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9. ¿Salimos?

Salí de mi oficina en busca de Reaven. Quería mostrarle las diferentes opciones de mobiliarias que había encontrado. Tenían estantes muy bonitos y creo que es hora de darle un retoque a este lugar. Los estantes mugrientos y llenos de polvo ya me habían aburrido. La busqué por la sección de Romance, y para mi sorpresa ella no estaba allí. Ella amaba el romance y siempre se la pasaba metida en esa sección, leyendo o experimentando con nuevos escritores. Rea era una chica muy ilusionista, siempre buscando al chico perfecto. A un chico que la trate cómo una princesa, a alguien que la haga sentir cómo una damisela y bla bla bla.

Caminé por la sección de Acción, y me detuve a ordenar unos libros que estaban fuera de lugar cuando escuché la voz de Reaven. Me dejé llevar por el vibrar de las voces hasta encontrar su provenir. Empujé libros de la repisa fuera de mi vista y dejé un espacio para ver al otro lado del pasillo. Reaven estaba recostada al siguiente estante, pero no estaba sola. Dylan la acompañaba. Parecían estar conversando muy cómodamente.

Agudicé mi oído y presté suma atención a lo que hablaban.

­-No creí que leyeras a Candice Gelhart-dijo Dylan frente a ella, señaló el libro en sus manos que al parecer llevaba el título de "Lluvia de Hombres"

-La adoro, es genial y amo la manera en que redacta. Sus libros simplemente me inspiran a seguir buscando el amor de mi vida.

Re-cursi.

-Eso es muy lindo Rea-contestó él con una sonrisa de medio lado.

Eso es muy lindo Rea, repetí ridículamente por lo bajo. Sin evitarlo, puse los ojos en blanco.

Hubo un silencio incómodo entre ellos hasta que Reaven interrumpió-¿Estarás ocupado hoy en la noche?

-Oh, claro que no. ¿Sucede algo?

-Pues...-jugó con las páginas del libro- Me preguntaba si... querrías salir hoy en la noche. Una simple cena, eso es todo. Para conocernos mejor, ya sabes...-dijo con nerviosismo, sin mirarlo a los ojos.

-¿Una cita?

-Tal vez.

-¡Me parece genial! ¿A dónde quieres ir? ¿Te parece Ray's pizza?

-¿Pizza? -puso cara de desagrado y parpadeó repetidas veces- Perfecto-no sonó muy entusiasmada y yo sabía por qué.

Ella no esperaba que "El Amor de su vida" la llevara a una pizzería en su primera cita. Ella quería ir a un restaurante de cinco estrellas y con gente de etiquetea. Quise reír con ironía. Aquel chico no existía y mucho menos era Dylan Grove.

Y de cierto modo también me enojé. ¿Hace unos días Dylan no había dicho que me amaba? No es que ese hecho me importe, si no que le está viendo la cara a mi mejor amiga. Oh no, no voy a dejar que esto se quedé así. No voy a permitir que juegue con una chica tan linda como Rea y luego le rompa el corazón. Claro que no.

¿Pero desde cuando acá Dylan Grove es un rompecorazones, Kryss?

Le di la vuelta al estante y caminé hacia ellos interrumpiendo su conversación.

-Buenos días, Rea-saludé fríamente-¿Puedo hablar contigo, Grove? -dije en monótono.

-Sí... claro-vaciló al contestar.

-En mi oficina-indiqué y ambos empezamos a caminar en dirección a ella.

Al llegar, hice que él entrara primeramente y lo seguí. Cerré la puerta con llave y me giré hacia él, quién estaba recostado sobre mi escritorio de brazos cruzados.

-Haber Cooper, ¿De qué quieres hablar? -usó un tono tanto arrogante y exhausto a la vez.

-No voy a permitir que te burles de Reaven-solté sin más preámbulo.

