Capítulo V (2-2). ...Y presentaciones.
Parecía que "El Rey" ganado, solo tenía que llevarse a su premio cogido sobre su hombro. Pero se había olvidado de que aún tenía una enemiga. Y se cuenta de ello cuando de repente y por su espalda un pequeño gato corriendo a toda velocidad le atacó con un cabezazo; pequeño pero letal. Tumbándole tan fuerte que el congelado que cargaba se le salió por los aires, quedando flotando en el aire a 20 metros de distancia, pero aún con la daga incrustada.
Gruñendo entonces el hombre de gustos particulares, mientras que el signo oscuro se manifestaba en el campo. Y el indicador aparecía en lo alto.
—¡¿QUIÉN SE HA ATREVIDO A TOCAR AL REY DE TODOS LOS NIÑOS?! —Auto glorificado y rabioso se levantaba buscando pelea.
No obstante, no veía a nadie en su campo de visión, pero debía estar por ahí ya que ni a su frente ni en las alturas encontraba al Alma impertinente. Hasta las palabras venideras de una insignificante criatura.
—¡Aquí abajo! —Llamándole con un comunicado telepático álmico una pequeña gata anaranjada, sin dedos en sus patas traseras—. ¡Has neutralizado al ejecutor y sellado a un Supervisor! ¿Ahora veamos si podéis con la Aprendiza más poderosa de todas?
Valiente o tonta esa agente a medias mantenía pose de combate, deformada en un simple animal de tamaño menor del promedio de su especie.
Pero como era de esperarse, al grandote solo risa le causaba el valor de ella.
—¡Guía jaja, he sabido de agentes de todo tipo, pero ahora ya lo he visto todo! —Riéndose a pesar que su contrincante se mantenía lista para la batalla—. Como sea, ¡acabaré con esto rápido para deshacer el signo!
El Ánima moviendo su pierna derecha intentó patear a la alimaña. No obstante, la gata le esquivó de un gran salto, atacándole con otro cabezazo que lo empujó considerablemente.
—¡¿AHH?! ¡TÚ! —Encaró a medio metro tras un frenazo.
Rápidamente ejecutó puñetazos con todos sus brazos, que evitó la gata con más saltos y barridos. En seguida la minina restauró su anterior forma antropomórfica y humanizada, atacando con un derechazo al pelotudo, y a pesar que bloqueo el ataque con sus cuatro brazos la potencia de la fémina era tal que lo envió al límite opuesto del signo, chocando él contra la barrera invisible que lo electrocutó y lo dejó en el suelo.
—¡CHUPATE ESA! —Dando brinquitos con sus pies bufó en alto la mujercita, posando en el aire (centímetros sobre el suelo) como una luchadora de boxeo.
Recomponiéndose de un salto invertido aquel individuo de mal comportamiento.
—¡¡¡PAGARÁS POR ESO!! —gritó de rabia tras observar la pérdida considerable en su barra álmica.
Enseguida el susodicho rey comenzó a correr a alta velocidad.
Por lo que la felina comenzó a disparar frenéticamente poderosos rayos de cada mano. Pero la velocidad del pedófilo era tan superior que lograba esquivar los ataques con gran precisión, llegando hasta a la felina.
—Os doy crédito por engañarme con vuestra apariencia insignificante anterior. ¡Pero hasta aquí! —Bajando la mirada funesta declaraba su enojo.
Comenzando la Demoniza (oficial) y el hombre demonio (de mente y no oficial) una desencadena lucha de boxeo sin guantes. Y a pesar que la enana le daba pelea, al poco tiempo no pudo contra el enemigo de cuatro puños. En especial cuando él le cogió de su cuello con las manos superiores, ejecutando con los inferiores rayos de savia.
Enviándola lejos, derrapando con su cara contra la tierra. Aunque en realidad no hacía ni brisa en el plano físico; pero, de todos modos, su sufrimiento si era real para ella.
—¡Auuu...! Nooo. No puedo rendirme... el Ejecutor de la Muerte depende mÍ —Exhausta se negaba a perder, pese a ser ese su primer combate contra un Savialmado.
