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El Rescate

Capítulo 17

Ya tenían un plan establecido junto a varias unidades a su alcance. Gracias a Hiroki, que había pedido a varias patrullas acompañarlo hasta el lugar dónde tenían a la menor, novia de Etsu. Claro que no pusieron resistencia, no podían hacerlo. Era contra el código policial, el rechazar una petición de esa magnitud implicaba un mal visto a la sociedad, sobre todo a esa ciudad donde todos, o casi todos eran consciente de lo que pasaba.

Etsu se encontraba colocándose el chaleco antibalas que le pertenecía, y guardaba varios cartuchos de balas en su cinturón, para más tarde usarlos en el rescate de su novia. Hiroki más atrás de él se colocaba unos auriculares con micrófono instalado en la laptop del mayor, él iba a ser la persona que los iba a guiar por aquellas instalaciones desconocidas para todos los presentes.

Hasta para el escuadrón de rescate que allí se encontraba para ayudarlos en esa situación, que para Etsu era crucial.

Admitía que, cuando Hiroki le informó dónde se encontraban esos tipos que habían secuestrado a su novia, no lo dudo ni un minuto para buscar su arma y salir a buscarla, así tuviera que ir solo, enfrentarse a esos tipos, no importaba si era con armas o un combate cuerpo a cuerpo- Aunque eso se le daba fatal- Aún así no le importó, solo tenía un propósito en ese momento y era rescatar a Anneliese.

Claro que Hiroki le frustro su ida la noche anterior. Tomándolo por un brazo y no dejándolo salir del departamento.

-¡Dejame salir Midori! - Exclamaba con una voz fuerte y algo tosca.

-¿Tienes alguna idea de que harás cuando estés frente a los criminales? - Contestó con su evidente fastidio el cual se veía reflejado en su rostro. En definitiva, los hermanos Ken, todos, sin excepción de ninguno eran unos problemáticos en potencia.

El mayor lo mira con el ceño levemente fruncido, dando a entender que no lo molestará, sin importar que dijera él iba a ir a buscarla.

-¿Te recuerdo Ken, que tu mayor fuerte de pelea no es el combate cuerpo a cuerpo. - Toma una pausa examinándolo con la mirada. - Sin chaleco antibalas, solo con una calibre 16 y cinco balas en ella, con la impotencia por dentro de ti. ¿De verdad crees que ganarás esta pelea?

-Solo quiero rescatarla. - Suelta con brusquedad para soltarse de su agarre.

-Y lo harás, pero hay que pedir ayuda. - Mete sus manos en los bolsillos para darse la vuelta. - Llamaré a la comisaría, diré que tengo una valiosa información sobre el paradero de Anneliese Johnsons, por lo que sé, es imposible que rechacen esa información proporcionada por un civil que pasaba por el lugar. - Etsu entorna sus ojos en la puerta, suelta la manilla de está y vuelve su mirada hacía Midori.

-¿Y cuándo iremos por ella? Te recuerdo que el supuesto - Hace comillas con sus dedos al decir eso último. - Intercambio es en dos días, contando desde hoy.

-Sí, estas en lo cierto. ¿Y que más da si el plan se ejecuta ese día?

Sin darle tiempo al menor de reaccionar, Etsu lo toma por el cuello de la camisa levantándolo del suelo, solo unos cuantos centímetros de éste.

-Mira mal nacido, no tengo tiempo para tus ironía ahora. - Presiona más el agarre de su cuello.

Sin embargo Hiroki se encontraba tan apacible como siempre.

-Llamemos a las unidades, y, mañana iremos por ella Ken.

Etsu lo suelta con brusquedad tambaleándose un poco para mantener el equilibrio.

Y ese día había llegado, esperando las señales de Hiroki para partir hacia dentro del edificio en ruinas.

-Agente #3 ¿Qué hace usted aquí?- Pregunta un chico de baja estatura con cabello negro portando el uniforme del FBI parecido al de Etsu. Éste ni se molesta en contestar, vuelve su mirada hacía el edificio con un rostro sin expresión alguna.

-¿El jefe sabe que estas participando en esto? - Toca su hombro. - Sabes las reglas Ken.

