Capítulo 4
Es de noche y al menos en la habitación donde se encontraba An no había mucho ruido; afuera, entre pasillos se escuchaban camillas andando y ciertas voces lejanas las cuales podían pasar como murmullos, en la calle se podían percibir algunos perros ladrando y carros andando, después de todo el hospital se encontraba en el centro de la ciudad; tiene que haber movimiento todo el tiempo.
Dentro de la habitación de aquella chica no había mucho; un suero que colgaba de una base y estaba conectado directamente a su brazo y un pequeño mueble del otro lado de la diminuta cama en el cual había un vaso de agua listo para ser bebido por ella en el momento que quisiera. Fuera de ello había un pequeño locker metálico junto a la puerta y una lampara que colgaba del techo; no era un lugar con muchos lujos.
An se encontraba despierta, pensando en lo que había pasado, no podía concebir la idea de lo que le había acontecido, mucho menos el hecho de que algo fuera de este mundo la había ultrajado, nadie se lo creería. Fuera de eso: Su imagen, ella era probablemente la chica más hermosa de toda la ciudad y había sido violada, más que eso, había sido embarazada; ¿Qué diría la gente si ella abortara a aquel ser que lleva en sus entrañas? Su imagen estaría dañada de por vida, no podría entrar a la universidad y mucho menos podría tener una vida tranquila ahí; los diarios hablarían de ella, el canal local lo informaría y todas aquellas revistas amarillistas se encargarían de difamarla con tal de tener más ventas. Si todo esto se llegase a saber, probablemente en ninguna de las islas del archipiélago podría desarrollarse, tendría que inmigrar a otro país, tal vez a los Estados Unidos o a alguna parte de Europa, el dinero no era ningún problema, su padre tenía un fondo de ahorro universitario muy grande preparado para ella.
Pero, en fin, por el momento lo más esencial para ella era encontrar una manera de resolver aquella situación, tenía un pequeño demonio creciendo dentro de ella (Cosa que nadie sabía), probablemente nadie la juzgaría si se realizara un aborto pronto, pero... ¿Podría haber complicaciones? No todos los días se ven casos como estos, normalmente si existen son narrados por los mismos locos que afirman tener grabaciones de las naves extraterrestres en el área 51, que bueno, reales o no, nadie las toma en serio. Y este sería un caso así.
De pronto un escalofrió interrumpe los pensamientos de An y la deja inmóvil, era igual al que sintió aquella noche, los vellos erizados en su nuca y un incómodo sentir la invadió; su cuerpo estaba inmóvil y ella había comenzado a sudar, y sin poder mover ni un dedo del miedo, se escucha un leve crujido a sus pies.
─ Oh Anell, sí que habrá complicaciones. ─ exclama una voz tan ronca y grave que su simple sonido hacia que los tímpanos de ella rechinaran por dentro. ─ Tantas que "Él Bebe de Rosemary" parecerá una película infantil. ─ finaliza y ríe un poco, no a carcajadas, sino a aquella risa que incita a la burla.
An se intenta mover bruscamente para levantarse, pero sus costillas lo impiden, ella lanza un grito al aire debido al dolor que sentía en el abdomen y automáticamente se recuesta de nuevo mientras comenzaba a llorar.
─ ¿Quién eres tú? ─ sollozo ella.
─ Mi nombre no importa, y quien soy mucho menos. ─ dice aquel ser que se escondía en la oscuridad de las esquinas en la recamara. Su voz se escuchaba proveniente de diferentes direcciones del cuarto, más, sin embargo, An se esforzaba en mantener la vista hacia arriba mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas.
─ Que... ¿Qué quieres de mí? ─ susurro aquella chica postrada en la cama
─ Una pregunta interesante, eso si te lo responderé. ─ responde aquel ser mientras su simple presencia hacia que la recamara se sintiera helada. ─ Veras, An, estoy aquí por tus novios, ellos me... Invocaron, me despertaron de mi casi preciado sueño.
─ ¿Y yo que tengo que ver en todo esto? ─ decía An mientras se mordía la lengua de nuevo para evitar llorar o gritar.
─ Eres reina, princesa y señora de la isla, se supone que debes de saber acerca de modales, así que no me interrumpas, mocosa estúpida. ─ le contesta aquel ser a An. ─ El caso de todo esto es que sus aspiraciones eran banas, querían anotar puntos en los deportes, querían tener chicas, dinero, suerte, sexo. Hasta ahí todo bien, nada complicado de lograr. Ellos sabían que tenían que pagar un precio por todo esto, y eso era muerte; en primer lugar, estaba su alma, ya era mía, pero yo siempre necesito más, no es que me agrade mucho recolectar almas, allá abajo ya hay muchas, pero es mi único trabajo, y la paga es horrible, soy holgazán, pero también me gusta divertirme... Y es aquí donde entras tú.─ finaliza aquel ser mientras se escuchan sus pisadas acercarse a la camilla de An.
─ No entiendo para que me quieres a mí. ─ le responde An.