—Ya sé quién sois, la idiota que se hace pasar por chica, pero es una adulta —decía mientras venía en levitación.
—Para vuestra información... no es mi culpa no tener el tamaño de una adulta humana normal... todos vosotros ya sois gigante desde críos. Y apuesto que veros como un Machirulo musculoso de cuatro brazos solo es una excusa para tapar el insignificante ser que pudisteis haber sido en vida —teorizó en contra, inteligentemente sin querer.
Tocando el punto débil en el ego del hombre vanidoso.
—¡¡¡BASTARDA!!! —Humillado y enojado gritó.
Furioso creó cuatro bolas de savia, sobre sus cuatro palmas, disparadas en dirección de la pequeña mujer de tamaño un poco más alta que un bachiller.
Queriendo ella contraatacar con sus propios disparos ejecutados, más sus Ejecuciones no se efectuaron. En vez de eso el sonido álmico de error se escuchó por su intento fallido; ignorando que aquellos intentos se debían por no contar con suficiente poder álmico para usar sus poderes.
Por lo que dejó de querer atacar a esquivar, evitando de cerca los orbes de savia al poner su cuerpo de lado. Consiguiendo igualmente que una considerable porción de su barra aumentase.
Lamentablemente un brazo musculoso le atravesó el seno izquierdo de la mujer, gritando ella de sufrimiento, para luego ver aquel brazo estirado retraerse al atacante.
—¡TONTA, VUESTRAS EJECUCIONES CONSUMEN MUCHO PODER! AUNQUE DEBO ADMITIR QUE SOIS BASTANTE RUDA PARA SEROS TAN PEQUEÑA —explicaba, para después atacar—. ¡¡AHORA BAILA!!
Estirando sus cuatro brazos atacaba a la muchacha en un compás, comenzado a dar ella giros y saltos consecutivos para esquivar de forma "Sóltaria" los puñetazos. Con una actitud serena en su rostro.
—¡ME IMPRESIONAS GATITA! HAS LOGRADO RECARGAR VUESTRO PODER —dijo tras su observación en la barra—. ¡¿PERO PODRÁS ATACARME?!
Estresando a la anaranjada.
—¡YA VERÁS QUE SÍ! —Frustrada declaraba.
A continuación, la felina con corte de cabello medio, creó un sol de su mismo tamaño sobre sus manos. Arrojándolo contra el Savialmado a una velocidad imposible de esquivar.
—¡SUFRE! —gritó determinada.
Chocando aquella estrella solar álmica contra la gran Ánima, que no parecía tener la intención de querer esquivar la Ejecución de la poderosa demoniza. Porque él detuvo el sol con sus cuatro palmas desnudas.
—¡¿NO ES POSIBLE...?! Buarg... Di un 70 por ciento en ese ataque —Escupiendo dolorosamente le veía atónita—. Ninguna Ánima normal podría hacerle frente.
Con sus manos el villano potenciado por la técnica prohibida comenzó a encoger el tamaño de la ahora "enana roja" miniatura. Apachurrándola hasta hacerla nada.
—¡¡¡GUÍA AJAJAJÁ, ES OBVIO QUE NO CONOCÉIS EL PODER INFINITO DE LA SAVIA!! —Dando su veredicto a gritos observaba no muy lejos a la patidifusa—. ¡¡¡PERO OS DARÉ EL HONOR DE PELEAR CONTRA UN SAVIALMADO 3 COMO YO!!!
Ejecutando diversos movimientos con sus manos aquel sujeto invocó cuatro pequeños soles savialmático de tamaño medio, levitando sobre sus palmas. Emergiendo de ellos Des—Ánimos diminutos que salían disparados en cohetes hacia la oficial agotada.
Con todo su esfuerzo comenzó a correr en cogidas, con las explosiones de savia siguiéndole. Pero su suerte se acabó cuando sintió su pierna débil romperse, cayendo para luego ser bombardeada por los esbirros kamikaze invocados.