-Y por esta vez las ignoraré.- Dice apartando la mano de él de su hombro. Se acerca a Hiroki para encararlo. - ¡Cuando!- Dice alto colocando sus manos en la pequeña mesita donde estaba apoyada la laptop.

-Necesito que te relajes y, vayas con tu escuadrón hacia el frente. - Contesta sin mirarlo.

-Midori...

-El escuadrón donde estarás, será liderado por el agente #10. - Eleva su mirada alzando una ceja.

-¿Con Nawem?- Suelta para arrugar su nariz en completo desacuerdo.

-Así es Ken, con Nawem. ¿Algún problema con eso?

Lo observa para notar su expresión, a Etsu no le gustaba mucho trabajar con el agente #10 Nawem Suzuki, no porque fuera mal compañero, sino por su arrogancia al trabajar.

-No eres mi jefe - Masculla con molestia.

Hiroki suelta un profundo suspiro para negar - Etsu colabora por favor. - Pide colocando sus dedos pulgar e índice en el puente de su nariz.

El mayor hace una mueca entornando sus ojos, para ir hacía donde estaba el escuadrón al cual pertenecía.
Nawem, un hombre alto, corpulento, ojos verdes como los de su hermana, semblante serio, cabello negro, miraba a Etsu con una leve sonrisa en la comisura de sus labios. Etsu lo fulmina con la mirada para colocarse a unos cuantos metros de ellos.

-¡Es hora de entrar! - Grita Hiroki mirando a Etsu, el cual se notaba ansioso, se prepara para entrar pero la mano de Nawem lo para.

Ya comenzaba a odiar que lo estuvieran detuviendo. Etsu lo fulmina con la mirada.

-Hay que seguir con las indicaciones que tiene el chiquillo.- El hombre señala hacia donde está Hiroki.

-El escuadrón uno, hacia el Oeste a quinientos metros de distancia, revisen toda esa área. - Comienza a comandar el menor de todos allí como si él fuera el jefe de todos.

Las personas que conformaban ese escuadrón asienten para entrar a toda prisa.

Etsu cada vez estaba más ansioso, las manos le picaban, su pulso se aceleraba a medida que pasaban los minutos, sentía recorrer por su nuca y sien varias gotas de sudor. Tensa su mandíbula y muerde su mejilla por dentro. Una costumbre cuando estaba nervioso.

-El escuadrón dos, al área Este, a doscientos cincuenta metros de la planta de abajo, hagan un reconocimiento de toda esa área, si logran encontrar algo ponganse en comunicación con nosotros. - Y esas palabras bastaron para que Etsu comenzará a correr dentro del edificio.

Anneliese se encontraba en una deplorable situación, estaba desnutrida, con varios golpes y magullones en todo su cuerpo. Sus muñecas desgarradas gracias a las esposas que le habían puestos esos criminales. Tenía los ojos cerrados más estaba consciente en ese instante. Sus labios agrietados por la falta de hidratación, sentía que su cuerpo ardía por dentro, deduciendo que tal vez tuviera algo de fiebre, su cabeza dolía a más no poder.

Mantenía sus ojos cerrados debido al constante mareo que estaba sintiendo en aquel entonces, debido a la falta de alimento, ya que aquellos hombres la cohibían de algún alimento.

Un escalofrío recorre la espalda de Ann al escuchar como la puerta es abierta con un espantoso chirrido, producto de la falta de aceite a las bisagras de ésta. Unos pasos aproximándose lentamente hacía donde se encontraba. Tirada en el suelo, esta vez atada a lo que parecía ser una tubería en mal estado, oxidada y con varias fugas de gas, asfixiando de vez en vez a Anneliese y sacándole uno que otro quejido de su parte.

El constante ruido de los pasos de aquel hombre le indicaban a la menor de que ya estaba cerca de ella. Cerrando así sus ojos con mucha fuerza y mordiendo su mejilla por dentro. El sabor a metal en la boca de Ann le índica que nuevamente se ha roto su mejilla. Maldice internamente por aquello negándose a abrir los ojos al sentir los fríos dedos de aquel hombre. Su tacto la repugnaba, la hacían sentir sucia en aquel entonces.

