Capítulo 11: Límite superado.
Los días que siguieron de la reconciliación con JiMin, fueron los mejores para YoonGi. Habían vuelto a dormir juntos y a compartir charlas durante las noches, cuando estaban a solas y abrazados. El emperador había vuelto a verse feliz, algo que NamJoon y lady Yi le comentaron. JiMin siguió con su entrenamiento en compañía de TaeHyung y otras veces los acompañaba Jung HoSeok, un amigo de confianza de Kim.
De repente los días habían vuelto a ser brillantes y hermosos; las tareas y responsabilidades ya no eran tan pesadas; y las reuniones comenzaban a ser soportables. Todo parecía haber cambiado de la manera más hermosa y YoonGi disfrutaba de los días. JiMin era su sol y el único capaz de hacer brillar su mundo entero.
–Emperador–llamó lady Yi mientras estaban almorzando–, ¿le molestaría que acompañara esta tarde a su consejero al pueblo para hablar con los comerciantes? Me ha dicho que así podré aprender más sobre el comercio en nuestro pueblo.
YoonGi sabía que en gran parte ella quería ir por esas razones, pero por otra sabía que era también para estar a solas con NamJoon. A lady Yi le gustaba él, y a él le gustaba lady Yi. Él creía que en verdad hacían una adorable pareja.
–Vayan, creo que en verdad te ayudaría a aprender más–comentó YoonGi, ella sonrió con genuina felicidad.
–Muchas gracias, emperador. Por cierto, lo he visto muy feliz estos días, ¿ha ocurrido algo bueno? ¿O ha solucionado su problema?
–Un poco de ambas, podría decirse.
–Oh, me alegro mucho entonces. Usted se merece estar así, emperador, y no triste. Las personas buenas solo merecen dicha y felicidad.
–Creo que también te lo mereces.
–Yo soy feliz, emperador. Aquí soy feliz porque usted ha respetado mis deseos y decisiones. Usted ha sido amable conmigo. No tengo motivos para no ser feliz. –ella bajó los palillos con los que comía–Sé que no me corresponde pero ¿podría saber qué pasó para que vuelva a sonreír?
–Es algo…complicado. Prefiero no hablar de eso ahora, si no te molesta.
–Por supuesto que no, emperador. Por cierto, ayer vino el aprendiz del experto en armas Kim Seok Jin. Vino a traer un mensaje de su maestro. –levantándose fue a uno de los muebles para sacar el trozo de papel–Es con respecto a las últimas armas que usted le encargó. Me tomé la molestia de recibirlo en el palacio ya que su consejero no se encontraba disponible, el general Park no estaba en el palacio y usted estaba en una reunión.
YoonGi tomó el papel donde Seok Jin le había detallado las armas que le había pedido junto con el precio a pagar por ellas. El trabajo era sencillo por lo que no sería relativamente costoso. Además confiaba en el trabajo de Seok Jin, sabía que haría algo que valdría la pena. Al igual que las defensas para el palacio que le pidió. Aunque seguía esperando por ellas ya que según Kim faltaba todavía para que fueran realmente seguras.
–Gracias. ¿Viste cómo estaba JungKook? –lady Yi asintió ya en su lugar con los palillos en su mano.
–Se nota devoto a su maestro, bien cuidado y feliz realizando tareas. Se nota que su maestro le da el debido cuidado que un niño de su edad se merece.
–Me alegra escucharlo. Cuando lo conocí era solo un niño buscando trabajo para tener algo para comer. Sus padres habían sido asesinados por el ex emperador Lee, así que él quedó solo. Vivió pocos días aquí en el palacio antes de conocer a Seok Jin, quien lo aceptó como aprendiz cuando lo conoció. Aunque tiene una relación divertida. Los he visto pelear, creo que es lo más gracioso de ellos. Kim pelea como un niño con JungKook.
–Bien dicen que todos siempre tenemos un niño dentro.
–Según lo que me dijo NamJoon, su primo no era así hasta que conoció a JungKook. Incluso su familia se sorprendió al ver su actitud con un niño. –YoonGi sonrió–A veces se necesitan las personas correctas para activar ese “imposible” en nosotros.
–Definitivamente estoy de acuerdo con eso.
La conversación respecto a Seok Jin y JungKook terminó ahí antes de que ellos comenzaran a hablar sobre los comerciantes chinos que habían llegado la semana pasada y el idioma que lady Yi perfeccionaba. Estaban terminando el almuerzo cuando NamJoon ingresó luciendo pálido y viéndose agitado. YoonGi no tardó en levantarse junto con lady Yi.
