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Sentimientos Encontrados


Capítulo 7

Una semana, una estúpida semana había pasado desde que pasó lo del beso que impactó a ambos. Muchas cosas pasaban por su cabeza.

¿Etsu anhelaba en realidad ese beso? ¿A caso ella lo quería?

No lo lograba comprender a pesar de haber tenido una semana de ese hecho, y ahora el que ella lo evitara o solo intercambiarán unas pocas palabras junto a asentimientos de cabeza, lo volvían loco. Nunca le había pasado eso. El que él; Etsu Ken, el mujeriego más conocido por casí todas las chicas del lugar, recepción y oficina, porque sí, él se había acostado con más de una de sus compañeras de trabajo dejando en claro que solo era eso, Sexo. Ahora se encontraba debatiéndose sobre un tema tan vano para él en su vida; Un beso, sólo un beso, un apasionado y placentero beso que lo dejó con ganas de otro. Pero grande era su suerte que después de ese día a penas lograba siquiera verla.

Maldecia cada noche el hecho de no tener la valentía suficiente para hablar del tema con ella.

Ella se la pasaba la mitad del tiempo en el trabajo y la otra mitad en la universidad. Casí ni la veía y eso en parte lo ayudaba o era lo que creía él, el no pensar tanto en ella. Aunque era casí imposible.

¿Y que era lo que en realidad pensaba?

Su mente era un conglomerado de sentimientos, ladea su cabeza hacia ambos lados apartando esos pensamientos de su mente de una vez por todas. Asi nunca se lograría concentrar en su trabajo. Más bien no lo hacía desde hace minutos atrás lo cual lo frustraba más.

Pasa sus manos por su cabellera ahora algo larga, cerrando sus ojos para soltar nuevamente todo el aire contenido en sus pulmones. Lleva su mirada hacia su celular mirando la hora.

-Tal vez aún se encuentre en el trabajo.

Por otra parte Anneliese se encontraba en su trabajo, caminando de aquí para allá, tomando pedidos a varias personas que se encontraban en el café ese día.

Una parte de ella agradecía el estar ocupada la mayoría del tiempo, ya que no le daba el tiempo de pensar sobre el beso que le plantó a Etsu. Admitía que en ocasiones por las noches su mente proyectaba una y otra vez ese momento, quitándole el sueño y debido a esto estaba algo distraída en su trabajo teniendo varios llamados de atención por su jefe. Aunque apreciaba el hecho de que su jefe fuera comprensivo con ella.

Suelta un suspiro de alivio al lograr sentarse en uno de los bancos más apartados del lugar.

Había pasado gran parte de la tarde en pie, y al fin tenía un pequeño descanso antes de terminar su ronda diaria.

El lugar era acogedor. Las paredes tenían figura de ladrillos rojos y tanto las mesas como el suelo eran de madera color marrón. El olor que tomaba posición de los que entraban, era un agradable café liviano.

Miraba hacia afuera paseando su mirada entre las personas, algunas hablando amenamente con su acompañante o incluso personas solas apreciando la ciudad como lo hacía ella ahora, con la diferencia de que ella tendría que volver a trabajar en algunos minutos mientras las personas tenían la libertad de pasear cuanto ellos quisieran. Que gran diferencia.

-¿En que piensas mi querida Anneliese?- La voz de un chico sin tanta musculatura, pero con un color de piel trigueña, unos ojos mieles y un color de cabello castaño claro, era Jake, hijo del jefe, la saca de su ensoñación para mirarla.

-Jake... -Lo saluda mostrando una pequeña sonrisa dejando de lado sus pensamientos. -¿No deberías estar atendiendo?

-Te veía tan sola que quería venir a saludarte. -El chico era amable con ella a pesar de ser el hijo del jefe, no era para nada como los egocéntricos que salen en los libros que logro leer.

-Sabes que es mi momento de descanso ¿no?

-Sí, lo sé y por eso aprovecho de hablar contigo.

La chica le muestra una sonrisa, si quería hablar con él, lo necesitaba, no podía hablar solo con los clientes.

Así pasaron varios minutos riendo y hablando. La compañía de Jake era acogedora para con ella.

-Anneliese un cliente. -La voz del señor Jorge su jefe la obligaban a salir de su platica. Indicó de que ya había acabado su descanso.

Anneliese asiente para levantarse y colocarse su adelantar. El deber la llamaba así que tenía que ir. Saca su libreta junto al bolígrafo, camina con paso lento a la mesa sin mirar a su cliente.

-Buenas tardes en que lo pue... -Sus palabras fueron interrumpidas al darse cuenta quien estaba a su frente.