─ Esos chicos son cobardes, unos fracasados, ninguno de los dos triunfaría por sí solo, ambos fallarían si les encomendara "la tarea".
─ ¿De que tarea hablas?
─ De la que te encargaras tú. ─ ríe un poco.
─ Yo no hace nada por ti.
─ Oh si, lo harás, tu mataras por mí.
─ Yo no matare a nadie por ti.
─ Oh niña estúpida, no lo entiendes, no tienes otra opción, estas atada a mí, en estos momentos tienes un engendro creciendo dentro de ti, y podría decirse que es mi hijo, pero no, solo es una parte de mí. ─ dice aquel ser mientras se escuchan crujidos en la oscuridad.
─ Lo abortare.
─ ¿Lo abortaras? ¡Mierda, pides un asiento junto a satán por tu propia cuenta! ─ aquel ser comienza a reír a carcajadas. ─ No, mi niña estúpida, ¿Crees que es la primera vez que hago algo como esto? Llevo siglos en el juego, me encargo de llevarle al jefe a todo aquel que el tipo en la cruz descuida.
─ Jesús, Dios.
─ ¡No menciones ese nombre, mocosa estúpida! ─ grita enojado aquel ser, de repente el abdomen de An comienza a crujir poco a poco desde adentro y siente como unas uñas gruesas intentan arrancar su piel de adentro hacia afuera. An intenta gritar con fuerza, pero es detenida por aquel oscuro ser el cual se aproxima violentamente hacia ella y con una mano le tapa la boca, mientras que con la otra le aprieta el abdomen. ─ Si lo mencionas de nuevo te matare desde adentro, yo controlo aquello que tienes en el vientre y si quiero puedo hacer que destroce tus órganos lentamente hasta que no hagas otra cosa más que vomitar tanta sangre que te ahogara. ─ la suelta y por segunda vez An ve aquel ser; era diferente a lo que recordaba, este era más alto y con extremidades aún más delgadas, sus huesos parecían ser más grandes de lo que su piel podía soportar, ya que estos la rasgaban haciéndolos ver a simple vista. Su rostro era prácticamente un cráneo con poca piel, mientras que en los ojos y en la nariz tenía un color de piel verdoso, en la mandíbula (la cual era puntiaguda) no había rastro de esta, no tenía mejillas y sus dientes y quijada estaban al aire. De su cabeza caían unos cuantos cabellos largos los cuales no llegaban más lejos de sus orejas. No tenía prenda alguna, estaba completamente desnudo, y de sus piernas colgaba un miembro sumamente grande el cual se movía bruscamente cada que caminaba.
An traga aire y se tapa la boca sorprendida por su aspecto.
─ Te sorprendería saber que soy de lo mejor allá abajo, y créeme cuando te digo que no dudare en matarte, te puedo asegurar que depende de ti irte al infierno desde ahora, o después de una larga y dichosa vida.
─ Estas desquiciado.
─ No, créeme que no lo estoy, simplemente hago mi trabajo más interesante: Obligo a un mortal a asesinar a la gente que necesite, es visceralmente divertido.
─ ¡No le sacare las vísceras a nadie!
─ Oh, si lo harás, creo que valoras la vida de tus padres, y sobre todo la tuya.
─ No los tocaras.
─ No, si haces lo que te ordene.
An se inclina un poco pese al dolor que sentía en su abdomen y mira directamente a los ojos a aquella criatura.
─ ¿Qué quieres que haga?
─ Matar. Mataras a cuantas personas te diga, sin poner peros, ni excusas; pronto te diré los detalles de nuestro convenio, hay algunos pormenores que cuidar, pero son simples normativas.
─ ¿Y cuándo lo haga que pasara?
─ Tu vida será como antes, todos olvidaran que fuiste violada, no habrá escándalos sobre ti y este embarazo quedara en el olvido.
─ ¿Me estás diciendo que será como si nada hubiese pasado? Cero embarazos y demonios.
─ Así es.
─ ¿Y si me niego?
─ Sufrirás una agonía indescriptible, aquel ser que llevas dentro te destruirá completamente de adentro hacia afuera, y cuando haya terminado contigo, ira tras tus padres, no está de más decir que los tres terminaran en el infierno.
El silencio inunda la habitación y después de algunos momentos, An suspira.
─ Tengo que pensarlo. ─ responde intentando salir con vida, al menos por esa noche.
─ Así me gusta, nos veremos de nuevo pronto.
─ Y que pasara si me preguntan si quiero abortar o me realizan estudios.
─ Que realicen los estudios que quieran, todo será común y corriente, pero nada de abortos.
Aquel ser se da media vuelta y se truena los huesos de su espalda, camina hacia la oscura esquina de nuevo mientras sus pezuñas de los pies rayan el piso.
─ Oye... ¿Por qué yo? ─ pregunta An con cierto tono de decepción.
─ Porque tu "Dios" te descuido.
Aquel ser desaparece entre las sombras y deja a An de nuevo sola, en la habitación.
"Visceralmente divertido" pensó An.
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