XVII • La verdad y la poesía
Mi querido Felix, la aurora me recuerda a ti,
a esa mañana de mayo cuando llegue a Norv,
e ibas tras tu padre con arco y flecha en manos;
no vayas a decirle a ninguno de los soldados,
pero creo que ese ser que llamas cupido los usó para flecharnos,
pues es lo único que explicaría este alivio instantáneo,
que siento cada vez que te tengo a mi lado.
—¡Princesa Hatise! —el hombre detuvo su caballo al lado de la joven mientras dejaba lo que estaba escribiendo;
—¿Qué sucede?, ¿los rebeldes aún no hallan paz tras tanta guerra?—,
su voz aterciopelada sonaba preocupada;
—No, su alteza, hay noticias de las tierras sureñas,
al parecer encontraron a un dragón con la marca de Athloz—;
la princesa sonrió aliviada,
ansiaba disculparse con su antiguo amigo,
y sobre todo que él y Felix se conocieran.
—¿Dónde está?, ¡quiero verlo!—,
el caballero tuvo un gesto desanimado,
—No, su alteza, disculpeme,
no me expliqué correctamente,
me temo que su querido dragón,
fue visto en el desierto de Dalrán,
ahí donde las almas penan;
los caballeros fueron llamados por un hombre, Sergio,
él dice que está bien, que se perdió en el bosque de su conciencia,
cree que está en Dalrán, la tierra de la poesía,
donde es habitual oírle recitar cada día,
una obra en donde usted nunca se olvida.
Disparador:
7. Has encontrado a esa persona que hace latir tu corazón. Quieres hacerle saber lo que te hace sentir y que mejor manera que escribiendo ese poema que tanto deseas escribirle.
16. El cuento de hadas ha cambiado. Ahora el dragón quiere hablar con la princesa, pero no sabe que decirle después de asustarla, por eso te pide ayuda con un poema.
Palabras: 225
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