Capítulo IV (1-2). La Ejecución de Almas.
Mi pensar sobre la infiltración, Ejecutor (Deformado):
Para entrar a ese combate ilícito, llamado "Ejecución de Almas", debo pasar desapercibido. Decidí deformarme en esta apariencia y forma al mismo tiempo; tengo que mostrar otra actitud diferente a la mía para evitar sospechas. Por suerte aún recuerdo con exactitud las herramientas de la 2da Ánima; por lo que podré imitarlas fácilmente, pero si llego a invocar una vez más mi guadaña ya no podré imitar esas garras.
Gabriel me dijo que esta apariencia se parece mucho a mi forma habitual, pero adolescente, y pueda que tenga razón. Y yo creí asegurarme de que no se pareciera a mi 2da deformación, o algún participante podría identificarme. ¿Tal vez solo él piensa eso?.
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Mi pensar sobre la infiltración, Gabriel De arcángel(Deformado):
Para entrar a ese combate ilícito, llamado "Ejecución de Almas", debo pasar desapercibido. Tomando esta deformación, similar a la que suelo estar, me haré pasar como un Ánima participante del combate, me desharé de los detalles de ángel y el uniforme de Supervisor. También cambiaré ligeramente el aspecto de mis dos discos. Me gustaría usar otra, pero como solo Ejecutor puede imitar herramientas álmicas debo ingeniármelas.
Alfa dice, que esta deformación luce igual a la mía usual, pero más juvenil. Y tal vez tenga razón, porque ni siquiera pude quitarme las marcas Arcanianas de mis mejillas; pero como yo soy una de las pocas creaciones de Dios que quedan y no se van fácilmente.
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Mundo vivo, noche. Dentro de un frondoso bosque...
Dentro del bosque a tempranas horas del anochecer, en un campo rodeado y cubierto por altos robles, a ese bosque las almas le llaman "Pinus Nigra". Y dentro de un campo de batalla iluminado por la luz de dos levitantes y grandes flamas fatuas blancas, había 5 Almas reunidas allí por el mismo motivo y objetivo, rodeadas de varios paneles álmicos dispersos por él campo, sirviendo como televisores, mostrándose en ellas la imagen de un hombre blanco de baja estatura, calvo y de vestimenta muy elegante.
El misterioso en pantalla daba un discurso de bienvenida a las Almas presentes, en el cual informaba el comienzo del evento. Ahora mismo el emisor del panel, conocido desde el inicio como "Dirigente", felicitaba a los cinco combatientes.
Las cinco Almas espectadoras de la conversación del hablante, de elegante aspecto y voz, le observaban pasivos. El primero: José, un aparente adolescente de cabello negro, indumentaria casual (playera negra, pantalón blanco con franjas en el inferior, pequeñas mangueras en la cintura y botas blancas) y ojos rubíes, participó en el evento con unas larguísimas uñas álmicas como garras. El segundo: Gabi, otro adolescente de aspecto similar al anterior pero que resaltaba en su indumentaria por ser color blanco, contrario al otro (camisa de mangas largas blanca, jeans azules no ajustados con franjas en él inferior y botas blancas), de tez blanca y limpia, ojos de oro y cabello blanco sin peinar, participó con unos discos álmicos. El tercero: Erick, un joven veinteañero alto fornido y musculoso, de vestimenta campesina simple de colores café, cabello muy corto negro, y siendo él de piel negra, participó con un gran martillo álmico como herramienta. El cuarto: Miguel, un chico castaño, piel latina clara, atuendo simple de una playera negra bajo una chaqueta roja de mangas cortas, y pantalón azul; participando en el combate sin herramientas, aparentemente solo usaría Ejecuciones. Y la quinta: Ana, una niñita (9 años) callada y seria, de piel pálida cual solo cubría usando solamente un vestido blanco con zapatillas blancas, pecas en su rostro y su cabello rubio de dos coletas a los lados, participó con dos guanteletes álmicos, implantados en sus brazos por completo.
Todos ellos observaban al dirigente del combate, presentado a través de los paneles.
—¡Enhorabuena mis combatientes! —exclamó en eco para los participantes—. ¡Os felicito a vosotros cinco por haber participado en la tercera y última edición de la Ejecución de Almas! El ganador será el triunfador de una sola cita de combate, porque sí, este será un combate campal entre vosotros cinco, demostrando quien es el Alma más fuerte. Y os recuerdo que solo podrán combatir usando las herramientas cuales portáis en este momento, y en caso de ser incapaz de invocar una; vuestras Ejecuciones serán limitadas. ¡Las llamas álmicas blancas en el campo, que pueden ver, os impedirán ejecutar Ejecuciones poderosas hasta finalizar el combate!
Tras lo escuchado dos participantes de blanco y negro vieron aquellas llamas, comprendiendo que esas flamas lucían una tonalidad blanco peculiar. Pero por el momento debían guardar las apariencias.
—Y ahora, además del título del Alma más fuerte, el ganador ha de obtener una bonificación. Una invitación personal para entrar en una nueva asociación, una que enseñará a la entidad supervisora de Juzgado como se debe tratar a las Ánimas. Pero esos detalles os revelaré al final —comentó enseñando su índice derecho—. Ahora, preparaos bien antes de la batalla.
Tras lo dicho, todos los paneles desaparecieron, apareciendo un gran indicador álmico en el aire con las cinco barras correspondientes a los combatientes. A su vez que el gran signo negro se hizo presente bajo los pies peleadores.
Con eso, el dúo monocromático se reunió para discutir su plan acordado.
—Muy bien "José"... —Haciendo comillas con los dedos de manera innecesaria el apodado como "Gabi"—. Parece que el Dirigente solo ha de presentarse ante el alma que resulte ganadora de este combate.
—Bien, entonces ganaré yo para ejecutarlo, mientras tú te ocupas de llamar a los Supervisores para que vengan acá y acaben con cualquier futuro aliado a Nueva orden. —Asintiendo con la cabeza—. Pero hazme un favor antes, podrías no hacer esas comillas cuando me llames con este apodo.
Levantado los hombros un gracioso canoso por lo dicho.
—Vale, jeje... —Riendo en voz baja. —Pero como no hacerlo con ese nombre que cargáis, nadie sabe vuestro primer nombre. ¿No sé cuál es el problema de porque no quieres usarlo?
—Y yo que pensaba que te gustaba, por fin no estar con un niñito. Y no discutiré lo de mi nombre —habló elevando las palmas mientras cerraba los ojos.
—Aunque, ciertamente es más o menos agradable estar con alguien mayor... —Dejando de reírse para hablar con sinceridad—. Creo que os preocupaos de más con vuestro nombre. Muchas Almas os temen porque creen que podríais ser como vuestro predecesor, el Ejecutor de la Defunción. Pero no por eso debéis cambiar u ocultar vuestro nombre.
—Bueno, decidí quedarme con el nombre Ejecutor por razones personales. Pero hace tiempo aprendí que no importa como los demás te vean; ser un Ejecutor requiere de ser firmé y mucha responsabilidad —informó al parlanchín blancuzco—. ¡Y te dije que no hablaría de mi nombre!
—Solo bromeaba colega, no importa que mote usáis o personalidad finjas. Siempre seréis tú y vuestros valores siempre irán en la dirección correcta —comentó con prisa en voz baja.
—Tranquilo, solo estoy recordando los viejos tiempos, je —riendo levemente también junto a su hermano del alma.
—¿Y en qué pensabais? —preguntó viéndole intrigado.
—Sobre tu teoría en la anterior reunión. —Tomando su característica pose de pensar—. ¿Realmente crees que hay un traidor entre nosotros?
—Esa Supervisora tiene que ser uno de los nuestros. El problema es que cualquier Alma de nivel 2 o 3 con suficiente experiencia puede alterar su deformación Álmica, y no podemos suponer la verdadera identidad del traidor, basándonos únicamente en el aspecto. —Cabizbajo opinó.
—Podría ser una Alma fémina, varón, animal o inclusive un Arcaniano. —Cruzando sus brazos hablaba, pensando en cuál sería el aspecto real de la villana de cristal.
