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Capítulo III (2-2). Máscaras.

En la sección Historial de esa plaza...

El jovencito encapuchado luchaba contra el Ánima que dirigía a los zombis sanguinarios de la muerte, un alma de aspecto adolescente rubio, portando una gran chaqueta roja y un cañón en su brazo derecho (seguramente su herramienta). Pero lo más raro en él era que portaba una máscara (o antifaz) roja.

—¡Ríndete de una vez! ¡No podrás seguir invocando Des-Ánimos para siempre! —dijo enojado Ejecutor contra el Ánima, mientras propinaba mamporros a los esbirros.

—¡Lo haré de ser necesario, Ejecutor de la Muerte! —exclamó con ira el villano hacia el encapuchado.

A pesar de los esclavos que invocaba una presunta Ánima Savialmada, no parecía estar bajo la locura de esa técnica por completo, al menos en su comportamiento. No más por su cañón brazal blanco. Y eso era evidente por como con tanta facilidad el crío de rostro cubierto sometía a sus zombis.

¡Maldición es más poderoso de lo que pensaba! ¿Será que debí haber jurado mi lealtad al Caballero blanco para poder vengarme de este maldito? —Razonaba en la mente ese rubio con notar el poder del individuo bajito, pero muy poderoso—. ¡Nooo, quiero ser yo quien derrote a este niñato, no necesito de la técnica prohibida para hacerlo!

Notando esa lucha mental el peleador de la guadaña, siendo más evidente en la falta de eficacia de los esbirros.

—¿Eres de Nueva Orden, verdad? —Interrogó no muy interesado en su pelea. —¡Aunque es obvio que sí, porque la savia está en ti y que de alguna forma entraste a Paraíso! ¿Cómo le hiciste para entrar, por cierto?

—¡Cállate! —respondió con voz seca.

Respuesta que no escuchó muy bien el gótico burlón.

—¡¿Qué!? —Haciéndose el no oído, pero en verdad no entendió.

—¡¿QUÉ TE CALLES?, TÚ BLOQUEASTE LOS RECUERDOS DE MI VIDA! ¡¡Y TE HARÉ PAGAR POR ESO!! —develó a todo pulmón, soltando su ira contenida.

No obstante, un confundido chico se sacó el gorro, mostrando sus dudas ante el desconocido.

—Yo no puedo hacer eso... —dijo con un ojo entrecerrado con la cabeza inclinada—. ¡Ósea que te uniste a ese grupito únicamente por mí! ¡Tienes problemas sabes, jaja!

Apretando los dientes el rubio en vergüenza por las risas del niño. Cuando una comunicación álmica entrante le hizo dejar de escuchar al mocoso.

Luis, no olvidéis lo que tenéis que hacer para vencerle. A ese crío le fascinan los juegos como las citas de combate. —La voz de una lideresa de la Orden le comunicó al enmascarado nuevas pistas en la mente.

Por supuesto, ella le informaba como sí supiera todo lo que allí pasaba. Porque les vigilaba a lejos en esa misma plaza, solo que múltiples paneles informativos dificultaban a cualquier personal de los buenos verle. Solo podía suponerse que se trataba de un ángel fémina, destacando su gran altura.

Es cierto, ni, aunque invocará mis Des-Ánimos modificados tendría posibilidad de ganarle en un combate. Deberé ser más inteligente —Pensaba comprometido en triunfar.

Mientras que el muchacho dejando de reír se preparaba para salir disparado y embestir al rubio. Hasta qué, una proposición del Ánima le hizo parar.

—¡Oye! Resolvamos esto de otra forma sin una cita de combate. Un juego, si ganas me rendiré y te diré el propósito de esta invasión; y sí yo gano escucharás porque quiero vengarme —propuso serio, alejando a sus esbirros cerca del chico.

Y como era de esperarse, solo la idea de resolver el enfrentamiento de otra forma le llamó la atención al encapuchado, des encapuchándose.

—Interesante. ¿Pero de que se trataría el juego? —Comenzando a levitar en lentitud preguntó en intriga.

—Es sabido que como cualquier savialmado, tienes la capacidad de invocar sirvientes Des, pero he oído que los tuyos lucen una deformación o modificación única. Yo también logré crear ciertas modificaciones; y en eso consiste el juego. ¿Quién tenga los Deses con mejores modificaciones gana y podrá presumir? —Incentivando narraba el reto.

