Un Nuevo Hogar/Una Nueva Acompañante
Capítulo 5
Al día siguiente, Ann despierta con música de fondo, se despereza un poco y se sienta sobre la cama.
Le da un recorrido con la mirada a este último lugar sabiendo que lo que sucedió anoche no era un sueño, era realidad; ella no podía evitar sonreír antes los recuerdos de la noche anterior, sin duda era el primer mejor cumpleaños después de la muerte de su única familia.
Mientras Ann estaba en su nueva habitación, Etsu se encontraba en la sala ya aseado y cambiado con la música que provenía de su celular, pensando y hablando consigo mismo.
-A ver Etsu, debes acostumbrarte a la presencia de Anneliese de hoy, más bien desde hace un par de días atrás vivirá aquí, la verás todos los días y hablarás con ella todos los días, sé que es primera mujer desconocida con quien convivimos de una forma... Sana, pero solo es cuestión de costumbre -se decía a si mismo mientras la música lo acompañaba en esa cálida mañana.
Ann opta por levantarse aún teniendo la pesadez de la pereza en su cuerpo, una vez de pie, arregla la cama y se dirige a la sala y lo mira para luego sonreír.
-Buenos días Et- lo saluda.
-Buenos días- dice saliendo de su propia conversación sin levantar sospechas -¿Dormiste bien?- pregunta.
-Si, he logrado descansar ¿y tu?
-Sí, espero que hayas descansado lo suficiente para tener energía para la mudanza- lo mira un poco sorprendida.
-Ohhh, cierto- sonríe -Se me había olvidado.
-Entonces, ve a alistarte, yo haré el desayuno- Ann asiente para acto seguido entra a su habitación para tomar su respectiva ducha cambiarse y arreglar su largo y castaño cabello ondulado.
Etsu se encontraba en la cocina preparando dangos su elección fue porque quería que ella conociera un poco sobre aquella cultura, seguramente no sabía que eran los dangos, así que de una forma inconsciente quería sorprenderla.
Ann al salir, se encuentra con la espalda de Et en la cocina. Por alguna razón esa escena le pareció divertida. Etsu cocinando con un adelantar blanco puesto. Se veía tan raro.
-¿Te ayudo en algo?- pregunta una vez está detrás de él.
-Sí- dice sin mirarla, Ann sonríe -Sientate en el comedor y espera ahí- La sonrisa de Ann se pierde y frunce su ceño.
-Pero...- intenta protestar pero él la interrumpe.
-Pero nada, recuerda lo que dijo el médico- se voltea a mirarla, nuevamente sus rostros vuelven a encontrarse, ambos se quedan quietos esperando la reacción del otro. Et, se voltea y toma una pastilla, para luego pasar por el lado de ella que aún seguía anonadada, tomó un vaso y lo lleno de agua.
-Ten- En una mano sostiene el vaso y en otra la pastilla, los cuales le extiende a Ann -Tomalos- la mira haciendo una mueca de desagrado.
-No me gustan las pastillas- protesta mirándolo.
-Si no las tomas no podrás recuperarte y si no te recuperas no podrás hacer nada- la amenaza.
Ann no tuvo más remedio, sabía que él tenía razón así que de mala gana tomo ambos objetos que yacían en las malos de él, tomo su medicamento e hizo una mueca de desagrado al tragarla.
-Viste, no te moriste- comenta Et burlón volteandose para terminar el desayuno.
Ann, coloco los ojos en blanco con una sonrisa en labios para luego caminar hacia el comedor.
Unos minutos más tarde, Etsu aparece con un par de platos en sus manos, entregando a Ann uno y dejando en su puesto otro, luego se dirige nuevamente a la cocina trayendo está vez un par de tazas de café, una para ella y la otra para él y finalmente se sienta.
-Hmmm, nunca había visto algo así ¿esto es...?- lo mira. Aquella pregunta le da entender a Etsu que acertó, sabía que no conocía ese platillo lo que causa que sonría triunfalmente de forma interna. Comenzó a suponer que no conocía otros platillos de este lugar. Así que a medida que vaya pasando el tiempo la iba a ir adentrando a ellos para que los desgustará.