Aquellas almas analizaban hechos, olvidándose de la supuesta preparación y el evento a venir.
Suspirando inesperadamente el Ejecutor encubierto.
—Aww, ¿Cómo fue que llegamos a esto? Mi amigo —preguntó de cierta manera el pensante pelinegro.
—Si no os acordáis, os diré. No me molesta deciros. —Sin molestias habló enseguida el peliblanco, sin siquiera recibir algún pedido como tal—. Sucedió en nuestra reunión planificada con los demás Jueces...
—Aguarda, yo no me refería a que me contarás... —avisaba en apuro.
Sin embargo, el Juez encubierto comenzó a platicar.
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Paraíso. Cierto tiempo después de la Des invasión...
En aquella conferencia; se encontraban el Ejecutor de precoz apariencia, el Juez Europal y seis manifestaciones sombrías de los otros 6 Jueces de las demás regiones o sectores del mundo celestial. Todos ellos veían la presentación álmica de la otra perteneciente al linaje De arcángel y hermana de Gabriel, Samanta De arcángel.
—Como ven, la invasión Des del misterioso enmascarado no ha sido por nada. Los últimos reportes sobre los daños en la Plaza archival han indicado la desaparición de múltiples de paneles informativos, los cuales contenían la información sobre ciertas Ánimas peligrosas. Los gemelos Yamirami, Omega y Gamma son las más peligrosas al momento, por lo que creemos que puedan ser parte de las 10 Almas que dirigen Nueva orden —contó con frialdad.
La alta mujer adulta de cabello blanco con cola de caballo y habla castellana, portaba un uniforme mejorado de Supervisor y tenía sus mejillas marcadas igual que su hermano. Informando a sus jefes con su caracterizada actitud fría.
La información oída dejó mucho que pensar a todo el personal, excepto a un chiquillo que no podía dejar de pensar en los dos últimos nombres dichos por la fémina sin sentimientos.
—No hemos vuelto a oír nada de Gamma desde hace tiempo, y a Omega ya le creíamos extinto; pero que ellos dos se hayan aliado para formar otra entidad en contra nuestra, tiene todo el sentido —dijo el hombre alto manifestado de sombras, hablando con un tono de voz profunda; siendo él el Juez de la región Africal.
—Aww, sobre todo si ellos dius se aliagon contra su enemigo en común —añadió la alegre otra Jueza de la región Oceal, compuesta en sombras de figura promedio y atractiva, y hablando con un particular acento francés y con mucha flojera.
—No sería nada raro que mi hermano se le ocurriese trabajar junto a Omega, a pesar de lo que nos sometió a ambos durante ese experimento. Pero... —Cambiando de tono de hablar se calló con la mirada baja el chiquillo relacionado tristemente con los últimos dos.
Notando su cambio de humor los otros jueces.
—Che, no me digas que vos añoras tus viejos tiempos con tu pinche hermano y el antiguo científico de Defunción —balbuceaba la Jueza Artial de acento argentino con estatura y voz no mayor de 14 años—. No me vengas con eso de que: "La familia siempre se perdona, aunque te pegue".
Cerrando los ojos el chico fastidiado, de edad no muy distinta a esa jefa con que solía discutir él. Para empezar una nueva discusión.
—En primera, a Gamma lo considero mi hermano para nunca olvidar lo que pasa si eres un loco empoderado que se creé el mejor. Y en segunda, nunca perdonaría le perdonaría a él ni a Omega; solo pensaba en el tipo ese de la máscara que dirigía al ejército de Deses —corrigió a su jefa mientras cruzaba sus brazos y la miraba en reojo.
—Bueno, bueno— Terminaba la discusión con un aleteo de su mano derecha cubierta por una larga manga—. De todos modos. ¿Quién es ese boludo que se atrevió a invadir al Juzgado Europal?
Momento que aprovechó la mujer de expresión fría, para cambiar las ilustraciones gráficas de los tres paneles; que antes mostraban a los Yamirami, Omega y Gamma, respectivamente. Mostrando ahora tres diferentes imágenes del rubio de chaqueta roja; usando su máscara, no usando su máscara (destacando una cicatriz en un ojo) y una donde señalaba el emblema de la orden estaba en su pectoral diestro.
—Es claro que esta Ánima pertenece a Nueva orden, pero tanto él, como el misterioso de cuatro brazos que le acompañaba, no aparecían en nuestros archivos —comentó sin emoción.
—Seguramente ha sido para las siguientes fases de su plan —develó serio con los brazos cruzados.
Aquella revelación sorprendió a los jefes, los cuales se comunicaban a distancia desde sus respectivas regiones. Especialmente a la De Arcángel, que no imaginó que ese crío supiera eso; más conservó su mirada tiesa sin expresión. En especial cuando su hermano menor continuó con la revelación.
—Alfa y yo le hemos estado siguiendo la pista a ese grupito desde la aparición masiva de cultos en mi zona asignada en el Mundo vivo. Y me ha informado de cada nuevo indicio, al inicio no lograba comprender como hacían cada paso; hasta que vi a un Ánima de la orden con la capacidad de utilizar el sistema existencial —informó con la vista fruncida.
Entonces el último Arcángel guerrero con un chasquido de su brazo derecho presentó nuevos paneles, en ellos se mostraban la aparición del portal verde con la presentación especial de la villana de cristal, auto apodada "Supervisora".
—¡¿Qué es lo que sugerís Gabriel?! —Con las manos sobre el escritorio preguntó la jovencita Argentina.
—Que hay un Supervisor traidor en Juzgado. Y él o ella no solo es la principal causa de los fallos del Sistema existencial, sino que es una de las 8 Ánimas que lidera Nueva orden —notificó seguro.
—¿Un traidor? Vaya, no pensé ke esto volvería a pasar —comentó un nuevo jefe, un varón de altura promedio con acento cubano que lideraba la región Amerial.
—Bueno, si mal no recuerdo esta vaina pasó como hace un siglo en Inframundo. Cuando el arcángel Uriel se alió a Defunción y... —hablaba la otra Jueza Cubana.
Cuando fue callada por su colega Juez y pareja, también co-juez de la región más grande de todas.
—Piff... Carol, cariño —le avisó en voz baja a su pareja emocional y oficial—. Baja la voz, acordarte ke estamos con el último de los guerreros arcángeles.
—Estoy aquí saben —aclaró directo a los parlanchines el jefe Europal.
Dando aquellos un salto con sus cuerpos manifestados en sombras.
—Eso ya ha pasado, concentrémonos en los problemas de ahora —opinó serio y rezagado.
—¡P-perdón, último d-de los Arcángeles! —disculpándose daba alabanzas innecesarias la Cubana en su escritorio, compuesto también de sombras.
No obstante, otra agente del mismo linaje Arcaniano levantó la ceja.
—Sabéis segunda Jueza Amerial, yo también soy una Arcángel, o Arcángeleza —criticó en seco, sin mostrar expresión alguna.
—¿Ehh? A lo que mi esposa se refería es ke... el Santo Gabriel es el último guerrero Arcaniano que hizo Dios y sabemos que tú eres de la misma familia, pero Dios nunca te volvió una guerrera... —Incomodado y con lentitud decía la cruda verdad.
Hasta ser callado por la mujer de temperamento que entregaba miedo y lágrimas, con solo verla a la cara.
—Olvidadlo. —Alzando la mano en rectitud le calló—. Mi mejor agente, Diego Álvarez, me ha informado acerca de unos combates ilícitos en el Mundo vivo, y tengo sospechas que uno de los líderes de Nueva orden podría... —hablando sería hasta una interrupción.
—Momento hermana, parece que nuestra investigación ha de ir por el mismo camino, así que he de seguir yo ahora. No es que vuestra información no sirva, pero siendo yo el Juez de esta región debo decidirlo yo —aclaró delicadamente.
Y con esa amable explicación, la angelina impávida regresó a una postura fría y sin sentimientos. Pero algo en su cara hacía pensar que reprimía un enojo latente, por algún misterioso motivo.