—¿No intentarás atacarme por sorpresa, cierto? Si ganas presumes, si pierdes te rindes. —Asegurándose con cierta sospecha.

—¡Bueno, entonces empezaré yo! —exclamó confiado el organizador de la extraña compentencia.

En seguida el enmascarado con su cañón disparó dos bolas llameantes de savia al suelo de cristal, creando agujeros llenos de la sustancia blanca. De allí emergieron dos Des humanoides adultos tipo Y (Varones), pero además de altos y delgados como los Des-Ánimos, ellos no parecían tan muertos, lucían un aspecto de gárgolas, grandes alas en la espalda hechas de piedra y un casco que cubrían sus ojos (aunque se podían ver que no tenían, con un pequeño esfuerzo). Y para culminar ambos poseían dos cañones de piedra en los ambos brazos.

—¡Admira a mis Des-Camperos! —Les bautizó el enmascarado mientras ellos gritaban.

Examinándoles un levitante chiquillo en su pose de pensar, sin mostrar mucho interés en los rocosos.

—Admito que no me esperaba que un mentecato como tú tuviera la astucia suficiente para invocar Des esbirros únicos, y no se ven tan mal. Pero el nombre es muy vago. ¿Qué significa camperos? —criticando levantaba los hombros. —¿Quieres ver verdaderos Des modificados? Te mostraré Des modificados.

Sonando sus dedos al apretar sus puños, un presumido chico estaba listo para lucirse. Mientras en secreto el enmascarado sonrió en malicia.

De los dedos del chico apuntando al suelo derramaron gotas de la brea negra, o lo que era realmente Savia negra. Y de los charcos de tamaño promedio emergieron unos seres Des, altos cerca de 2 metros como cualquiera de esos seres, pero estos no lucían muertos del todo, con una gabardina negra, gran musculatura, piel pálida, calvos, orejas puntiagudas, colmillos largos, grandes lentes negros y sin nariz. Se mostraron aquellos dos de tipo Y.

—¡Te presento a mis Des-Ferátus! —anunciando a todo pulmón sus esbirros con similitud vampiresa.

Impresionado el rubio con los esbirros del ser que más odiaba.

—Tú ganas —declaró repentinamente—. Odio admitirlo, pero, no puedo competir con esas creaciones. Ven y derrótame, jiji.

Decretando que había perdido así no más sin resistir, levantaba las manos mientras se reía siniestramente. Creando sospechas en el chico. Que para no arriesgarse ordenó telepáticamente a sus grandes secuaces que fueran a encargarse del adolescente inmediatamente.

En seguida levitando fueron los tanques humanos a capturarle. Pero de repente...

Un poderoso fino rayo blanco atravesó el pecho del invocador gótico.

—¡AHH! —gritó cayendo al suelo de inmediato.

Riendo nefasto el güero de rojo.

Mientras a lo lejos una segunda al mando de la orden enemiga bajaba su ante brazo savialmado, demostrando que ella fue la responsable de ese ataque. Retirándose lentamente, porque ya había hecho su parte.

El muy herido chico vomitaba savia negra de la boca, intentando levantarse con sus manos contra el suelo de cristal irrompible. Desafortunadamente sufría las consecuencias de invocar Des, recordando allí un consejo que le había dado otro arcángel hace mucho tiempo "Sois vulnerable mientras mantengáis Des invocados, así que procura evitar cualquier ataque durante ese momento o caerás expuesto".

Sin darse cuenta que un malévolo personaje se acercaba en carcajadas, junto a sus dos creaciones de granito.

—¡Guía jajá!,¿Realmente pensasteis que no sufriríais si yo no te atacaba? —Llegando lo miraba con una sonrisa de victoria caminaba junto al caído, con las Des-Gárgolas a su lado. —¡¡Finalmente es hora de mi venganza!! ¡¡Alfa, el Ejecutor de la Muerte!!

Ejecutor ahora estaba a merced de la furia de los secuaces del enmascarado que buscaba venganza y que les ordenó atacar. Sin embargo, había algo en ese disparador que le parecía familiar, pero esa condenada mascarita que traía le confundía.

Los Des-Camperos fijaban su cañón contra el chiquillo a punto de disparar.

Pero de sorpresa...