Etsu se encontraba allí mirándola atentamente, dándose cuenta de su reacción. Una parte de él sonreía por dentro. Su presencia la había descolocado de sobremanera.

Sin emabargo Ann se encontraba algo nerviosa, no se lo esperaba. Por su cabeza pasaron muchas posibilidades de lo que él podría estar haciendo, pero nunca llegó a la conclusión de que él llegara hasta su trabajo.

Tragó seco negando, no podía pensar en eso ahora, estaba trabajando y él era un cliente más allí. Aclara su garganta y habla pausadamente.

-¿Que desea? -Su voz salió algo temblosora pero la supo disimular.

-Ann, necesito...

-Estoy aquí para trabajar, ahora digame ¿Qué desea? -Lo corta.
Etsu frunce el ceño para luego asentir.

-Un latte doble.

-Bien. - Anota, y con decir esto se retira.

Su pulso era rápido el hablar así fue mal de su parte ¿Pero que podría hacer? Estaba a la defensiva, él no la había buscado después del beso. Ni para echarla de la casa ni para decirle que siente los mismo que ella. Por ese lado sentía que jugaba con ella lo que hacia que se sintiera enojada.

-¿Qué pasa Ann? -Pregunta Jake al verla algo nerviosa. Después de esa orden ya no había salido más a atender, no quería volver más allí ya no tenía cara con que verlo.

-Jake lleva esta orden a la mesa siete, por favor. -Pide mirando hacia la mesa donde se encontraba Etsu, el cual este miraba con impaciencia hacia donde se había perdido Ann minutos antes.

-¿Te sientes bien? -La pregunta de Jake la descoloco de lugar.

¿Qué si se sentía bien? Pues no lo sabía y eso era lo que le frustraba. No sabía a ciencia cierta porque lo evitaba. Tal vez por pena, sí podría ser eso o enojo. Asiente para que Jake no se preocupe.

-Sólo llevalo ¿si? Salgo ahora. -Masculla por lo bajo.

-Bien. - Y con decir esto se va a llevarle el café a Etsu el cual se extraña que Ann no se lo fuera llevado ella misma.

-¿Segura que te encuentras bien? -Insistía Jake - Llevas más de quince minutos sin salir, los clientes esperan.

-Ya saldré. -Nota como Etsu se levanta de su asiento para salir del café. Al fin se iba y ella podría trabajar en paz, aunque con esa visita inesperada no se iba a poder concentrar por completo.

Mientras tanto Etsu se encontraba fuera del café recostado de la pared del edificio de al lado del café con los brazos cruzados en forma de molestia.

Estaba claro que ella no lo quería ver allí, por eso fue otra persona a llevarle su café, claro ella lo estaba evitando como muchas veces lo hacia cuando estaba en casa. Las acciones de ella lo molestaban, pero estaba molesto no con ella sino con él mismo, se lo merecía, eso era lo que creía y se lo reprochaba a cada momento.

No se iba a ir de allí hasta que saliera, estaba decidido de no irse sino era con ella.

Las horas pasaban y Ann aún nada que salía, ya se estaba irritando. Tal vez ella sabía que él lo estaba esperando, por eso no había salido. Descarto esa idea al escuchar la campanilla de la puerta del café sonar.

-Hasta pronto señor Jorge, Jake...-Se despide con la mano y una sonrisa adornando su rostro.

-Has tardado...

La sorpresa que se veía reflejada en su rostro era tal que su corazón comenzó a palpitar como si fuera corrido una maratón. Con una mano en su pecho por el susto. Voltea lentamente haciendo que sus ojos quedaran fijos en los de él.

-Tenemos que hablar.

Con cada palabra que decía se va acercando más a ella haciendo que tragara grueso no moviéndose de su lugar.

-No hay... Na...Nada de que hablar... -Trata de que su voz salga recta pero le es imposible.

-Si la hay. - La acorrala contra la pared para tomarla por la cintura haciéndola temblar. Ella quería ser fuerte ante él, lo cual se lo ponía imposible. Estaba nerviosa y lo admitía. Estaba nerviosa solo por su presencia.

-Hmmm Etsu... -Susurra con la mirada baja.

-No bajes tu mirada, es hermosa. -La toma por el mentón haciendo que lo mire. -Sabes, no me gusta que me ignoren Ann, no me fuera importado si provenía de otra persona, pero nunca lo creí de ti. - La apega más de él. Ann coloca sus manos en el pecho de él para tener algo de distancia la cual en ese momento era casi imposible.

Las personas pasaban mirandolos con ojos chismosos, pero esto no le importaba a él ahora lo que importaba eran ellos dos. Al frente del café, ella acorralada contra la pared y su pecho, él acortando cada vez la poca distancia que se hallaba entre ambos. Etsu la miraba atentamente, observando cada rasgo de su rostro, sus gestos y la forma en que ella evitaba mirarlo a los ojos.