Claro que él hombre aún no ha llegado a abusar de ella sexualmente. Siempre que iba con esa mugrosa intención Ann comenzaba a forcejear, dando patadas y hasta mordiscos, recibiendo como castigo golpes y cachetadas, en ocasiones dejándola sin aire y aliento.

El tipo se relame los labios sadicamente al momento de lamer la mejilla de la chica. Ann al sentir ese contacto hecha su cabeza hacia un lado con evidente asco hacia su persona.

-¡Eres un asqueroso y puerco!- Grita con todas sus fuerzas tratando de alejarse de él lo más lejos posible. Aunque su cometido fallará al ser halada por las cadenas hacia el tipo; tomándola por la cintura fuertemente.

-No, no. ¿Acaso ya se te olvida lo que ha pasado el día que llamamos a tú noviecito? - Le recuerda ese evento.

En el cual ella gritaba hacía ese mismo hombre que era un puerco y degenerado, y luego fue golpeada hasta quedar inconsciente.

Ann coloca sus manos en el pecho del hombre y empuja con las pocas fuerzas que le quedaban, no dando el resultado que esperaba.

Sus brazos ahora flácidos temblaban cual gelatina, en sus ojos ya no se apreciaba ese brillo que la caracterizaba, en lugar de ellos, sus ojos eran sombríos, sin ninguna luz, sin ese resplandor que tanto la hacían lucir adorable.

El hombre cuyo nombre era Kulloa, la mira con ojos pecaminosos clavando su vista en el escote del desecho y mal oliente uniforme de la universidad.

La universidad. ¿Cuantas personas la extrañaría allí? La estarían buscando también, o estarían preocupado por ella. E igual en su trabajo. Su jefe ¿cómo estaría?

Pensaba Ann, pero sus pensamientos fueron interrumpidos cuando el hombre la separa de él con brusquedad.

-¡Que asco! - La mira con detenimiento - Hueles horrible, te hace falta un baño. - Inquiere para ensanchar su macabra sonrisa.

-¡Estoy en este estado por su culpa! - Su voz cada vez se iba apagando. -Solo esperen que los policías vengan a rescatarme, ustedes caeran hasta el fondo. Etsu no se los perdonará.

El estruendo de una risa burlona instan a Ann a mirar con confusión hacía el hombre.

-¿De verdad aún piensas que tu amorcito vendrá a salvarte como en los cuentos de hadas... ?

-No pierdo... - Por un momento comenzó a dudar. - No pierdo las esperanzas. - Dice firme, fulminando con la mirada a el hombre.

Se acerca encarándola - Tú noviecito piensa que te dejaremos en libertad si él se entrega. Que idiota.

-¡No hables así de él, no lo conoces!

-¿Y tú sí? - Enmarca una ceja mirándola. Ann queda en silencio. Era verdad, aún no lo conocía del todo. Pero sabía lo suficiente para saber que Etsu no se rendía con facilidad e iba a hacer todo lo posible para sacarla a ella de allí.

-Si, es lo que pensé. - La mira, para luego comenzar a quitar su ropa. Ann forcejeaba, daba patadas pero era inútil. Ya no tenía fuerzas suficientes para pararlo.

El hombre la deja en ropa interior para comersela, con la mirada.
Ann sentía vergüenza, no por aquel hombre, sino por estar en esa situación.

El secuestrador se acerca hacía una pila de agua, la cual parecía no recorría el líquido trasparente hace mucho. Toma una deteriorada manguera, la instala a la pila y abre, saliendo de está solo aire.

Ann escucha como el hombre maldice para luego darle un par de golpes a la pila con fuerza. La menor se relamia los labios, si ese tipo lograba que saliera agua por esa vieja pila, ella tal vez podría ingerir esa agua. Estaba sedienta, lo reconocía.

-Esta cosa vieja no puede estar en peores circunstancias. - Se quejaba dándole otro golpe a la pila, logrando así que saliera solo un hilito de agua amarillenta.