-Son dangos - dice mirándola.
-¿Dangos?- lo mira un poco confundida, primera vez que escucha ese nombre.
-Los dangos son pequeñas bolitas dulces tipo "mocchi" japonés elaborado generalmente de harina de arroz o de patata cubierto de un sirope o jarabe dulce, y en ocasiones rellenos, en esté caso los hice de harina de arroz unos lo hice de fresa y las otra de té- le aclara mirandola esperando su reacción.
Ann muerde un pedazo, saboreado dicha comida. Y no podía mentir, la comida estaba buena.
-Está muy delicioso- dice y sonríe.
-Espera a que termines de comer y verá- la mira- Si quieres más me avisas y hago más dice mientras Ann asiente.
-Gracias por el desayuno- le agradece Ann. Y es que él se estaba portando muy bien con ella desde que llego.
-De nada- responde -Ahora a comer- dice para comenzar con su desayuno, Ann le da una última mirada y luego retoma su desayuno en completo silencio, no un silencio incómodo sino un silencio agradable.
Al terminar sus Dangos, Ann toma su taza de café y la termina y Etsu la mira.
-¿Quieres más?- le pregunta Etsu terminando su café al igual.
-Así estoy bien- sonríe, toma su plato junto a su taza y se levanta. Etsu en acto de reflejo y se los quita.
-Yo los lavo- toma lo suyo y se dirige a la cocina -Recuerda que no puedes hacer nada durante dos semana- le recuerda, ella alza una ceja y lo mira irse a la cocina.
-Pero no hago nada de fuerza, es algo mínimo- Va tras él.
-Aún así- llega a la cocina.
-Por favor- se cruza de brazos. ¿De verdad no la iba a dejar hacer nada? Era una exageración de su parte. Ya ni le dolía la mano, claro que podía lavar un plato.
-No- dice recto.
-Venga.
-Ya dije que no- alza la voz y Ann da un pequeño salto en su lugar y Et respira hondo.
-Lo siento Ann, pero debes cumplir lo que dice el doctor. - suaviza su tono.
Ella simplemente asiente -Iré a lavarme los dientes- dice dando media vuelta dejando a Etsu solo en la cocina, este da un largo suspiro mientras en su mente vagan los pensamientos de lo cuán difícil debe ser vivir con una chica muy terca, una chica que es diferente a las demás y no se puede dar el lujo de dejarla ir así de fácil. Algo en su interior lo empujaba a cuidarla aunque el mismo lo negará.
Rápidamente llega al lavabo y comienza a lavar la vajilla utilizada.
Ann se encontraba en su habitación, tal como dijo, lavo sus dientes y luego se sentó en su cama, apenas conocía a aquel chico que está allá afuera, cruzando la puerta y ya se viene a vivir con él ¿qué imagen habrá tenido? ¿Por qué le inspira tanta confianza si aún no lo conoce? Han pasado dos días en su apartamento y aún no ha hecho nada en su contra, además, necesitaba un poco de compañía y poder ahorrar ese dinero que gasta en el alquiler. Aunque, debe pagar sólo la mitad de su Universidad, prefiere pagarla ahora antes de que no pueda.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por unos pequeños golpes en la puerta.
-¿Ann?- dice una voz ya reconocido para sus odios, ella inmediatamente se levanta de la cama y abre la puerta.
-¿Si?- lo mira
-Hmmm, yo quería decirte...- titubea.
-¿Querías decirme?- alza una ceja.
-¿Estás lista?- pregunta.
-Sí, claro, solo un momento- entra a su nueva habitación, toma las llaves de su casa y algunos Yenes para salir.
-Lista- sonríe sacudiendo las llaves. De alguna u otra forma el vivir con él la alegraba un poco. Tal vez le diera un poco de emoción a su vida.
Él sonríe junto a ella para luego ambos salir de la casa.
