Cambio de Look.
De compras... Es lo que más le gustaba hacer a Ann, después de cocinar, claro está, pero ir con Layla... ¡Era muy exasperante! Si Anneliese es indecisa, imaginen el doble, o sea, Layla.
-Layla, ¡Regresemos a casa!- le ruega. -Ya me duelen los pies y las bolsas pesan. -Se queja.
-¡Hubieses comprado la comida de último!
-¿Quién fue la de la magnífica idea de " Ve y haz la compra de la comida y yo del resto de cosas que necesitaré para la fiesta y así nos iremos rápido "- intenta imitar la voz de Layla pero consigue parecer la de una niña haciendo un capricho.
-Ya, ya, espera un momento- dice admirando las decoraciones para la fiesta de cumpleaños.
-¡Pero las bolsas pesan!- alza la voz.
-¿En dónde nos transportamos hasta acá?
-En el auto de Etsu- la mira - bueno de ambos- se corrige.
-Bueno, deja las compras en el baúl. Aún falta los zapatos. - dice sonriente tomando unos globos.
Con un bufido seguido de un suspiro, Anneliese deja a Layla en la tienda mientras ella baja hacia el sótano guardando las compras.
Al regresar, busca a Layla por todos lados hasta verla en una tienda de zapatillas.
¡Ay señor! Dame paciencia, ya quiero me estoy irritando.
-¿cuáles están mejores? - Pregunta la morena al sentir a la castaña acercarse. -¿Los negros? O ¿los blancos?
-Loa negros, van a realzar el color de tu vestido. Además, la suciedad no se hará notoria.
-Hmmm, tienes razón. -Los mira ambos, tenía uno puesto en su pie derecho y el otro en el izquierdo. -Por cierto, no tengo tacos negros. Los llevaré.
-¿En serio?- pregunta anonadada.
¿Tan rápido había elegido un par de tacones? ¿Esa era ella? O... ¿Los aliens la han cambiado?
~Vamos Anneliese, eso no existe.
~ Calla conciencia, no discutire contigo. No hay pruebas contundentes para saber si existen o no.
-¡Anneliese!
-¿Sí? ¿Dime?
-¿En qué mundo andas? Ya pagué los tacones.
-¡Wow! Layla, ¿te has golpeado la cabeza?
-No ¿por qué?
-Tu no eres de comprar zapatillas tan rápido.
-¡ay por favor! Tampoco es para tanto. - Ann la mira fijamente y de forma seria con una ceja alzada. -Bueno, bueno... Ya hace un mes los venía viendo, pero no me decidía.
-Jummm, ahora todo tiene sentido. - ríe -¿Falta algo más?
-No, ya es suficiente, vamos a casa.
-Por fin... - murmuró.
Acomodaron todo nuevamente en el baúl y se colocaron en marcha.
Mientras tanto, Etsu y Andrés jugaban en la consola de vídeo juegos, entretenidos en aquello, desafiándose uno al otro: ganando, perdiendo y empatando.
Tanto era la concentración que no notaron el pasar del tiempo, hasta que Anneliese y Layla abrieron la puerta y abrieron las cortinas al cual reaccionaron ellos cerrando sus ojos.
-¡Hey! ¡Mis ojos!
-Lo siento hermanito, pero ya llevan cuatro horas jugando.
-¿cuatro horas?- cuestionó Etsu.
-Sí amor, cuatro horas. -Respondió Anneliese.
-¿Y estás son horas de llegar?- se cruzó de brazos y alzo una ceja junto a su cara de matón.
-¿Y estás son horas de seguir jugando y no llamar a tu novia para ver sí está bien o le sucedió algo?- hizo su mismo gesto encarándolo. -Corrijo- carraspeo su garganta. -Según la visa soy tu esposa. - entre cerró sus ojos mirándolo.
Etsu, al ver a su novia seria y roja de la rabia soltó una risa junto a Andrés.
-Son insoportables. - giró sobre sus talones.
-¿Está en sus días verdad?- Ann, al escuchar esto, volteó el rostro como el muñeco de las películas de terror, les dio una mirada asesina y se fue, no sin antes escuchar una carcajada de las tres personas que se hallaban en la habitación.