–Emperador…su guardia personal…Park JiMin. –NamJoon recuperó el aliento antes de continuar, YoonGi ya comenzaba a impacientarse–Fue encontrado herido de gravedad en su sala de entrenamiento.
– ¿Dónde está? –preguntó preocupado, la ira hirviendo su sangre.
Quien hubiera dañado así a JiMin, iba a ser decapitado por la propia espada del emperador.
–En sus aposentos, emperador, lo están atendiendo.
YoonGi no esperó más para salir corriendo hacia sus aposentos donde revisaban a JiMin. Lady Yi y NamJoon lo siguieron e ingresaron con él. Un médico y dos enfermeras estaban tratando a JiMin. Él se acercó en silencio viendo que cosían su vientre, aunque había visto vendas en su pecho con manchas de sangre.
–Emperador–se acercó a él Jung.
– ¿Qué le pasó? –preguntó acercándose a él tan serio e intimidante que el soldado retrocedió– ¿Lo viste?
–No, emperador, yo llegué a auxiliarlo por pedido de Kim TaeHyung. Por lo poco que me dijo él había salido por un poco de agua y al volver lo encontró así.
– ¿Dónde está Kim TaeHyung? –preguntó YoonGi buscando al chico con la mirada.
–No lo sé, emperador. Solo sé que se fue en cuanto me dijo eso.
– ¿Cuántas heridas tiene?
–Por lo que vi una puñalada en el vientre y otra en el pecho, aunque la del pecho no parece ser profunda. Creo que fue suerte que no estuviera muerto cuando llegué.
La simple idea de alguien asesinando a JiMin fue suficiente para que una ira descontrolada se desatara en YoonGi. Quien sea que estuviera detrás de todo esto, iba a pagarlas muy caro.
|-|El emperador Min|-|
Habían logrado estabilizar a JiMin y ahora lo único que necesitaba era descanso. Lady Yi, NamJoon y Jung se quedaron con él para ayudarlo. La reina había tomado su mano para darle apoyo y supiera que estaba para él. YoonGi apretó ligeramente su mano, a pesar de que deseaba matar a alguien en ese momento.
Las enfermeras que ayudaban a JiMin dieron un respingo cuando TaeHyung ingresó estrepitosamente jalando del cabello al sobrino de Yi. YoonGi se levantó al igual que su esposa, quien alarmada veía a su primo lastimado y quejándose de dolor.
–Kim ¿qué se supone que haces? –preguntó ella.
TaeHyung arrojó al sobrino de Yi a los pies de YoonGi.
–El cobarde planeaba escapar luego de apuñalar a JiMin. Lo siento si me he tardado en traerlo ante usted, emperador, pero no fue fácil. Tuve que luchar con algunos de nuestros soldados para poder traerlo.
YoonGi notó heridas en el rostro de TaeHyung, lo que confirmaba una lucha con más de una persona.
– ¿Cómo sabes que fue él? –preguntó lady Yi queriendo acercarse a su primo.
Pero YoonGi la tomó del brazo para prohibírselo.
–Lo vi salir de la sala de entrenamiento de JiMin, poco antes de entrar y verlo en ese estado. Fue cuando lo perseguí y descubrí que algunos de nuestros soldados lo ayudaban a escapar.
–Jung–la voz de YoonGi había salido tan grave y peligrosa que el silencio cayó sobre todo el lugar–, ve ya mismo por el general Park y por Yi. Debe estar por llegar, hoy tenemos una reunión importante. Llévalos al gran salón.
–Sí, emperador. –tan pronto dijo eso, Jung salió de ahí.
–Kim, ata a esta sabandija hasta que venga su tío. Llévalo al gran salón también.
TaeHyung asintió y en cuanto se fue, esperó a que Jung regresara para decirle que ya lo esperaban. Él tardó veinte minutos en regresar. YoonGi le ordenó que cuidara de JiMin antes de salir seguido de lady Yi y NamJoon. Realmente no le importaba ya que ellos escucharan su conversación con Yi.
A la mierda todo, a la mierda el honor de mierda de ese viejo. YoonGi se dio cuenta que esa familia, salvo su suegra y esposa, eran una basura. Pensó que casándose con lady Yi todo terminaría, pero se equivocó. Ni siquiera sabía qué buscaban matando a JiMin.
Al llegar vio el rostro confundido del general Park por el chico que estaba golpeado en el suelo, y a Yi mirándolo seriamente.
