La soledad era un sentimiento con el cual Tierra nunca termino de familiarizarse, en las etapas tempranas de su vida siempre estuvo acompañado por alguien; sea por un amante olvidado o su amado satélite. Tierra nunca estuvo solo.

Pero ahora lo estaba, abandonado por todos sus cercanos el peso de sus propias acciones cayeron que un meteorito en su conciencia, débil y colapsado mentalmente la parte más oscura de si mismo emergió para atormentarlo.

Burlas y reclamos exclamaron las alucinaciones de aquellos a quienes el lastimo, recalcando su ineptitud y egoísmo. Tierra no sabía que hacer, trato de excusar sus acciones, hacerles entender a ellos el por que de su actuar.

Sin embargo ellos no escucharon, refutando sus argumentos y palabras hundieron más su sobre estimulada mente. Lo que lo destrozó más fueron las palabras de su Luna.

Oh su Luna.

¿Tanto mal le había hecho? El lo sabía, claro que lo sabía. Fingió no ver ni escuchar las preocupaciones de su satélite por miedo, por que en el interior el es débil. Un planeta asustado que ve el día de su muerte aproximándose.

Quizás por eso sus palabras lo afectaron más que las de Venus y Marte, la luna frente a el no decía mentiras. El lo conocía como nadie más, debían ser verdad aquellas crueles palabras así que el simplemente las acepto.

No era nada, un simple planeta rocoso portador de una maldición degenerativa.

Bien podría lanzarse al Sol y ha nadie le importaría, quizás celebren su muerte con una gran fiesta e ovaciones a su estrella.

Todo sería mejor de esa manera. Se convenció a si mismo.

Nada le quedaba en el sistema solar, ni amigos, ni compañía ni amor. Solo momentos de interminable agonía que provocaban sus tan preciados terribolas, esos pequeños seres a los que consideraba su mayor orgullo y su perdición.

Entonces, ¿porque no acabar con todo? El podría hacerlo, era simplemente dirigirse al Sol y ponerle fin a todo.

-”¿Que pensamientos son esos, querido?"-

Tierra se detuvo, esa voz no era la suya ni la de nadie que el conociera. Miro desconcertado a su alrededor, buscando otra alucinación más.

-"No estoy ahí tontito, estoy lejos, muy lejos"-

Ahora eso había asustado a la Tierra, ¿como podría ver que lo estaba buscando si el no estaba aquí?.

-"Porque te veo, te he estado observando por un tiempo"-

_"¿Estas en mi cabeza o algo así?"_ Pregunto la Tierra con nerviosismo. _"¿Puedes leer mis pensamientos?"_

-"Claro que puedo, ¿como estaría hablando contigo cuando no estoy ahí?"-

Tierra se trago el nudo en su garganta ante las implicaciones de esto, esta cosa que hablaba con el tiene que ser producto de su mente. No había mayor explicación.

-"Pero soy real, muy real Tierra."-

-"No lo sabes aún pero algún día me presentaré ante ti, estoy ansioso por conocer a alguien como yo."-

_"¿Como tu? Espera ¿¡Erea un nuevo planeta?!"_ Exclamó la Tierra sorprendido. _" ¿¡Y tienes vida?! ¿Donde estas? ¡Quiero conocerte!"_

La noticia de que un nuevo planeta llegara al sistema solar y que este tuviera vida al igual que el lleno de alivio al angustiado planeta rocoso, por fin alguien, por fin había aparecido lo que tanto espero.

Pero en su emoción no analizó las palabras de aquel ser ni la naturaleza sobre natural de su intercambio.

-"Estoy muy lejos de tu orbita, en el cinturón de Kiuper"-

Esto decepciono a la Tierra, cuando al fin encontraba a un igual la distancia los separaba cruelmente.

-"Pero no debes de angustiar te, algún día nos encontraremos"-

_"¿Como sabre que eres tu?"_ Cuestionó la Tierra.

-"Yo mismo me presentaré formalmente ante ti, no pienses en los detalles de nuestro encuentro. Haré que mi visita sea inolvidable"

_"¿Cual es tu nombre? Sabes el mío pero yo no el tuyo, probablemente lo oíste de algunos de los planetas gaseoso pero tu para mi eres aún desconocido. ¿Como se que no eres parte de mi imaginación?"_ Interrogó, su voz era demandante y pero la vacilación en su tono delato sus verdades emociones.

Tierra estaba asustado, si bien la idea de alguien como el lo emocionaba no podía quitarse la sensación desagradable que sacudía su cuerpo cada vez que la voz sonaba en su cabeza.

-"Mi nombre es Iris y muy pronto tu y yo nos encontraremos, Tierra."-

Un escalofrío recorrió su cuerpo ante el tono casi amenazante de sus palabras.

-"Solos tu y yo"-

No eran una promesa aquellas palabras, si bien sonó tan dulce y meloso se sintió más como una advertencia de lo que avecinaba.

La respiración del planeta rocosos se acelero ante la opresión que sentía en su núcleo, miraba frenético a su alrededor en busca de algo. Cualquier cosa que indicará el paradero de aquel ser que pronto lo visitaría.

Un en un punto oscuro del sistema solar, más allá de las rocas del cinturón de asteroides y el brillo de su estrella sintió que alguien lo miraba.

La voz no volvió a sonar después de esas últimas palabras y la Tierra se encontró buscando de nuevo esa intrusión en su mente, sus pensamientos y soledad lo aterrorizaban más que el desconocido de nombre “Iris".

_"Iris"_ Repito la Tierra, aquel nombre dejaba un sabor amargo en su boca.

Su curiosidad lo llevó a mantener la miraba fija en el punto distante que parecía devorarlo y consumir capa por capa su cuerpo celeste.

Y por un momento, vio un ojo que lo miro de vuelta.