Anneliese bajaba las escaleras enfurecida.
¿Cómo se atrevía a reclamarle cuando él ni siquiera le había llamado para saber si estaba bien o no?
Era muchísimo la forma que Etsu estaba mal acostumbrado a Anneliese que ya formaba sus propios caprichos internos.
Al llegar a la primera planta se encontraba Michell colocando la mesa.
-¿La ayudo madrina?
-No Mija, solo necesito que llames a tu padrino que está en la habitación haciendo un trabajo y a los chicos. Ya les voy a servir el almuerzo. - Ann asiente y sube en busca de los chicos.
Anneliese sube por segunda vez, llega al despacho de su padrino, había una ventana detrás de él, un mueble con muchos libros, un sofá pequeño donde se encontraban muchos papeles, un escritorio donde se podían ver muchísimos más papeles y un sillón donde estaba sentado el padrino de aquella chica.
-¿Mucho trabajo padrino?- hablo Ann por lo bajo, el señor alzó la mirada, apenas notaba la presencia de la castaña.
-Sí ahijada, además, de mucho estrés... ser abogado no es nada fácil. Leyes y justicia por hacer cumplir, uno tiene que ver cada dato que la policía te da, no puedes cometer algún error como dejar libre a un loco o encerrar a un inocente. -Suspira cerrando sus ojos.
-Pero deberían tomar un pequeño descanso. - lo mira con comprensión.
-No creo hija mía, si no he tomado ningún descanso y mira como estoy y como está la oficina.
-Pero padrino, deje la terquedad, no necesariamente tiene que ser un descanso de varios días o semanas. No, puede salir con mi madrina una noche y distraerse, así liberará toda la tensión y estrés, salgan a caminar, a bailar, aún están jóvenes. Y no acepto un "no" como respuesta.
-Está bien, tú ganas.
-Así me gusta. Ahora abajar para que almuerce.
-Como ordene mi capitana. -Con esto Ann ríe al igual que Saúl, el último baja y la chica se dirige a la habitación donde se encontraban minutos atrás b
Al volver a entrar a la habitación, llevaba su mirada de matona, la diversión de los chicos se borró de su rostro, con excepción de una sola persona, de una que enfurecía muchísimo a Anneliese al ver la burla en su rostro, Etsu Ken.
-Bajen que ya es la hora de almorzar.
Todos asintieron y bajaron sin decir ni una palabra. Ellos conocían perfectamente la furia que Anneliese guardaba en su interior. No querían invocar al dragón que llevaba ella, aunque, ella, se enojaba por todo y por nada, pero, aún así, aprendieron a sobrellevar sus emociones.
-¿Qué esperas para bajar? -Dice adentrándose a la habitación donde ella tenía que llegar corriendo cuando Andrés tenía alguna pesadilla o cuando el miedo invadía su cuerpo en las noches tormentosas, esos recuerdos llegaban de golpe y sentía melancolía por parte de su infancia.
-Porque no quiero.
-¿No quieres por mi o por ti?- dice cruzando sus brazos mientras caminaba hacia una repisa donde había una tierna foto donde estaban los tres hermosos que hace mucho tiempo eran niños.
-No quiero bajar porque tu me mandaste.
-Ahh, lo haces para enojarme más.
-No.
-¿Entonces?
-Quería verte furiosa. - suelta una carcajada muy sonora.
-Muy chistoso Ken. -Gira sobre sus talones y se dirige hacia la puerta. Si no salía en ese momento, se iba a enojar demasiado e iba acabar insultándolo.
Me llamó por mi apellido, está más que furiosa.
Dice el subconsciente de Etsu, lo más razonable era dejarla ir, pero Etsu Ken, tenía una forma de calmarla. Antes de que ella saliese, cerró la puerta en sus narices y la acorraló contra ella.
-¿Estás enojada, linda?- susurra hablando cerca de su cuello y oreja, dándole pequeños besos en aquellos sitios, erizando su piel y haciendo que su cuerpo reaccione.
-Por favor Etsu, no estoy de humor para tus jueguitos- responde tratando de controlar su respiración.
-¿segura?- dice pasando sus labios en su cuello.
-Se... Segura.