-Anneliese estoy cansado de esto.

Me dirá que me vaya, que ya no me necesita en su departamento que solo era una broma y nada era verdad.

Se martillaba una y otra vez la menor. Estaba segura que él le diría eso.

-Etsu... yo... -No tenía palabras, se estaba resignando al hecho de vivir con él.
Etsu acorta la poca distancia que los separa juntando sus labios en un cálido beso sobresaltandola a ella.

Se esperaba cualquier cosa de él menos un beso, bien sabía que la primera vez fue ella quién tomo la iniciativa pero fue solo para callar a Camile. No lo hacia por puro placer como ahora él hacia en ese momento o quizás si. Sus mejillas comenzaron a dolerles un poco, era evidente su sonrojo y las personas que pasaban por su lado mirandolos tampoco ayudaban para que no se sintiera tan avergonzada en ese momento. Los segundos pasaban dándose cuenta que ya no lograba divisar a las personas a su alrededor, solo existían ellos dos sintiendo sus labios moverse al compás con los de él, se permitió cerrar sus ojos y pasar sus manos temblodoras por su nuca abrazandolo por el cuello para profundizar más el beso.

Ese beso se sentía tan bien, todo su cuerpo se dejó llevar por él. Sus labios se movían con avivez. Deseaban ese beso, poder sentir nuevamente los labios de ambos. Un beso mágico que para ella significaba muchas cosas y aunque aun se negaba admitir para él también. Se separaron por la falta de aire en sus pulmones.

Él la mira formando una sonrisa en sus labios, llevando su pulgar hacia su mejilla acariciandola, ella ladea su cabeza hacia un lado cerrando sus ojos por las caricias proporcionadas de él. Etsu la mira, se veía tan linda así, tan indefensa y con sus mejillas levemente sonrojadas.

-Ann... - Murmura mirandola, ella abre sus ojos posandolos sobre los de él. -Me gustas...

No lo podía creer, él, Etsu, el Etsu que Kaz le había dicho que se cuidará. Ese mismo chico mujeriego le estaba diciendo que ella le gustaba. Con solo pensar eso, lo veía tan irreal. Aunque, si lo pensaba bien podría haber un riesgo. Como bien lo sabía, él era un mujeriego. Cabía la posibilidad de que si aceptaba él la rompiera el corazón. Pero sino lo intentaba iba a perder la oportunidad.

Es mejor haber amado alguna vez y perder que no haber amado nunca.

Esas frases llegando a su cabeza como un rayo. Tal vez podría darle una oportunidad y arriesgarse a que él no le rompiera el corazón.

-Tú... Tú también me gustas. -Ya lo había dicho y no había vuelta atrás. La sonrisa que le dedicaba Et era tal que se la contagió a ella. Toma la solapa de su camisa y esta vez es ella quien lo besa.

Dos personas en una calle a la luz de la luna besándose con cariño y ternura. ¿Quién lo diría que dos almas tan distintas fueran destinados a estar juntos?
Nadie, absolutamente nadie lo sabía. Tal vez fue el destino o es mera casualidad, no lo sabían pero como dicen, el amor no mira edad, raza o color, el corazón no tiene cara,
solo basta que dos personas se atraigan una a la otra para que el amor nazca.

Se dice, que los polos opuestos se atraen.

Etsu decidió acompañar a Ann hasta la universidad, se había perdido su primera semana no se puede dar el lujo de perder esta.

Ann le pregunta a Etsu sobre Camile en el camino, él le cuenta su historia. Ellos eran novios, él la quería demasiado pero ella lo engañó con su mejor amigo, Daniel. Desde ese día no se había vuelto a enamorar. Hasta que llego Anneliese.

-Anneliese- detiene la caminata  captando su atención.

-¿Qué sucede?- Le regala una mirada, buscando en sus ojos que ocurría.

-No quiero que más nadie te vea con los mismos ojos que te veo yo a ti. - Se fija en la mirada de Ann la cual intenta descifrar lo que le quería decir. -No quiero que se te acerquen a ti, no quiero que nadie este a tu lado.- Suspira buscando controlar su pulso y nervios. -Anneliese Johnsons ¿Quieres  ser MÍ novia?- Esas palabras bastaron para que los ojos de Anneliese se abrieran a más no poder junto a su boca.

Jajajajaja ¿qué pensaron? No se libraran de nosotras! 😈
Bueno, por ahora.

Aquí su capítulo.

Con cariño sus escritoras EileenloveM y Fanfic080615

Hasta el otro sábado 👋

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