Ann miraba el agua como si esto fuera lo más preciado para ella, su corazón palpitaba fuertemente, su temblor se hacía más notorio para el hombre el cual la mirada con una sonrisa en su rostro.

-Date la vuelta.- Ordena. Ann lo mira con desconcierto. ¿Acaso quería que se volteará?

-¡Que te des la vuelta maldición!- Grita, sacándole un Respingo del susto a la chica. Ésta hace lo que se le ordena, dándose la vuelta mirando hacia la sucia pared llena de algunos fluidos no conocidos para ella.

Killoa se acerca con el objeto en mano abriendo un poco más el agua. La comienza a mojar por la espalda, sacándole un pequeño gemido a Ann de los labios.

El contacto de su piel con el agua, se le volvía placentera. Después de una larga semana, por fin podía sentir el agua.

El tipo moja sus hombros y cabello suelto, más sabía que ella quería tener contacto con esa agua para tomar, y eso no se lo iba a permitir. Por eso le ordenó mirar hacia la pared, dejando su espalda hacía él y solo mojar esa zona.

Ann levanta sus manos colocándola a la altura de sus pechos, juntándolas para así hacer que el agua cayera en ellos y poder beber, el hombre, notando su intensión, hala de las cadenas haciendo que colocaras sus manos tras su espalda. Ann trataba de moverse, pero no podía.

Frunce el entrecejo, dándose cuenta de la situación, no la iba a dejar tomar de esa agua cueste lo que cueste.

Kulloa la deja de mojar para ir a cerrar el agua, tirando la manguera lejos de ella. Anneliese se encontraba empapada, comenzaba a temblar, debido a la brisa que se lograba colar por uno de los huecos de la ventilación.

El secuestrador la mira para luego hablar sarcásticamente. - Ahora si que estas más limpia que hace rato. Dabas asco. - Dice para darse la vuelta.

-¡Imbécil! - Sus dientes castañeaban debido al frío que sentía.

-Tal vez lo sea. - Toma una pausa al momento de tomar la perilla de la puerta. - ¿Pero quién morirás de hipotermia ahora?

Un grupo de cinco sombras se notaban en el área Este, cerca de las escaleras en mal estado de aquel lugar, al parecer el edificio alguna vez fue, una bodega que hora estaba abandona, perfecta para que los criminales hicieran su guarida.

La situación era critica, Nawem lideraba el escuadrón dos, seguido por tres personas más. Siendo la quinta persona Etsu, el cual iba de último por petición de Nawem e Hiroki. Sabían que si lo tenían al frente sería capaz de tomar la delantera y dejar a sus colegas en el limbo.

Habían pasado por varios pasillos, parecidos uno del otro, logrando desesperar a Etsu, más de lo que estaba.

Se movían con sigilo y sin ser detectados, no habían escuchado disparos de la otra zona donde estaba el otro escuadrón, llegando a la conclusión, de que, tal vez no encontraban nada, aún.

La cabeza del escuadrón detiene su caminata sacando un pequeño espejo de su bolsillo, colocándolo meticulosamente tras una pared, revelándole así que en el otro pasillo se encontraban dos hombres, custodiando una puerta.

Etsu preguntándose, ¿Qué era lo que había visto Nawem por el espejo?

Mira hacía el hombre que guardaba el objeto a donde pertenecía, y llevaba su mano a su oído izquierdo. El pelicastaño, hace lo mismo que él, así escuchando lo que iba a informar a Hiroki.

Lo único que pudo escuchar antes de levantarse de su lugar que era el suelo, y tomar su arma para cargara fue:

"La hemos encontrado"

Etsu camina hacia donde estaba Nawem, a unos cuantos metros de él, con la mirada de sus demás colegas clavados en su persona. Nawem lo fulmina con la mirada para colocarse a su altura.

-No tienes permitido ir tú solo allí. -Dice con la voz seca y áspera. Etsu lo mira de la misma forma.

-No necesito tu permiso Nawem. - Lleva su mirada hacía el pasillo con disimulo.

-Si la necesitas, yo soy la cabecilla de este escuadrón, agente Ken.

-Y yo soy su superior. - Alza una ceja, al momento de mirara a Nawem el cual se encontraba serio en su lugar.