El mismísimo Juez del sector invadido cayó de las alturas del cielo de luz blanca pura, cayendo sobre la espalda del invasor e invocador del ejército. Atacándole en frenesí con sus discos siendo utilizados como sierras.

En ese entonces todo el Des ejército gritó en detención, por el efecto contraproducente de "Invocador atacado, Deses descartados". Desintegrándose todos ellos al instante, terminando con la invasión.

Y recobrando sus fuerzas un jovencito de nombre Alfa se levantaba. Viendo más detenidamente al invasor a manos del Juez, y cuando ese güero perdió su máscara, siendo rebanada por un tajo de uno de los discos de su jefe, Alfa pudo notar la cicatriz en el ojo izquierdo de ese invasor, entonces la cara de ese en conjunto a su personalidad le recordó a un antiguo amiguito, que esperaba nunca saber más.

—¡Gabriel...! ¡Auch...! ¡Espérate ahí... quiero preguntarle algo a ese Savialmado! —dijo el muchacho en su caminata manqueada hacia ellos.

Y aunque le vino extraño, el amigo de mejillas marcadas en zigzag dejó su ataque, mientras el rubio bajo suyo vomitaba savia blanca descontroladamente. Pero no sin antes enterrarle su bota en la herida, y así evitar que comenzará a recuperarse.

—Dime algo... ¿Ya nos habíamos visto antes? —intrigado veía el rostro del Ánima mientras hablaba y se acercaba a ellos.

Mirándole entonces un ser con odio en toda su cara.

—¡Arg...! ¡Bien, así sabrás el nombre del ser a quien le robaste su identidad...! ¡Yo soy el cazador de la Ánimas de Nueva orden, y mi nombre es...! —A punto de declarase, hasta ser interrumpido

Puesto que antes que dijera la primera letra, un signo existencial verde se hizo presente en el aire a un lado de ellos. Saliendo de ese portal dos encapuchados de gris, con el símbolo de Nueva Orden dibujado en un pecho, guiados por una aparente mujer de deformación similar a los Supervisores; pero esta destacaba sus ojos vacíos con una cruz en la cara, aureola sobre su cabeza y además de que poseían dos guantes largos ajustados y toda su piel parecía estar hecha de porcelana fina.

Atacando los tres nuevos enemigos al dúo monocromático y alejándolos del rubio, la mujer de porcelana fue en contra del joven blanco y los otros dos al joven negro.

—No lo creo. —Con sus ojos aurales de cristal dijo la fémina, que se preparaba a pelear.

—¡¿Quién sois vos!? —preguntó el Juez sin tiempo de ponerse en guardia.

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Mientras...

—¡Por fin nos encontramos de nuevo, Alfa! —dijo el primer sujeto encapuchado; un varón.

—¡Y esta vez vengaremos a nuestra hermana, que habéis extinguido cruelmente! —Furiosa le encaró la segunda encapuchada al ejecutor derribado; siendo evidente por su voz y su figura que era una fémina.

—¡¿QUÉ YO QUÉ...!? —gritó tanto fúrico como confundido.

En ese momento los encapuchados se sacaron su gorro para develar su identidad ante el mocoso que les atacó hace mucho tiempo.

—¡¡¿SEISHIN, YUREI?!! —gritó sin poder creer que volvía a ver a esos dos hermanos de la región Asial.

Comenzando los gemelos a atacar al joven infante en venganza. Pero volviendo con la mujer de vidrio, y el disparador con su cañón averiado que cubría.

—Luis, ¿habéis conseguido la información Des original, el Mapamundi y de la Savialma en su Manifestación 3? —preguntó en reojo al rubio la fémina de cristal.

Asintiendo ese rojo, sin decir nada porque aún se encontraba debilitado. Escuchando esa información el Juez en lado contrario.

—¿Con que para eso ha sido todo esto? ¿Quién sois vos? —Le preguntó a la dama de porcelana cuando entendió todo.

—Primero que nada; de ahora en adelante me han de conocer como Supervisora—presentándose la villana en toda su gloria—. Y segundo, Nueva Orden se ha fundado con un solo objetivo, acabar con la orden existencial de este Juzgado, jeje.

Con aquella duda aclarada el firme arcángel invocó sus dos herramientas, listo para el combate.

—¡No dejaré que vosotros hagáis eso! —Frunciendo la vista observaba directamente a la autoproclamada.

