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Capítulo XIII (2-2). Negro o Blanco

Cloacas de magma de Averno, minutos después...

Debajo de las calles de obsidiana de Averno, había un sistema de túneles o alcantarillas, bastante limpia y espaciosa, por donde circulaba la lava de ese mundo. Luis había llegado allí cargando la vara de Verosén con la que selló al Ejecutor de la muerte, gracias a la ayuda de un condenado y ex compañero del antiguo grupo criminal paranormal al que antes pertenecía, y él había cual había olvidado él mismo por los acontecimientos con la savia.

Más ya llevaban minutos hablando y reencontrándose, mientras seguían el camino que guiaba aquel bombardero de piel oscura.

—Para resumir... ¿Éramos amigos en Nueva orden, pero el Ejecutor de la muerte te cortó la cabeza y acabaste en este mundo donde te pusieron a limpiar Verosen; o algo así? —aclarando y resumiendo Luis de lo que iba de su conversación hasta ahora.

—Sí... pero no olvidéis la parte cuando os dije que me oculté aquí cuando recordé que la fase final de la orden era esta invasión —comentando fatigado por la explicación el ex Ánimas 1 de la orden, Antonio Guzmán—. Por dios, aún me cuesta creer que Caballero y "Sam, varios nombres", os haya puesto así por vuestra traición a la orden.

—Ojalá hubiera decidido en traicionarlos en un mejor momento como tú, así hubiera evitado que experimentaran de esa forma conmigo —dialogando sobre sus recuerdos perdidos mientras bajaba la cabeza—. Ni puedo recordar mi voz cuando hablaba español normal como tú.

Sintiendo lástima el fornido y listo que lo acompañaba, bajando también la mirada. Pero descartando aquel sentimiento de compasión cuando puso atención a lo que dijo el cobayo humano rubio de laboratorio.

—¿Aguardaos un momento...? —Frenando el caminar de ambos tras la detenida—. ¡¿Cómo que antes hablabas español normal como yo?!

Cuestionándolo el alto presidiario de traje gris, con sus puños en la cadera.

—Chaval, desde que os conocí siempre hablabais español alterno, o como se llame esa jerga —respondiendo con una expresión confusa.

—¡¿En serio?! Creo que he perdido más memoria de lo que recordaba —continuando ante la respuesta dicha el pensativo apellidado Árder, haciendo la pose pensativa del sellado.

—No estuve allí chaval, pero arriesgándome a estar equivocado. Creo que ellos no realizaron un simple sellamiento contigo o algo así contigo, no es posible que os hayáis confundido con algo tan insignificante como tu habla, jeje —teorizó con cierta comedia inocente el fortachón.

—¡Uy, disculpen al señorón! —Con sus puños en su cadera encaraba al grandote, además que sus ojos cambiando de azul a rojo repentinamente—. Miren al presumido que se hizo bueno antes. ¡Pero solo porque tú pudiste recordar la memoria fácilmente, no significa que yo también podré hacerlo de la misma forma!

—¡Parece, que aun conserváis vuestro fuego interior jeje! —comentó en defensa y humor tras observar la reacción ofensiva del chico.

Entrando en razón el ojirojo, y entendiendo que estaba haciendo un alboroto por un simple comentario risueño. Alejándose de él y sacudiendo su cabeza, pero tras abrir y cerrar los ojos recuperó el azul en ellos.

—Perdón, Antonio... —disculpándose con la mirada baja—. ¿No sé qué me pasó? Juré que sería más amable con los desconocidos.

Sonriendo el moreno por las disculpas del caucásico.

—Nah... —Dando un barrido con su mano en el aire, antes anatómicamente incorrecta, pero ahora bien—. Cuando nos conocimos siempre te ponías así con Rodrigo y conmigo, hasta vuestros ojos igual se ponían rojos cuando vos enfadabais. Más bien me alegra ver que vuestra personalidad sigue intacta, aunque olvidasteis como controlar eso, y que también sugieras de cierta forma que no soy un desconocido.

Demostrando su falta de importancia en el asunto aquel hombre, antes criminal. Sin embargo, algo de lo que dijo fue de interés para aliviado.

—¿Mis ojos se ponen rojos cuando me enfado...? —repitiendo en voz baja para sí mismo.

Cuando un sismo ocurrió en la superficie, cayendo algunas rocas del mineral volcánico del techo en el acueducto de lava. Suceso que recordó al hombre fuerte y listo el estado actual de ambos.

—Debemos proseguir, dudo mucho que la barrera del Infierno dure mucho. Además, seguramente esa niñata de Anabel nos debe estar buscando —dijo el musculoso al retomar el camino.

Siguiéndole el joven adulto más bajo en su caminar.

—¿Seguro que estos túneles nos llevaran al lugar donde está Cortafuego álmico? —preguntó el más bajo mientras caminaba apurado con él hombre más grande.

—Je... —Dando una sonrisita presumida mientras apuraban el paso, observando a su camarada de reojo—. Cuando os la pasaos limpiando este lugar de arriba abajo por algún tiempo podéis memorizarla fácilmente.

—Qué bueno... —Aliviado de sacar esa duda de la mente, aunque seguía una última en la mente del cazador con cicatriz—. De todos modos... ¿Quién es esa tal Anabel? No tengo ni medio recuerdo que formará parte de Nueva orden.

—No sé mucho de ella, ¿Creo fue alistada por Caballero después de que perdí ante el chamaco perro? —dialogando distraído mientras caminaba, pero cambiando de humor al recordar un suceso visto recién—. Pero me quedé como loco cuando escuché lo poderosa y vengativa que esa cría puede ser.

—¿En serio, pero poderosa y vengativa como Ejecutor o como yo? —preguntando mientras pensaba en la Parca, en su forma de niño, y él mismo.

—¿Vosotros? Vosotros son muy parecidos, determinados y muy comprometidos, pero ella da miedo al medio segundo de verla. El primer condenado que selló y torturó cuando se liberó fue su padre; además mostró una proyección álmica de lo que hizo a todo el Averno mientras reía —narrándole con cierto pavor, teniendo escalofríos con solo recordar aquel suceso—. Al menos cuando conseguisteis vuestra venganza de sellar al Ejecutor en vuestra Vara vero hasta ahí llegasteis, pero ella no tiene límites. No importa cuán malo haya sido vuestro padre, sí sois capaz de torturarlo así, en verdad tienes problemas.

Aquel rubio no entendía muy bien con lo último que se refirió su amigo reencontrado, pero logró recordar un trabajo pendiente, golpeando su cabeza con la palma por el asombro.

—¡Ahh, es cierto, ya debí haberlo liberado! —dijo al recuperar la idea, sacando la vara eléctrica de su chaqueta.

Levantando litro su rodilla derecha el ojiazules y poniendo el bastón sobre ella, demostrando sus intenciones. A pesar que su amigo no estaba del todo de acuerdo.

—¡¿Esperaos, dejadme tiempo para salir pitando de a...?! —Nervioso y batiendo sus palmas en señal de alto.

Pero ya era muy tarde, Luís ya había ejercido fuerza para destruir la vara, rompiéndola y liberando al Alma sellada. Solo que esta al regresar permanecía en su forma adolescente, y sostenía al presunto antihéroe/antivillano (o alguien que se pasa de lado) de su franela con la izquierda.

Amenazándole con cortarle el cuello con una sola guadaña invocada en la mano derecha.

—¡¡¡¿Qué diablos?!!! —resentido exclamaba mientras le amenazaba a quemarropa—. ¡¡¡Me sentía culpable por lo que te había pasado, pero si vas a acuchillarme por la espalda por eso, no andaré con contemplaciones!!!

—¡¿Es-espera, la única razón por la que hice eso era pa-para que no nos metieras en una pelea que no podíamos ganar?! —hablando el amenazado con prisas por temor de ver el filo de la cuchilla, dialogando más de la cuenta—. ¡Te-te veías cegado por la venganza, por lo que no tuve más opción!

Explicaciones que funcionaron con el ejecutor, pero para no mostrarse fácil solo lo soltó en el suelo sin decir nada. Sacando sus humos de furia de su nariz, literalmente.

—Para la próxima avísame de cualquier plan en que me metas de antemano. ¿Te costaría mucho? —opinando el chico serio a ojos cerrados y con los brazos cruzados sin nada de culpa por su acción anterior.

—Cof, cof... Perdón —Tosiendo y rascándose el cuello con su mano derecha—. Pero si te metías en la pelea podríamos perder tiempo valioso y no evitaríamos que rompieran la barrera del Infierno.

Mientras hablaban la primera Ánima comenzaba alejarse, caminando lentamente para no ser descubierto por el crecido que le cortó el cuello antes.

—Puede ser, pero no debiste usar la Vara vero. Oscuria te la dio para que la usásemos para sellar a Caballero o a Gasoí si teníamos la oportunidad —regañó en calma con su misma postura rezagada.

—Bu-bueno, ¿No puedes invocar otra? —preguntó tras entender el inconveniente.

—Ese artilugio es un prototipo único de origen Amerial, fue diseñado por la una de las genias álmicas más inteligentes de esa región, tras realizar ingeniería invertida en una de las bombas de Verosén sin usar que tenía un Ánima capturada. Por lo que no, no se puede invocar normalmente y es de un solo uso —informó, apretando los dientes de la frustración el muchacho.

—Pues, creo no les salió bien, porque la verdad no pareces nada afectado por el sellamiento o algo, jiji —bromeó torpemente para quitar la presión metafórica de sus hombros.

Abriendo sus irises carmesí el resentido chico sin la capucha puesta.

—¡¿Te acabo de decir que era un prototipo?! —refutó estresado, respirando para calmarse.

Pero tras recuperar la calma descartó su guadaña que se desintegró al medio segundo de tirarla, chasqueando con la derecha cual la cargaba. Invocando tres agujas de oscuridad en el aire y poniéndolas a orbitar la cara del escapista lento atrás de él, que pensaba que nadie le prestaba atención, mirándole serio tras voltear su cara.

—¡¿Y quién es este mentecato que cree que no puedo sentir su Almia con cada paso que da y estando tan cerca?! —preguntándole al descuidado de capa roja, mientras miraba de reojo al escapista con seriedad.

—¡¿Os diste cuenta?! —respondiendo el escapista descubierto en voz baja y con temor.

—¡Obvio! —Dándose la vuelta por completo y mirando al escapista de pies a cabeza, aunque sin cambiar de ruda expresión—. ¿Y tú quién eres?

Tras la pregunta del desinteresado que mantenía las agujas en órbita, aquel personaje que dejó sus intenciones de escapar comprendió que el chico seguía sin acordarse de él.

—Aww... —Resoplando ante las sospechas a su propia persona—. ¿Todavía no te acuerdas de mí, verdad? Me cortaste la cabeza hace un tiempo.

—Loco, me paso la muerte cortando cabezas de Mentecatos. No te creas especial tan especial por que tan diferentes seas ahora de antes —quejándose mientras mantenía los ojos cerrados de aquel pedido.

Respirando decepcionado el enemigo olvidado.

—Aww, bueno creo que es lo mejor —opinando también con los ojos cerrados.

Pero re abriéndolos al ver que las agujas voladoras del chico se acercaban más a su rostro.

—No lo volveré a decir, ¿A menos que quieras sufrir? dime quien eres—preguntando nuevamente en frustrado con una mirada seria.

Levantando las manos el condenado.

—¡Antonio Guzmán, Alma condenada y en Reformación, condenado a Servicio comunitario en Averno! ¡Limpieza de estructuras! —explicando su ficha técnica con nervios y con prisas—. ¡Era de Nueva orden, pero ya no quiero tener nada que ver con ellos! ¡La Ejecutora de la Emoción y el Ejecutor del Tiempo nos pidieron a los condenados que estábamos en contra de Nueva orden que si le hallásemos le ayudásemos, y puesto que vosotros queréis ir a donde está San Gabriel De Arcángel les estoy llevando por las cloacas de Averno!

Palabras que provocaron que el adolescente sospechoso alejará sus agujas del supuesto ayudante.

—¿Adora y el Doctor tiempo están aquí? ¿Cómo llegaron ellos antes que yo? —preguntó acercándose al sujeto ligeramente fornido y de tez negra.

—No sé mucho del tema. Pero el Ejecutor del Tiempo pronosticó que eso sería lo más posible debido a que el epicentro de las fallas del sistema se concentraba en Europal, y seguramente cualquier signo venido de esa dirección tardaría más en llegar. Ellos llegaron de Amerial y Artial —citando las palabras del supuesto doctor del más allá.

Explicación detallada que confirmó al gótico con la mano en la cara que todo debía ser cierto. Desintegrando las agujas cerca del Ánima, catalogado como Alma ahora.

—Pero claro... —quejándose en voz baja por conocer muy bien al doctorcito sin doctorado mencionado, con la mano pegada en su cara—. Solo al Dr. José Gregorio Marez se le ocurriría un diagnóstico tan detallado de antemano a los eventos.

Bajando las manos el acusado.

—Entonces, ¿Puedo estar seguro que no me cortarás la cabeza otra vez? —preguntando un Anton preocupado, a riesgo de que el adolescente lo hiciera de todos modos.

—Ya que... —respondiendo de extraña forma, y retrayendo su mano para decir otra cosa—. Además, lo único que podría hacer, dada las circunstancias, es dejarte sin cuerpo por un rato y que agonices de sufrimiento. Y eso si eres débil de mente, claro.

Caminando entonces él una vez investigador y uno de los líderes de la orden.

Y tranquilizándose por fin el otro personaje de la cicatriz en el ojo izquierdo, pues creía que se iba a formar una revuelta en el lugar. Pero para asegurarse decidió añadir un nuevo tema a discutir.

—No sabía que otras Ánimas como tú, también se pusieran en contra de Nueva orden. Uno pensaría que todos se aprovecharían del momento —comentando en broma irónica al rehabilitado había dado el momento.

—Casi todos los condenados menores aquí en el Averno están cansados de ser perseguidos, y más de ser degollados por el Ejecutor en algunos casos. Por lo que, debido al sellamiento masivo de Supervisores Demonios y Ángeles, solicitamos ayudarles, y con suerte eso nos ayude a saldar parte de nuestra condena aquí. Todas las Ánimas queremos volver a ser Almas normales —hablando de corazón frente al rubio quien abandonaba su pasado y al muchacho quien ejecutó gran parte de los condenados.

—¿No sabes si los condenados del Infierno también pensaran como tú y se negarán a creer en Nueva Orden? —preguntó Alfa esperando creer en ello.

Pregunta qué causó decepción en el positivo expositor de ébano de ese trío, deteniendo su caminar.

