Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

22. Aprendizaje Errático

Mira lo que he hecho ahora
Marcando a tu número
No quiero que mi corazón se rompa
Bebé, dime ¿cómo duermes en las noches cuando me mientes?
Toda la vergüenza y el peligro
Espero que mi amor te mantenga despierto esta noche.
¿Cómo duermes en las noches cuando me mientes?
Todos esos miedos y esa presión
Estoy esperando que mi amor te mantenga despierto esta noche...

How Do You Sleep, Sam Smith


📚



La pronta noticia del nuevo y joven huésped en la casa de los Kim, claro que le era sorpresiva pero no por ello alarmante. Para KyungSoo estaba claro que JongIn intentaba darle celos tras la llegada de YiXing, por lo que ahora era su turno de comprenderlo y tenerle paciencia.

Al menos esa misma noche y más allá de las buenas intenciones de JongIn en hacer una cena para los tres, YiXing no estaría. Éste había mandado un mensaje de que no llegaría a la comida y lejos de curiosear en un porqué, KyungSoo se sintió aliviado de no tener que lidiar con ambos en la mesa. Quizá YiXing estaba intentando pasar el menor tiempo posible en la casa, lo cual tampoco era lo ideal habiéndole hospedado, pero lo entendía; la incomodidad en un lugar que no era propio resultaba inevitable, y estar afuera para volver a última hora a veces era lo único reconfortante.

Era una situación delicada en la que quien debía vencer primero el comportamiento conflictivo para suavizar el ambiente, era JongIn. Así que esa evasión de YiXing, también le suponía una gran oportunidad para hablar al respecto.

—¡KyungSoo!

La voz alegre y la sonrisa en JongIn, le hicieron sospechar de repente en la posibilidad de que YiXing nunca hubiese mandado un mensaje. Tal vez y cual psicópata, JongIn lo habría matado y ahora estuviese también preparando su muerte. KyungSoo apenas reaccionó cuando en la sala y presuroso, recibió el ruidoso beso y fuerte abrazo en saludo. JongIn rápidamente notó que algo no andaba bien en la devolución del afecto.

—¿Qué pasa? ¿Por qué estás tan pálido? Aunque bueno ya lo eres. Pero ya sabes a qué me refiero, parece que hubieses visto un fantasma.

—Nada, es que estás más efusivo que de costumbre.

—No es cierto. Siempre te recibo así. ¿No será que así lo sientes ahora que alguien más vive aquí? —alzó una ceja.

—No. Definitivamente estás más amable —se deslizó de su abrazo, notando la mueca de JongIn en fastidio—. Y tus pucheritos guárdalos, porque no son lindos cuando no son sinceros.

—Estoy tratando de contener mis impulsos de dejar a tu amigo de patas en la calle. Hice una comida para los tres en un intento por conocerlo y aceptarlo, y dices que estoy fingiendo.

—Tú lo acabas de decir, no yo. De todos modos, la cena tendrá que esperar a otro día porque no va a llegar a tiempo.

KyungSoo avanzó a la habitación, desajustando los botones de su camisa cercanos al cuello y pronto oyó la pregunta en tono socarrón. Al girarse JongIn sonreía cruzado de brazos.

—¿Ahora él está huyendo de mi?

—¿Por qué crees que se trata de ti?

—Bueno. Mejor entonces, porque planeaba ponerle mucho picante a su plato de ramen.

—¡Oh, eso es tan maduro de tu parte, JongIn!

—Lo es. Así como tú al dejarle vivir a él primero antes que a mi —caminó con prisa tras él hasta quedar en el marco de la puerta.

—No mezcles las cosas. Además dijimos que nosotros estábamos bien así —cayó sentado en la cama—. Él sólo estará este mes, como mucho dos si se le complican las cosas.

—No veo que tanto se le puedan complicar las cosas. Pero si no se va pronto, las complicará entre nosotros.

—Ya estás exagerando. Vamos a comer, tengo hambre y estoy cansado, ¿sí? —le miró compasivo.

—¿Cansado también para divertirnos un rato? —murmuró avanzando hasta caer sentado sobre sus muslos y besarlo.

—Quiero bañarme y comer...

—Puedo ser tu tentempié.

—Por ahora sólo quiero la comida hecha con tus manos —rio al sentir las mismas acariciar por debajo de su camisa y cosquillear juguetonamente en su abdomen hacia abajo.

No obstante el temblor y crujido lo delataron aún más, JongIn le observó con asombro y rio también.

—Te lo dije. Mi estómago hace ruido desde la penúltima clase.

***

La cena había sido sabrosa si consideraba que era la primera vez que probaba un platillo hecho por JongIn, y que luego había descubierto por los paquetes de ramen en el cesto, que ni siquiera había sido casero. Después de delatarlo y reír por el descaro con el que fingía haberse esforzado en la comida, KyungSoo había acordado en que le enseñaría tantos platillos como JongIn nuevos poemas a él en recompensa.

Para cuando ya estaban en la cama y los besos húmedos de JongIn en su torso descendían cada vez más hasta su entrepierna, el ruido de la llave en la sala se oyó y KyungSoo se heló, la emoción de la excitación se disipó bruscamente al saber que YiXing estaba otra vez en la casa.