—¿Y con él será igual? —Señalando con su dedo enguantado al gótico detrás del arcángel. —¡SEISHIN ES TIEMPO, LO QUE PLANEAMOS!

Y con esa notificación el Asial de capa gris se alejó de su hermana, para ir enfrentar él solo al gótico.

—¡Vamos Alfa, estoy listo para pelear! —gritó determinado el varón Ánima.

Llamando la atención del molesto personaje de ese nombre.

—¡No seas embustero! ¡Solo me atacaras de lejos para evitar iniciar la cita combate, como lo hacía tu hermana! —asumió un fastidiado jovencito.

—¡Sabes qué, os revelaré algo! —opinó moviendo las cejas.

Volteando la vista un momento para asegurarse que su hermana se había alejado y no podía escuchar lo que iba a decir.

—¡He estado pendiente de ti y de ella! ¡Y estoy agradecido que la hayáis convertido de cachorra a perra, pero ya es momento que me la devuelvas! —habló con mucha seguridad.

Comenzando a sospechar el jovencito, mientras la savia negra empezaba a salir de sus puños.

—¿A quién te refieres con tu Perra? —preguntó con ira contenida.

—Tú sabes de quien hablo. Me refiero a mi otra hermana, la que tú me habéis usurpado y engañaste; hablo de tu queridísima... —A punto de revelar la identidad de la chica del chico.

Pero antes de que pudiera terminar de hablar, el jovencito consumido por su miedo, nervios y odio ante esa Ánima que podría robarle a la chica que más quería en su existencia reaccionó con una expulsión exponencial de Savialma negra por todo el campo. Emergiendo de los charcos sus estalactitas o esquirlas afiladas, "Las Agujas de oscuridad".

—¡¿ALFA?! —Le llamó en preocupación al ver que utilizaba salvajemente su desmesurado poder.

Mientras cerca del peliblanco, la malvada Supervisora disfrutaba como ese arcángel que odiaba se preocupaba por su amigo, con una pequeñísima sonrisa fría. Reuniéndose detrás de ella sus gemelos de capa gris, junto a un desenmascarado que yacía medio levantado en el piso.

—Je, me parece que tenéis que haceros cargo de vuestro crío ahora, o podría sucumbir ante la savia, ¡Guía jajá! —alardeó en pequeñas carcajadas ante su enemigo de deformación parecido.

Y con un chasquido de la mano derecha alzada la villana de cerámica invocó un signo existencial verde a espaldas de ella con su grupito de tres reunido a su espalda. Desapareciendo ellos al ser envueltos por el fulgor del portal, desintegrándose ello al segundo transcurrido.

Analizando su escape el jefe de esas instalaciones.

—¡¿Ha utilizado un Signo existencial?! ¡¿Ya sabía que habían sido responsables de las fallas del sistema, pero nunca imaginé que tuvieran cierto dominio sobre él?! —Teorizaba en voz baja sorprendido de lo que había visto.

Recordando entonces por el grito de furia de su amigo y hermano, lo que pasaba y debía detenerlo.

El poder del Ejecutor de la Muerte se demostraba con filosas y peligrosas agujas de oscuridad saliendo de los charcos por todas partes, y no solo eso, de los charcos también surgían sus esbirros Des, los Des-Ferátus. Pero a diferencia de las agujas que salían y permanecían estoicas, los secuaces vampiros gigantes si tenían un objetivo fijado, pero el miedo e ira de su pequeño invocador solo les informaba ir contra toda alma a los alrededores. Saltando ellos entonces contra los Ángeles y Técnicos que se encontraban.

—¡¡EJECUTOR, PARAD SE HAN ESCAPADO!! ¡¡¡YA NO HAY ENEMIGOS!!! —gritaba preocupado por sus agentes preocupados.

Desgraciadamente el chico que comenzaba a llorar savia de sus ojos y con múltiples rajaduras empezándose a notar en su cuerpo, hizo caso omiso.

Y viendo que él no respondía y menos mostraba signos de parar. El Juez del Juzgado Europal con dos chasquidos invocó un misterioso nuevo signo de color blanco de tamaño pequeño.

Saliendo del mini portal una estaca álmica fina, manchada de una sustancia verde en la punta. Tomando posición de lanzada, teniendo fijado al pequeño. Arrojándolo a una velocidad que muy pocos podrían igualar.

Enterrándose en el centro del pecho del chico. Que al principio no hizo más que poner al muchacho encorvado por el impacto, pero al rato hizo efecto la sustancia lima en él. Gritando un pequeñín de súbito sufrimiento por el ataque replicante hacia un vampiro.

Gritando también todos los Des-Ferátus que había invocado hasta ahora, desintegrándose todos ellos junto al sin fin de agujas y charcos de savia que les acompañaban. Cayendo el dirigente de todos ellos al terreno de cristal pulido.

Y con el caos evitado un Santo firme se dirigió en vuelo a comprobar el estado del individuo de tamaño chiquito pero poderoso.

—¿Ay...? ¿Qué me paso? —preguntaba mientras se recuperaba.

—¿Savialmasteis un caos, que no veis? —contestó regañándole, y señalando a sus alrededores llenos de caos—. Ay que mala frase dije.

Moviendo la mirada el chico con cabos sin resolver, comprobando que se dejó llevar por sus emociones y la Savialma en su interior se manifestó en base de su mente conflictiva, creando desastres para evitar que otro más grande ocurriera. Atacando compañeros, destruyendo paneles informativos y demás.

—Ay caramba... ¿Creo que no pensé bien las cosas? —dijo tras ver su obra provocada.

—¡No me digas...! Por fortuna seguís siendo muy afectado al Verosén —comentaba molesto por los daños.

Y jalando su dedo índice hacia atrás, fijado en la estaca, extrajo telepáticamente la estaca del jovencito. Y al tenerla cerca, un Supervisor llegó y se la llevó con sumo cuidado; no sin antes que su jefe le agradeciera con un "Os agradezco". Para después ayudar al responsable de los cometidos a ponerse de pie.

—¿Ahora me dirás la razón de vuestro desenfreno? Se supone que ya nada os hace expresar emociones como un Vivo —pidió serio.

Sorpresivamente el chico indispuesto le dio la espalda para dar pasos apurados.

—Lo hablamos luego Gabriel, primero tengo que hablar con mi técnica —dijo irrespetuosamente sin querer.

Enfadando al arcángel.

—¡EJECUTOR DE LA MUERTE, ALFA VARGAS! —gritó bruscamente ante el desacato.

Dando la vuelta un cabizbajo de nombre revelado.

—Ya te dije que no me digas así, si quiero que otras regiones no me comparen con el Ejecutor de la Defunción debo comprometerme y ser "Ejecutor". —Con cierta sinceridad habló ante su jefe.

Suspirando entonces un Juez lamentando haberle gritado así, conociéndole desde que era un Recién fallecido. Sabiendo muy bien que su mejor amigo se comprometía con las cosas con mucha seriedad, pero respecto a las emociones era tan distraído como un crío.

—Aww, mirad Alfa. Sois mi mejor amigo, el último de los hermanos que me queda y como tú amigo quiero ayudaros con vuestros problemas. Pero como tú jefe; también debo saber si os encontraos en plenas condiciones —habló sincero.

Suspirando ahora el chico más nato.

—Aww... los dos ayudantes de esa Ánima misteriosa que enfrentaste, resultaron ser los gemelos Yamirami. Y él patán canoso de antes amenazó con llevarse a Oscuria —confesó su pesar, mientras se encapuchaba; ocultando sus ojos rojos.

Cruzando los brazos el pensativo amigo y jefe, no teniendo más opciones que declarar.

—Y yo que pensaba en que ambos nos reuniéramos con los demás Jueces para discutir nuestro problema con la orden esa. Pero como resulta que mi sobrina puede estar involucrada, podéis ir hablar con ella mientras; ella debería estar en el Centro de comunicaciones S.Y.T. —Dando una mirada de perfil otorgó permisos.

—¡Muchas gracias Gabi, iré a tu oficina cuando terminé de hablar con Sekai, Jiko...! O como sea el nombre clave que tenga ahora. —Muy animado y agradecido habló antes de desaparecer teleportado.

Sonriendo levemente su amigo que se quedó de perfil y cruzando sus brazos. Pensando las pocas veces que solía ver a su colega con esa actitud, y que ese apodo "Gabi" podría servirle para una supuesta futura misión.

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Aviso de último minuto:

Un Ánima ha entrado e invadido a Paraíso del Juzgado Europal, trayendo consigo a un Des-Ejército (En modificación Des-Ánimo), por fortuna el invocador, un rubio enmascarado de Nueva Orden, ha sido derrotado justo a tiempo; logrando que los Des se desintegraran. Lamentablemente escapó junto a un trío misterioso de Ánimas, aliadas también a la entidad enemiga.