– ¿Por qué mi sobrino está en esas condiciones, emperador?
–Por atentar contra la vida de mi guardia personal–dijo YoonGi mirándolo–. ¿Puedes explicarme eso, Yi?
– ¡Es su culpa! –se atrevió a gritar el chico mirándolo, YoonGi se giró hacia él– ¡Se suponía que debías engendrar un heredero con mi prima! ¡Pero mientras ese fenómeno siguiera vivo jamás podrías! ¡Te escuché suplicándole y diciendo que mi prima no te importaba!
Lady Yi y NamJoon lo miraron sorprendidos, pero no dijeron nada.
–Oh, vaya, entonces es eso. –Yi sonrió–Creo que si no quiere que mi sobrino lo grite a todo el pueblo, tendrá que dejarlo libre.
Lady Yi miró a su padre sin creer lo que este estaba diciendo. Ella realmente no debía imaginarse lo que su padre le hizo, sobre el chantaje.
YoonGi, por su parte, se quedó callado procesando lo que pasaba. A juzgar por la nula sorpresa en el rostro de Yi, entonces podía creer que el cretino había mandado a su sobrino con esas intenciones. Si en algún momento necesitaban asesinar a alguien, entonces su sobrino se ensuciaría las manos. Yi era un desgraciado.
No podía creer que él buscara ventaja de todo, de una relación que se basaba en amor. YoonGi no podía creer que gente como Yi estaban en Corea, aprovechando hasta el último error para sacar ventaja. Era lo único que les importaba, sacar ventaja de él. No les importaba lastimarlo, humillarlo si así conseguían lo que ellos buscaban. Eran sanguijuelas con hambre de poder y dinero. Era lo único que les interesaba. No importaba si JiMin era un buen chico, inocente y de corazón noble. No les importaba usar a su hija para casarla con un desconocido solo para que su familia obtuviera poder. No les importaba los chicos que se morían de hambre por una distribución injusta de dinero. No les importaba nada más que ellos mismos.
Y YoonGi descubrió que para combatirlos, debía ser como ellos. Preocuparse por él y ser un monstruo. Porque para combatir contra los monstruos, debías convertirte en uno. Solo así los entenderías y sabrías cómo defenderte.
Su época de ser un emperador bueno se terminó en ese mismo instante. Si quería proteger al hombre que amaba, a Corea y su gente, debía ser un hijo de puta.
Y él lo sería, el hijo de puta más grande del mundo.
–TaeHyung–el aludido lo miró–, lleva al sobrino de Yi al calabozo. Será decapitado mañana al amanecer.
Casi sintió gozo al ver la cara de sorpresa de Yi.
–Emperador, ¿qué…?
–Cállate, pedazo de mierda–lo interrumpió molesto–. Ya bastante tuviste de mí, pero no más. Me casé con tu hija para que no confirmaras un rumor que es verdad, solo porque quería proteger a JiMin. Porque sí, él y yo estamos en una relación. Lo amo, lo amo porque fue el único ser vivo en este inmundo y puto mundo que se preocupó por mí, no por ser hijo del antiguo emperador o por mi sangre real. JiMin me cuidó porque era yo, un hombre como todos los que pisan Corea. –el general Park se sorprendió con la noticia, YoonGi lo miró–Si no acepta nuestra relación, entonces lo lamento, pero no me importa. JiMin será mío y nadie lo evitará. Ya estoy harto de que todos se aprovechen de mí y me digan qué hacer. Soy el maldito emperador y si quiero estar con un hombre, así será. –se giró hacia lady Yi– ¿Sabes por qué nos casamos? Porque tu padre amenazó con decir que yo era amante de JiMin. No era una mentira, pero podría lastimar a quien amaba. ¿Crees que le importó? Claro que no. Como tampoco le importa que dé menos dinero a los Kang, quienes prácticamente dan de comer a Corea. A él no le importas tú ni nadie, solo le importa él mismo y su poder.
–Emperador, usted… se va a arrepentir de todo esto–dijo Yi tan enojado como un viejo como él podría estarlo–. Esta es una humillación a mi familia. ¡El pueblo entero sabrá que es un desviado y que somete a ese pobre chico a ser su amante por morbo!
YoonGi lo miró calmadamente, a pesar de que sus ojos miraron a Yi casi pidiendo ver sangre.
–General Park.