—El doctor tiempo me ha informado la ubicación de esos eventos combativos, y donde ocurrirá el siguiente; en Pinus Nigra —anunció serio en continuación el De Arcángel menor.
Prestando más atención el agente de aspecto más joven de la reunión.
—Y no solo es posible que el director del evento sea una de las Ánimas de la orden, sino que el invasor enmascarado también esté allí. —Prosiguió con la nueva información.
—Excuse mua Gabriel, pego. ¿Cómo sabes eso? —Con su usual ensueño preguntó la seudo francesa.
—Vale Élise, esa información ha sido ofrecida por una Practicante demoniza semi-animal. Además, será la próxima Aprendiza de Samanta —dictó serio pero tranquilo, sin saber lo que esa información provocaría.
—¿Esperad? ¿La gata enana, con piel negra y pelaje naranja? —interrogó repentinamente.
No diciendo nada el arcángel de título. Bastando esa mudez para que la pregunta fuese contestada.
—¡Me niego aceptar a una demonia cómo Aprendiza! —objetó cruzando los brazos, y mostrando una primera emoción en negación.
—Lo siento Sam, pero he hecho un acuerdo con ella y ha cumplido exitosamente su parte; y yo debo cumplir la mía. Además, he analizado meticulosamente sus resultados en cada examen de batalla que ha tenido, y a pesar de un que otro descontrol; ella posee un enorme potencial para ser una Supervisora —habló complementando en pro a la futura aprendiza de su hermana.
Palabras que no fueron bien recibidas por la mujer de alto puesto.
—¡Pero no debisteis hacer eso sin mi consentimiento! —refutó enojada.
—Calma Sam, es solo palte de tu tlabajo. Tomadlo así, te eligielon pol tus altas expectativas y sel una de las dos almas del linaje De Alcángel que quedan —hablando el último Juez faltado por mencionar, el Juez de la región Asial.
No obstante, aquellas palabras condescendientes del oriental solo enfurecieron más a la reprimida, pensando que ese último le daba de su lastima.
—¡ES SAMANTA, NO SAM! ¡YO HE ESTADO EN JUZGADO ANTES QUE VOSOTROS, SOY LA MEJOR Y NO PUEDEN DECIR QUE SOY DÉBIL...! —gritaba fúrica en represalia ante todos.
Hasta el enojo de cierto ángel que nunca se molestaba.
—¡SAMAELA DE ARCÁNGEL! —gritó firme—. ¡Una cosa es que tengáis vuestras propias ideas ante un Practicante! ¡Pero otra muy diferente es que os creáis la mejor, usar el pasado como pretexto y suponer ideas equivocadas frente a uno de vuestros jefes!
—¡Gabriel, soy vuestra hermana mayor, deberíais apoyarme! ¡En vez de estar en mi contra! —exigió en contra.
—¡Sois mi hermana mayor, pero también eres una Supervisora bajo mis órdenes y de los otros Jueces existenciales y no podéis oponeros ante la orden de vuestros superiores! ¡Seréis la Supervisora guía de la practicante Minian Suarez, y punto! —ordenó fuertemente.
Orden que recibió la mujer amagada en silencio. Y sin nada más que decir, se dio la vuelta para largase por la salida, que salió de la nada en la sala. Dejando perplejos a los seis entes sombríos comunicados, y a un Arcángel cabizbajo por la actitud de la escapista, además de un jovencito que guardó silencio; alegre de no tener ya una hermana que se comportará así.
—Compadre ¿estás bien? —preguntó con los codos sobre la mesa la chica precoz.
—Claro, pero ya no sé qué hacer con ella. Es obvio que tiene un odio latente con la autoridad mayor, pero no siempre ha sido así; solo debo esperar a que esa fase de rebeldía se le pase —discutió en voz baja.
—¿Tal vez ella sea la rata entre nosotros? —dijo en burla la misma, mientras jugaba con su extraño cabello que se notaba entre sombras.
Sin saber que el chiste desataría asombró en los otros comunicados.
—¡Marina, no hable así de la helmana de San Gabriel! —La regañó el hombre por la falta de respeto, como la menor que era.
—Ay, era una bromita no más. Que latas —afirmó la refunfuñada.
—Tranquila Marina, sabemos cómo es vuestra personalidad relajada, eléctrica y distraída. Y es normal que muchos de vosotros tengáis vuestras propias ideas acerca de Sam, pero es la última de mi familia cercana que me queda; si su comportamiento no cambia tendré que tomar medidas —explicó tanto para la pre adolescente como para los demás el hermano de la pronunciada.
—De acuerdo Gabriel, solo tú decidirás cuándo habrá que ocuparse de Sam... ¿O cómo se autoproclame ahora? En cuanto al traidor entre nosotros. ¿Alguien tened una idea de quien podría ser? —Concluyendo con el tema anterior, propuso ahora ante todos el seudo africano.
—Mis técnicos dicen ke las fallas del Sistema provienen de la región Europal. Por lo ke, por regla, "Supervisora" debe estar ahí —decretó cubano moreno dando comillas con sus manos.
—¿Entonces las fallas no han alcanzado llegar a otras regiones? —Con los ojos cerrados y de brazos cruzados preguntó al aire el chiquillo.
—Pog ahoga no, aww— Bostezando para sacarse la pereza y entablar una conversación mejor. —Es evidente que la lady traidoga es cautelosa. Tengo entendido que las fallas comenzagon desde lo más leve hasta lo más fogte; a mi pareceg están en espega pog ahoga. Segugamente hasta que le masteg plan de Nueva ogden haya alcanzado ciegta fase.
—¿Pero...? De he hecho, eso puede tener sentido, Élise —dijo con ligero asombro, el más alto de todos.
—Gracias mesieg Akúnda. —Realizando una reverencia mientras sostenía su largo vestido, halagó al africano.
—Entonces aislalé la conexión del sistema en mi legión, solo pala estal segulos —comentó con risueño.
—Nadie tiene porque hacer eso, yo aislaré mi región —propuso inmediatamente el arcángel.
Proposición que dejó boquiabierto a todos, incluyendo al ejecutor.
—Pero si haces eso seremos incapaces de utilizar los recursos del sistema. No habrá transportaciones con los signos, Comunicaciones álmicas, ni siquiera envíos de Almas al Cielo o al Infierno —discutió preocupado ante su amigo y jefe.
—Nos limitaremos por ahora a utilizar reducidas comunicaciones álmicas para informar a los Supervisores en Averno, Inframundo y Mundo vivo. Luego nos abstendremos de usarlos, los Medios Ex han de ser el instrumento para el reemplazo del sistema hasta nuevo aviso, y me ofreceré como la fuente energía principal para su uso; ninguno de mis agentes se sacrificará por el grupo. —Con ojos cerrados y temple en alto ordenó.
—Pero tú sí que sufrirás por hacértela de pila almicá. ¿Al menos déjame también ofrecer mi poder álmi... —objetaba en contra de la orden, cuando fue callado por su jefe.
—¡Ejecutor no! ¡Es imposible saber lo pasaría si conectásemos la fuente existencial con vuestra alma asimilada a la Savia, yo seré el único que se arriesgué! ¿Ha quedado claro Ejecutor de la Muerte? —Con un temperamento no visto le regañó.
Bajando la vista el muchacho que se cubrió con la capucha, confirmando con un "Siii" en voz baja.
—Correcto, entonces damos por terminaa esta conferencia. Vamos cariño, hay que hacer una nueva inspección a todos nuestros agentes; para estar seguros de no haiga un traidor —Sonándose los huesos que no tenía informó la Ameriala.
—Es haya... Piff, no importa. —Intentaba corregirle el marido de ellas, pero lo descartó al último minuto.
Con un chasquido de la mano derecha la cubana compuesta de sombras se desintegró. Acto seguido los demás Jueces hicieron lo mismo, desapareciendo ellos hasta sus escritorios; excepto por la jefa menor entre todos.
—Ya oíste a tu hermano mayor, pelotudo. ¡Respeta a tus mayores, jiji! —comentó en gracia hacia el encapuchado.
Avergonzándolo a tal punto que sus mejillas se azularon y respondió directo, sacando su capucha con el brazo esquelético.
—¡Al menos yo si enfrento mis proble...! —dejando de encarar a la chica con que siempre discutía cuando se desvaneció ella con una pose de doble chasquido alzado, quedando callado él en seco.
De pronto, la sala se transformó, tras haber culminado la reunión, surgiendo del suelo de cristal varios pilares gigantes, diversos paneles del estado del sector actual de Paraíso y un gran ventanal detrás del dúo monocromático; divisando un paisaje de una antigua guerra en un mundo gris de cielo púrpura tormentoso.
Cayendo casi en desmayo el arcángel por su agotamiento, dejando caer su peso en el escritorio álmico de su oficina que surgió de la nada.
—¡¿Gabriel?! —exclamó preocupado.
—Estoy bien, solo un poco cansado por haber realizado la conferencia con los Medios Ex —Con la cabeza baja explicaba, aguantando las ganas de vomitar.
—¿Y aun así planeas cargarte tu solo todo ese peso de "hacerte la batería de esta región"? —preguntó todavía resentido.
—Uff... todavía no, no quiero que el traidor se entere de nuestro plan... buff... o podría tomar medidas desesperadas —informó respirando agitadamente.
—Bien, entonces iré a Pinus Nigra y ejecutaré a cualquier Ánima bastarda arte encuentre —dictó fuerte y directo.
—Aww, momento... dejadme que me recuperé. Y os acompañaré en vuestra misión —dijo sorpresivamente.
Sorprendiendo a la Muerte que zaqueo de golpe.
—¡¿Qué?! No, tu no vas a ir —negó seriamente.
—El combate será realizado en Pinus Nigra, vuestro antiguo hogar e Infierno personal. Si no vais con un compañero podrías... —decía mejorando su condición.
—¿Qué? Ser sellado, extinguido o alocarme con mi propia savia asimilada. Soy el Ejecutor de la Muerte, no me dejaré vencer tan fácilmente —Confiado invocó su guadaña en aire, y la atajándola con la mano diestra.
—¡Me refiero que, si estaos solo allí podríais...! —Queriendo hablar, pero la velocidad de habla del chiquillo no le daba tiempo.
—Bueno enviad a Samanta conmigo; aunque como que a ella no le caigo bien. —Aceptando de mala gana.
—¡ALFA ESCUCHADME! —gritó para callarle.
Cerrando la boca el chico por la orden de su jefe, que era casi como su hermano mayor. Que se puso firme de pie para hablar con el chaval cadavérico; que no estaba levitando, por lo que tenía una altura inferior.
—Decía que necesitáis ir con un amigo, que te recuerde que ya no sois parte del experimento Asimilación álmica. Estar allá puede crear dudas en tu cabeza, y como tu amigo debo estar allí para apoyaros —dijo con sinceridad.
—¿Si eso es lo que quieres? No me queda más que aceptar. — Levantando su mano derecha para confirmar con un apretón—. Pero me aseguraré de no recaer.
Sonriendo el oji dorado con la derecha que consolidó el apretón.
Presionando ambos con todas sus fuerzas.
—Pero yo, me cargaré al organizador del evento y posible Ánima tercera Ánima —ordenó ahora el muchachito.
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De vuelta al presente. Mundo vivo, Pinus Nigra...
Terminando su historia un Arcángel Gabriel, apodado ahora "Gabi", cuando notó que su amigo apodado "José" no prestaba atención. Charlando con el combatiente alto y atlético de piel negra, llamado Erick.
—Hey, por lo menos me hubierais dicho que dejará de hablar —interrumpiendo la charla entre el latino y el moreno un "Gabi" avergonzado.
—Ya te dije que no quería oír lo que acabamos de hacer —respondió "José" con los puños en la cintura tras ser interrumpido.
—¿Y qué tal si alguien me oía hab...? —Deteniendo su hablar al darse cuenta del Ánima de ambos.
—¿Qué tal?, soy Erick. —Saludando enseñó luego su mano derecha para un apretón.
Saltando hacía atrás el canoso, invocando sus discos para enfrentarse al tipo alto.
—Tranquilo, todavía no ha empezado la pelea —aclaró amistosamente él joven adulto.
—Mejor deja tu pelea; él no entendió nada de lo que dijiste —añadió con calma el latino encubierto.
—Entenderle, ni siquiera le presté atención. He venido porque José quería hablar conmigo; y me alegra, porque los participantes de aquí dan miedo con solo verlos; sobre todo esa niñita —comentó con gracia.
Cuando un sonido se emitió desde las alturas del indicador álmico.
—Uy, el combate está a punto de comenzar; mejor vuelvo a mi puesto —decía mientras se largaba en levitación ese "mal tercio".
Y cuando los cinco combatientes tomaron sus respectivas posiciones dentro del campo establecido por el signo negro. Un silbatazo fue emitido por todo el campo, declarando el comienzo de la Ejecución de Almas.
Saltando los peleadores directo al centro con sus respectivas herramientas. Gabi con sus discos, José con sus garras, Ana con sus brazales y Miguel; con la excepción que el combatía a puñetazos y alguna que otra Ejecución que pudiese hacer.
Todos peleaban entregándose golpes, cuchilladas y demás. ¿Pero faltaba un peleador? El tal Erick no se encontraba en el pleito cuádruple, al menos hasta que un gótico se acordó de él, viéndole caer en picada del cielo.
El mayor de edad de entre los cinco aterrizó golpeando el suelo con su gran martillo, generando un pulso álmico que impactó a sus cuatro rivales arrojándolos por los aires. Pero mientras él aún se recuperaba del ataque realizado, la fantasmal chiquilla de nueve años le atacó con 5 puñetazos limpios de sus brazales, de un combo dado con ambas extremidades superiores. Rematando con un impactante gancho de dos manos cruzando los 10 dedos.
Al mandarlo a las alturas, la pequeña flexionó las piernas, preparándose para saltar y seguir atacándole en las alturas. Sin embargo, a su espalda vinieron unas zarpas negras atacando, emanando ella su alma gris por cada ataque.
—¡AAAHHH! —grito de intenso dolor.
Recuperando la compostura al realizar un giro mortal con los brazos elevados, rompiendo las garras del chico de franela negra.
—¡TÚ, PAGARÁS POR HABERME INTERRUMPIDO! —amenazó al joven de 17 años a su frente.
Comenzando la niña y el adolescente a pelear con saltos y artes marciales, pero las habilidades de la niña eran superiores frente al joven con poca experiencia en ataques físicos.
Teniendo él que por su desespero re invocar sus garras, pensando que con ellas obtendría la ventaja contra la rubita. Desgraciadamente por su tiempo desperdiciado la muchacha usando sus brazos enormes de metal, le agarró del cuello comenzando un frenético ahorcamiento
Lastimosamente para ella en su estrangulamiento y ansia de ver llorar a su enemigo, no se percató que un disco blanco venía. Rebanando el cuello de ella y perdiendo la cabeza, permitiéndole a la víctima que tenía ponerse de pie. Sintiendo los magullones de su cuello y cuerpo.
—¡Auu...! —gimió por el dolor mental que sentía.
—Entiendo que limitáis vuestro poder para no ser descubierto, pero que una niñita os someta da risa, jaja. —A risas comentaba en voz baja mientras venía caminando.
Palabrerías que humilló al herido. Restaurando sus daños el ojirojo con un chasquido, viendo venir a su risueño compinche.
—Siento una constante distorsión en mi Savia negra asimilada. Creo que la Savialma está presente en el campo y nos afecta de cierta forma, tal vez limitando nuestro poder. —Mirando hacia otro lado—. Y estoy seguro que esas llamas blancas, afuera del campo, no son pura decoración, y son las responsables.