—Tal vez sea posible que algunos de los condenados en los sótanos menores se nieguen; como del primero al cuarto. Pero en los mayores es más que probable que aceptaran la propuesta de Caballero, del quinto al octavo. Cuando estás aquí sabes quienes son los más peligrosos —Comenzando a hablar con preocupación Guzmán, pues ya estaba acostumbrado a cómo funciona el lugar—. Ellos son inestables de mente. Y con el poder que les otorgará la técnica prohibida darán todo de sí, para satisfacer su inalcanzable felicidad.

Palabras que dieron en que pensar a los jóvenes, que no podían imaginar el caos que supondría un Infierno existencial, sucumbido por la locura de la savia. Sacándolos de su pensar una explosión de savia en las alturas, una que abrió el techo, o suelo superior sobre ellos.

—¡Mi señora, los he encontrado, encontrado! ¡Zum, zum! —hablando y corriendo apresurado aquel enano de rojo e hiperactivo que servía a Anabel.

Saltando a las alcantarillas junto al resto de su equipo variado, uno por uno; y cubiertos del humo verdoso de la explosión. Cayendo en picada la pequeña lideresa de ellos, aplaudiendo para invocar sus guanteletes largos en sus brazos y esparcir los restos de la explosión; para que todos pudiesen verla a ella.

—¡Jia jajá, nada mal enano! —Felicitándolo en un lento aplaudir si jefecita, mientras observaba a sus enemigos de frente—. ¡Ahora es tiempo de empezar de una vez nuestra cita de Juegos!

Dando un paso al frente los tres del lado del Ejecutor, imitándolos con otro paso al frente los cinco del lado de la Nueva Orden existencial. Estando todos listos para una pelea al estilo de los Vivos.

—Ejecutor de la Muerte, Luís y yo nos encargaremos de rapiñar a estos bastardos. Seguid el camino recto atrás de nosotros y llegarás sin problemas a la a la frontera del Infierno —sugirió alto y claro y firme el hombre aparentemente normal, mostrando una seriedad nueva.

—¿Pero ustedes son solo dos y ellos son...? —Comparando la diferencia de cantidad del personal y poder entre las Savialmados y las Almas normales.

Hasta ser callado por el rubio de ojos azules.

—¡Solo vete, ahora que ya no tengo que cargar ese palo de Verosén, puedo usar mi poder sin problemas! —dijo al transformar su antebrazo derecho en un cañón un poco parecido al que tenía cuando era un Savialmado 3, con una determinación que cambió el color azul de sus irises al misterioso rojo.

Asintiendo el chico a punto de invocar su guadaña, mirando el camino seguir para teleportarse allá.

Más el rápido de tamaño pequeño y de color rojo dedujo que esa sería si siguiente acción.

—¡¿No lo creo?! ¡Zum, zum! —exclamó antes que él hiciera su acto, haciendo sus sonidos de rayo fugaz con la boca.

Aquel corrió a gran velocidad dejando que dejaba ilusiones de su pequeño ser atrás de él, diciendo las palabras "Zum, zum" de forma repetitiva e innecesaria; llegando al próximo a desaparecer de inmediato.

Sin embargo, una mano rojiza le golpeó en la cara y detuvo su corrida. Mirando al usuario de esa mano el adolescente medio emo.

—¡LARGAOS DE AQUÍ, OS CUBRIREMOS! —le dijo con una voz gruesa como de villano, y en su nueva deformación un transformado Antonio.

Una voz la cual dejó en estupefacto al Alfa adolescente, sabiendo finalmente de quien se trataba aquel aliado transformado: un demonio de tercera (todo de rojo esta vez), con dos brazos iguales ahora y una nueva voz grave.

—¡¿Tú eres el Espectro Albi...?! —Identificando al personaje, pero petrificándose por la revelación.

—¡NO HAY TIEMPO DE CHARLAS! —Ordenando a gritos con su nueva voz el sujeto ya identificado—. ¡VENGA, LARGAOS DE AQUÍ!

Tras el dictamen a fuerzas, asintió nuevamente el ejecutor, mirando a lo
lejos del túnel y teleportándose hasta donde podía alcanzar su rango de visión.

Quedando los dos compañeros reunidos otra vez y listos para la pelea, observando la fría mirada de una niña endemoniada.

—¡Pagareis por entrometeros en nuestra verdadera felicidad! —dijo la niña endemoniada con palabras que decretaba con venganza y furia.

Palabras que molestaban a Luís, pues sabía que aquellas venían por una mente extasiada por el poder de la Savia.

—¡¿DICES QUE LA FELICIDAD ES UNA GUERRA DE SUFRIMIENTO Y SIN FIN?! —preguntando a gritos.

—¡Luchad por ser el más fuerte y contemplar el sufrimiento de los débiles es nuestra motivación! ¡ES LA MOTIVACIÓN MISMA DE LA VIDA A LA MUERTE! NO ¡DE LA EXISTENCIA MISMA! —Decretando con una sonrisa maligna a su ideal la niña al contestarle.

Tras su decreto un pulso de poder álmico comenzó a manifestarse en ese túnel, en un vendaval que surgía del pequeño cuerpo de la chiquilla. Deformando su ser y adquiriendo un aspecto estándar como el resto del equipo que dirigía.

—¡Qué bueno que aún podéis usar vuestro cañón! —hablándole con algunos nervios al disparador armado el nuevo Espectro carmesí, pero sin verle la cara por estar pendiente de la niña desnuda espectral (o, mejor dicho, en su deformación estándar)—. ¡Es momento de que me enseñéis vuestros demás disparos, empezando por el Difusor álmico, jaja!

Sugerencia que llamó la atención del que se hacía el gracioso, teniendo que contarle una cruda verdad.

—Bueno, sobre eso... —hablando con pena, dando una pausa antes de decir la verdad.

Bajando la cabeza el transformado en demonio; sospechando lo que iba a decir.

—Dejadme adivinar. Lo que te hicieron también os hizo perder vuestros otros modos de disparo, ¿verdad? —dijo ya sabiendo de antemano que eso tenía que ser lo que iba a decir.

Mientras la villanita apuntándoles y sonriendo le veía, y con su dedo índice derecho mandó a su escuadrón al ataque.

—Lo siento, pero ya sabes lo que dicen... —hablando, mientras redirigía su cañón-brazal derecho a los enemigos—. ¡La verdad es dura, pero es más dura la verdura!

Cargando su orbe carmesí el Cazador de Ánimas con cicatriz, mientras el demonio carmesí entraba a la batalla con ataques cuerpo a cuerpo. Aunque, ese mismo demonio no entendía a que venía ese refrán que dijo su amigo y que podía malinterpretarse; tal vez solo se quiso lucir y nunca se enteró que significaba, pensó.

Pero eso no importaba ahora, estaban listos para luchar y conseguirle tiempo al protagonista de esta historia, que se estaba acercando a la frontera de la barrera existencial que impedía el acceso al Infierno.

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Área-Alcabala del Infierno, un minuto después...

El Caballero Blanco, fundador, líder y próximamente de la nueva máxima autoridad del nuevo orden existencial, vigilaba las acciones de un controlado y mudo Juez Europal. El cual aún conservaba los permisos y autoridad anterior, más ya no poseía libre albedrío de sus acciones; que manipulando tres paneles álmicos grises al mismo tiempo, creaba signos blancos de arcanianos con sus arpones que se incrustaban en la gran grieta espacio-temporal en el aire. Abriéndola más y más en cada segundo.