—JongIn... Creo que será mejor detenernos.

—Ni sueñes que tú huésped me va a impedir tener sexo con mi novio.

—Va a oírnos.

—¿Y? No te importó cuando estábamos en la casa de tu madre —alzó la mirada.

—Será porque estábamos como a un piso de distancia, en la habitación de la terraza.

—Ah, olvídalo. Ya me sacaste las ganas también —bufó quitándose de encima y acostándose a su lado.

JongIn se aferró a su cuerpo en un abrazo posesivo. KyungSoo sentía la culpa por haber arruinado el momento, pero la vergüenza de tener que dar la cara ante YiXing al día siguiente, se hacía presente incluso mucho antes de siquiera imaginarlo. No quería ser cuestionado, y temía alguna clase de mirada juzgadora. Pero lo que más temor le causaba, era que había mentido en la tarde cuando aseguró que su consciencia estaba limpia. Claro que no lo estaba.

JongIn no sabía que YiXing había sido su primer amor y tenerlo de compañía, era incluso una prueba a sí mismo de que ya no sentía nada. Pero pese a que sabía perfectamente que YiXing nunca se fijaría en él de otro modo más que como un amigo, la sensación amarga de enfrentarlo, persistía.

La inocencia de JongIn al imaginar que era el primero en conquistar su corazón y mente, era algo que no quería derrumbar. No quería romperle la ilusión. Porque realmente JongIn sí era el primero en corresponderle también. En hacerle sentir por igual amado. ¿Pero cómo le haría entender que ya no habían más sentimientos románticos hacia YiXing? Sino que era otra lección aprendida. Un recuerdo agradable y dulce en cuanto a su amistad, pero ácido en el amor.

Mientras KyungSoo estaba por primera vez muy seguro de lo que sentía, dudaba que JongIn fuese a confiar en él en algo que quizá, no le resultaría tan fácil de comprender.

Para cuando se decidió a confesar esa parte de su pasado, ya era muy tarde; pese a susurrar más de una vez «JongIn», éste ya se había dormido, pegado a él, dándole un calor que no quería perder y que para conservar, sería mejor contarle cuanto antes la verdad. Aún si era algo de más, innecesario, o que sólo generaría conflicto, KyungSoo lo sentía. Sentía en su cabeza que si no lo decía, de uno u otro modo, YiXing acabaría soltándolo; aún si le pedía que no mencionase nada al respecto, llegaría alguna instancia donde tal vez una mirada, una palabra aludiendo al pasado, algo donde recordase algún evento puntual, lo delataría.

JongIn no era despistado como el señor Kim. JongIn lo veía todo, lo analizaba silenciosamente y luego iba en contra. Iba con toda intención de sacarle la verdad desde lo más profundo de sus entrañas y hacerle entrar en la confianza más íntima posible. Si no era con él, sabía que exprimiría de YiXing hasta la última gota de información referente al pasado cuando tuviese oportunidad.

Sin embargo por la mañana, no imaginó que JongIn ya no estaría en la cama junto a él. Era la primera vez que desde la mudanza y cuando se quedaba a dormir, no amanecía a su lado; y eso aterradoramente, le quitaba la poca templanza. Pensó en que tal vez habría ido al baño, pero no era así cuando al levantarse y encaminarse hacia allí, vio que del mismo salía YiXing en un saludo somnoliento.

—¿Viste a JongIn?

—Oí la puerta hace diez minutos.

—Qué raro. Nunca se va tan temprano...

YiXing se encogió de hombros, tampoco tenía conocimiento de cómo era el día a día en su casa por lo que era evidente que no podría saber nada al respecto.

—Bueno, luego le mandaré un mensaje —murmuró y siguió con la rutina de cada mañana—. Voy a preparar el desayuno. ¿Está bien café?

—Sí, pero no necesitas prepararme el desayuno.

—Sólo es cortesía porque son los primeros días. Además... Antes de que vuelvas a ver a JongIn quiero pedirte algo.

—¿Qué?

—No lo dije antes, debí hacerlo. Pero no creía que fuese necesario hasta ayer en la noche... —se detuvo un instante—. Para mi eres parte del pasado, YiXing. Por más que JongIn se ponga celoso, no vayas a mencionarle que no lo esté, porque es inevitable y lo estará peor cuando le cuente que yo estuve enamorado de ti.

—¿Él no lo sabe? —le observó atónito.

Apenas finalizó la pregunta, la puerta del apartamento se abrió. JongIn traía una bolsa de pan en una mano mientras cerraba cuidadosamente con la otra. Sonriente con esa pizca siniestra, avanzó hasta YiXing.

—¿Qué es lo que no sé?

—Algo que aún no te dije, JongIn.

—Será mejor que me vaya temprano para que hablen tranquilos —acotó YiXing.

—Pero ni siquiera desayunaste —se apresuró KyungSoo.

—Comeré algo de lo que me traigan los pacientes al consultorio —palmeó su hombro con calma y luego el de JongIn con la otra mano—. Ustedes tienen algo importante, y si mi presencia sigue siendo desfavorable para cuando regrese, simplemente me iré —sonrió.