Olvidándose ambos de una infanta disque difunta, cual cuerpo sin cabeza se levantó con los brazales puestos en guardia; con el cuello cortado. Creando una masa álmica que se deformaba; agrandando su masa y restaurando la cabeza perdida de la malcriada en medio segundo.
—Arg, eso de verdad... ha sido desagradable— Frunciendo los ojos en cólera ante el dúo, expresando la frialdad de su ira creciente.
Creando nauseas en la pareja mencionada. Que ni tuvo tiempo de prepararse porque la enana brincó contra él quién todavía no había preparado sus garras.
Pero defendiéndole el usuario de dos discos, creando chispazos por los golpes ejecutados.
—¡Josecito, yo me la cargo! —informándole a su amigo sin verle cara.
Enseguida los dos nuevos enemigos comenzaron una riña, alejándose en vuelo y corridas. Dejando al extrañado gótico de piel blanca.
—Je, a veces olvido que él fue creado para las peleas intensas —comentó para sí mismo en voz baja, rascándose el interior de la oreja izquierda el muchacho que lo usualmente él no tenía.
Caminando hacia él, un joven de 16 y de cabello café.
—Vaya, así qué Supervisora tenía razón. El ejecutor participaría en este combate —dijo mientras venía golpeando sus puños entre sí el peleador conocido como Miguel.
Percatándose al instante el ejecutor encubierto del acento escuchado por esa Alma, uno que a veces resultaba cuando un Alma se involucraba con la savia. Así que tuvo que estar implicado de alguna forma con la Savialma, pero en ese momento estaba preocupado porque ese ojiazul averiguará su verdadera identidad.
—Ahh... Saludos colega, mi nombre es José. Y he venido a ser parte de este fabuloso combate. —Actuando y hablando con un acento castellano, intentaba que el Ánima no sospechase.
Sin embargo, aquel combatiente no paró su caminar, levantando sus puños envueltos en un poder aural.
—Por favor; ojos rojos, vestimenta gótica, cara similar y las garras que seguramente imitaste cuando peleaste con Alba. Lo único distinto es tu piel, y que ahora no luces como un niñato pendejo. ¡Si no quieres que rebele a todos quién eres pelearás exclusivamente contra mí! —decretó con furia.
Y al ver que tan rápido esa Ánima había descubierto quien era, un José/Alfa/Ejecutor se propuso a analizar también la identidad del castaño.
—Sabes quién soy; esa actitud, inteligencia y un odio hacía a mí. Eres tú, ¡Supervisora, la traidora! —dedujo seriamente, confiado que aceptaría a la primera.
Afirmación que ofendió enormemente al muchacho de prendas rojas y azules.
—¡¿Qué?! ¡Pero si ella es una fémina y yo un varón...! ¡¡SE ACABÓ, ES HORA DE MI VENGANZA!! —Enfurecido por la rabia que le generaba el solo discutir con la muerte misma se lanzó a embestirle.
Imitando su acción el pelinegro de deducción fallida fue atacarle.
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Pero concentrándonos ahora en la pelea aérea del Juez encubierto...
En las alturas el peliblanco arrojaba sus discos a toda velocidad contra la mocosa de ira contenida.
No obstante, ella realizaba esquivos tan certeros, que recargaban su poder álmico. Consiguiendo atrapar en un momento ambos discos, uno para cada mano, destruyéndolos con un fuerte apretón de sus metálicas manos gigantes.
—¿Eso es todo? —preguntó la niñita de rostro siniestro.
Provocación que enfurruñó al sujeto sin herramientas a la mano. Invocando nuevamente un solo disco para comenzar una riña con sierras; pero solo uno por su actual porcentaje álmico, 40%.
Ambas Almas de personalidades distintas, pero con la misma dirección fijada en su mente, levitaron hacia él otro para comenzar la lucha. Con ella atravesando de un puñetazo derecho el pecho de su rival, para después levantarlo con el mismo brazo. Y sin pensarlo con la mano libre, ella le cogió de la cara para arrojarlo devuelta al suelo como un muñeco mandado a toda velocidad.
—¡¿AAHG...?! —gimió al sentir las rocas debajo del signo enterarse debajo de su espalda.
Pensando él luego, "¡¿Cómo es posible que un muerto pueda sentir tanto dolor?!" Preguntándose eso por su tiempo de estar fuera de las peleas álmicas.
Sin darse cuenta que la niña descendía hacia él, riendo en malicia.
—Guía ajaja. Por vuestra cara supongo que pensareis, "¿Cómo puedo sentir tanto dolor si estoy muerto?" —bufó enloquecida.
Agarrándole entonces del cuello con la mano zurda mientras permanecía en el aire, a no más de 30 centímetros.
—Es cierto que estamos muertos, pero aprenderéis que nuestro sufrimiento mental es peor del que tienen los vivos. ¡Jua jua jajá! —expresando su primera y sádica emoción verdadera en el combate.
Agarrándole ella del cuello a dos manos ahora.
—¡¡Eso... ya lo sabía!! —Exclamó sufriente ante quien la estrangulaba.
—¡¿En serio!? ¡ENTONCES PREPARAOS PARA SENTIR VUESTRA CABEZA SIENDO APACHURADA! —amenazó perdiendo los estribos.
Inmediatamente, la infanta infame con la mano girante derecha sujetó la corona del canoso, apretándole entonces con una fuerza sublime para destruírsela. Riendo la malcriada con lo bien que se sentía oír la agonía de un adulto.
Pero, en su disfrute se distrajo; olvidando que había otro contendiente que no estaba ocupado. Llegando él a toda velocidad por la espalda de la cría.
Frenando su corrida a 30 centímetros de ella que estaba levitando, y con él con los pies sobre la tierra. Ejecutó un poderoso batazo con su gran martillo en el costado de ella y arrojándola a varios metros de distancia.
—¡Se va, se va, se fue...! —comentó presumiendo tras su ataque sorpresa.
Con el martillo en su hombro y la palma recta diestra tocando su frente, observaba la chiquilla lanzada. Chocando ella con el muro invisible limitando el campo de batalla; electrocutada en chispas por esa barrera, como si de estadio de béisbol se tratará.
—¡Sí hubiese un deporte a base de bateos, este sería un cuadrangular legendario! —decía en presunción aquel bateador.
Y ya estaba listo para proseguir la batalla, pero él lastimado a sus pies le llamó la atención. Momento que preparaba su martillo para la pelea contra él, pero cambió de opinión al último momento.
—Oye tío, ¿estáis bien? Parece que esa cría os dio una buena tunda —dijo con gracia para el blancuzco tirado en el suelo.
Parándose el herido y manqueado en apuro, tajeado y mareado.
—Tal vez... —respondió, diciéndose algo para sí mismo después—. ¿Por qué las Almas con deformación infantil siempre son más rudas de lo que aparentan?
—Oye. ¿Con cuántas almas como esa niña os habéis enfrentado? —preguntó intrigado, olvidando que era su enemigo.
Fijándose en el musculoso moreno y preguntón, el Juez de incógnito le observó con duda al misterioso.
—¿Por qué no me has atacado? —preguntó repentinamente el recién salvado y confundido—. ¿Se supone que somos enemigos?
—Je. ¿Siempre sois así de directo? —Contradijo con sarcasmo y humor—. Me considero a mí mismo un Alma justa; a pesar de ser clasificado como Ánima. Y que ella os atacara así en un momento de inestabilidad, no me pareció muy justo que digamos.
Su respuesta dejó al adolescente con ojos de oro, intrigado ya que no esperaba una actitud así de cualquier Ánima. Más la concentración de ambos fue redirigida al lugar donde fue arrojada la "inocente" chiquilla.
—¡¡¡IMBECILES!!! —gritó furiosa para su/s enemigo/s—. ¡¡¡VOSOTROS DOS, PAGAREIS POR ESO!!!
Con la funesta declaración de la niña ennegrecida por su anterior chamuscada, el nuevo dúo abrió sus ojos perplejos.
—Escucha colega. ¿Podemos dejar nuestro enfrentamiento para después? —preguntaba nervioso con prisa—. ¿Os parece formar equipo para acabar con esa mocosa?
Enseguida el hombre de piel caramelo mostró su palma, para sellar el trato con un honorable apretón. Quedando una vez más el blanquito sorprendido, llegando a su mente recuerdos lejanos con su compañero de ojos rojos similares al musculoso, pero de tonalidad más oscura.
—Vale. —Compartiendo el ánimo del buen rival—. Aunque dos hombres contra una niñita no es muy honorable que digamos.
Estableciendo la alianza temporal, los enemigos y por ahora aliados con sus diestras firmaron el acuerdo, culminando con un alzamiento y bajada.
—Detalles, detalles. No vale la pena tratar de ser bueno con ella. —Terminando su apretón dijo.
Llegando la incinerada enojada frente a los dos, sin que ambos se dieran cuenta.
—¿Dos contra uno? Me da igual, ninguna Ánima puede conmigo —asumía confiada de su vasto poder.
El dúo estaba listo para pelear contra la mocosa, mientras restauraban su aspecto con un chasquido, al menos solo el grandote. Porque el adolescente peliblanco seguía cansado.
—No me encuentro en plenas condiciones para combatir —informaba en voz baja a su aliado—. ¿Podeos ocuparos de ella mientras tomo un respiro?
La conversación de ellos enfureció a la rubita, enojada principalmente por la falta de respeto. Flexionando sus piernas recargó impulso para levitar a velocidad rayo, abalanzándose sobre el grandote por motivos desconocidos. Llevándoselo lejos del adolescente.
Juntando sus manos en un puño, el adolescente de cabello cano se concentró para recargar su poder; un poder que los arcángeles compartían con los Savialmados. No sabía cuánto tiempo tendría, así que reuniría todo el aire y poder álmico que pudiera; ups habilidad única de los arcángeles, pero que no había usado desde hace mucho. Mientras su barra álmica roja en el indicador subía lentamente.
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Y con los dos muchachos de acento no castellano...
El adolescente pelinegro incrustó sus dos herramientas imitadas en el chico, desgarrando su pecho desde adentro hacia afuera con un zarpazo vertical.
Pero tomándole de uno de los brazos de su atacante, el otro de torso abierto, rompió el brazo derecho del usuario de su adversario largas uñas. Consiguiendo que su enemigo diera un salto en retroceso, mientras gemía dolores leves.
—¡Ayy! Tienes determinación en vencerme, lo reconozco. —Alagó en sarcasmo un "José" que sentía cierta conexión con ese "Miguel".
Soltando un soplido el joven de brazo magullado, revelando su creciente agotamiento. Aunque con una exhalación realizada, restauró su extremidad fracturada.
—Casi lamento que se desperdicie un alma con tanto potencial como el tuyo —Le aclaró con una mueca risueña José.
Tomando posición de combate, el chico de una sola zarpa en la zurda reinvocó la zarpa derecha que había perdido. Haciendo ahora un gesto con la mirada para continuar la batalla.
Un gesto que tomó el pre adolescente enemigo como burla, frunciendo la vista. Y con él arañazo en su pecho segregando su alma azul, hizo fuerzas para restaurar el daño de la rajadura. Pero mostrando luego una fatiga de su poder restante.
—Uf... Aun bajo los efectos de las flamas limitantes de Savia... Su poder es grande. —Pensó fatigado.
En un santiamén los dos jóvenes rivales se embistieron en un gran salto de longitud, chocando frentes y comenzando un frenesí choque con sus respectivas herramientas; aunque en realidad solo el gótico poseía unas. Creando un baile mortal entre ambos; compuesto de esquivazos, arañazos, puñetazos y más destrezas que finalizaban con "azos".
Al final, el castaño atacó realizando un salto con giro, aterrizando sobre el oscuro con los puños, pero pudiendo su contendiente protegerse con sus zarpas delgadas. Lamentablemente al coste de quedarse expuesto, resultando de un arranque de raíz de todas las uñas, el vengador las arrancó de los dedos del gótico.
Mientras su rival veía su alma negra expelida de sus dedos, aquel comprometido ser clavó las navajas extraídas en la frente del adolescente antes que ellas se desintegraran, empujándolo fuertemente para que cayera en picada.
Pero realizando una burla, sacando la lengua y frunciendo los ojos, el individuo con dedos sangrados y frente clavada, cogió las muñecas del quien le empujó llevándolo con él en la caída de 5 metros.
Estrellándose ambos contra el suelo. Sufriendo un dolor extrañamente más severo de lo usual en una cita de combate.
—¿Pero...? Auch... ¿Cómo es posible que podamos sentir el terreno de los vivos? —preguntó mientras se ponía de pie, repentinamente agotado más que antes.
—¡Arg! —gimió levantándose y recomponiéndose también, hablando obviamente de más sin darse cuenta—. ¡¿Esas condenadas llamas limitantes no deberían afectarme a mí?! ¡Se supone que la Savialma solo afectaría al Ángel de la Muerte y a los concursantes!
—¿Llamas limitantes? ¿Savialma? —añadía comenzando a sospechar.
Y al analizar su propio débil desempeño hasta ahora, inclusive hasta para estar limitando su verdadero poder con la deformación que lucía, él se había portado patético. Encontrando el secreto de esas gigantes llamas blancas, de disque adorno o para hacer el combate más justo.
—¡Mentecato! ¡La savia no está limitando nuestro poder, está absorbiéndolo! ¡Y para que sepas, el estúpido que generó esas cosas está reuniéndolo todo! —acusó cerrando fuertemente los puños hacia abajo.
—¡Cállate! —calló con ira devuelta al peligro; recuperándose Miguel de su agotamiento y regresando la enemistad—. ¡No he terminado contigo!
Aquel muchacho de ojos azules, ejecutando una deformación transformó su mano derecha en un extraño cañón. Y teniendo ahora una herramienta a la mano comenzó a disparar orbes flameantes de color amarillo contra su enemigo de ojos rojos.
Mientras esquivaba en maromas y saltos; porque sus teleportaciones estaban deshabitadas por su actual deformación. Ese extraño cañón con que le atacaba el castaño le hizo por fin saber la identidad del sujeto a un José acróbata.
—¿Ese cañón? ¿De Nueva orden? ¿Quiere vengarse? —Pensaba en cada salto, cansándose más por cada uno que realizaba—. ¡Tú eres el enmascarado que invadió Paraíso!
Resolviendo el acertijo, se distrajo y no pudo evitar el disparo. El cual le dio justo donde tendría el corazón; de estar él vivo.
Cayendo al suelo luego de una mediana explosión álmica. Con la mano cubriendo el agujero en su pecho.
—¡Yiai...! —Aguantando el sufrimiento de un dolor mucho más fuerte que el sufrido si estuviera.
—Ajaja. Ha llegado la hora de que me devuelvas los recuerdos de mi vida; ¡¡QUÉ TU USURPASTE CON TU ENDEMONIADA EJECUCIÓN PERSONAL 3!! —gritando de rabia los motivos de su venganza.
—¡¿Qué!? ¿Pero mi Ejecución personal 3 no hace eso? —reveló confundido, cuando veía el cañón cargado del enemigo.
Aquel disparador ya estaba listo, para terminar con él Ejecutor disfrazado. Pero tras oír esa develación la intriga superó su rabia.
—¡¿Cómo?! ¿Pero tú me quitaste mi memoria cuando me sacaste el alma al morir? —Confundido le preguntaba al adolescente tirado en el suelo.
—Aww... Mira aclaremos dos cosas. El patán que recolectaba las almas de los vivos era el anterior Ejecutor de la Defunción; yo soy el segundo, el de la Muerte. Y mi tercera Ejecución personal solo me permite extinguir a un Alma enemiga dentro de una cita de combate, pero solo podría ejecutarla en ciertas condiciones —explicaba moviendo sus irises rojas, como si ya lo hubiera hecho.
Bajando su furia el disparador, pero su incertidumbre aún no le abandonaba.
—Antes de continuar; ¿sabes quién soy yo? —preguntó sorpresivamente.
