Capítulo 1
─ Te apuesto una hamburguesa de Jean's a que no lo hace. – dice Iván mientras se miraba en el retrovisor del auto.
─ Cállate, lo hará. – responde Will a la par que se sacaba la goma de mascar de la boca y la tiraba por la ventana.
─ No lo sé, nos ha dicho que no le gustan ese tipo de cosas.
─ Por dios Iván, nos baila desnuda y nos complace a los dos al mismo tiempo, esta mujer es especial.
─ Si, no niego eso, pero... No creo que acceda a jugar con eso.
Cállate, llevamos semanas trabajando esto, lo hará. − Will estira su brazo izquierdo y mira su reloj. − Será mejor que vayamos con ella.
Will e Ivan salen del auto donde se encontraban y caminan entre un camino de piedras rodeado de pasto hasta la puerta de Annell, una vez ahí tocan la puerta y esperan hasta que la abren.
─ Hola chicos. – dice Marie Miller, o como muchos la conocían: "La Sra. Miller". – Adelante, hace calor afuera – exclama mientras los invita a pasar. – Esta arriba, me dijo que vendrían así que les prepare jugo, ¿Gustan? – preguntó mientras esbozaba una gran sonrisa de su rostro.
─ Claro, muchas gracias – dicen los dos jóvenes mientras caminan hacia la sala, donde toman asiento y esperan a que la madre de Annell regrese.
Los dos eran chicos sumamente ordinarios, se podría decir que la dupla ya gastada de los chicos guapos; deportistas, carismáticos, con buen físico y un futuro prometedor (En el deporte). El sueño de cada adolescente norte americano.
─ Es una linda casa. – afirma Will.
─ Lo es, casi tanto como la chica de arriba. – responde Iván.
─ Te trae jodido, ¿Verdad? – dice Will mientras se levanta y observa con detenimiento las pinturas colgadas en las paredes de la casa.
─ Un poco, aunque hay ciertas imágenes en mi cabeza que no puedo ignorar... Sabes a que me refiero.
─ Es muy buena con la boca. – le responde Will mientras sonríe y con su lengua empuja desde adentro su mejilla. Los dos ríen juntos.
─ ¿Te imaginas que su madre nos escuchara? – pregunta Iván con un tono ingenuo antes de ser interrumpido por Will.
Will se voltea y le avienta una mirada penetrante.
─ Lo cual no pasara..., nunca jamás. – dice Iván mientras saca su teléfono celular.
─ ¿Qué estás haciendo?
─ Revisare mis mensajes.
− ¿Y crees que es buena idea revisar tus mensajes en este momento? – dice Will comienza a caminar lentamente hacia él.
− ¿Por qué no? – responde sin siquiera mirar a Will.
─ Porque estamos en casa ajena, maldito asno mal educado.
Ivan lo voltea a ver y consecuentemente baja la mirada y guarda su celular mientras que la señora Miller regresa con una pequeña jarra de vidrio y un par de vasos con hielo.
─ Siéntanse libres de servirse. – les dice carismática.
─ Muchas gracias señora. – le responde Iván mientras sirve jugo en aquellos vasos, le da uno a Will y este lo toma con cierta delicadeza.
─ Se ven muy rudos tomando jugo de naranja por la mañana. - dice una voz a lo lejos, por lo que ambos voltean, era Annell, venia bajando las escaleras y traía puesto unos jeans recortados y sumamente ajustados junto con una blusa de tirantes color roja; ella era una chica hermosa, con una gran sonrisa y un carisma inigualable, demasiado delgada en opinión de la mayoría.
─ Hola Ann. – le dice Will mientras camina hacia ella y abre los brazos.
─ Hola Will. – responde ella mientras lo abrazaba fuertemente. – Hola Iván – dice mientras se separa lentamente de Will y se acerca a Ivan.
─ Te ves hermosa. – le responde.
─ Lo sé. – afirma ella mientras le da un beso en la mejilla. – ¿Nos vamos ya?
─ Claro. – dice Will mientras con la cabeza le indica a Ivan que camine con él. Los dos se aproximan a la cocina y se despiden de la señora Miller con mucha educación, esta los acompaña a la puerta y sonríe mientras agita su mano despidiéndose de los tres, quienes se suben al auto.
─ ¿A dónde iremos hoy? – pregunta Ann mientras se subía a la parte trasera del auto.
─ Bueno... Teníamos planeado fumar un poco en mi casa. – responde Will.
─ Vale, vamos. – finaliza mientras se recarga en el asiento y mira el cielo azul a través del vidrio trasero, sonríe y cierra los ojos. Will prende el estéreo de su auto y sintoniza la radio; suena una voz juvenil grave y con cierto acento sureño con palabras que inundan toda la cabina del auto.
Es una tarde calurosa en la ciudad de Merisnud. El clima es perfecto para visitar la playa o como mínimo poner a llenar tu pequeña alberca de plástico en tu casa...
─ Detesto a ese tipo. – menciona Annell con cierto tono molesto mientras se continuaba escuchando aquella grave voz en la radio. – Realmente se cree la gran cosa, digo, tiene una gran voz, pero no por eso tiene que ser tan egocéntrico.
─ Lo sabemos, lo dices todo el tiempo. – dice Iván en un tono burlón.
─ ¿Y entonces por qué lo ponen siempre?
─ Para que intentes apagarlo. – dice Will mientras le sonríe por el espejo del retrovisor. Esta le devuelve la sonrisa y se inclina para la parte delantera del auto, poniéndose entre los dos chicos que iban ahí.
─ Ya vine, ¿La apagaran? – pregunta Ann con un tono de atrevimiento lanzado al aire.
─ Demonios, no puedo esperar a llegar a la casa. – dice Iván mientras se recarga en el respaldo del asiento y cierra los ojos con la esperanza de cuando los abriera ya estuvieran allí.
... Qué bueno, en caso de no tener ni alberca ni alguna playa cerca, mi puerta está abierta para todas las chicas que gusten llegar, recuerden mi nombre; yo soy Magno y están escuchando la mejor estación que pueden encontrar en esta no tan pequeña ciudad...
-
El departamento de Will era un lugar pequeño y algo oscuro debido a las gruesas cortinas que cubrían las ventanas. Desde muy joven él era una persona sumamente limpia y ordenada, metódico hasta cierto punto. Todo el lugar constaba de un baño, una pequeña sala/cocina la cual estaba separada por una barra la cual normalmente ocupaba para comer y una recamara lo suficientemente grande para meter en ella un colchón "King Side".
Will e Iván mantenían perfiles bajos si de sus adicciones y pasatiempos se trataba; buscaban chicas (Normalmente muy delgadas y de estatura media) para complacer sus más profundos deseos sexuales. A decir verdad, se podría decir que eran una leyenda si de conquistas y convencimiento se trataba; jóvenes hábiles.
Por otro lado, se encontraba su extraña afición a las invocaciones demoniacas y ritos ocultistas. Prácticamente nadie sabía de esto, lo practicaban desde hace algunos meses y desde entonces todo les resultaba mejor, inclusive sus conquistas sexuales. Aunque después de todo: Eran simples aficionados.
Una vez dentro del departamento prendieron un poco de hierba, normalmente era para agudizar ciertos sentidos que los hacía sentir más. A pesar del calor que hacía en la ciudad, en todo el departamento no se abría ninguna ventana, se abastecían con ventiladores de techo los cuales refrescaban un poco el ambiente.
─ ¿Tienen alguna idea en especial? – pregunta Ann mientras se amarraba el cabello con una liga.
─ Algunas. – responde Will con una siniestra sonrisa mientras caminaba a su recamara.
Annell e Iván se quedan en la sala esperando al regreso de Will, los dos sentados en el largo sofá de cuero que se encontraba ahí.
─ ¿Sabes cuál es la sorpresa de hoy? – cuestiona Annell a Iván mientras le ponía su mano sobre su pierna y la subía poco a poco hasta llegar a su bragueta.
─ No sé si te agrade mucho. – responde en un tono desanimado.
─ Bueno, ya veremos. – dice mientras se levanta y se quita la blusa, dejando solo su sostén cubriendo sus pechos.
El rechinido del ventilador ahogaba la sala y el silencio por un momento se volvió abrazador; los dos individuos sudaban mientras Iván se comenzaba a mostrar preocupado sobre aquello que le tenían preparado a Annell, no demora mucho para levantarse y acercarse a su oído.
─ Escúchame Ann, creo que deberías irte – le susurra.
─ ¿De qué estás hablando? Acabamos de llegar. – responde mientras se voltea extrañada a mirarlo.
─ Esto no es nada de lo que tú piensas, me caes bien y no quiero involucrarte en esto, pero si Will sale de esa habitación no podré ayudarte.
─ Me estas asustando. – dice mientras se abre la recamara de Will y este sale con un pentagrama dibujado con plumones en su pecho. – ¿Que mierda es eso? – pregunta Ann mientras da un par de pasos hacia atrás.
─ Te presentaremos ante "Him", es una iniciación. – responde Will con cierta plenitud en sus palabras.
─ ¿A esto te referías? – le pregunta Annell a Ivan, el asiente con la cabeza. ─ Estas loco, los dos lo están, saben que no me agradan estas cosas. – dice con voz entrecortada.
─ Leímos en internet que si éramos tres durante los rituales el pacto sería más fuerte, tenemos que mantener relaciones sexuales frente a él para cerrar el vínculo – dice Iván mientras se pone frente a la puerta. – Quise evitar esto, pero te propongo algo: Te platicamos de que se trata esto, nos escuchas y después decides que harás. – dice mientras pone seguro a la puerta y la empuja levemente para llevarla a la recamara.
─ No, no. No hare esto, no me gusta, me quiero ir. – Responde ya un poco desesperada mientras agitaba los brazos y forcejeaba para librarse.
─ No dije que tenías otra opción. – dice Iván con cierta frialdad en sus palabras mientras la empuja con una mano y con la otra le tapa la boca, Will se hace a un lado para abrirle camino a Iván el cual se adentra en aquella habitación.
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