-Un número no determina quién es mejor aquí agente Ken, yo lideró este escuadrón, le guste o no, y tiene que atenerse a mis reglas. - Su voz era neutra, comparada con la de Etsu, que ya comenzaba a desesperarse.

-Es mi novia.

-Y este caso no le incumbía. Le recuerdo que hay re...

-A la mierda esas malditas reglas Nawem, iré a buscarla sin su consentimiento o no. - Cada vez elevaba más la voz. A ese paso lo iban a descubrir.

Nawem lleva su vista hasta el pasillo, dándose cuenta que aún los tipejos estaba allí hablando de tonterias.

Vuelve su mirada hacía Etsu para soltar un bajo suspiros.

-Solo estamos haciendo un reconocimiento en el área, ya mande a llamar al otro escuadrón Agente Ken.

Y estas palabras sirvieron para que Etsu se terminará de desesperar.

"Etsu... Contesta"

La voz de Hiroki por su comunicador capta su atención.

-¿Cómo que no podemos ir a buscarla? - Pregunta sin titubear

"Ken, cálmate. ¿sí? Ya sabemos donde está ahora faltan refuerzos, una vez lleguen podrán atacar y así rescatar a tu noviecita"

Al escuchar esto, el pelicastaño gruñe con una evidente molestia.

-Diéz minutos, si no llegan en ese tiempo iré yo personalmente a matar a todo aquel que se ponga en el medio. - Dice molesto para luego mirar su reloj de mano.

"Tienes que seguir el plan, Ken... "

Ann miraba la puerta de la habitación cerrarse tras salir Kulloa.

El hombre la había dejado mojada y solo en ropa interior, pero está vez la había soltado de su amarre, dándole una pequeña libertad de pasearse por ese pequeño cuartucho mal oliente.

Una vez se asegura de que ya no volverá corre hasta la pila de agua y la abre con desespero, esperando de que saliera solo un poco de agua de allí, pero grande fue su sorpresa al solo obtener aire de ella.

-¿Pero qué?

No se lo lograba explicar, si hasta hace poco fluía agua por allí.

Se levanta del suelo, ya que anteriormente había puesto sus rodillas en ésta y colocar su cabeza bajo la pila.
De seguro ese era el plan de ese tipo. Soltarla y dejar que se desesperara cuando no consiguiera agua.

La estaba atacando psicológicamente.

Se apoya de la pared caliente. ¿Caliente? ¿Cómo era eso posible, si el cuarto estaba tenía una baja temperatura?

Toca la pared buscando el calor de ésta. Reconfortandose solo un poco con ese calor. Se deja rodar por la pared cayendo sentada al suelo, coloca sus manos en su rostro.

Quería llorar, ya no podía aguantar las lágrimas que se acumulaban en sus ojos y que inútilmente trataba de retener.

-Etsu... - Son sus débiles palabras, al momento que varias lágrimas caía con su mejilla.

Estaba perdiendo las pocas esperanzas que le quedaban, ¿De verdad iba acabar así?
No podía, confiaba en su novio, prometió cuidarla mientras estuviera a su lado.

Pero, ¿y si faltaba a esa palabra?

-No, confió en tí Etsu... - Susurra negando para sacar todas las negativas de su cabeza. -Sé que vendrás a sacarme de esta. - Se repetía para no caer en la locura.

Suelta varios suspiros y limpia sus lágrimas, tenía fe de que Etsu iría por ella, más pronto de lo que pensaba.

En otra parte, más específicamente detrás de la pared donde se encontraba Ann, se hallaban las cinco personas del escuadrón uno. Etsu miraba su reloj con impaciencia.

Ya llevaban cinco minutos y aún no había llegado el escuadrón de apoyo.

Nawem lo mirada escéptico, por la actitud poco profesional que estaba tomando en ese momento.

-Mientras más miras el reloj, más te desesperaras, Ken.

Et levanta la vista para mirarlo, entorna sus ojos en los de él y luego los aparta para seguir mirando el reloj.