—Bueno... —quedó pensativo con los ojos mirando al suelo.
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Y terminando con la pelea de tres generaciones diferentes...
Los tres peleadores en tierra se encontraban realizando diferentes ejecuciones generadas en base de sus propias herramientas. Levantándose ellos exhaustos con sus barras dentro del intervalo 10 y 20 por ciento. Con pensamientos y emociones expresados en sus rostros. Gabi: seriedad y determinación. Ana: ira, enojo y locura en sus ojos grises irritados. Y Erick: con una peculiar sonrisa de emoción por la batalla triple en que él participaba, una no muy adecuada para un adulto.
—¡¿QUEREOS TOMAR EN SERIO LA PELEA?! ¡ESTUPIDO! —ordenó molesta niña con el adulto.
—Maja, bajad vuestra agresividad. Si os alocáis podríais salir herida —burlándose inocentemente de su muy joven rival.
—¡¡¡¿MAJA?!!! —gritó fúrica, con el ojo izquierdo mostrando una vena.
Con la ira desenfundada la menor se lanzó al mayor con músculos; que apenas tuvo oportunidad de verla venir, solo pudiéndose cubrir con su martillo.
Olvidando él, que ese acto, no solo hacía que su herramienta disminuyera la resistencia drásticamente. Sino que su barra álmica también se viera afectada; Pero esa pequeña era de temer.
La niña no paraba de entregar puñetazos en una chilladera infantil; sus enormes guanteletes pegaban contra el martillo sin control, destruyéndole tras cierto número de golpes. En ese momento parecía que el grandote recuperó el mando, al agarrar los guanteletes de ella con sus fuerte manos de un brinco, pero la fuerza de la rabiosa era mucho mayor. Que no le bastó con romper el martillo hace rato, le arrancó los dos brazos al hombre ahora desprotegido. Preparándose ella para acabar con el 10% de poder que le quedaba, con un rematador gancho derecho como ataque final.
No obstante, antes de que realizará su acción, un disco blanco le acuchilló en vertical por la espalda a la infanta.
Y antes que tuviera la posibilidad de poder voltearse, el joven de los discos blanco llegó a ella por ahí mismo, atrapándola del cuello con su brazo derecho. Dirigiendo su mano izquierda, cargando los dos discos juntos activos como sierra, amenazándola con rebanarle el cuello.
Pero, la jovencita ardiente en cólera detuvo la muñeca del joven entrometido con su gran mano izquierda metálica. Sujetando con ella el antebrazo del metido, quemándole el brazo en llamas plateadas.
—¡En vida solía a estar a merced de hombres como vos, creyéndose los reyes de mi cuerpo; incluso mi padre abusaba de mí! ¡Pero ahora podré vengarme de todos los hombres guapos como tú! —monologaba durante el forcejeo—. ¡RENDÍOS DE UNA VEZ!
A pesar de la corta y triste historia, el ángel no se detenía, ni menos sentía pena por los chiquilla trastornada.
—¡NOO...! ¡OS MANTENDRÉ AQUÍ HASTA QUE ÉL ATAQUE...! —reveló derramando pequeñas lagrimas blancas junto una leve sonrisa de victoria.
Comprendiendo la niñita de inmediato a lo que se refería su torturador, llevando su vista entonces a donde se suponía que debía estar el hombre musculoso, y al no verlo por ahí le entró la preocupación. Pero su concentración fue enviada en otra dirección cuando escuchó un gritó vengativo.
—¡HA LLEGADO VUESTRA HORA, MOCOSA DEL DEMONIO! —gritó desde lo alto y viniendo en venganza.
Cayendo el hombre de piel achocolatada en picada, con sus musculosos brazos restaurados (más o menos por su escaso poder), y además cargando de nuevo su gran martillo.
Entregando en la mocosa un martillazo que destruyó su cabeza, y a medio segundo su cuerpo estalló en luz álmica gris. Finalizando con la pequeña demonial, mientras que su barra álmica se redujo a un cero total.
Disipándose esa explosión, un Gabi exento de su brazo izquierdo fue revelado, choreando de él su esencia de oro. Dirigiendo su vista al hombre agotado por acabar con la malcriada.
—La Competidora Ana, ha perdido la Ejecución de almas —informó la voz del dirigente en un eco, cual resonaba por todo el campo de batalla.
Dejando pensativo a un adolescente de cabello blanco, que suspirando pensaba en cuál hubiera sido el verdadero objetivo de esa niña y para qué necesitaba ser la más fuerte.
—Uf, menos mal que ella ya está fuera —dijo en humor, sacándose el sudor álmico de su frente el hombre que no creía que pelearía contra una infanta.
—Oye. A la próxima avisadme antes de hacer un ataque donde pueda perder una parte de mí —avisó el ángel encubierto, mostrando el medio brazo que tenía.
—Ahh; si mal no recuerdo la maldita me arrancó los dos brazos de raíz, jeje —platicó a risas como excusa.
Entonces el callado de brazo manqueado, sin espera con una deformación restauró su brazo perdido, aunque con cierta dificultad con su poder bajo del 10%. Pero listo para la pelea que vendría ahora.
—De todos modos, os agradezco por exponer a la cría. ¿Seguro que querréis combatir entre nosotros?, vuestro poder está en 7 y el mío en 14 —preguntaba mirando el indicador de ahora cuatro barras visibles.
—Si os soy sincero... no. Pero mi amigo y yo estamos en una misión aquí, y él debe enfrentarse al Dirigente. —Confesaba de más exhausto, pero en un abrir y cerrar de ojos tomó pose de combate con un solo disco—. ¡A darle!
Los aliados aclarando la finalización de su alianza, cansados prosiguieron su enfrentamiento final.
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Pero había un enfrentamiento por finalizar todavía...
Donde parecía que un disparador con un cañón por brazo tenía la ventaja. Pero había hecho una peculiar pregunta a su enemigo.
—Bueno... ¿Tú no eres el invasor de mi sector de Paraíso? —dijo tirado en el suelo.
—¿No te acuerdas del nombre de un chico rubio a que le quitaste la vida? Mi nombre —preguntó con incredulidad
—¡Ya te dije que yo no hago eso! —objetó molesto el Ejecutor encubierto.
—Pero si tuviste a un aprendiz de cabellos dorados, ¿no? —Frunciendo la vista acusó con mayor seriedad.
La acusación acertó justo en el Alma del ser oscuro tirado en el suelo. Pues e suponía que nadie debía saber eso, porque además de iré en contra de su deber le afectó mucho.
—Hace mucho tiempo tuve un amigo y aprendiz, con el que creé una fuerte pero indebida relación, pero terminé con ello porque rompía las reglas de Juzgado. ¿Pero cómo sabes eso? —confesó totalmente confundido, mientras que secretamente con las manos detrás de su espalda preparaba una ejecución hecha de savia negra.
—Por qué yo, soy esa Alma que tú traicionaste —develó resentido.
Develación que dejó perplejo al boquiabierto joven, recordando al primer aprendiz que tuvo; algunos dirían que casi como un hijo, o como un sobrino.
—¡¿LUIS?! —Con los ojos abiertos pronunció el nombre del disparador, sin creer lo que sus ojos veían.
—¡MI NOMBRE ES LUÍS! —declaró fuertemente corrigiendo la mala pronunciación su nombre, preparando su cañón al girar cierto mecanismo de su arma con su mano izquierda.
Disparando el muchacho de su cañón un rayo de plasma.
Pero el otro muchacho sin pensarlo arrojó un hidrochorro de Savia negra a toda propulsión de sus palmas abiertas. Frenando el rayo potenciado por la ira del disparado de identidad revelada.
Manifestándose una explosión de bruma negra y llamas amarillas. Saliendo de ella los corredores una vez amigos y ahora enemigos, continuando su combate a disparos. Con el Luis/Luís atacando en ráfagas, y el José usando su extraño poder más oscuro que el petróleo para crear barreras que desviaran esos orbes que arrojaba el castaño.
