Capítulo 5
─ Saldrás mañana durante el mediodía. ─ le dice el doctor Molina a Anell mientras se levanta de la silla que se encontraba junto a la camilla de ella. ─ Se ha intentado mantener en secreto tu estancia aquí, pero bueno, no está de más saber que los rumores se correrán, serás escoltada junto con tus padres hasta tu hogar. ─ menciona mientras le quita el suero que tenía inyectado por ultra venosa y pone la aguja alrededor de donde este colgaba.
─ Solo mi madre. ─ responde Anell.
─ ¿Perdón? ─ pregunta el doctor.
─ Solo mi madre vendrá, mi padre... Él no puede.
El doctor molina la mira un momento y frunce el ceño, da media vuelta y camina hacia la puerta.
─ Mis amigos saben que estoy aquí. ─ afirma Anell. ─ Ellos vendrán a verme esta tarde, ¿No hay problema?
─ Eres la paciente estrella, Anell Miller. ¿Por qué habría de existir un problema?
El doctor Molina sale de la habitación y cierra esta, no pasa mucho tiempo antes de que su madre entrara a la habitación.
─ Hice lo que pude, hija. ─ le dice mientras camina hacia ella con su bolso entre brazos y cierta cara de preocupación. ─ Tuve que caminar un par de calles, el centro es un caos, estuve a punto de rendirme, pero aquí están. ─ la señora Miller saca un par de bolsas de M&M's y se los mete por debajo de las sabanas de su camilla mientras le da un beso en la frente y An ríe.
─ No es ningún delito mama. ─ le responde An entre risas a su madre mientras esta miraba fijamente la puerta esperando la llegada de una enfermera que la sacaría de la habitación por contrabandear dulces a los pacientes.
─ Pero no está permitido, tienes que aprender a seguir las reglas, siempre tienen un por qué.
─ Solo es chocolate mama, tranquila. ─ Anell ríe un poco más fuerte y esta vez se queja por su dolor abdominal, para de reír y abre una bolsita de las que le trajo su madre.
─ Solo espero que no se te haga una obsesión comerlos durante... Esta etapa.
─ No hay ninguna etapa mama, solo un accidente. ─ responde mientras se metía a la boca un par de chocolates.
─ Hija... Tienes que declarar ante el juez si queremos que la demanda proceda. ─ le dice su madre mientras se sienta junto a ella.
─ No hay nada que decir, le dije todo a los policías ya.
─ Hija, sigo sin explicarme por qué andabas sola si habías salido con esos chicos.
─ Ya te lo dije, ellos fueron a traer comida mientras yo me quedé en el departamento, salí a la tienda y ahí fue cuando aquel hombre me tomo a la fuerza.
─ Me niego a creerlo hija. ─ le responde su madre con cierto tono molesto. ─ No creo que sea una coincidencia que los dos chicos estén fuera de la ciudad justo en este momento. Son tus amigos, debieron venir a verte o mínimo levantar una denuncia al llegar a su casa y ver que no estabas. ─ refunfuña su madre.
─ Son hombres mama, son estúpidos.
Las dos ríen un poco
─ Está bien, tienes razón en eso. Los dos chicos son deportistas, supongo que salieron de la ciudad por algo relacionado a eso. ─ dice la señora Miller mientras de su bolso saca sus lentes y una revista.
─ Así es mama... Tiene que ser por eso.
-
El dicho dice: "Pueblo chico, infierno grande.", bienvenidos a Merisnud.
Durante aquella tarde decenas de chicos y chicas entraban al hospital, en efecto y casi como una premonición, lo dicho por el doctor Molina se cumpliría; el rumor se corrió. No pasaron más de dos horas para que algunos reporteros inundaran la sala de espera del hospital y admiradores de aquella chica se postraran en la banqueta, afuera del hospital con papeles enormes que le deseaban pronta recuperación.
Al parecer la versión oficial del suceso fue que un vagabundo en la calle intento violarla, consecuencia de ello entro en "shock" y deambulo por las calles entre sectores de la ciudad hasta ser arrollada por un auto, el cual la traería aquí.
En realidad, no dejaron pasar a muchos chicos, los oficiales policiacos llegaron al área y la acordonaron para que solo los autorizados pudiesen entrar, durante el resto de la tarde la vialidad en la calle y el acceso al hospital fue un caos, a varios enfermos y familiares de estos se les dificulto entrar a recibir atención y en algunos casos inclusive a las ambulancias se les interponía la gente buscando entrar a las instalaciones, como si de la mayor estrella pop se tratara.
Para el final de aquel día pudieron entrar únicamente 3 chicos, aquellos especificados personalmente por Anell; Richard, Joshue y Rose.
─ Dime que venimos a ver a Madonna. ─ dice Richard, un chico alto y con un cuerpo casi atlético apoyados con una gran sonrisa.
─ Ni siquiera para ella habría tanta gente afuera. ─ reprocha Rose, la única chica entre esos tres hombres que caminaban por los pasillos del hospital.
─ Joshue piensa que es genial, Joshue se siente importante. ─ dice Joshue, un joven albino de complexión delgada y sumamente alto.
─ ¿Podrías dejar de hablar de ti en tercera persona? No estamos en un libro... ─ dice Richard mientras acelera un poco el paso y camina por delante de los demás. ─ Bueno, esta es la habitación, 13 – 10; bienvenidos.
Richard abre la puerta y la habitación completa se ilumina, Rose activa el interruptor y se mira con Anell, las dos gritan y extienden los brazos para abrazarse la una con la otra.
─ Espera, costillas. ─ le dice Anell mientras su cara cambia drásticamente a una más triste.
─ Mis abrazos no lastiman. ─ responde Rose, quien se acerca con delicadeza a ella y la abraza suavemente. ─ Me alegra que estés bien. ─ Rose se quita y da paso a Joshue, el la ve y le sonríe, la abraza y le da un beso en la mejilla.
─ Por ti dejare de hablar en tercera persona, solo no nos espantes de nuevo. ─ le dice mientras ríe un poco y la abraza.
─ No prometo nada. ─ responde entre risas Anell.
─ No hay cabida para una opción aquí, Anell. ─ le dice Richard mientras hace a Joshue a un lado. – Sabíamos que ese par de idiotas te lastimarían tarde o temprano.
─ Richard...- Dice Anell con tono bajo y los ojos iluminados de ver a aquel chico con cabello largo.
─ Nos asustaste mucho, en serio. ─ le responde Richard mientras se sienta en la silla a lado de la camilla.
─ Lo sé, ni siquiera yo me imagine acabar aquí algún día. ─ responde Anell mientras se recuesta un poco.
─ ¿Que sucedió? Digo, ¿Realmente que sucedió? ─ le pregunta Joshue a An mientras en aquella habitación aquellas risas desaparecen y un silencio incomodo la empapa.
─ Que sucedió... ─ dice An mientras intenta incorporarse un poco y los ve a todos de frente. ─ Sucedió que... Fui violada. ─ Dice An mientras un grito ahogado de Rose se escucha hasta el pasillo, esta comienza a llorar mientras que los chicos se acercan a ella.
─ ¿Fue Iván verdad? Te juro que ese cabron deseara estar muerto. ─ dice Richard mientras se da la vuelta y se tapa la boca. Golpea fuertemente la pared con el puño.
─ An, tu estas... ─ cuestiona Joshue mientras se recarga en la pared y lentamente se sienta en el piso.
─ Si. ─ Responde An, de nuevo todos murmullan; enojados, decepcionados, furiosos.
─ ¿Las autoridades saben esto? ─ pregunta Richard con un tono sumamente serio.
─ No de la manera en la que se lo diré a ustedes. ─ dice An.
─ ¿Qué quieres decir? ─ alega Jhair.
─ ¿Quién te hizo esto? ─ cuestiona Richard.
El silencio inunda la habitación de nuevo y todos se incorporan alrededor de la cama.
─ Fue... ─ An duda en responder como ella quisiera, las palabras no salen de su boca y su saliva automáticamente desaparece.
─ Anell, ¿Quién te hizo esto? ─ pregunta una vez más Richard de una manera insistente.
Los tres eran sus amigos, desde antes que ella ganara todos aquellos concursos, ellos ya eran personas importantes en su vida, no les podía mentir, pero a su vez, al decir la verdad no le creerían, era un arma de doble filo.
─ Fue un...─ Dice An
─ Maldita sea Anell, ¿Quién fue? ─ insiste Richard con un tono de voz furioso.
─ Fue un demonio. ─ responde Anell mientras todos quedan en shock y la habitación, una vez más, queda en silencio.
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