disgusto.

—Quizá podríamos usar esas distracciones a nuestro favor... —sugerí.

—¿Quién ha dicho que se distrae? El rubito está obsesionado con encontrar a Catnia y arrancarte de las profundidades de la tierra para cortarte en pedacitos por haber asesinado a Ix Alis. Ya sabes que lo de las hermanas muertas es un tema bastante personal para él.

—¿Cuál será su próxima ofensiva?

—Por ahora se entretienen organizando nuevas patrullas. Saben que no has atravesado las fronteras de los reinos y les quedan pocos lugares en los que buscarte.

—Cada vez se acercan más...

—Así es. El Consejo Aquamarina está histérico y los Ixes no entienden por qué Killian se niega a activar el protocolo de emergencia.

—¿Quieren que abandone la Fortaleza? —pregunté sorprendida.

—Ya te he dicho que tu talento los ha puesto nerviosos. Saben que el Ix Realix, con el poder que alberga, no tardaría en encontrarte. Él piensa en hacerlo todas las posiciones, pero nunca se decide. ¿Sabes por qué?

—Porque si me llevase de vuelta a la Fortaleza, tendría que reconocer ante sus súbditos que le dio todo lo necesario a la asesina de su hermana para huir de la ley.

Duacro me miró con malicia.

—Ay, los neis... Sois tan simples como retorcidos.

—¿Qué has averiguado de los ancianos? Nunca pensé que llegaría a decir esto, pero si se les da por terminar su cónclave eterno, podrían meternos en problemas.

—¿Crees que esos vejestorios se atreverían a intervenir? —cuestionó divertida—. Preferirían ver el mundo arder desde lo alto de las montañas antes que abandonar la comodidad de sus tronos cubiertos de polvo.

—Mejor para nosotras —dije complacida—. Las investigaciones de la Fortaleza no llegan a buen puerto, los Ixes desconocen nuestros planes y las patrullas todavía tardarán en dar con nosotros.

—No cantes victoria —advirtió con una seriedad impropia en ella—: el sanador trama algo.

—¿A qué te refieres?

—El cadáver de Alis lleva lunas flotando en una sala protegida por cientos de barreras que me impiden entrar. Solo acceden a ella el Ix Realix, el sanador y la Guardia Aylerix. Lo he intentado por activa y por pasiva, pero bloquean los pensamientos que nacen entre esas cuatro paredes con un hechizo y todavía no he averiguado qué ocultan.

—¿Para qué quieren el cuerpo de Alis?

—No pretendo ser negativo —intervino Esen—, pero podrían estar intentando devolverla a la vida.

Se me desencajó la mandíbula. El miedo me heló la sangre. ¿Es que la magia de las gemas no tenía límites? ¡Malditos neis! Si lograban recuperar a la Ix, todo mi esfuerzo habría sido en vano.

—Sabías lo que arriesgabas cuando empezaste la partida —me recordó Trasno.

—Si averiguan lo que planeamos antes de que tengamos todas las piezas en posición...

—Sí —sentenció Duacro—, problemas.

🏁 : 90👀, 40🌟 y 37✍

@librosywattpad.recs es mi usuario en Tiktok. Me he creado un perfil para compartir frases de mis libros favoritos 😻y vídeos horrorosos (de los que dan grima) 😖 para promocionar mis novelas en Wattpad. Si os apetece darme apoyo moral en esta misión suicida, os lo agradecería muchísimo. 🥺🥺

Ahora:

¡La reina ha regresadoooo! 👑

¿La habéis reconocido? ¿Esperabais su aparición? 😈

Duacro nos trae bastante información... ¿Ya tenéis teorías? 😏

¡Deseando saber!

Espero que os haya gustadoooooo 😍

Un beso enorme 🥰