—¡Tramposo, utilizas tu savia negra porque las flamas no pueden bloquear el propio poder de la savia! —criticó mientras seguía disparando el "Luís/Miguel" enfurecido.
—¡¿No lo había pensado?! No quería usar mi poder asimilado, por riesgo de que me descubran o me aloque. ¡Pero no tengo de otra! —Aclaró "Alfa/José" como única opción.
—¡Y encima te inventas ese apodo de José! ¡Sabía que podías mentir! —afirmó sin ninguna prueba por la rabia que tenía en la cabeza.
—¡¿Mentir?! Qué te pasa, si es mi segundo nombre —comentó en contra.
Frenando su carrera el hartado de ojos azules.
—¡Suficiente! ¡A parte de latoso eres un copión de la táctica de usar el segundo nombre como farsa! —Respirando frustrado alzó su cañón—. ¡He venido por tu alma, y hacerte pagar por lo que me hiciste!
Deteniendo su corrida igual el pelinegro, intrigado por la siguiente maniobra de su antiguo amigo. Viendo como el castaño con su cañón disparó tres orbes de plasma roja al aire, manteniéndolas levitando y ardiendo.
—¡Luis, escúchame! ¡Creo que sé por qué no has podido recuperar por ti mismo los recuerdos de tu antigua vida! —En voz alta informaba.
—¡CIERRA LA BOCA! ¡MI NOMBRE ES LUÍS! —ordenó con enfado.
Enseguida el iracundo fijó blanco con su cañón, enviando los orbes levitantes al Ejecutor José.
Queriendo él evitarlos, corriendo a otro lado. Pero los orbes eran teledirigidos a él.
Frenando su carrera entonces el escapista oscuro.
—Lo siento Luis, pero no me dejas opción —Se dijo así mismo en voz baja.
Bajando la cabeza con sus ojos puestos al suelo cubierto por el signo, José alzó sus dos brazos con las manos en forma de agarre; cargadas de Savia negra. Tocando el suelo con ellas, y creando un pantano savialmático de brea. Generando de allí una jungla de sus agujas de oscuridad, que no solo le protegieron de los disparados fijados en él.
También, algunos pequeños riachuelos de petróleo fueron hasta debajo del disparador. Saliendo de los charcos formados agujas afiladas de grosor regular; metiéndole en una especie de licuadora de espinas tamaño gigante.
—¡¿Luis!? —dijo sorprendido al verle saltar por el ataque recibido, con su barra álmica cayendo en picada hasta el 3%.
Levitando entonces el gótico hacia él crítico a perder, aunque tambaleando severamente por su ataque en defensa propia ejecutado.
Cayendo el vengativo al suelo ante todo lo sufrido. Escupiendo su alma azul por el ataque.
—¡Achh... Ask... Ac...! —Escupiendo sin control José.
Y comprobando aquel herido su estado de poder en lo alto, y criticando su propio mal desempeño.
—¡Diablos...! ¡Ni aún con ayuda he podido contra el Ejecutor de la Muerte! Tendré que usar yo mismo el poder de la Savia —juró determinado para su persona.
Llegando el debilitado Ejecutor deformado con un 20% aún en su barra, hasta el rencoroso en el suelo.
—¡Para atrás animal...! ¡He vuelto a perder, pero la próxima no será así...! —testificó ante su adversario no muy lejos que detuvo su caminar por órdenes del rubio.
—Lo siento Luis, pero eres enemigo de Juzgado. Ven conmigo y te lo explicaré todo —hablando con amabilidad caminaba hacia el caído; supuestamente sin escapatoria.
—¡Ya quisieras! —exclamó de pronto apuntando su cañón directo hacia sí mismo—. Odio recurrir a esto, pero qué más da...
En ese entonces un avispado joven de franela negra retrocedió levitando de un salto. Evitando la explosión suicida del disparador.
Para después escuchar nuevamente la notificación auditiva del dirigente de la competición.
—El Competidor Miguel, ha perdido la Ejecución de Almas. —comunicado escuchado tras disiparse la explosión álmica del suicida.
Tras la disipación quedó un joven resentido por el escape desesperado de su amigo, que nunca pensó volver a ver. Hablando en voz baja para él mismo de lo ocurrido.
—¡Tenía que ser...! ¿Cómo se le ocurre irse así? —Frustrado se decía, adjuntando cierta expresión que a veces usaba. Y añadiendo un comentario inusual—. Je, aunque de seguro yo hubiera hecho lo mismo de estar en su lugar.
Con una mueca cruzaba sus brazos, mirando los altos pinos del bosque. Recordando el tiempo en que él y un Recién fallecido rubio tuvieron una aventura, encontrando momentos divertidos; aunque creando una curiosidad en el Ejecutor ahora de distinto aspecto.
—¿Pero por qué se habrá puesto ese apodo Miguel? ¿Acaso tenía un segundo nombre? —Se cuestionaba en voz baja el muchacho de playera negra en su postura pensativa—. Ja, las grandes mentes piensan igual; creo que mis enseñanzas aún siguen en él.
Sonriendo pensaba asombrado con la posibilidad de que la amistad que tuvo con él, aún siguiera en el interior del disparador. Solo debía hacer que ese terco vengador y Cazador de Almas entendiera que no son enemigos.
Hasta que otro aviso dicho por el director de la competición le sacó de su pensar.
—El Competidor Gabi, ha perdido la Ejecución de Almas —avisó nuevamente.
Tras oír el mensaje, aquel distraído recordó que su amigo y jefe no se había presentado. Mirando a todos lados en la búsqueda de su compañero.
—San Gabriel fue derrotado —dijo confundido sin poder creerlo—. El otro competidor debe ser fuerte para poder vencer a un arcángel así de fácil; aunque esté débil por usar los Medios EX y límite su poder por ahora.
Hablaba sin saber que alguien se acercaba por detrás.
—Entonces... Él era el último de los arcángeles... Va a hacer muy difícil que crean que le derroté —conversó un Erick manqueado y zanqueando de una pierna, con un solo ojo y demasiadas cortaduras profundas en todo su cuerpo.
Poniendo al muchacho en pose de batalla con una sola garra negra, pero con ver al último competidor en un deplorable estado y comprobar el indicador en el cielo, bajó la guardia un poco.
—Bueno... Este evento está trucado. No has sentido tu poder cada vez más reducido —explicó en confianza, misteriosamente obtenida por la actitud del herido.
—¿Decís que le gané al arcángel porque la pelea estaba arreglada? —preguntó con una cierta sonrisa sínica.
—Tal vez, ya que él es el arcángel de la dirección y hasta a mí me costaría ganarle ahorita —informó hablando de más—. ¿Vamos a combatir, verdad?
—Jeje... solo me queda un uno por ciento... ¿Qué os parece que tengamos un jueguito? —sugirió con una risita penosa.
Surgiendo la incertidumbre en el gótico, hasta que vio el puño levantado del fornido. Entendiendo ahí el tipo de juego a continuación.
En seguida los dos últimos combatientes de la Ejecución de almas comenzaron su juego de Piedra, Papel o Tijera; cerrando sus ojos mientras golpeaban con el puño el aire para no ver la posible opción a tomar del otro.
Abriendo sus ojos con el sonar del golpe del último puño dado en el aire.
—Vaya, jeje... he perdido —dijo al ver el resultado del juego.
José: —Bueno, este juego solo tiene tres resultados respectivos posibles. Al menos no quedamos en empate, me sucede más de lo que crees; a pesar de tener las mismas posibilidades de sacar... —argumentaba con tecnicismos.
Dejando de hablar al ver la caída desmayada del negro.
—Que grosero —dijo algo ofendido por la despedida de su contrincante.
Destruyéndose el cuerpo del perdedor y desintegrándose tras perder lo que quedaba de barra.
—El competidor Erick, ha perdido La Ejecución de almas —comunicó la voz ecualizada por el campo al desaparecer el sujeto anterior—. El competidor José es el ganador del evento.
Respirando aliviado el chico que deshizo su última garra. Para que luego de dos segundos fuera cubierto por un destello le transportará de allí.
..................................................
Continuará...
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