Una vez a fuera van a la parada de bus y lo toman, Ann saca su dinero para pagar pero Etsu descubre sus intenciones rápidamente y hablando perfectamente en la lengua natal de dicho país, logra pagar los dos pasajes antes de que ella lo hiciera.
-¡Hey! Yo iba a pagar mi pasaje- lo mira caminando hacia un asiento y captando la mirada de algunos. Las de las mujeres se centran en él y la de los hombres en ella.
-Muy bien dicho, ibas- se sienta, ella rueda los ojos y resopla para sentarse a su lado.
Luego de algunos minutos él capta las miradas de las chicas.
-Tienes nuevas admiradoras- le susurra y este mira a su alrededor.
-Y tu nuevos admiradores- susurra -Eres muy linda captas la atención de muchos- dice sin restarle importancia.
Ann lo mira y sonríe -Pues estás en las misma.
Al pasar algunos minutos, estos dos llegan al apartamento de ella.
-No perdamos tiempo, a empacar- dice Etsu.
-Está bien, tu me ayudas con las cosas de la sala y yo con el cuarto y baño -Comanda Anneliese, camina hasta el último cuarto y trae cajas, las suficiente para la mudanza -Ten, comencemos- Et asiente y Ann va hacia su habitación.
Et comienza a empacar lo básico, libros, portátil, cuadernos y luego se detiene en las fotografías, una de ellas es cuando estaba pequeña, tenia una sonrisa muy tierna, era cachetona y sus ojos cerrado, esa le sacó una sonrisa a él, luego se encuentra una foto familiar, era su cumpleaños número 16, estaba ella, un señor Alto, ojos grises y cabello negro, una señora del mismo cabello pero ojos azules y un par de gemelos idénticos a la señora, no había semejanza de esos cautivadores ojos color avellanas pero lo paso por desapercibido y había otro retrato, de reojo era igual que Ann. Así que lo guardó y siguió empacando.
Al cabo de un par de horas la casa ya estaba desocupada. Entre Ann y Etsu empacaron un par de vajillas y lo principal de una cocina, era muy poco, pero todo era casi nuevo y para una sola persona, Ann llama a la dueña de la pequeña casa, le agradece y sacan todo.
-Tenemos un problema- comenta ella.
-¿Cuál?- la mira con el ceño fruncido.
-¿Quién llevará todo esto?- alza una ceja.
-Por eso no te preocupes, tengo mis contactos- sonríe y llama.
Al cabo de unos minutos, llegó un camión y entre todos montan las cajas y la maleta, al finalizar el camión se va y toman un taxi hacia el apartamento que va detrás del camión de mudanza.
Una vez que llegan Etsu paga la mudanza y el taxi. Entre Etsu y Ann suben las cajas y organizan todo, Ann lleva sus portarretratos y su ropa a la habitación lo cual lo ordena perfectamente, dejando de último los retratos.
Etsu, en la sala comienza a acomodar algunos libros y en la cocina los pocos implementos de cocina de ella.
En una caja nota su portátil así que lo toma y lo lleva a su habitación.
Toca la puerta y entra, la ve colocando con delicadeza el último cuadro.
-¿Es tú familia?- pregunta captando su atención, al tenerla aprovecha y le entrega su portátil.
-Muchas gracias- lo toma -Sí, es mi familia- vuelve a mirar la foto con un poco de nostalgia.
Asiente -¿Por qué no te acompañaron hasta acá?- pregunta mirando al igual la foto.
-Es una historia que te contaré más adelante- desvía su mirada de aquella foto. Aunque quisiera desahogarse con Etsu como le ha afectado todos esos acontecimientos en su vida, aún no estaba segura si debería hacerlo o no. Por otro lado Etsu buscaba mil y una razón para saber él porqué su familia no la acompañaba. Él solo se limita a asentir, no la obligaría, esperaría el momento indicado.
-¿Te puedo ayudar en algo?- Pregunta Etsu.
-No, ya termine con todo- sonríe y se dirige a una mesita de noche y deja allí su portátil.