Pudiendo divisar en el espacio de la gran grieta los millones de manos y ojos queriendo salir. Siendo observado ese evento por el Caballero de la orden.

—Solo falta un 5% más del porcentaje total, entonces el Infierno y Averno dejará de existir. Los siguientes que desaparecerán de mi orden serán el Cielo y Paraíso, y solo existirá Inframundo —monologando su objetivo al esclavo de alma y mente, como si de verdad le prestara atención.

Sin que ellos supieran que un francotirador y Ejecutor fijaba al cuello del Caballero distraído. Con solo ojo el derecho abierto, y con un símbolo de "Objetivo fijado" marcado en su iris, cerrando el otro y con la lengua apretada por sus labios.

Solo un intento más, y si el corte de mi Acaba Almas falla otra vez. Deberé extinguirle de una vez. —pensando en su mente su plan a seguir, y observando a los dos con su propio ojo convertido en mirilla.

Quería ya arrojar su guadaña, pero el objetivo no paraba de moverse, además no podía dejar de pensar en la presión por si llegara a fallar el disparo capital que llevaba cargando desde hace rato. O peor, lastimar a su mejor amigo.

—¡¿Ay, ya deja de moverte?! —pensando en su estrés por su difícil apuntar.

Cuando observó como el Caballero colocó su mano sobre la cabeza del Arcángel poseído, sobándole como si fuera su propio hijo. Acto que enfureció repentinamente, sin saber muy bien porqué, al francotirador, que segregaba savia de su único ojo abierto por la furia de ese acto; arrojando su guadaña a máxima velocidad con un sonido que cortaba él vació del espacio.

—¡Je! —riendo levemente tras haber sentido, u olido, la savia negra del escondido Alfa. Pues con eso ya confirmó que el ejecutor estaba muy cerca de ellos, ahora solo necesitaba hacer que saliera.

Y con la mano que agarraba la cabeza del peón viviente (más o menos), lo jaló para cambiar de posición, con él mismo, y poner al hipnotizado de ojos vacíos en dirección de la guadaña.

Recibiendo el Gabriel congelado el ataque, atravesándole gran parte de su cuello, mientras se desintegraba la guadaña en el aire tras pasar el momento.

—¡¿GABRIEEEL?! —gritando al hacerse realidad su preocupación.

Escuchando luego la presunción del Caballero, que casi parecía gritar su inteligencia.

—¡Sabía que eras tú Alfa, pues a Diferencia de la Savia blanca, que huele y sabe a dulce, la Negra tuya huele y sabe a Vinagre! —respondiendo en voz alta al expuesto campero rescatista.

Blandiendo su capa el hombre de blanco, para ser cubierto con ella y deformarse en un fino rayo blanco de led.

Desplazándose a una velocidad fugaz, al convertirse en un rayo de luz. Apareciendo el chico oscuro teleportado para sostener a su amigo prácticamente decapitado.

—¡¿Gabriel, no ha sido mi intención?! —Nervioso y asustado el chico por a quién creyó haber matado, olvidando por su temor que el Ángel no podía estarlo.

Observando la escena trágica un risueño y oculto antagonista.

—¡GUIÁ AJAJAJÁ! —Riendo en eco por la euforia de ver a la Muerte demostrando sus sentimientos de culpa—. ¡MIREN QUIEN TIENE SENTIMIENTOS AHORA, Jaja!

Palabrerías que enojaban al chico que no podía evitar lagrimar, esta vez por la culpa que sentía.

—¡¡¡MUÉSTRATE Y PELEA COMO HOMBRE, SNIF! —Entre lágrimas gritaba; gran parte por la culpa y furia que sentía hacía sí mismo por su error de haberse dejado llevar por los celos.

—¡MEJOR PELEAD CON MI NUEVO PEÓN, O MEJOR DICHO MI NUEVO ALFIL BLANCO! ¡CLAP! —decía manteniendo su grito en eco por toda el área, realizando un chasquido de gran impacto sónico.

Chasquido que activó remotamente al disque asesinado, ejecutando su ejecución cegadora, que emitía un destello de luz pura. Y que además, de alguna forma atacó y arrojó a pocos metros al que casi le corta el cuello por completo.

—¡¿Pero qué...?! —Levantándose de prisa para ver a su nuevo enemigo.

Observando al resucitado Arcángel de Nueva orden, el cual seguía con la cabeza semi decapitada; solo sostenida por una pequeña porción de su piel caucásica. Pero el Arcángel dominado se la recolocó al agarrar su cabeza guindando con una mano, y al sostenerla de pie sobre su cuello rebanado, esta se adhirió por sí sola tras medio segundo. Alumbrando la grieta de blanco al restaurante, mientras ese "Alfil blanco" angelical miraba con sus ojos vacíos a su enemigo, y disque "Alfil negro" a vencer.

—¡San Gabriel, sella a Alfil, el Ejecutor de la Muerte! —ordenando en eco y con más calma Caballero desde donde quiera que estaba.

—... —No diciendo nada el obediente Gabriel, pero su mirada funesta bastó para dejar en claro que confirmaba la orden.

Más con la cruz blanca en su cuerpo que le administraba la savia constante, brilló al confirmar la orden; Enterrada en el pecho del adulto. Invocando él sus discos al mover sus brazos con fuerza hacia abajo.

—¡¿Y-yo, no...?! —temblando él Ángel de la Muerte con sola la idea de enfrentar a su hermano de alma y mejor amigo. Porque no era lo mismo enfrentarle a él, que a un desgraciado cualquiera para ser castigado en el Infierno.

Lamentablemente ya era muy tarde, tras alzar sus alas el mudo Arcángel adquirió vuelo; comenzando un desespero y silencioso deseo por rebanar al chico de color opuesto con sus sierras de luz.

Esquivándole su amigo con un salto repentino, e inténtalo hacerle razonar con una exposición individual.

—¡¿Gabriel detente, soy yo Alfa Vargas?! —hablándole entre esquivos, intentando razonar con él.

No obstante, no pudo platicar y estar concentrado al mismo tiempo; recibiendo un corte certero en su hombro izquierdo. Perdiendo ese brazo como resultado, teleportándose al instante para restaurarlo.

¡¿Es más decidido y no dudó ni un segundo en atacarme?! Tendré que sellarle o extin... —pensando con temor y mirando a su posible ex amigo tras analizarlo, pero gran parte de él no quería dejarlo atrás tan fácilmente—. ¡No, me niego a creer que Gabriel está haciendo esto por voluntad propia!

Sabiendo el Gabi hipnotizado que la ejecución personal que vio del Ejecutor sería un problema, con toda seguridad decidió hacerse cargo de ella.

—... —Juntando sus discos en su pecho y sin decir ni una sola palabra, mientras abría sus brazos ejecutó una nueva ejecución.

Una que creó un destello cegador muy similar a una villana vencida. Cegando brevemente a un Alfa confundido e impidiendo su Teleportación, que tras reabrir sus ojos pudo ver al ángel de la dirección que venía hacía él. Obligándolo a invocar una de sus guadañas en el brazo que aún le quedaba; teniendo que defenderse por no tener de otra, y empezando ambos un choque de herramientas.
Lastimosamente por ser un combate de dos discos contra una guadaña a medias, el callado superó al nervioso, creando una cortadura profunda en el pecho del descapuchado y enviándolo al borde de un canal de lava de la ciudadela avernal.

—Cof, cof... —Escupiendo savia negra por el daño, y de pie sobre la lava; (y que no hace falta explicar porque no le hacía daño).