Se ha descubierto que han usurpado algunos paneles de la Plaza archival, por razones desconocidas. Por ahora es crucial hallar al Enmascarado.

¡Esta información debe ser sabida por toda alma de la entidad, sin importar su puesto cargo! (Supervisores, Aprendices, Practicantes, Técnicos, Fiscales y demás rangos de Juzgado).

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Paraíso Europal, Centro de comunicaciones S.Y.T (Supervisores y Técnicos). Momentos después...

A toda prisa un encapuchado levitante, armado con su herramienta en ambas manos, entró a esa gran oficina desordenada por tremendo pleito. Supuestamente abandonada por la pelea, salvo por una chica de aparentes quince años con prendas oscuras; dando un salto de susto por la bienvenida de un alma con instintos de lucha.

—¡¿OSCURIA?! —gritó alertado y preocupado el muchacho entrando por las puertas elevadizas, equipado con su herramienta en manos.

—¡Dios...! Sabes, entrar a loco con semejante cuchillo mataría a cualquiera de un susto; sí aún estuviera con vida, claro —comentó con la mano en su pecho, respirando exaltada.

Suspirando ahora aliviado el jovencito con su mano en su pecho. Deshaciendo su guadaña al soltarla, y acercándose a la quinceañera recogiendo un desastre; pero corriendo en vez de levitar.

—¡Fiu...! Es un alivio que estés bien Oscuria; digo Técnica de Ejecutor, Sekai. —Se auto corrigió él mismo, incómodo.

Estando él frente a ella, en clara diferencia de tamaño (ella de 15 y el de 13).

—Bueno ahorita mismo soy Oscuria, ya que han paralizado el centro mientras terminan los mantenimientos. Además, no tienes nada que temer había, muchísimos agentes durante el atentado. —Despreocupada aquella gótica sonreía.

Soltando su gorro el preocupado menor, relacionado muy fuerte con ella se acercó.

—Oscuria, no hablo sobre esos Deses esperpentos. Una entidad formada por las 8 Ánimas más buscadas quiere acabar con Juzgado, y me temo que yo soy una de sus principales causas, y lo peor; en ciertas formas, de las que en parte soy responsable, has sido involucrada. —Con la mirada baja hablaba con la chica frente suya.

Sintiendo su preocupación la muchacha blanca de ojos azules, dejando su sentido del humor a un lado. Comenzó hablar de forma entristecida

—Guau... de verdad estás preocupado por mí, sniff... —Moqueando sorpresivamente la agente fuera de servicio.

Dándose cuenta un sorprendido de atuendo a la par.

—Pensé... qué estarías enojado conmigo. Sniff... —Sonreía alegre la muchacha, llorando unas gotas azules de sus ojos.

—¿De qué hablas? Eres la chica que más quiero de las tres existencias —aclaró determinado el chico de negro.

Sorprendiéndose él cuando ella se agachó rápidamente y le dio un fuerte abrazo con mucho cariño. Comparando más o menos la altura de ella con los ojos cerrados y él perplejo.

—Oscuria... aquí no. Nos pueden ver y eso no serviría para tu imagen profesional —nervioso le decía a ella sin poder hacer nada.

Pero a pesar de sus advertencias la joven quería que ese momento durará lo más posible.

—Qué importa... qué más da que todos sepan que soy tu... —Feliz y con los ojos cerrado hablaba.

Cuando una repentina bienvenida llegó, un Supervisor peli castaño haciendo su trabajo.

—Sekai habéis conseguido ya los paneles informativos sobre las Ánimas más buscadas. Sé que estamos fuera de turno, pero mi jefa les solicita de inmediato. —Pidió entrando como si nada.

Y eso pasaba con la Técnica y el Ejecutor, nada. Porque sin saberlo, ellos dejaron su enternecedor momento antes que él los viese, quedando a una distancia ligera; como si estuviesen en una entrevista.

—Por supuesto Diego, los dejé en el escritorio —Indicó ella con cierta prisa al agente de cabello marrón.

Sacándose una gota de sudor álmico del cuello la pareja en conjunto de aspecto similar, a espaldas del agente.

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FIN DEL CAPÍTULO

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