-¿Tienes hambre?- sigue con las preguntas.
-¿Qué hora es?
-Es de mala educación responder con una pregunta a otra- sonríe y ella lo mira devolviéndole la sonrisa -Son pasadas de las 2 de la tarde- responde.
-Se fue el tiempo rápido- suspira -Yo cocino- dice mientras va caminando hacia la puerta pero el rápidamente la cierra y la acorrala.
-Recuerda que no puedes hacer NADA- hace énfasis en la última palabra muy cerca de su rostro, ella simplemente bufa para luego mirarlo directo a los ojos.
Y así pasaron segundos los cual fueron eternidades en el cual esta pareja se mantuvieron mirando mutuamente. No hacían faltas las palabras en ese momento, por alguna razón que ambos desconocían, el mantenerse así les hacía bien.
-Pediremos arroz chino- Etsu rompe el momento y la deja "libre" abre la puerta y se va a llamar.
Comienza hacer su pedido desde afuera mientras Ann toma su celular y entre las miles de llamada de Camilo, el tipo que se quiso aprovechar de ella cuando estaba en depresión por la pérdidas de varios seres queridos encontró un mensaje de la Universidad el cual en forma resumida decía que había pasado su examen de admisión a dicho lugar. Ella no podía contener más la alegría así que salió corriendo hacia donde Etsu que ya hacia desocupado, así que se tiro encima de él y la fuerza de impacto hizo que cayeran los dos juntos.
-¿Y esa alegría?- preguntó él una vez en el suelo, Ann se levantó con una sonrisa en su rostro y se sentó en su estómago.
-Pase el examen de admisión de la Universidad- sonríe.
-Felicidades- él también sonríe, por alguna razón su alegría se la contagió. -¿Cuándo comienzas? ¿Cuál es tu horario?- pregunta.
-Comienzo mañana Lunes y es de 7:00 pm a 11:00 pm- sonríe y el frunce el ceño lo cual llama la atención de ella -¿Qué pasó?- borra su sonrisa.
-Ese horario es muy pesado, hablaré con el rector, soy muy amigo de él y le diré que cambie tu horario- Se levanta a tomar su celular.
-No te preocupes, yo pedí ese horario, yo trabajo de lunes a viernes de 12:00 del medio día hasta las 6:00 pm- lo mira.
-¿Trabajas?- pregunta incrédulo.
-Siii- sonríe. -Tranquilo, es más en la tarde, ¿Me puedes acompañar a comprar los útiles?- lo mira esperando su respuesta.
-Después de almorzar debo trabajar, pero Kazumi te puede acompañar. - la mira.
-Claro- sonríe.
Al instante llega la comida y comen, una vez que terminan Etsu lava los platos y se viste.
-Me tengo que ir ya ¿llamaste a Kazumi?- pregunta colocándose su chaleco.
-Ya la llamo- lo mira -Suerte- sonríe.
-Gracias- le devuelve la sonrisa y se va.
Ann cierra la puerta y enseguida llama a Kazumi.
Un timbre... Dos timbres... Luego del tercero lo toma.
-¿Aló?- pregunta extrañada
-Buenas tardes Kazumi, soy Anneliese- responde.
-Hola Ann ¿cómo conseguiste mi número?- su pregunta fue directa.
-Ahhh, tu hermano me lo dió - responde.
-Hmmm ¿se te ofrece algo?- pregunta.
-Sí, era para ver si me puedes acompañar a comprar mis útiles, mañana entro a clases- dice.
-Claro, solo dime donde estás y voy para allá- dice.
-En... El apartamento de tu hermano.
-¿¡Cómo así!?- pregunta sorprendida.
-Cuando llegues te explico.
-Esta bien, en unos minutos estoy allá- cuelga y Ann comienza a alistarse.
De seguro que cuando llegue Kazumi, está la iba a bombardear de montones y montones de preguntas referentes al de porque ella aun se encuentra allí, así que tenía que prepararse mentalmente para las respuestas.
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