Sonriendo funesto el ser que disfrutaba pegarle a la adolescente en tamaño y no atractiva para él. No acabando con su ataque fue a donde ella se encontraba con su velocidad de destello, llegando a ella, y estrangulándole con el brazo superior derecho mientras que con los tres restantes le penetraba varias partes de su cuerpecito.
—¡AHH-AHH-AHH! —gritando a medias de forma repetitiva por cada ataque; quedando un 10% en su barra.
—¿Últimas palabras estúpida? —preguntó sonriendo fríamente.
—Yo... conozco un poco sobre la Savialma... ¡Y no...! ¡Realmente no poseéis la tercera fase de ella! —comentando duramente.
—¡¿Y en qué os basaos, tarada?! —Acercando su rostro a ella le pidió contestar.
Arrojándola contra el suelo y enterrando el tacón de uno de sus pies en el otro seno de ella, se aseguraba que no recargara poder.
—¡AAYYY! —Mordiendo su labio inferior, intentaba amortiguar el dolor y contestándole con ira—. ¡¡NO SOIS UN SAVIALMADO 3...!! YO DIRÍA QUE TAL VEZ SOIS UN 2.5...
A pesar de odiarla, el Savialmado tenía que estar de acuerdo con la enana. No se encontraba en la última manifestación de la técnica, pero tal vez era lo mejor. Así no se arriesgaría a enloquecer y poder llegar a convertirse en un Sucumbido; todo eso lo pensaba aquel "Don Juán" con deformación estándar y peculiar, sin saber que su enemiga cargaba una Ejecución final.
—¡Sabes, me vale! Porque así no me convertiría en un... —monologaba en superioridad, dejando su parloteo por el ataque de la morena.
Regurgitando ella escupió una bola de pelos álmica naranja, del tamaño de una mano. Pero con reflejos mejor que un lince, el parlanchín de la capa movió su cabeza hacia atrás, viendo la bola que salió del signo y creó una explosión del mismo color.
Inclusive la onda de la explosión llegó al joven petrificado, extrayendo ligeramente el cuchillo de su mano por la fuerza de la explosión. Pero el cuchillo no salió del chico.
—Vaya... ¿Creasteis tremendo ataque en tan poco tiempo? —dijo tras ver la explosión desaparecer, pero tras observar el costo álmico que hizo la gata por lanzar ese poder cambió de parecer—. Pero habéis usado todo lo que os quedaba de vuestra barra, jua jajaja.
Ciertamente, la gata había usado todo el poder que le quedaba, reduciendo su barra a cero y perdiendo la cita de combate. Desapareciendo el signo en el campo y quedando la perdedora sumamente debilitada sin poder mover un músculo; siguiendo ahorcada por el Ánima.
—No me lo puedo creer, he perdido, aún no sé controlarme como es debido... —dijo en voz baja triste, recordando sus maniobras de novata—. Bien selladme de una vez
—¡¿SELLAROS, Y ACABAR CON LA DIVERSIÓN?! —propuso repentinamente, destruyendo con uno de sus brazos el indicador a su espalda que señalaba los resultados.
Inesperadamente el estrangulador comenzó a tratar como saco de boxeo el cuerpo de la torturada, cogiéndole del cuello con un brazo superior mientras con los otros tres le trataba como tal. Enviándola a las alturas con un giro y un gancho derecho doble. Alcanzándole con su velocidad de rayo durante el vuelo.
—¡LOS DESGRACIADOS SELLAN, YO CAUSO SUFRIMIENTO! —gritó el rey enloquecido y glorificado.
Comenzándole él a castigarla, arrancándole pedazos de su piel, arañándola sin desdén con sus brazos superiores y vomitando en ella de su savia blanca.
—Pero... sois de Nueva orden... jurasteis vuestra devoción ante Caballero blanco, es vuestro sacerdote... ¿No sería lógico hacerme sufrir? —preguntó herida, volando a penas con sus alas demoniacas.
—¿Ese idiota amante de los juegos de mesa? ¡YA QUISIERAS! —denegó a todo pulmón—. ¡Yo sigo al señor G, únicamente!