Sintiendo el ardor de la luz que dejaban los ataques de los Arcángeles, un ardor que no había sentido desde hace mucho tiempo. Mirando al exhausto guerrero en el lugar donde antes había ocurrido la pelea; mudo, pero con una mirada fría y desinteresada.

—.... —Respirando el santísimo por la nariz, y con ojos que develaban su cansancio que iniciaba.

—¡MENTECATO, NO SABES QUE LA DEBILIDAD MÁS GRANDE DE LOS ARCÁNGELES ES QUE SE CANSAN MUY RÁPIDO! —gritando al aire para que lo escuchase el que se hacía de supervisor por el estado de su amigo controlado.

—¡¿INSENSATO, CREES QUE NO LO SÉ?! —Respondiendo con tono ofendido en su eco—. ¡¿Y TU NO SABIAS, QUE DIOS LES AÑADIÓ UNA FUNCIÓN EN PRO A ESA DEBILIDAD?!

Abriendo los ojos el pelinegro, observando como el peliblanco agotado con hacer una simple respiración profunda fue cubierto por una luz blanca. Restaurando por completo su energía tras desaparecer la luz y luciendo una pose de combate al cargar sus discos.

—¡¿Se me había olvidado eso...?! —Pensando en desilusión y en vergüenza de su descuido.

Saliendo caro su descuido por el regreso del guerrero recuperado de su sobrecalentamiento con la cruz en su pecho brillando de poder; siendo ese personaje arma fantasmal perfecta y sin emociones.

Protegiéndose el manqueado con su herramienta en su brazo derecho de los cortes del androide angelical. Golpeando sus armas y entrando al canal de magma, cruzando sus herramientas y forcejeando en cierto momento.

—¡GABRIEL DESPIERTA! ¡ERES EL ARCÁNGEL DE LA DIRECCIÓN! DESPIERTA, NO TE DEJES GUIAR POR EL MAL CAMINO! —hablando e intentando hacerle entrar en razón mientras chocaban herramientas.

Palabras que de alguna forma estaban confundiendo al blanquecido ángel con Sobretodo pálido, comenzando a recuperar sus irises doradas en leves parpadeos de ella.

—¡JA, TAL VEZ EL PODER DEL AMOR FUNCIONA EN EL MUNDO VIVO! ¡¡¡PERO EN ESTE, NOOO!!! —gritó tras ver la pequeña esperanza que tenía el ojirojo.

Y con ese comentario premeditado, el villano reactivó el dispositivo de inyección de savia que estaba entre los pectorales es del hombre cano; dispositivo creado por el ingeniero de la orden.

—¡¿Ahh...?! —gimió brevemente Gabriel por el medio segundo de cordura que tuvo y sus iris de oro, pero volviendo a tener sus ojos vacíos cuando se reactivó el dispositivo—. ¡...!

Chasqueando con ambas manos el controlado, invocó a su espalda tres signos blancos, disparándose de ellos múltiples arpones al chico en el rio de roca derretida. Avispándose él de inmediato, y mirando a otro lado para teleportarse; solo que...

—¡¿Qué ejecuciones...?! —Confundido ante el sonido de ejecución fallida que oyó cuando intentó teleportarse.

Oyendo la innecesaria explicación del antagonista por todos lados.

—RECUERDA QUE LOS ARCÁNGELES POSEEN HABILIDADES ESPECIALES. ¡Y EL DEL ARCÁNGEL MENSAJERO ES QUE PUEDE APRENDER LA EJECUCIÓN PERSONAL DE LA ÚLTIMA ALMA CON QUE TUVO UNA CITA! ALGO PARECIDO A TU PLAGIO PERSONAL, JA —dialogaba y explicaba con emoción a gritos, tras ver el rostro patidifuso del ángel de la muerte.

Entendiendo de inmediato que la ejecución que hace rato utilizó Gabriel debía ser la Ejecución Personal de Samaela, lo que explicaba porque él no podía utilizar su propia Ejecución personal.

Y a causa de ese pensar se distrajo, comenzando a "Bailar" (realmente "esquivar por un pelo", pero es otra forma de decir) tras el primer arpón caer cerca de él.

—¡¡¡¿AH, AHH, AH...?!!! —Chapoteando el joven en el canal de lava con poca profundidad, desesperado por evitar las cuchillas con cadenas; dejando caer su guadaña en él proceso.

—... —Y con una mirada neutral y vacía observaba la danza del chico. Y con su rápido recalentamiento decidió apresurar las cosas, soltando sus discos y haciendo que se quedaran levitando sobre sus hombros.

En su momento libre Gabriel levantó sus manos, convirtiendo sus herramientas en gigantes rocas de cristal. Destacando por su efecto de reflexión de espejo, y rompiéndolas en gigantes piezas de cristal al apretar sus puños y enviándolos al objetivo fijado.

—¡¿ARG...?! gimió al recibir una gran esquirla del cristal-espejo en el ojo izquierdo.

Mirando al cielo con su único ojo, viendo la cantidad de cristales que venían hacia él. Comenzando él a esquivarlas o repelerlas al golpearlas con su guadaña en la derecha, que re invocó sin que le viera el Arcángel cuando estaba creando los cristales.

Pero su defensa duró poco, porque cuando recibió otra esquirla en su pecho perdió la sincronía, recibiendo todas las esquirlas en su cuerpo.

—... —Frunciendo la vista el que notó que el Ángel negro estaba expuesto, pero sin decir nada, prosiguiendo con su estrategia.

Descendiendo el ángel blanco al río de lava, y al ya no tener él factor del vuelo que le agotará, chasqueó con la derecha alzada. Invocando un solo, pero de gran tamaño, signo blanco a su espalda, disparando un gran arpón de su centro e incrustándose en el pecho del atacado por vidriares.

—¡¡AAYYY!! —gritando el gótico por el arpón en su pecho.

—¡! —Alertado el albino por el alarido oído.

Colocando sus puños como si estuvieran jalando una cuerda el sujeto ex Juez, alias robot fantasmal, y empujándolos hacia atrás de su espalda. Activando la retracción instantánea del arpón salido del signo blanco, trayendo al Ejecutor en el aire.

—¡¿NO...?! —Sabiendo el peligro que sería si él saliera del Averno por culpa de los signos Arcanianos del último Arcángel.

Rápidamente el arponeado chasqueó su mano derecha en el aire, de forma errática; cabe destacar. Haciendo aparecer muchas de sus agujas de oscuridad en el espacio a su espalda, enterrándose todas en la espalda del muchacho; aminorando la velocidad y fuerza del arpón que le jalaba.

Haciendo un evento de Agujas negras y Arpones blancos que luchaban por llevarse al muchacho

—¡¿...?! —Espabilando del imprevisto en su estrategia, jalando con más fuerza el callado.

—¡¡¡AHHHHHH!!! —gritando de sufrimiento el joven, por como sentía que su cuerpo se iba a partir a la mitad, pero eso solo sucedería si él se rindiera y no lo iba hacer.

Hartándose el mudo tras unos segundos, ejecutando su Ejecución aprendida por la fémina indiscutible que le entrenó no hace mucho. Cegando al muchacho que le veía e inhabilitando esa Ejecución de agujas, la cual no era personal, pero si era una de sus más utilizadas, razón suficiente para que sí surtiera efecto la incapacitación de poder. Llevándose al muchacho que ya no poseía su poder.

—¡¿...?! —Sin nada que decir Ejecutor al recuperar la vista, y viendo que se acercaba al portal blanco.