No había pasado ni tres minutos desde que Nawem hizo ese comentario cuando el primer escuadrón llegó.
Liderado por el agente más idiota de todos. Palabras dichas por Etsu en una ocasión. Maki, un hombre con un buen físico a decir verdad, cabellera negra y ojos del mismo color, el hombre a simple vista se notaba serio.

-Ya el escuadrón buena onda está en apoyo al escuadrón agua fiesta.

Como había pensado Etsu, a simple vista era serio. Rueda los ojos al escucharlo y se pone recto.

-¿Cuál es el plan?

El hombre lo mira interrogante, él no era el líder del escuadrón, es más, ni tenía que estar en esa misión.

-Dinos el plan Maki, él está en este escuadrón. - El hombre asiente y Et comienza a escuchar atentamente.

Una vez el plan dicho todos se ponen en posición. Etsu iba a entrar de último, lo cual no le agradaba para nada.

Saca su arma y la carga, acomoda su uniforme y espera la señal para entrar.

Se escuchan varios disparos tras él, y a tipos gritar, mientras otros lanzaba bombas de olor para noquear a los criminales, Et tapa su boca con un pañuelo para mirar hacia su objetivo.

Sin que se diera cuenta, un hombre se posa tras él apuntándolo con una navaja. Etsu entorna una pequeña sonrisa. De verdad que ese no era su fuerte. Apunta con la pistola cargada entre ceja y ceja de el hombre y lo mira.

El tipo se pone pálido en su lugar, de verdad Etsu lo iba a matar.

Se escuchan varios disparos más tras de ellos y Etsu baja el arma disparándole sin ningún remordimiento en la pierna derecha. El tipo suelta un quejido de dolor cayendo al suelo al instante.
Etsu pasa por su lado para llegar sin ningún esfuerzo hacia la puerta, dónde hace unos había salido un hombre de dentro de ella. Quería buscarlo, y saldar cuentas pendientes, pero ese no era su objetivo ahora, sino Ann, buscarla a ella.

Se sitúa al frente de la puerta, quita el pañuelo de su boca e intenta abrirla lo más pronto posible la puerta. Dando resultado luego de unos minutos. Sin perder tiempo entra a la habitación evitando así que una bala le pegará en el brazo, ya que había impactado muy cerca de donde se encontraba.

Su vista es puesta en un pequeño y deteriorado cuerpo que temblaba tirada en el suelo mojado de ese putrefacto lugar. Etsu abre sus ojos a más no poder, no podía creer lo que estaba ante sus ojos.
Su mandíbula se tensó en ese instante, sus manos hacían puños. Su corazón se aceleraba cada segundo que la miraba.

-Ann... - Masculla bajo.

Anneliese escuchaba a los lejos que decían su nombre, más ella se negaba a levantar su rostro del suelo. ¿Esta era acaso otra jugada de su imaginación?

Trataba de moverse, pero su cuerpo ya no daba para más, suelta un pequeño quejido al sentir un intenso dolor en su costilla.

Etsu no lo podía soportar más, el verla así le dolía intensamente. Comienza a caminar hacia ella sacando de su mochila una chaqueta perteneciente a ella. Se coloca a su altura y la cubre, Ann al sentir la cálida tela abre sus ojos de golpe sin poder creer lo que veía.

Frente a sus ojos, se encontraba el hombre que la había amado, él que le había ofrecido su departamento para vivir, con la persona que le había quitado su pureza. La única persona que ella añoraba ver.

-Et... Etsu...

Él asiente para estrecharla en sus brazos. Ann comienza a llorar apegándose más a él.

-Si viniste... - Dice en un hilo de voz.

-Nunca te dejaré amor, te salvaré las veces que sean necesarias. ¿Sabes por qué? Porque te amo - La mantenía abrazada fuertemente, no la iba a soltar.

-Etsu...

-¿Si amor?- Susurra bajo acariciando su mejilla.

-Me duele el cuerpo... - Etsu entendiendo eso, aminora su agarre y se levanta con ella en brazos.

-Vamos a casa amor. - Y con decir eso, Ann cae inconsciente.

Holaaaaaaaaaaa chicos y chicas! He aquí su capítulo :3 espero que les guste

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