Incrédula la muchacha recibió un puñetazo cuádruple en su cabeza, fracturándole el cráneo (que creía tener por el calor del momento) y mandándola en picada al suelo, no pudiendo hacer nada la mujer que veía el suelo con que se estrellaría, lloraba solamente. Aunque quien no lo haría de estar en su lugar, especialmente si esa persona tuviese vértigo como ella; lo único que pasaba por su mente era cerrar los ojos, cubrirse con sus brazos y desear que no le doliera tanto.
Sin embargo, el Savialmado apareció en la caída y le agarró del talón izquierdo de la dama en pánico. Deteniéndola a pocos metros del terreno, llorando de miedo.
—¡Aau! —gritito que hizo victorioso el sádico torturador, humillándola solo por placer—. No comprendo gatita, ¿por qué simplemente no volasteis o levitaste? Claro, quitando el hecho que estaos crítica por perder el combate anterior.
Observando sus otras maravillosas palmas libres sostenía a la llorona con el brazo inferior izquierdo.
—¡NO L-LO SE...! ¡M-ME DAN MIEDO LAS ALTURAS! BUAA... SOLO BAJADMEE... —Llorando pedía piedad.
Riendo maleficamente el tirano, iluminado por un aura blanca de la savia que brotaba de todo su ser.
Sin embargo, la risa siniestra de aquel ser comenzaba a reactivar una rabia oculta en la miedosa. Surgiendo en ella la determinación que creía que había perdido, consiguiendo el poder suficiente para disparar rayos de sus ojos, creados en base de sus propias lágrimas.
Pero para su mala suerte, el grandote que la maltrataba movió otra vez su cabeza, evitando el rayo de gran poder; creando una explosión naranja a lo lejos donde se encontraba congelado el ejecutor.
—Qué tal, ¿parece que aún tienes fuego en vuestro interior? —Sonriendo cruelmente el calvo.
—¡YA ME GANASTEIS! ¡¿QUÉ QUIERES?! —Llorando tristemente preguntó desesperada.
—¡Yo soy el rey de reyes y haré lo que me pegue la gana! ¡Cuando mi señor selle al imbécil de Caballero blanco, crearemos un mundo donde solo nosotros gozaremos! —Comenzando a enloquecer monologaba ante su presa cautiva—. ¡¡¡AHORA LLORAD Y EXTINGUIOS, MALDITA NIIÑATA FALSA!!!
Enseguida el furioso ser comenzó a batir de arriba abajo a la joven mujer llorando de agonía.
Hasta que el brazo que agarraba a la aprendiza fue rebanado de un tajo.
—¡¿AHHHHHHH?! —gritó sufriendo El Rey sufriendo.
Y al ver el brazo removido desintegrándose notó luego en su hombro cortado gotas de savia negra. Aquellas le impedían restaurar ese brazo.
—Por tu locura, y pensar, deduzco que sigues a mi hermano. ¿Cómo se hace llamar ahora?, señor G —seriamente dijo una voz de un joven mayor atrás del gigantón.
Paralizándose de miedo el pederasta. Mientras que una joven sobre el suelo aún con lágrimas en los ojos miraba asombrada a su ídolo potenciado detrás del Savialmado.
—Os... equivocáis, El señor G no es Gamma... Él y yo derrocaremos al c-caballero y todos se inclinarán ante nosotros —objetó tartamudo el tres brazos.
—Me vale qué palabras usó el "Señor Gamma" para que le sirvieras. Solo quiero saber, ¿por qué él trabaja para el mendigo líder de la orden? Él solo hace cosas que le beneficien —interrogó encapuchado con sus brazos cruzados, a espaldas del villano.
Escuchándole hablar con una crecida voz el Ánima, entendió que su hermoso premio infantil se había deformado en su aspecto mayor.
—¡HABÉIS CRECIDO, NOOO! —gritó furioso en venganza y celos.
Dando la vuelta un furioso y resentido rey. Pero con un pequeño movimiento de su dedo índice, el ejecutor en su segunda deformación invocó una gigante aguja sin tener que mermar la brea de sus dedos, haciendo que la punta de la estaca se enterrara directamente bajó el mentón del Savialmado. Continuando con un gancho de su brazo izquierdo no esquelético en esa deformación.