Pero recordando él que aún le quedaba una ejecución personal por usar, debido a que se sentía muy débil como para generar otra y no podía usar su Teleportación en ese momento; a causa de las prisas. Chasqueando con sus manos a lo loco para imitar e invocar esquilas negras del cristal en que se convirtieron los discos del Arcángel, antes sus herramientas.

—¡¡¡AAAAAAHHH!!! —gritando de furia y desespero por las esquilas que invocaba y arrojaba a la cara de su ahora enemigo.

—¡¡¡...!!! —Mudo e inmutable a pesar de los vidrios que atravesaban todo su cuerpo, manteniéndose decidido en todo momento en su deber de llevarse al adolescente.

Pero eso cambió al último segundo, cuando una esquirla, hecha de savia negra, se enteró en el dispositivo álmico de savia blanca en el pecho del Arcángel.

Produciendo una interferencia en el artefacto a causa de los dos tipos de savia, explotando y desintegrándose. Regresando a la normalidad el manipulado cuando sus irises de oro retornaron.

—¡¿Pero qué...?! —hablando por fin Gabriel, mientras se desactivaba automáticamente el gran signo blanco y sus arpones detrás de él.

Sin saber, el regresado a la normalidad, quien vendría; dejando de hablar al verlo.

Un enfurecido chico savialmado de negro encapuchado que dejó de disparar cristales oscuros, para tener listas sus dos guadañas en ambas manos, y su brazo perdido claramente restaurado.

—¡¡¡SUFICIENTE!!! —gritando el encapuchado al llegar, estrellándose con el traidor.

Creando una explosión álmica que variaba entre negro y blanco. Cayendo del cansancio un exhausto Gabriel consternado, sosteniendo su peso por sus palmas cubiertas dentro de la lava del canal. Cuando de repente dos guadañas le cogieron de su cuello, formando una X, y con solo un poco de fuerza del Ejecutor de la Muerte, que estaba encapuchado en ese momento, cual lloraba; sangraba; moqueaba y babeaba savia negra. En fin, con solo realizar una decapitación en X con día dos cuchillas abrazando el cuello de él, bastaría para extinguir al último de los Arcángeles.

—¡¿AY, ES-EPERAD QUE ESTO...?! —asustado por no tener idea de lo que sucedía el despertado Santo, ya que no se acordaba cuando se metió en una pelea no que hacía en ese lugar.

Teniendo sus dudas en extinguirlo un Alfa casi totalmente fuera de sí por la rabia. Y escuchando una comunicación álmica en su cabeza.

¡Adelante Alfa Vargas, acaba con él y extingue lo que consideras incorrecto! —comunicaba una voz muy similar a Caballero en la mente del sucumbido por la furia, con la savia oscura brotando de sus heridas.

—¡¡¡AHORA PREPARATE PARA SER EJECUTADO DE LA EXISTENCIA POR EL EJECUTOR DE LA MUERTE!!! —gritando de rabia el auto proclamado, a punto de ejercer su propio juicio final, y ejecutar al confundido.

Pero antes de que moviera sus manos, y sucumbiera ante la locura de su propio poder. Un gran pedazo de vidrio, que había invocado el arcángel antes, y por ser invocado por ese ángel de la más alta categoría, duraba más tiempo su existencia a pesar de no tener contacto con su usuario; llegó flotando por el río de fuego. Llegando hasta estar bajo las miradas del atemorizado de ojos dorados y del erradicador de ojos rojos encapuchado.

—¡¡¡¿...?!!! —Perplejo ante como estaba a punto de extinguir a la última Alma de su clase, y que dentro de su capucha el iris de su único ojo había cambiado de redonda a vertical; pareciendo un auténtico Savialmado en la Manifestación 3.

Soltando al inocente enseguida cuando se dio cuenta, que lucía exactamente igual al primer Ejecutor de Muerte anterior; también el que se hacía pasar por su abuelo durante su tiempo de experimentación, El Ejecutor de la Defunción. Dando un salto de susto el ángel por aparentemente casi ser extinguido, comenzando a volar para escapar; sin embargo, detuvo su huida tras escuchar un llanto leve en desespero del adolescente, que no era triste sino como de auto odio a su propia persona.

—¿? —Confundido mientras se volteaba y veía al supuesto ejecutor llorando de forma temerosa y enfurecida de sí mismo en posición fetal

Efectivamente, el Ejecutor de la Muerte estaba atemorizado y enojando de sí mismo. Llorando con su cara puesta entre sus rodillas, estando sentado, pues estuvo a punto de convertirse en lo que todos temían de él, y también lo que él mismo consideraba el peor oficial.

Y como resultado de su amabilidad, muchas veces fastidiosa, Gabriel no pudo evitar empatizar con él, descendiendo y hablándole.

—Disculpa...¿Exactamente que dijisteis hace rato? Porque creo que acabo de escucharos decir que sois El Ejecutor de la Muerte, y eso no puede ser. El único Ejecutor actual y existente es Defunción —hablando y acercándose a él, pero teniendo cuidado por si resultaba ser una trampa.

—Sniff, De-defunción está extinto... —hablando tartamudeando con su cara aún cubierta, pues intentaba calmar su mente ajetreada por tantos pensamientos.

Palabras que molestaron al hombre de blanco, principalmente por lo absurdo del hecho.

—¡¿Estáis intentando un truco conmigo?! ¡Porque dudo mucho que yo no me hubiese enterado que ese ser invencible ya no existiese! —objetando con los ojos cerrados y brazos entrecruzados.

Levantando por fin la mirada el llorica, de irises que intercalaban entre formas verticales y redondas, quitándose la capucha.

—¡¿N-no te acuerdas de nada?! —preguntó con sus ojos que no paraban de alternar formas; pues aún tenía la mente ajetreada.

—Piff... Ya entiendo, jaja. ¿Sois un Recién fallecido, verdad? —Soplando y comentando de la risa, aunque no podía sacar una duda de su mente—. ¿Pero por qué parecéis como un Savialmado dañado, o algo así? Ellos tienen vuestros mismos ojos verticales, pero son blancos. Además, que los vuestros parecen locos, más de lo normal.

Verdades que en verdad creía el confundido, provocando que el joven volviera a ponerse a llorar, pero esta vez en tristeza, y destacando un llanto de lágrimas azules en vez de negras. Comenzando hacerse daño el mismo y pegarse muy fuerte en la cabeza.

—¡¿ESTÚPIDO, ESTÚPIDO, ESTÚPIDO?! —gritándose en tercera persona y repitiendo al compás que se pegaba así mismo, pues en verdad creía que había cometido una estupidez—. ¡¿HABÍA PERDIDO LA MEMORIA Y CASI LO SELLAS?!

No bastándole los puños para auto castigarse, invocó sus dos guadañas, fijando sus puntas curvadas en sus ojos enloquecidos de sí mismo; dejando obvio que se los iba a meter por la fuerza.

Sin embargo, el ángel que no creía en esas cosas de auto lastimarse; piscológicamente en este caso por ser fantasmas. Cogiendo con prisa las muñecas del que se auto castigaba así mismo.

—¡¿Hey chaval, no hagáis eso?! —parándolo con incertidumbre y un poco de enojo—. No has hecho nada, no tenéis que hacer eso; y parecéis un desesperado raro.