–Emperador–interrumpió el general Park–, lo que dijo es…es inaceptable y…
–Entonces serás decapitado junto con Yi, si no te gusta. –los ojos del hombre se abrieron en sorpresa–Aunque a JiMin le dolerá perder a su padre, no me odiará por eso. Tú decides: o me obedeces o mueres.
El general Park se quedó callado mirando el suelo antes de alzar su mirada.
– ¿Qué es lo que quiere que haga, emperador? –YoonGi sonrió mirando a Yi.
–Al calabozo junto con su sobrino, será decapitado junto con él. Y todo aquel pariente que se atreva a enfrentarme para salvarlos luego de atentar contra mí, serán decapitados también. –el general Park asintió antes de acercarse para querer llevarse a Yi.
Pero el viejo comenzó a gritar y a sacudirse. NamJoon se encargó de ir por más soldados para que ayudaran al padre de JiMin a llevarse a Yi, quien juraba vengarse del emperador por lo que le estaba haciendo. YoonGi, por primera vez, no sintió miedo.
Girándose hacia lady Yi, tomó sus manos.
–Lo siento por esto que tuviste que saber, pero es la verdad.
–Yo… ¿en verdad aceptó por amenaza de mi padre?
YoonGi pudo ver en sus ojos dolor por la deshonra que su familia tendría. Una familia noble como los Yi, que se habían caracterizado por su fidelidad al emperador, ahora encontraba la deshonra pura luego de que uno de ellos amenazara al emperador.
–Sí, es así. Pero te juro que esto no caerá en el honor de tu familia. Aunque anule nuestro matrimonio, tú y tu madre serán recompensadas con el honor debido. No tienen la culpa de ser usadas por tu padre para sus viles fines–aseguró limpiando con su pulgar una lágrima–. Por favor, ve a descansar, tienes mucho que procesar. NamJoon, encárgate de llevarla a su habitación. Yo me encargaré de lo demás.
Su consejero, sin decir palabra, se llevó a lady Yi de ahí. YoonGi se encaminó a la sala de reuniones, donde todos, salvo Yi, ya esperaban. Song y Oh se levantaron al verlo, ellos debían haber escuchado los gritos de Yi.
–Emperador, ¿se puede saber por qué Yi…?
–Por traidor y aprovechado–interrumpió a Song quedándose de pie y mirando a todos–. Me he dado cuenta que estas reuniones no valen nada porque las sanguijuelas de siempre buscaran ventaja a través de amenazas. Porque sí, Yi me amenazó. ¿Saben con qué? Con decir que tengo un hombre de amante. No miente, por supuesto–sonrió al ver las miradas sorprendidas de todos–, pero ya no me preocupa. Así que lárguense, de ahora en más yo tomaré todas las decisiones. Nada de votaciones, leyes nuevas que haya, leyes que solo yo dictaré. Pero antes, Song, Oh, el cincuenta por ciento de lo que les doy habitualmente, junto con lo de Yi, irán destinadas a Kang, Jeong e Im, quienes en verdad contribuyen a Corea alimentando al pueblo.
–Pero con eso que nos dejará, emperador, apenas podremos…
–Abarate costos, Oh, tome el consejo sabio que Yi le dio a Kang–YoonGi sonrió–. Estoy seguro de que es un hombre inteligente y podrá hacerlo. Ahora, si me disculpan, tengo cosas más importantes que hacer. A quienes no le gusten los nuevos cambios, podrán hablarlo al amanecer con la espada de mi verdugo. Aunque recomiendo que vayan a casa tranquilos, es lo mejor para ustedes.
Salió sin mirar atrás, escuchando un par de quejas murmuradas de los ancianos. Habló con el encargado de la distribución del dinero y le comentó sobre los cambios realizados. Él no lo cuestionó en ningún momento, en su lugar dividió como se lo encargó y esperó a los ancianos para darles su parte.
YoonGi buscó a TaeHyung y al general Park para encargarles la tarea de buscar a aquellos que estuvieran con Yi, que fueran soldados del palacio, y los llevaran al calabozo para ser decapitados también. Luego fue por NamJoon y le pidió su ayuda para anular su matrimonio con lady Yi, a quien luego buscaría un esposo digno que le devolviera honor a su familia.
Y cuando ya había terminado con todo, se dirigió con JiMin (quien seguía siendo custodiado por Jung) y se sentó a su lado.
–Ángel, despierta pronto…debes escuchar la buena noticia–sonrió acariciando el rostro de su pequeño–. Ya no tendremos que escondernos.
YoonGi se hartó y se volvió el de Daechwita :v
Nos vemos! Besos❤️
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