-Eso no es lo que tu corazón dice: está muy acelerado, al igual que tu respiración. -Susurra -Y tu piel, reacciona ante mi- sigue susurrando cuando ve que su piel comenzó a erizarse.
Tocan la puerta de la habitación.
-¿Anne?- pregunta Layla.
-¿Quires ver el desenlace de esto o prefieres abrir?- Susurró Etsu lo más bajito.
-Ya bajamos Lay, tenemos asuntos que resolver.
-No te preocupes. -Dice con tono avergonzado- Bajen cuando terminen, es malo estar enojados cuando llegan de viaje a un país diferente al de su hogar.
-Cierto. Bajamos en un rato. - su tono salió fuerte, como sí aún estuviese enojada con Etsu.
-Pero Anne.
-¿Sí?
-Que salga vivo de tus rabietas, no queremos gente muerta.
Y con esto los tres estallaron en carcajadas.
-Los dejo. -Se escucharon sus pasos alejándose y al llegar a la planta baja se escuchó su voz, anunciando el retraso de los chicos.
-Pero que perversa.
-Solo quiero que me recompenses por lo de hoy
-Y lo haré- En un rápido movimiento le coloco seguro a la puerta, la volteó hacia él y la besó de forma sutil y romántica, y luego, el beso tomó un tono más intenso que los llevó a amarse una vez más con su cuerpo, acompañado de caricias, palabras y besos. Y
Al bajar, Ann coloco su cara de póker y Etsu una divertida y normal.
-¿Ya... Ya resolvieron sus diferencias?- pregunto Andrés al verlos pagar.
-Sí, logramos llegar a un acuerdo- dijo la castaña mirando a su chico, disimulando lo que había pasado hacia minutos.
-Eso es bueno... Ya había imaginado que lo ibas hacer regresar.
-No, no, falta algunos días para que nos vayamos. - sonríe Etsu y toma asiento después que Ann se haya sentado.
-Es cierto. Además, Etsu no conoce casi por aquí.
-Verdad. - Apoya Etsu.
-Menos mal, ya que iniciamos una buena amistad. - aportó Andrés.
-Tranquilo, no me dejaré llevar de esa pequeña cascarrabias.
Con esa ultima frase, Ann lo patea debajo de la mesa.
-¡Auch! ¡Ann!
-Lo siento- dice con sarcasmos y una sonrisa en labios - No era intención mía. - llevó el vaso de jugo hacia sus labios, sonrió y se dedicó a comer; Etsu negó y al igual que Anneliese comenzó a comer.
-La comida aquí es muy diferente a la de Tokyo, y le queda muy deliciosa señora Michell. -Dice Etsu al terminar de comer.
-¡ay hijo! No es nada.
-Claro que sí madrina, usted tiene una sazón en las manos que hace que las comidas queden deliciosas- aporta Anne mientras se levanta a recoger los platos, mientras el resto de personas que se encontraban en la mesa asentían dándole la razón a Anneliese.
-Me van a subir el ego. -Ríe y todos ríen con ella.
-Bueno, yo lavaré los platos. -termina de recoger los platos y se dirige a la cocina.
-Yo te ayudo- se levanta Layla y va detrás de ella.
-Y nosotros seguiremos jugado. - Anuncia Andrés.
-¿Disculpa?- Se voltea Ann para mirarlos.
-Disculpada- responde Etsu.
-Más bien, vengan a lavar ustedes los platos, o yo misma subo y les parto ese juguete. - Con esto dicho por Anneliese y con tono autoritario y con seguridad, los chicos, principalmente el moreno, toman el puesto de las chicas.
-Nosotras iremos al salón de belleza- sonríe Layla.
-¡No es justo!- reclama el moreno.
-Lo es, así que nos vamos- intercede Ann.
-Verdad, vámonos.
Cepillan sus dientes, se colocan un maquillaje suave y se van al lugar preferido de ambas. Al llegar, les lavan el cabello, a Anneliese le retocan el color del cabello.
-¿Quiere hacerle algo más a su cabello, joven?- un Gay, le hace la pregunta a Anneliese.
-Quisiera que dejara de ser rizado, lo quiero liso, pero que sea permanente.