—¡¿PERO, NO ESTAMOS HABLANDO DE UN SIMPLE REGAÑO, PALABRITAS QUE OFENDEN O ASESINATO POR DEFENSA PROPIA?! ¡¡¡HABLAMOS DE QUE CASI ELIMINO TU EXISTENCIA POR COMPLETO!!! —Discutiendo con rabia y locura hacía su propia persona, mientras pensaba y redactaba en una promesa—. Juré que nunca volvería a usar esta Ejecución, a pesar que siempre habría Almas que la merecieran al principio.

Tras oír su juramento con tanta sinceridad y pesar el perdido ángel, comenzaba a creer en verdad que ese adolescente con mejillas cortadas podría ser el Ejecutor de la Muerte ahora. Aunque su último comentario le provocó una carcajada.

—Ja, pero... —expresando extrañez en su rostro mientras le veía—. ¿Cómo es posible qué al Ejecutor de la Muerte no le guste extinguir Almas? Jeje, eso suena muy...

Produciéndose un grito de ira por toda el área caótica de caos, incendios y explosiones. Apareciendo de un rayo de luz el líder de la orden, cogiendo del cuello a Alfa y llevándoselo en un vuelo mientras lo estrangulaba.

—¡¡¡RIDIIICÚLOOOOO!!! —gritando el villano de la ira mientras arrastraba la cara del que ahorcaba por diferentes terrenos.

Comenzando él a pegarle contra el suelo, y castigándole al invocar una especie de correa o látigo blanco. Entregándole un sanguinario castigo; a pesar de ser inmortales.

—¡¡¡HICE TODO ESTO PARA CONVERTIRTE EN EL REY MÁXIMO, Y ASÍ ME LO AGRADECES!!! ¡¡¡PONIÉNDOTE A LLORAR EN VEZ DE CUMPLIR EL DESTINO POR EL QUE FUISTE CREADO!!! —Castigándole de una forma que revelaba toda su ira por el muchacho.

Observando ese maltrato infernal el ángel de la luz con seriedad; en teoría, no debía importarle, porque antes también pensó que ese auto proclamado Ejecutor podría ser un Ánima que trataba de engañarlo. Pero presenciar esa tortura iba más allá de lo que él creía, apretando los puños por intentar resistirse de verlo.

—¡¡¡¿ACASO CREES QUE ESTA ORDEN ES PARA AYUDAR A LOS DESGRACIADOS QUE CHILLAN POR TODO?!!! —Aumentando la fuerza de sus correazos al ritmo de sus palabras que no comparaban su enojo.

Llorando de dolor sensorial el muchacho crecido, pero que aún era tratado como crío por algunos.

—¡¡¡ME TIENES HASTA LAS CANILLAS CON TUS IDEALES!!! ¡¡¡SI NO QUIERES FOMENTAR TUS PROPIAS IDEAS EN TODOS USANDO EL PODER QUE YO TE DÍ!!! ¡¡¡ENTONCES MUÉRETE DE DOLOR, ALFIL!!! —gritándole mientras le castigaba, cargando su látigo-correa, que aumentaba de tamaño y producía clavos saliendo de su punta.

Más la sorpresa fue para el sádico, cuando el Arcángel llegó y comenzó a atacarle con sus sierras por todos lados. Algo que no hacía mucho daño, pero si mareaba, aturdía y atontaba al paladín de blanca armadura.

—¡¿AHH, QUE ESTÁS HACIENDO MALDITO?! ¡¡ME OBEDECES A MÍ, YO SOY TU DIOS!! —gritando de rabia por la insubordinación del sujeto que no debería tener mentalidad.

—¡EJECUTANDO LA MOTIVACIÓN POR LA QUE LOS ARCÁNGELES FUIMOS CREADOS! ¡CALLAR A LOS QUE SE HACEN PASAR POR DIOS! —decía mientras le atacaba con diferentes movimientos que había aprendido de sus hermanos.

Más las diversas técnicas de lucha no eran mucho para el sujeto con armadura reforzada por el poder de la savia, comenzando a sobreponerse ante los ataques.

—¡¡¡TUS PATÉTICAS HABILIDADES NO SON NADA CONTRA MÍ, SOY SUPERIOR!!! —Decretando mientras se oponía ante los golpes.

—¡¿ENTONCES?! ¡QUE TAL SI PONEMOS A PRUEBA LA EJECUCIÓN PERSONAL QUE ME HA ENSEÑADO MI QUERIDA HERMANA?! —dijo antes de usar su nuevo poder, ignorando el hecho que él no sabía lo que pasó con su hermana; o lo había olvidado.

De inmediato comenzó a juntar sus manos el Arcángel, ejecutando el destello cegador e incapacitador de una traidora. El cual tuvo un efecto devastador en el hombre con capa, alterando la durabilidad y consistencia de toda la armadura blanca que poseía.

—¡¡¡¿AAAHH, QUE ESTO?!!! —gritaba el villano del ardor más fuerte que un Vivo podría soportar.

Y tras entender un Gabriel cansado pero determinado, que esa Ejecución era su punto débil se propuso a utilizarla a toda su capacidad. Pese a que cada uso le agotaba mucho. Demostrándolo al utilizar ese destello, varias veces más en secuencia instantánea.

—¡¡¡AHHH-AHH-AHHH!!! ¡¡¡PARA-PARA-PARA-PARA, PARAAAAA!!! —gritando por todo el sufrimiento que no podía aguantar más.

Sufriendo hasta el punto en que toda la armadura deformada, cuya consistencia física ya no podía mantenerse, salió disparada a varios metros de distancia.

Observando la armadura blanca arrojada y descolorada a gris caer no muy lejos, un ojeroso y debilitado Alfa; cual había recuperado por completo la estabilidad de su actual y único ojo: de iris redonda en vez de vertical. Mientras escuchaba como su amigo confundido golpeaba al sujeto dentro de la armadura.

—¡¿Por favor ya no, os ruego que paréis, ahhh?! —hablando un joven rubio de piel gris, que parecía de 19 años, con un aspecto estándar que estaba dentro de la armadura, con una voz y actitud diferente a cuando la tenía puesta.

—¡¿Y DEJAROS IR...?! ¡TE VI SOMETIENDO CON IRA Y DESDÉN A ESTE MOCOSO! ¡Y POR LO QUE DECIÁIS CABALLERO, DUDO MUCHO QUE SEÁIS EL BUENO! —gritaba Gabriel mientras respiraba exhausto, a causa de los constantes uso de la Ejecución bloqueadora de Ejecuciones.

—¡¡¡ESPERAD, CABALLERO ME HA ESTADO POSEYENDO DESDE HACE TIEMPO!!! —explicando el joven a gritos que suplicaban piedad—. ¡¡¡MI NOMBRE ES MESÍAS CRUZ!!!

—¡No me digáis! ¡¿Y un Alma puede reencarnar, no?! —gritaba en burla y cuestionando la absurda veracidad del presunto sujeto bajo la armadura—. ¡¡¡NO ME VENGÁIS CON GILIPOLLECES!!!

Mientras se levantaba adolorido y en lentitud un Alfa lastimado, a donde estaba el supuesto interrogatorio. Pues ya por fin con su mente tranquila y veré los sucesos actuales, logró deducir el secreto del Caballero Blanco.

—Gabriel... cof, cof... —Tosiendo y zanqueando, pero dispuesto a informarle de su descubrimiento—. Él tiene razón, cof, cof... Él no es Caballero, el villano final y líder de Nueva Orden.