—¡AAHHH! ¡NOO, NO ME DEJARÉ VENCER POR UN FEO ADOLESCENTE! —frenando su vuelo despedido.
Fijando su vista en el crecido Alfa Vargas, que antes amaba de una forma asquerosa, dio chasquidos en simultáneo con sus tres brazos restantes. Creando múltiples portales de savia a su espalda con forma de ojos e irises verticales de Savialmado, emergiendo de ellos brazos de savia; yendo al muchacho.
Sin embargo, el ejecutor se teleportaba a todas direcciones (solo tres veces), confundiendo a los brazos.
—¡NO PODRÁS EVITARLOS PARA SIEMPRE! —asumió enfadado, moviendo sus irises a todos lados intentando encontrar al encapuchado.
—¡¿A ver?! —contestó serio tras aparecer.
Apareciendo cerca suyo a medio metro del Tres brazos. Abalanzándose el pedófilo para agarrar al mocoso, pero su cuerpo se vio envuelto en todos los brazos de savia que había enredado por su propio merito; y aquel nido le impedía chasquear sus dedos y cancelar la Ejecución actual.
Momento que aprovechó el joven para cortarle el último de sus brazos inferiores.
—¡¡NOOOO, SEÑOR G!! ¡¡AYUDADME!! —Atrapado solicitaba la ayuda de su Sacerdote de la savia.
Callado por la hoja del adolescente que le apuntó sin temblar.
—Mira desgraciado, es obvio que mereces ir al infierno, y personalmente te enviaría al 7mo sótano por verme tan grotescamente. ¿Pero si me dices que es lo quieren el Caballero, Gamma y tú no te haré sufrir tanto? —Amenazándole fríamente.
—¡SOLO SOIS UN CRÍO MALDITO TRATADO COMO ALFIL POR SU FAMILIA! —respondió malévolamente.
Logrando que un adolescente pensativo bajará la mirada, entristecido al recordar su horrible pasado.
—¡¡YO SOY VUESTRO ADMIRADOR NÚMERO 1, YO OS IBA A CUIDAR MÁS QUE VUESTRA MADR...!! —Se excusaba a regañadientes.
Sin embargo, con solo escuchar a ese infame querer hablar mal de su única madre; toda la ira le regresó a su mente. Invocando otra guadaña, cargándola con la mano libre; ejecutando con sus dos guadañas los dos brazos restantes del savialmado.
—¡¡¡AAAAHHHHH!!! —gritó de infame sufrimiento el villano.
A pesar de su llanto, el serio ángel de la muerte mantuvo su mirada serena. Pensando lo bien que sentiría extinguir a ese desgraciado.
—¡¡¡NOOOOO, MISEÑOR, AYUDAAYUDAAYUDAA!!! —Perdiendo el control y sucumbiendo a sus estribos chillaba el supuesto adulto asqueroso.
Viendo como la savia salía de su boca y ojos un Alfa recobró su sentido del deber.
Y tras deshacerse de una de sus dos herramientas sujetó la otra a dos manos, decapitando al Ánima próximo a sucumbir. Evitando que se completará la transmutación.
Desapareciendo su última arma el adolescente tras la ejecución, viendo como el signo rojo transportaba al decapitado.
Observando ese espectáculo la muchacha de piel oscura todavía tirada en el suelo. Que hablaba sola en su asombro.
—Vaya... cof, cof. No puedo creer que acabo de ver a Alfa Vargas, el Ejecutor de la Muerte ejecutando a un Ánima; y en su segunda deformación. —Asombrada miraba a su estrella personal volando con sus alas sombrías álmicas.
Hasta que la Muerte la miró a ella quitándose su capucha. Teleportándose él y apareciendo de pie frente a ella, destacando en su rostro mayor que ahora poseía dos cachetes rotos en vez de solo uno.
—¿Estás bien? ¿Espero no haberme tardado mucho? —Le preguntó enseñando su mano izquierda fría no esquelética para levantarla.
Sin embargo, la gata se quedó pasmada con sus mejillas con furor naranja; destacando su vergüenza.
Por supuesto confundiendo al joven mayor.