-Okey, pero esto será un proceso, debe cuidarlo bien, aplicarse la keratina, aminoácidos y/o bajo de ondas. Tendrá que mantener su cabello hidratado junto a tratamientos y también tiene que mantenerlo con brillo y movimiento.
-Claro, no hay problema. - sonríe y sigue con su cabello, mientras una chica atendía a Layla.
Le hicieron una limpieza facial, les enseñaron hacerse un maquillaje adecuado a sus vestidos y arreglaron sus uñas tanto de manos como de los pies, por eso amaban tanto aquel lugar, las mantenían bien bonitas. Al terminar pagaron y se fueron a casa, ya quería oscurecer, por estar cerca a la playa, la brisa fría se comenzaba a sentir, subieron al auto y allí se dieron cuenta que habían pasado tres horas desde que habían vuelto a salir, tomaron sus celulares que habían dejado dentro del auto, Ann tenía treinta y cinco llamadas pérdidas de Etsu y cinco de Andrés, Layla llevaba diez llamadas pérdidas de Andrés. Ann le devolvió la llamada a su chico.
-¿¡Dónde estás!? ¡Llevo una hora llamándote Anneliese Johnsons!- Estaba furioso, demasiado, tanto que Ann soltó una pequeña risa tapando el micrófono del celular, no quería que Etsu la escuchara.
-Te dije que íbamos al salón de belleza- respondió cuando su risa serenó.
-¿¡Y por qué no me contestaste las llamadas que te he hecho!?
-Porque dejé, bueno, dejamos los celulares dentro del auto. - Etsu suspira tranquilizandose. -Ya vamos saliendo, ya en unos minutos estaré en casa.
-Tienes diez minutos para llegar.
-¿Quieres que vaya a toda velocidad? Con lo bien que sé manejar.
-No... Bueno, tienes media hora.
-Claro, claro- dice colocando su cinturón de seguridad, volteó su mirada, su amiga ya lo llevaba puesto.
-Ya sab...- Fue cortado por Ann.
-Sí, sí, ya sé, bueno, te cuelgo, ya voy a manejar- cortó la llamada, encendió el auto y se colocó en marcha con una sonrisa en labios.
Al llegar a casa, se vio en el espejo, se veía rara, pero le gustaba su nuevo cabello lacio, el castaño ya se había acostumbrado, pero nunca había alisado su cabello, le fascinaba su nuevo look, el maquillaje que llevaba era el famoso ahumado o el smoking, hacían resaltar sus claros y hermosos ojos color avellanas, y sus labios iban de un rojo carmesí, se veía muy hermosa.
Al bajar del auto, Etsu salió furioso, ¿qué eran estás horas de llegar?, pero antes de que le dijera algo, sus palabras quedaron atragantadas en él, su boca quedó medio abierta, su novia se veía demasiado bella.
Hubo varios minutos en silencio, él admiraba su belleza, ella expectante a su respuesta.
-Y... ¿Cómo me veo?- Susurra Ann, Layla y Andrés veían del otro lado de la casa.
-Ann, te ves... Tu... Estás... Digo... Eres... Dios mío... Me gané la lotería contigo. Sí eres hermosa cada día sin hacerte nada en el rostro... -la miraba fascinado - Mañana...Wow... Opacaras a todas las invitadas- Ann sonríe acercándose a él, le dio un beso en la mejilla dejando el lugar marcado por sus labios de color carmesí.
-¿Ya ves por qué me demoré?
Etsu no respondía, estaba hipnotizado con ella.
-¿Etsu?¿Me veo mal sin los rizos?
-No... No, digo, eres hermosa con o sin ellos. Es que aún no me acostumbro.
-Tienes que, porque me lo mantendré así. -Etsu asiente, acto seguido entra a la casa, se toma una foto y coloca a cargar su celular, quita su maquillaje y junto a la familia comienzan a comer pizza mientras ven una película.
La noche calló, el cinturón de las noches salió junto a sus amigas las estrellas y la bella luna; la película acabó, todos tomaron su última ducha y se dejaron caer en las manos de morfeo.
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Buenas tardes chicos y chicas ¿cómo han estado?
Lamentamos la demora, pero aquí le hemos traído su capítulo.
Esperamos que les guste ;)
¡Los queremos! ¡Besos!
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