Ese veredicto bastó para que el hombre se volteara para ver al joven lastimado y sangrante del verdadero color de su Alma, azul. Más parecía seguir mirando otra cosa, a su espalda; pues ya empezaba a maquinar la verdad de todo.

—¡¿NO ME DIGAS QUE LE CREÉIS?! —hablándole con furia a gritos, a pesar que el muchacho negro no le paraba—. ¡¿Cómo podría ser posible que un fantasma sea poseído por otro fantasma?!

—Controlado sería, la palabra más acorde —opinando sin dejar de ver algo en el horizonte.

Soltando entonces al Alma estándar, el juez que no sabía todos los hechos de ese caso. Mirando de cerca al distraído de negro, mientras colocaba sus puños en la cadera.

—¡A ver, ¿Cómo es que, "supuestamente", un alma puede controlar la voluntad de otra Alma?! —preguntándole y haciendo las comillas con sus dedos, pues tenía altas dudas.

Más se quedaba callado el pensativo al que le preguntó y que le daba la espalda, solo observando otra cosa lejos a su frente.

—¡Hey, miradme a la cara por lo menos! —quejándose por la descortesía del jovencito de unos 16.

Señalando con su dedo índice diestro el muchacho a los restos de la armadura del antes caballero; aparentemente inofensivos. Y contestando la pregunta del paranoico De Arcángel.

—¡Usándolo cómo marioneta! —respondiendo el joven gótico con la mirada fruncida, mientras mantenía su vista en los objetos álmicos que aún no se habían desintegrados.

El ángel seguía sin entender, porque apuntaba hacia aquellos objetos álmicos. Pero lo que menos tenía sentido para él era el hecho de que aquellos objetos álmicos aún no se habían desintegrado al medio segundo, y que además parecían intercalar de colores blancos a negros.

—¡¿Cómo es posible que esos objetos álmicos puedan existir a pesar de ya no tener contacto con este de acá?! —cuestionándolo todo un Gabriel asombrado, y señalando al disque controlado.

—¡Porqué esos no son objetos álmicos...! —preparándose para develar su descubrimiento y recobrando su seriedad, y también mirando aquellos restos de la armadura, o el nuevo personaje—. ¡ES OMEGA, EL VERDADERO LÍDER DE NUEVA ORDEN!

Tras su comentario, Alfa y Cruz mantenían una mirada fija en la armadura que cada vez más se sumia en la oscuridad. Por supuesto, San Gabriel no sabía de quien hablaban el chico, pero las miradas funestas de aquellos jóvenes con los "restos" que cambiaban de color le ordenaban que se alistara. Acompañando a los menores (en comparación a él) al ver los restos con la misma mirada; sosteniendo sus discos listos para la acción. Cuando una voz varonil y siniestra se comenzó a escuchar desea salir de aquellos restos.

—Jajajá. —Risas que provenían de lo más profundo de los restos ya de color negro permanente, y que de alguna forma hablaban por si solos; (aunque para este momento, ya nada era raro)—. Déjame preguntarte una cosa Alfa. ¿Siempre supiste que era yo, o apenas es que te enteras?

Escuchando la pregunta el resentido Alfa, invocando sus dos guadañas y encapuchándose. Respondiendo la pregunta en voz alta, con el rostro fruncido.

—¡Hubo muchas veces en que quería disentir en esa teoría, porque en verdad sonaba ridículo eso de que un Alma tomaba posesión de otra Alma! —explicando como un detective al decir su hipótesis—. ¡Pero por suerte, cometiste tres faltas que me hicieron mantener firme en mi teoría, hasta llegar a esta insólita verdad!

—¡¿En serio y cuales son...?! —preguntando en eco la misma voz, mientras los restos de su armadura comenzaban a deformarse y reorganizarse.

—Hacer que Gamma trabajará para ti!; él era tu hijo favorito y te debía una, ¿no? Hacerme creer que la razón por la que no podía cortarte la cabeza era por mí no descubierto tercer impedimento. ¡Pero no imaginaste que Sam descubriría mi verdadero impedimento a la regla! —hablando el Ejecutor restablecido y con dos guardias, mientras recordaba aquellos eventos.

Mientras hablaba, los ennegrecidos restos de la armadura del caballero se acomodaban, una masa de savia negra; y dentro de la armadura se plasmaba la acumulación hasta simular una forma humanoide de oscuridad sólida.

—Pero, tu más grande descuido fue el primero de todos. ¡¡¡DECIRME ALFIL EN NUESTRO PRIMER ENCUENTRO, CUANDO FUISTE TÚ MISMO QUIÉN ME DIO ESE MALDITO APODO!!! —gritando de rabia mientras recordaba la imagen del científico que no dejaba de torturarle mental y físicamente en sus primeros años de existencia, pero siendo también su primer dios, como para todo niño inocente—. ¡Parece que fui más listo que tú, esta vez, Papá!

Furioso el chico que lloraba savia de su ojo de color rojo, armándose con sus dos guadañas de negro absoluto mientras era rodeado de un aura sombría. Junto a un perplejo Arcángel que no podía creer lo que había oído; tampoco es que fuera lo más impactante.

Por supuesto, aquel mal padre terminó la creación de su nuevo ser completo: un caballero de nueva y brillosa armadura negra (con una X y Y tatuados en sus pectorales), de gran estatura, cuerpo constituido en base de una concentración de savia negra, una capa oscura rota y unos ojos rojos de Sacerdote de la Savia pero que denotaban una gran diferencia de poder.

—¡Es tu fin Omega! ¡Tu plan se ha derrumbado ahora que Gabriel está libre de tu control ya no dispones de la autoridad de un Juez existencial, y como no tienes a Cruz dentro de tí, podré por cortarte la cabeza! —Agachando una pierna y alzando sus alas negras álmicas, estaba listo para volar y cortarle la cabeza al Caballero Negro, el verdadero antagonista de esta historia.

—¡Sí...! —Apoyando Gabriel al desconocido, hasta darse cuenta de un dato que desconocía—. ¡¿Esperen, soy Juez Existencial?! ¡¿Qué ha pasado con Miguel o los demás?!

Comenzando a reír profundo y siniestramente el sombrío de oscuridad pura, y sin boca; mientras la duda surgía en los tres sujetos de Negro, Blanco y Gris que fruncían los ojos por la intriga.

—¡Puede que hayas crecido Alfil, pero sigues siendo tan infantil desde que fuiste creado! ¡Esto es tan solo el preludio de nuestra última cita! —hablando fríamente a pesar de no tener boca, mientras levantaba la mano derecha hasta estar bajo su seno, dando un chasquido de pulso sónico que dio un CLAP sombrío.

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Fin del Capítulo

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Archivo de Juzgado - Ejecutor de la Muerte. 2da Deformación:

Cuando Alfa Vargas, El Ejecutor de la Muerte, adquiere esta Deformación, puede ejecutar sus verdaderos poderes de Nivel 4. Su aspecto, voz y parte de su actitud cambia: de un crío (13) a un adolescente (17).

Sus Ejecuciones personales: 1, Teleportación álmica; y 2, Imitación almica, se potencian, además de sus agujas de oscuridad, y puede utilizar su tercera Ejecución personal más poderosa: Extinción Álmica o de Alma.

No obstante, para no fomentar el mismo terror de Defunción en otros por sus poderes habilitados, o volverse loco, él solo puede utilizar esta deformación si se cumplen ciertos requisitos. Puesto que este poder también trae el riego de reavivar la locura de la Técnica prohibida que asimiló desde que adquirió el verdadero poder del Ejecutor.

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