—¿? —Confundido hasta darse cuenta de su propio aspecto—. Ahh, perdón. No siempre estoy en esta deformación, y a veces se me olvida que algunos me tienen miedo.
Con un chasquido aquel chico fue envuelto en savia negra, regresando a su deformación anterior de trece años.
Levantándose de inmediato la nerviosa muchacha, ignorando que tanto su aspecto y salud regresaron a la normalidad.
—No, no perdóneme usted a mí. No le tengo miedo, es que nunca creía estar cara a cara con El Ejecutor de la Muerte; y me refiero como una colega y no como enemiga, porque hace mucho era un Ánima... —Con una gran sonrisa mostraba sus alabanzas—. Perdón lo que quiero decir es que yo en verdad os am...
Pero su confesión directa fue detenida de inmediato por el chico apenado.
—¡Aguardaos...! —Levantando las manos el joven desarmado indicaba en alto—. Tienes que saber que yo soy un Ejecutor, y tenemos, como regla... no tener relaciones románticas con Almas de nivel inferior al nuestro.
Riendo la muchacha por el malentendido. Claramente confundiendo otra vez al jovencito.
—¡Jajá! No, lo que yo iba a decir es que, yo os admiro muchísimo; incluso competí para ser la presidenta de vuestro club de admiradores —decía con fanatismo—. Pero una pálida rara me ganó.
—¿Tengo un club de admiradores? —Inclinando preguntó ahora el confundido.
—Bueno, no es tan grande comparado con el club de San Gabriel, el Arcángel de la Dirección; pero éramos unos treinta durante la última reunión —comentaba aclarando de más.
—Vaya... y yo que creía que las únicas admiradoras que tenía eran Adora, la ejecutora de la Emoción y Sekai; mi Técnica de Juzgado actual —opinó con una cierta sonrisa.
—No tienes que pensar así de tí mismo, muchas Ánimas le idolatramos. Usted nos ha demostrado que con determinación y esfuerzo toda Alma puede cambiar a mejor; después de todo solo usted consiguió acabar con el dominio de Defunción, asimilar la técnica prohibida y descubrir que las Almas selladas pueden ser liberadas. —Glorificada ante los logros del gótico.
Recordando entonces el chico, que debía hallar a las Almas que selló aquel pedófilo.
—¡Dios, siempre lo olvido! ¡Mejor los libero ahora o Gabriel me va a regañar! Y capaz que Oscuria también, por ser ahora mi Técnica. —Con sus manos sobre su cabeza exclamó en nervios, levitando devuelta a la zona de combate anterior.
Siguiéndole una gata corriendo.
—¡¿ESPERA, CREÍ QUE OSCURIA ERA VUESTRA...?! ¡AY! —gritando y corriendo preguntaba, cuando tropezó torpemente.
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Momentos después ahí mismo...
El ejecutor y su admiradora observaban el collar con cinco Almas selladas. Y con un golpe de karate del preadolescente, fue destruido el amuleto en el centro del collar (la joya que tenía dibujada el símbolo de la orden), liberando a un Supervisor Diego algo distinto que antes; con el cabello de color azul, orejas de animal sobre su cabeza y una cola de zorro del mismo color en su retaguardia.
—¿Ahh...? Tiene un aspecto diferente —dijo la fémina un poco lenta intelectualmente, inclinando su cabeza, y rascando su pelo.
—Bueno, ha sido sellado durante un rato y ha tenido contacto directo con la Savia durante un rato; es normal que un Alma sufra de ciertos bloqueos mentales en su memoria y su aspecto pueda cambiar un poco. ¿No lo sabías y eres una Aprendiza? —contestó intrigado con la gata.
—Honestamente, no se me da eso de pensar muy rápido; era la más fuerte de toda mi academia —Orgullosa comentó, deprimiéndose inmediatamente—. O eso creía hasta que peleé contra ese Savialmado, y que me superó de inmediato.
Empatizando él con ella.
—Escucha, no sé cómo te fue durante el combate. Y tal vez no debiste pelear contra un tipo así. Pero de no ser por ti con vuestras Ejecuciones, no me habría liberado de mi congelamiento, ese tipo me habría llevado y conservado por no sé cuánto tiempo. —Compadeciendo con la Aprendiza, hablaba con mucha calma—. Solo, sé más cautelosa la próxima vez.
Sonriendo la felina que movía su cola en compás, y sus mejillas otra vez coloradas.
—Ayy... ¿Dónde estoy? —Destacando su acento cambiado de castellano a alterno, habló el nuevo Supervisor Diego.
Sin embargo, las manos azules del cadavérico le sujetaron de la camisa de su uniforme.
—¡Muy bien traidor, trabajas para El Caballero dime cual era vuestro plan! —acusó en amenaza inesperadamente el Ejecutor a él.
—¡¿Esperad sois un traidor?! —Preguntó sorprendida, pero con molestias al peliazul.
—¡¡Ay, esperen acabo de ascender a Supervisor ángel!! ¡¿Dónde está Samaela es mi guía?! —Contestó nervioso y confundido.
Quedando decepcionado el pelinegro, sabiendo lo que significaba la confesión del Alma semi zorro.
—Genial, ha pasado más tiempo en contacto con la savia de lo que creía. —Con la mano en su cara dedujo con apatía en desencapuchado.
—Espera... ¿Cómo sabías que este tío ese o era un traidor? —preguntó totalmente confundida la abufandada.
—Cuando estaba congelado aún podía escuchar y ver en parte, y durante la reunión de este con el otro lo descubrí; también que la Supervisora es la traidora maestra de todo. —Pellizcando el puente de su nariz habló con los ojos cerrados—. Por cierto, ahora que lo pienso. ¿Por qué no te he visto utilizar herramientas álmicas cuando peleasteis hace rato? Deberían cobrarte menos poder álmico que una Ejecución normal para ti.
Poniendo tímida a la agente en prueba.
—Bueno... soy bastante bruta y a veces me aloco, y terminó por no controlar mi poder. Por eso creo que soy incapaz de crear herramientas álmicas —dialogando confesó al final con leve decepción.
Apática explicó uno de sus problemas, sin decir que ese era uno de los motivos por los cuales ningún Supervisor la escogía antes en la academia.
—¿De qué hablas? Si para invocar herramientas solo debes tener confianza en ti mismo e imaginaos usando el arma de tu alma. No tiene nada que ver con ser bruto o sabelotodo —alegó extrañado dejando de hablar al instante.
Con presión en su cabeza intentaba calmarse, recordando otro asunto el gótico.
—Ahora que recuerdo, debemos ir a Paraíso y pedir la liberación de los otros sellados; dado que esas ya han pasado mucho tiempo selladas y en contacto con la Savia, y ni siquiera yo puedo romper su sello, así como así —ordenó serio—. Creo que por aquí hay un Signo existencial permanente a Paraíso que podemos usar.
—¡Sí señor! Vamos Diego, hablaremos allí sobre vuestra traición. —Dándole la mano al zorro le ayudó a levantarlo con inocencia.
—¡E-espera! ¡A penas es mi primer día! —sollozando el azuloso de piel latina clara los acompañaba.
Caminando los adultos, siguiendo al levitante chiquillo que cargaba el collar con 4 Almas selladas. Tomando el trío rumbo a una misteriosa nueva clase de signo.
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Informe, El Rey (Jack Máicolson) - De Aprendiza Minian Suárez:
Jack Máicolson, Alias El Rey, el segundo invasor del Paraíso Europal. Aparentemente apareció con el objetivo de congelar y llevarse a Alfa Vargas, El Ejecutor de la Muerte. Utilizando una daga bañada con Magma gélida en estado puro.
Aunque fuese miembro de Nueva orden, no parecía seguir las órdenes de Caballero blanco; ni menos ser su seguidor. Dando su juramento al Ánima de la orden llamado Señor G; posiblemente sea Gamma.
Se desconoce si su presentación era solo para sellar Almas, adquirir la savia en un estado intermedio (2.5) y sellar al Ejecutor mencionado. Pero ya no será un problema.
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FIN DEL CAPÍTULO
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