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Capítulo 13: Impedir

No puedo negarlo.

Estoy temblando.

Voy a volver a ver a Terry concienzudamente, sin echarme para atrás, sin mis amigas haciéndome de pala o de manos que empujen mi espalda para que me atreva a dar el paso, o pasos. Lo veré porque quiero, porque le dije que lo haría y no quiero ni voy a dejar pasarlo en mi vida como si no fuese importante; Terry es importante.

O Terious.

Al principio, cuando él y yo nos presentamos, creí que su nombre derivaba de Terrence, pero ahora que lo analizaba detenidamente Terious es un nombre que imprime autoridad y si ese es su afán, lo consigue. No me permití detallar la situación frente al baño y ahora que ella está en mi mente... Terry da algo de respeto molesto. Normal. Con todas esas mentiras es normal que esté molesto conmigo, e incluso el que tenga la oportunidad de hablarle no sé bien en qué lo convierte. Tal vez alguien comprensivo, demasiado diría.

En el mundo en el que he crecido, el corporativo y el de ballet, la comprensión tiene patas tan cortas como las mentiras. Ellas te dan cierta libertad pero a su vez te comprimen hasta el día que las confieses. Al menos son así para mí.

Había llegado la hora.

No era una eminencia para ubicarme y según el GPS estaba a las afueras de un conjunto residencial, casualmente bastante cerca del que vive Alica, así que se me permite dudar. Sabía que no era un hotel la dirección que me dio Georgia pero no esperé estar en medio de un parque, pequeño parque para infantes con algunos dándose la buena vida en los juegos, adultos sentados en bancos, apreciando la agradable noche bien iluminada por la luna en su cuarto creciente y los faroles bien ubicados alumbrando el parque.

Puedo ver porque alguien querría vivir aquí, pero el que lo esté Terry...

No divago más y voy a buscarlo. Para llegar a tenerlo frente a mí tengo que anunciarme en el edificio, esperar que me confirmen que desea verme, usar el ascensor y dar un caminata larga hasta dar con la puerta. No tuve tiempo de cambiarme. De la misma forma en que nos vimos tendríamos esta cita, pero él sí tuvo tiempo y lo aprovechó.

Va en unos pantalones ajustados de una tela similar a la pana, verde musgo, con unos apreciables zapatos clásicos tipo suecos marrones con una agradable hebilla adornando. Una camisa blanca bajo un suéter tipo porlover color borgoña. Y el cabello, su melena negra y corta, como si le hubiese aplicado algún producto que le hace lucir húmedo sin estarlo.

No puedo evitarlo. Es esa consciencia de que no estamos en las Bahamas, bajo mi silencio. No estamos celebrando su cumpleaños y dejando que me marche.

Estamos juntos, por voluntad de ambos aunque las tornas se giraron a nuestro favor cuando no nos dimos cuenta. Pudimos decir no. Pudimos ahorrarnos esta salida. Y ha de ser que estoy reflejando mucho de lo que pienso y siento, porque Terry me ofrece una bebida. Pero declino. No hay que tener excusas.

-Estoy sudando, pero iremos a comer.

Él arquea sus cejas y me hace preceder la marcha. No puedo impedirme verlo de reojo y creer que solo falta que me pellizquen y así él desaparecerá.

No entiendo porque debería sentir pánico de que lo haga.

***

Decido llevarnos a un lindo restaurante al que suelo ir con mi abuela, solo con ella. Es un secreto del que me enorgullezco tener para mí, para nosotras en los momentos especiales. No pude traerla en su cumpleaños. Me acusa de poner a los demás antes que a mí pero mi abue suele ser igual en ese aspecto, ten abnegada en darlo todo. Sin embargo no tuvimos que decirlo en voz alta para que la otra entendiera que este sería un secreto bien guardado.

Hasta hoy.

Hacer estacionar al taxi a una cuadra fue fácil y permitir que Terry pagara, ya que a mi cuenta iría lo que ingiriéramos. Lo difícil es coincidir con la ignorancia de las personas y mis ganas de pasar desapercibida. No importa qué tan lejos me encuentre del centro de la ciudad, donde la publicidad se hace mas visible, siempre hay un fallo. Un error parcial, que suele ser pequeño pero existente.

La primera vez que oigo mi nombre no le presto atención. La segunda estoy en alerta. La tercera es Terry quien lo oye y gira a los lados, mientras esperamos que escuchen que hice una reserva, con otras personas, sobretodo parejas, detrás nuestro aguardando su turno. Un mesero nos conduce e intenta abrir la silla para mí, aunque Terry se le adelanta y me ofrece una sonrisa que no puedo devolverle.

-¿Me permites que pida por ti? -pregunto, sin dejar que si instale el silencio. Terry me mira con ojos risueños.

-Si insistes...

Asiento y hablo directamente con el mesero, que anota mi pedido en una tablet. En lo que nos quedamos a solas, Terry no tarda en abordar el asunto que hace más mella solo porque es el mas reciente.

-Te han llamado, varias veces. ¿Todos se conocen por aquí?

-Es una ciudad muy grande para que todos se conozcan -digo, intentando inútilmente despistarlo.

Terry ríe, pero no suena molesto o irritado.

-Ya veo; esto será así, ¿no? -Su pregunta me sorprende y niego rápidamente-. ¿Ah, no? ¿Entonces cómo?

-Voy a explicarme lo mejor que pueda pero no quiere decir que vaya a ser lógico para ti...

-No me interesa la lógica. Quiero verdad. ¿O no fue verdad que fuiste a buscarme?

-Claro que lo fue.

-Dime quién eres sin audiencia, sin una presentación que dar, sin que sienta que todos en la sala entienden qué papel representas salvo yo.

Entiendo sus reservas y que esté condenando esta charla, aunque su presencia me indique lo contrario. Me tomo un momento para pensar debidamente cómo abordar lo que me parece lo mas importante.

-Cuando nos conocimos yo no actué como una maniática de mi privacidad, aunque seguro que es más fácil creer que lo fui. Admito que me gusta ser reservada pero no es un lujo que pueda darme seguido y al estar contigo quise que no estorbase el que supieras mi nombre. Lamento si suena ridículo pero he tenido suficientes experiencias de cómo cambian las cosas, las personas, al saber de mí; no solo por mi familia, también porque dedico parte de mi tiempo al Ballet, de manera profesional.

>>Sé cómo suena y quisiera que pudieras comprenderme. Lo siento por mentir y porque sintieras que me burlé de ti al usar el nombre de mi colega y amiga. Ahora entiendo que... eres tú el que enviaba esos presentes y que eran para mí; en su momento me disculparé con Alica, pero apreció las flores, así que gracias.

>>Me gustaría hacer las cosas bien de ahora en adelante ya que no tengo intenciones de que empecemos de cero, a no ser que tu sí lo quieras. Pero para cualquiera de las dos opciones, me presento: soy Christina Blackmore, trabajo con mi familia hasta hoy porque pienso dedicarme al baile a tiempo completo. Tengo cinco amigas a las que amo con amor loco pero equilibrado, una abuela hermosa y expectativas que llenar; es un gusto conocerte.

Mi respiración estaba siendo regular, pero mi corazón no se tranquiliza. Los nervios, conocidos míos, están haciendo estragos y ver a Terry no pronunciar palabra o moverse en lo absoluto me está dando sed.

-¿Y mentiste para guardar tu privacidad? -pregunta en tono neutro.

Asentí y necesité beber de mi agua aunque eso delatase mi estado. No me importaba verme nerviosa si con ello conseguía que creyera en que me interesa.

Él une sus manos y pone los codos encima de la mesa afirmando los índices en sus labios, presionando de tal modo que los aplasta en su centro. Me mira con seriedad y fijeza, lo que me hace rememorar cuando nos conocimos, la sonrisa que mantuvo en casi todo momento, sobretodo si yo sonreía.

-Entiendo -dice-, aunque no comparto tus métodos de evasión. Si te refieres que no quieres empezar de cero porque no quieres olvidar cómo nos conocimos no significa que así sea, pero habría menos malos entendidos. Si crees que seremos capaces de continuar y hacerlo mejor, me apunto.

-Sí lo creo -dije, aun sin saber si ha terminado. Sonrió para continuar.

-Me gustaría presentarme también -descruza sus dedos y me ofrece su mano, que no dudo en tomar, aunque no agitamos-. Soy Terry Burgeos, pero en lo que se refiere a mi trabajo me conocen como Terious Burgeos Ruiz Palacios. Solo tengo tres amigos a los que aprecio mucho y una hermana que se ha vuelto mi confidente. Mi familia es otra historia, pero a los que quiero intento mantenerlos cerca. El gusto siempre fue mío.

Miré un segundo al techo y volví a verlo, totalmente presente y cercana con el hecho de que Terry no juega a intentar convencer o rondar, él va directo. Dejó ir mi mano y fuimos rodeados por la comida, a la que le dediqué mi atención por un momento, fluyendo entre nosotros un ambiente calmado pero que está a punto de explotar.

Lo que consigue que sonría.

-¿Y esa sonrisa? -Me sorprende su voz, mas profunda que hace un rato-. ¿Yo la provoco?

-Se podría decir.

-Quisiera oír más.

-Eres avaricioso -establezco, como si no lo supiera.

Encoge sus hombros.

-No puedo ser de otra forma, Christina.

-No es mi pretensión.

-¿Entonces qué pretendes?

Frunzo el ceño y abandono la comida sintiendo que hay una ofensa velada, pero a mi también me gustan las cuentas claras. No hay ni una sonrisa y me empiezo a preocupar.

-Pretendía ser honesta y lo fui, no sé a qué viene tu pregunta.

-¿No?

Casi chasqueo mis dientes.

-No, Terry. -Elevo mis cejas y le pregunto-. ¿O tu tienes pretensiones conmigo?

Entonces sonrió de una forma tan agradable y me sentí tentada a suspirar.

-Define pretensión en tu caso y yo lo haré en el mío.

-No aspiraba, estaba preocupada de que no quisieras saber de mí después de explicarme y... -me quedo en silencio y lamo mis labios, moviendo mi cabello como distracción-. Dime si no quieres para no crear expectativa.

Se rió y vi las hileras de sus dientes y cómo cerraba los ojos.

-Tengo pretensiones y expectativas pero no estoy seguro de que signifique lo mismo para los dos, por eso te pregunto ¿qué pretensiones y ahora expectativas tienes si te digo que quiero seguir viéndote? Aunque eso lo sabías.

En mi mente pasó una nube gris y decidí fijarme en la decoración del lugar y los colores para evitar que se acreciente a calidez en mi interior y en mis mejillas.

-No lo sé -confieso con tiento, haciendo a un lado y al otro la comida en mi plato-. ¿Es que tu en verdad estás? ¿Y eso qué? En la isla todo fue efímero y no me quejé de no volver a verte. Incluso ahora, Terry; tu no vives aquí, ¿para qué quieres conocer mis pretensiones y expectativas si no puedes cumplir ninguna?

-Buenas noches.

Me puse derecha al ser invadida nuestra privacidad por el chef, al que conozco y al que no le voy a hacer ninguna grosería. Planté una sonrisa porque siempre disfruto su comida y fue vergonzoso que mi plato esté casi entero, pero su gentileza y una mirada aguda hacia mi acompañante fue suficiente para aplacar cualquier mal entendido por mis gustos hacia lo que prepare. Terry fue suficiente halagador para merecernos un postre que no está en el menú de esta noche y volver a estar a solas.

Por supuesto, Terry ya tenía una respuesta.

-No sería justo pretender que me correspondas porque no te di certezas. Fuimos dos personas que la pasamos bien con el otro pero me he preguntado lo suficiente por ti como para tener una certeza absoluta: quiero estar aquí y conocerte. Si tu estás dispuesta a creer en mis pretensiones yo pondré el listón lo mas alto que me permitas.

Mi boca se movió mas rápido que mi instinto de conservación.

-¿Y si no quiero que lo bajes nunca?

La faz de Terry se transformó un momento, pero fue tan instantáneo que pudo haberlo imaginado. Creí ver sorpresa y excitación, pero es demasiado comedido ahora para recordarlo.

-Creo que no supe expresarme...

Aclaró su garganta.

-Te expresaste muy bien.

-No, no es así. Terry... No es buena idea que tu y yo nos sigamos viendo, no en los términos que tu insinúas.

-¿Seguirnos viendo? -cuestiona con una sonrisa que va mas allá de mi entendimiento-. Pero si no nos hemos visto y es el porque estamos aquí. Nosotros...

-No hay un nosotros -interrumpo y me niego a tener en cuenta su sorpresa y el latir incesantemente turbio de mi corazón-. No lo hubo ni lo habrá. Estamos cenando porque te merecías una explicación y te la he dado, cumplí y no creo que volvamos a vernos pero de ser el caso, seremos capaces de impedirlo. Yo voy a impedirlo.

______________

Holaaaaaaa

Aquí el siguiente capítulo!! Pasará algún tiempo hasta que ellos tengan el ''suyo'', por el momento era necesaria esta conversación, aunque como dije en el capítulo anterior no era precisamente un requisito pero con la manera de ser de Christy, sí que es necesario. Incluso también para Terry, cuyo interés salta a la vista.

Ya viene el siguiente, no se preocupen.

Liana

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