Él dejó escapar un sonido, entre una risa y un bufido-Espera...¿De que estas hablando? - descruzó sus bazos y apoyo sus manos a cada lado de él; sobre el escritorio-¿Nos escuchaste hablar, Kryssten?

-No te voy a mentir, sí, sí los escuché hablar. Pero ese no es el tema. El tema es que -remarqué- Quieres jugar con el corazón de Reaven. ¿Y sabes qué? No voy a permitir que eso suceda-me crucé ahora de brazos, de manera desafiante.

-¡Oh seguro! -hizo burla-¿Estás segura de que es sólo eso? ¿O no serán... celos? -se despegó del escritorio y dio un paso hacia adelante, acercándose a mí.

Rodé los ojos-Piensa lo que quieras Grove. A mí no me importa en absoluto que tú y Rea tengan una relación o lo que sea. Lo único que quiero es que le seas sincero. Sé que no es de mi incumbencia saber lo que sientes hacia ella, pero sólo dile la verdad. Ellas es alguien muy sensible y delicada y su corazón es cómo un retazo de gelatina. No sé qué sucedería si ella me llegara a odiar. Ella cree que tú eres el hombre de su vida y tal vez eso sea cierto o tal vez no, no lo sé-me encogí de hombros- ¿Pero acaso te quieres convertir en Tessy y Bratt? ¿Quieres verle la cara a Reaven de la misma manera que ellos hicieron conmigo?

Un silencio inundó la habitación y de pronto pude retroceder en el recuerdo. La imagen era borrosa y poco visible, ya que había sucedido hace más de 3 años.

Él alzó la mirada y me miró a los ojos. Por más que tratara de evitarlo, esos ojos azules aún podían ver más allá de mí.

Asintió levemente-De acuerdo- y sin más que decir, caminó hacia la salida, esquivando mi cuerpo.

Dylan P.O.V.

Reaven y yo entramos en Ray's Pizza. Él lugar me lo había recomendado Ben. La última vez que hablamos por video llamada, él comentó que Ray's es una de las pizzerías más visitadas en todo New York y pues necesitaba ir a probarla y hacer mi papel de juez. Reaven traía un lindo vestido rosa pálido hasta mitad del muslo con un cinturón ajustado a la cintura. Apuesto mil dólares a que Kryss jamás se pondría ese atuendo. Simplemente era muy "rosa" para ella, pero a Reaven se le veía muy...bien.

-Lindo vestido-comenté mientras halaba su silla hacia afuera y esperaba a que ella se sentara. Me senté frente a ella y observé cómo crecía un rubor en sus mejillas.

-Gracias-dijo dulcemente.

A las chicas les gusta que notemos ese tipo de pequeñeces. Por más absurdas que sean para nosotros, a ellas siempre les parecerá que es el detalle más grande del mundo. Tomé el menú entre mis manos y observé los tipos de pizzas que había en la lista.

Pizza de hongos.

Pizza de jamón.

Pizza de vegetales. ¡Wacala!

La mesera se acercó, tomó nuestras órdenes y se retiró, dejándonos a mí y a Reaven solos con un incómodo silencio.

-Y cuéntame Rea...¿Cuántos años tienes? -dije, tratando de romper el hielo.

-18, ¿y tú?

-21-apoyé mis brazos contra la mesa y jugué con mis dedos- ¿Ya casi te gradúas del colegio, cierto? ¿Qué piensas estudiar? -cuestioné. No es que realmente me interesara, sólo que quería que el momento fuera menos incómodo.

-Tal vez en Artes. Aunque no lo creas pinto y dibujo a escondidas. Es algo así cómo mi secreto, muy pocas personas lo saben.

-Eso me parece fascinante.

-Gracias. Pero mejor hablemos de ti, ¿Te parece? -dijo entusiasmada y asentí- ¿Desde hace cuánto tú y Kryssten se conocen? -dijo y luego de unos segundos pude ver cómo sus ojos se habrían cómo platos y ella se cubría la boca con las manos-¡Oh, lo siento tanto! No fue mi intención. Sé sobre lo que ha sucedió entre ustedes dos y si no quieres, mejor no hablemos de ella-dijo con tono preocupante.