JongIn miró ambos con notoria incomprensión pero al no tener respuesta en medio del silencio, se retiró hacia la cocina, propiciando un mal augurio. YiXing dispuesto a hacer lo más rápido posible se sentó en el sillón, se calzó y tomó su bolso de trabajo, hasta que con un rápido y suave «adiós» se despidió de ambos por el resto del día.

KyungSoo asintió en un saludo, con el nudo atravesado en la garganta, intentando buscar la forma en que le diría el resto a JongIn. ¿Habría un modo de no hacerlo enojar, ni lastimarlo? ¿Era acaso posible? Cuánto más lo pensaba, menos sabía el cómo. La culpa de que YiXing quisiese irse, y que JongIn luciese como si estuviese conteniendo tanto por dentro, le hacían querer gritar de frustración. La puerta se cerró y ambos se miraron sin parpadear. Pero JongIn pronto desvió su vista hacia la bolsa de pan y soltó un murmullo.

—Bueno, creo que por más que intente dar lo mejor, aún hay cosas que no podré controlar.

—JongIn, hay algo que no te dije.

—Ya lo sé. ¿Y por qué no lo hiciste?

—No lo sé. Supongo que no sentí nunca que fuese necesario, o el momento. Algún día iba a decírtelo, pero sin mucha importancia. Es que después de todo lo que pasó, es algo superado.

—¿O me estás usando para superarlo?

—Claro que no. Nunca fue así. Además, no es como tú crees.

—¿No? Y entonces ¿qué es YiXing para ti? ¿Qué fue él en tu vida y por qué ahora ya no es lo mismo? —insistió con su mirada feroz—. ¿¡Por qué buen motivo no debería temer horriblemente teniéndolo en tu casa todos los días!?

—A él le gustan las mujeres.

—Tú también creíste eso alguna vez.

—No... Yo tenía miedo. Pero YiXing, él sólo fue el primer chico que me gustó. Del que me enamoré, pero supe que él nunca sentiría lo mismo que yo. También yo... Se lo confesé muy tarde y en un mal momento, cuando él me estaba ayudando con la muerte de ella. Así jamás lo tomó en serio. Creyó que yo estaba confundido.

—¿Y no lo estabas?

—No cuando lo conocía desde hace tantos años. Quizá sólo quiso ignorarlo para poder seguir siendo mi amigo y ayudarme.

—Igual sigues sin responder mi última pregunta —espetó—. ¿Por qué no debería sentirme celoso? ¿Por qué no debería sentirme inseguro y creer que ya no sientes nada por él? Sobre todo después de tantos años...

—Porque te quiero a ti —susurró.

—Vas a tener que empezar a demostrármelo de otro modo.

La pava de agua echaba vapor, estaba hirviendo, JongIn giró la perilla de la hornalla y sin devolverle la mirada se dirigió hasta la habitación. KyungSoo le siguió, no le había gustado en lo absoluto aquella seriedad mezclada en decepción, no era ese el modo en que quería hacerlo sentir. El «te quiero» era tan real y sincero como todo lo había sido hasta el momento y de sólo imaginar que JongIn estuviese dudando de su palabra, también le desquiciaba un poco más de lo esperado. Nunca había dicho nada que no fuese cierto, cuando tenía miedo, lo decía.

Y cuando lo quería, también se lo confesaba.

JongIn tenía la mochila en la mano, guardando decidido las pocas prendas que había dejado durante esos días. Si lo dejaba largarse como si nada hubiese pasado, sabía que probablemente no lo vería en un par de días.

—Dije que te quiero, JongIn —espetó desde la puerta—. No diría algo que no siento. No te mentiría con algo así.

—Puedes decírselo también a tu amigo. No parece haber mucha diferencia conmigo.

—No seas insensato.

—Déjame pensar tranquilo —pidió—. Esta vez déjame estar en paz a mi.

JongIn avanzó veloz, pasándolo de largo. Cual ráfaga KyungSoo sintió el aire frío tras su paso brusco y pronto oyó la puerta del departamento cerrarse. Definitivamente no iba a regresar esa noche, y lo comprendía.

Entendía el enojo, la sensación de inseguridad que éste podría estar experimentando; sin embargo, era lo único que no le había contado hasta el momento. Porque la única realidad, era esa, que JongIn era su primer y verdadero amor.

Que no regresase ni siquiera durante el resto de la semana, ni respondiese sus llamados o mensajes, sólo le dejaba con la única posibilidad restante, ir el fin de semana hasta su casa, y buscarlo personalmente.

Un malentendido, una confesión escondida por miedo también a engendrar dudas que ya no existían ni en KyungSoo mismo, era lo último que deseaba fuese el motivo del fin de una relación que apenas iniciaba. Ni siquiera les había dado oportunidad, de que la rutina los hartase a ambos.

Simplemente seguía siendo, ese aprendizaje errático del cual esperaba un gran desenlace, uno que le hiciese ver que todo lo que había arriesgado, que la completa entrega y exposición de sus sentimientos, habían valido absolutamente toda la pena, junto a JongIn.

📚





Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro