Año 1064

Esta historia tiene inicio en la ciudad de Etherea, la cual es famosa por poseer en sus terrenos a la prestigiosa Academia de Magia de Etherea. Los estudiantes aquí luchan por probarse a si mismo que son los mejores, la gran mayoría de ellos van mas allá e intentan destacar sobre el resto.

Se celebraba el primer día en esta academia, los estudiantes gozaban de tiempo para hablar entre si y conocerse mejor. Una chica a logrado reunir a una gran cantidad de jóvenes a su alrededor, en donde ella en el centro parece dar una especie de discurso.

— Soy Candy, todos estamos para demostrar que somos, no venimos aquí a mejorar pues ya somos los mejores. — Dijo a toda voz, siendo aplaudida y celebrada por un acumulo de jóvenes que aumentaba en numero, reunidos a su alrededor.

— Te equivocas . — Dijo un chico desviando la atención y rompiendo la atmósfera alrededor de Candy. — Muchos aquí tenemos un gran potencial, quizás no somos tan buenos pero pronto lo seremos.

— ¿Y tu eres?. — Dijo Candy mientras mantenía un gesto pensativo y arrogante. — Ya se, eres un ser inferior, en la magia es importante poder darlo todo y si no logras sacar ese máximo potencial no deberías ser llamado mago.

Posterior a este ultimo mensaje, Candy con una de sus manos al cielo y los pies bien plantados, se dispuso a dar una muestra de su poderío. Sobre su mano emergió una llama de color rojo intenso. Como respuesta a esto Nik con sus dos manos hizo aparecer una llama similar.

Todos rieron ya que Nik necesito sus dos manos para igualar a Candy. Solo un segundo después la llama de Nik pareció crecer de 2 a 3 veces. Todos quedaron atónitos y por primera vez Nik recibió aplausos. Pero no todo iba a quedar allí, Candy igualo el tamaño de la llama y todo se había vuelto una batalla de desgaste.

A quien se le apagara la llama antes, iba a resultar perdedor. Ella seguía muy soberbia, con una mano igualando la magia de quien parecía iba a ceder en cualquier momento.

Así pasaron varios minutos y sucedió lo que nadie pensó. Candy por primera vez vaciló, y sin dudarlo utilizó sus dos manos para estabilizar la llama, que por momentos parecía peligrar su intensidad. La batalla no duro mucho mas que eso, Nik había perdido.

Toda esto genero una sensación de disgusto en Nik, quien veía como todos arrumaban a Candy y la felicitaban por su gran demostración de poderío. Ambos cruzaron la mirada a la distancia, desde distintas perspectivas, pero con una misma idea en mente, habían disfrutado ese pequeño enfrentamiento.

Un chico se acerca a Nik para felicitarle su demostración y sus palabras. Para cuando este se da media vuelta, tenia tras de el una gran concentración de jóvenes a su alrededor. Los estudiantes se habían polarizado, la mitad se quedo con Candy y le otra con Nik.

Se generaron dos bandos en la academia. Aquellos mas cercanos a Nik, eran magos que no se sentían con un nivel de potencial aceptable y eran conscientes de lo mucho que debían mejorar. Este grupo trabajaba arduamente, fuera de los horarios de las clases, buscando cada instancia posible para buscar una mejoría.

Por otro lado, a Candy la seguían jóvenes con un gran poder de magia. Aquellos provenientes de familias poderosas y muy famosas. Generalmente utilizaban las clases para hacer demostraciones de su poder, buscando incomodar a aquellos quienes no puedan alcanzar ese potencial. Pero pese a estas diferencias tanto Nik como Candy parecían llevarse muy bien.

— Muero de ganas por volver a enfrentarnos. — Dijo Nik con voz convincente, mientras apretaba fuerte el puño. — Aprendí mucho de la ultima vez que vi usar tu magia, tu control es de otro mundo. Realmente dudo poder llegar algún día a tu nivel de destreza y perfección con la magia.

— De que hablas endeblucho. — Dijo Candy, sonrojada por las palabras escuchadas. — Las personas fuertes como yo necesitamos a gente como tu, débiles que buscan a como de lugar llegar a un nivel de magia que nunca podrán. Es muy destacable que quieran intentarlo, esa determinación debería también estar en los mas fuertes. Pero, está lleno de egoístas y necios que piensan haber llegado al tope de la magia, como yo.

Esta conversación es interrumpida por el director de la Academia. Un señor con una mascara dorada muy llamativa, la cual le cubría solamente la mitad del rostro.

— Aquí está de quienes todos hablan, la talentosa Candy que ha demostrado ser por lejos la estudiante con aspiraciones mas altas y seguramente llegue tan lejos como se espere. Cambien estas tu Nik, me asombra que por primera vez que nos crucemos no estés practicando la magia, a ese paso espero grandes cosas de ti. — dijo el director mientras cambiaba su rostro de alegría a uno de seriedad absoluta. — Ambos deben ayudarme, los altos mandos de la academia me han insistido en la creación de unos juegos. Debido a la polarización de los estudiantes, creen que un enfrentamiento amistoso entra ambos bandos pueda generar una buena imagen de la academia. Aquí es donde entran ustedes, deben darme ideas de posibles pruebas a llevarse a cabo en estos juegos, tu primero Candy.

— Lo primero director, creo no es la mejor idea. Es sabido que en mi bando están los mejores estudiantes, los mas talentosos. La victoria de mi lado estaría asegurada. Pero si usted lo pide, creo que deben realizarse pruebas de control y resistencia a la magia. — Dijo Candy con mucha seguridad.

— Discrepo director, creo que es una muy buena idea. Una gran oportunidad para muchos estudiantes que se creen débiles. Quizás lo son, pero esta instancia seguro los hará mas fuertes. A diferencia de Candy, creo debemos hacer pruebas situacionales para probar la mentalidad y capacidad de adaptación de los estudiantes. — Dijo Nik mirando fijamente a Candy, quien le devolvía la mirada tensa y fría.

— Voy a tomar en consideración sus palabras para la creación de las pruebas, me alegro que puedan llevarse bien. — Dijo el director para luego esfumarse con el viento.

Ambos estudiantes se quedaron sin palabras. Nik quería disculparse por la forma en que dijo las cosas, pero Candy se dio media vuelta para marcharse sin más.