Entonces Kryss, le contó sobre lo que sucedió entre nosotros a Reaven. Sonreí mentalmente.

-No, no me incomoda en absoluto- pues en cierto modo, me gustaba hablar de Kryss-Nos conocimos en el colegio hace más de 3 años y en cierto modo fue algo loco y ridículo-esta vez si no pude evitar sonreír físicamente, el recuerdo era nato, cada detalle permanecía en mi memoria y la imagen era cien por ciento clara. La chica castaña acercándose hacia mí, hablándome y pidiendo conocerme.

-¿Y qué fue lo que realmente sucedió entre ustedes?

-Ya sabes. Las cosas se dieron espontáneamente, ella era alguien muy optimista e insistente. Yo era un total y completo antisocial. Pero la verdad, no tengo idea de cómo terminamos juntos.

-¿Y por qué terminaron su relación? -se acomodó un mechón detrás de la oreja y se recostó a su asiento, prestándome suma atención.

Solté un suspiro, recordando la noche de graduación-Jamás la tuvimos. Realmente, esa noche de graduación pensaba pedirle que fuera mi novia. Ella nunca lo supo después de todo. Pero antes de que yo pudiera preguntarle, ella se adelantó y me dijo que se vendría a vivir con su padre a New York. Entré en shock y le dije lo peor que le pude haber dicho a una mujer en su vida. Le dije que no la amaba-metí las manos en los bolsillos de mi pantalón.

La mesa volvió a quedar en silencio. Reaven tenía la mirada perdida, supongo que estaba procesando cada detalle. Finalmente sus ojos se volvieron a posar en mí.

-¿Entonces es cierto que no la amas?

No podía mentirle.

Negué con la cabeza-La amo cómo no tienes idea.

Ella apretó sus labios y luego pude ver cómo su garganta subía y bajaba al tragar.

-Rea... mira... -empecé.

-Por eso estás en New York. Viniste para recuperarla-concluyó.

-Rea, tú eres una chica increíble, créeme-La miré directamente a los ojos, obligándola a callar. Mi madre decía que tenía poder con la mirada- Pero yo no te puedo dar lo que buscas. No soy el chico perfecto que deseas y te voy a ser sincero. No creo que lo encuentres jamás, nadie en este mundo es perfecto, todos cometemos errores. Sólo tengo ojos para Kryss y no me voy a ir hasta recuperarla.

-¿Entonces por qué aceptaste salir conmigo? -ella no se veía quebrantada o triste. Simplemente se encontraba indiferente.

-Pues sé que eres su amiga y quería que me ayudarás a recuperarla. Tal vez suene cómo un idiota, y pienses que quiero usarte, pero no. Se ve que eres alguien agradable y dulce y me gustaría tener una amistad contigo Reaven. ¿Entonces qué dices? ¿Amigos? -le extendí mi mano a modo de trato. Ella alzó una ceja y miró mi mano sobre la mesa, vacilante. Pero finalmente la estrechó y me dio una sonrisa de lado.

-Kryss no sabe de lo que se pierde-dijo-Jamás conocí a un chico que fuera tan sincero y amable. Otro simplemente jugaría su papel de Don Juan y seguiría su camino. Sé que la amas y estoy de tu lado, te ayudaré con Kryss.

-Gracias-dije aliviado-¿Te he dicho que eres maravillosa?

Ella soltó una risita nerviosa.

La mesera llegó con nuestras órdenes y las acomodó sobre la mesa. No tardé en tomar un retazo de pizza y darle un mordisco. ¡Wouh! Vaya que estaban deliciosas.

-¿Entonces Rea, que tienes en mente? ¿Cómo podemos comenzar con El Protocolo Recuperar a la Chica? -dije mientras masticaba el esquicito triángulo.

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