T.4.10
El dormitorio del apartamento donde vivían Issei y las chicas estaba a oscuras, las persianas estaban echadas evitando que la luz artificial de Grigory se colase a la habitación en la cual el castaño dormía plácidamente. Aunque plácidamente no significa acompañado: las chicas que vivían con él, ―Raynare, Asia y Adnigkukuda―, se habían levantado hacía una media hora para hacerle el desayuno al nipón. Y es que desde que Issei salió de la enfermería del Estadio ayer por la noche, las chicas le acompañaron al apartamento a través de un círculo mágico y se acostaron los cuatro juntos, pero sin hacer nada debido al extremo cansancio del castaño.
Mientras que el castaño dormía en su habitación, las chicas preparaban el desayuno en la cocina: cuatro tazas de café capuchino, un bol de biscottis o galletas típicas de la Toscana, solar natal de Asia, tortitas de pan ka'a de origen levantino palestino acompañadas de queso y, por último, un bol de carne de vaca troceada para servirla con los panes ka'a. Una vez estuvo el desayuno, Raynare lo sirvió todo en una bandeja y se dirigió con las demás a la habitación donde Issei seguía durmiendo. Abrió la puerta despacio para no despertarle de golpe, mientras que Asia y Adnigkukuda abrían las ventanas y poco a poco subían las persianas.
La luz iba entrando poco a poco en la habitación y mientras que Raynare colocaba la bandeja en la cama, Adnigkukuda entonaba con su dulce y hermosa voz una canción que había escuchado a Raynare tararear mientras cocinaban el desayuno esta mañana.
―Lam'natsei'ach shir mizmor~... ―canturreaba la súcubo en hebreo subiendo las persianas hasta arriba del todo ya para que la luz artificial de Grigory penetrase sin problema alguno en el dormitorio. (Un canto para el Vencedor~...)
Issei sintió incomodidad por la luz que empezó a entrar en la habitación y se intentó incorporar en el cabecero de la cama, pero no pudo hacerlo porque tenía las piernas bloqueadas por algo pesado. Se talló los ojos pesadamente y pudo contemplar el porqué no pudo incorporarse bien: una bandeja llena de comida en sus piernas que había sido colocada suavemente por su novia Raynare la cual estaba recostada a su lado desayunando ya, a la vez que Adnigkukuda y Asia estaban a sus pies haciendo tres cuartos de lo mismo. Issei se sorprendió y sonrió al ver la bella estampa: ¿Quién le diría hace dos años cuando Raynare le reclutó que viviría con tres lindas seres sobrenaturales y que desayunaría con ellas en la cama?
―Arigatō gozaimasu chicas. ―dijo agradecido el castaño llevándose a la boca una tortita ka'a con un poco de carne.
―Come Mušlugalsa, come y repara fuerzas. que ayer luchaste como jabato contra ese Sayf. ―recordó Adnigkukuda dándole un sorbo a su taza de café capuchino animando a su amante castaño a que desayunara.
―Gracias Adnig-san... ―dijo entre bocado y bocado el castaño a la súcubo, la cual sonrió por cómo la había llamado.
Así siguió el desayuno en el apartamento del castaño: Issei y las chicas comían amenamente en la habitación la comida que habían preparado las chicas. En eso estaban cuando Adnigkukuda encendió la televisión que tenía Raynare e Issei en la habitación colgada en una esquina. La súcubo se había aficionado al ver la tele, pues en casi tres siglos de vida nunca había visto una. Veía de todo en ella: reality shows (Gran Hermano pero de Grigory era su favorito), documentales, incluso los noticieros los veía (según ella para estar informada). Cuando se encendió la televisión estaban echando los noticieros de la mañana. La presentadora, una ángel caída de pelo negruzco, ojos verdosos oscuro, labios carmines y generoso busto escondido en un traje azul eléctrico, llamó la atención de Adnigkukuda la cual como si fuera una niña chica exclamó a la pantalla.
―¡Ayeshaaaaa! ¡Ayeshaaaaa! ― exclamaba la hija de Namtaga como una fangirl enloquecida.
―¿Ayesha? ―preguntó desencajado el castaño a Adnigkukuda quien no le hizo ni caso a su novio.
―Sofía bat Hasan, una buscavidas que un día te hace una película de bajo presupuesto y al otro te participa en un reality show de esos. ―explicó la ángel caída de ojos amatista al castaño. ―Ayesha es su "nombre artístico" al parecer. ―pronunció enfurruñada el nombre artístico de la presentadora.
―¡Silencio, que no me entero de lo que está diciendo! ―se quejó la súcubo de piel violácea a la ángel caída, la cual rodó los ojos molesta. Será una súcubo, pero a veces se comporta como una cría, pensaba la de ojos amatista de su compañera de piso.
―Y en otro orden de cosas, ayer acabó el Torneo de Entrenamiento organizado por Azazel y que ustedes pudieron ver en este canal mismo. El mismo acabó con el equipo de los exorcistas humanos encajando el mayor número de derrotas, dos, y con el del portador de Draig Goch con más victorias, dos también. ―informó la presentadora mostrando una tabla con el número de victorias y derrotas: Exorcistas: V-1, D-2; Nephilims: V-1, D-1; Aliados: V-1, D-1; Sekiryūtei; V-2, D-1.
―Eso ya lo sabíamos genia... ―dijo con sarna Raynare terminando su desayuno, al igual que el castaño.
Ambos se levantaron de la cama dejando a Adnigkukuda viendo la tele del cuarto, siendo acompañada por Asia que la veía más por las noticias que por la presentadora en sí. Issei y Raynare fueron a la cocina a meter los platos en el lavavajillas que habían ensuciado con el desayuno. Mientras metían los platos vino Asia junto con Adnigkukuda con los suyos para meterlos también en el electrodoméstico. Una vez estuvieron todos juntos en la isla de la cocina, Raynare fue a hablar sobre qué es lo que hacían ese día. Raynare y Asia querían descansar por haber participado en las peleas de ayer y antes de ayer, mientras que Adnigkukuda quería ir al centro comercial de Grigory a comprarse ropa nueva que, según ella, "estaba en tendencia". Raynare volvió a rodar los ojos cansada ya de Adnigkukuda. Y como si fuera un milagro, el suelo de la cocina volvió a brillar intensamente de un violeta intenso.
―Oh no... ―dijo Raynare abatida tapándose los ojos frustrada. ―¿Y ahora quién demonios es? ―expresó consternada sin dejar de taparse los ojos con las manos.
Del círculo mágico emergió una figura femenina, de pechos grandes, caderas estrechas y muslos gruesos, vestida con una chaqueta de vestir, una camisa que dejaba ver el canalillo, falda corta y zapatos con tacón. Pelo rojizo, ojos dorados que llevaban unas gafas de pasta roja como el pelo y unos cuernos y cola acabada en flecha redondeada. Era Namtaga, la madre de Adnigkukuda y actual secretaria del Gobernador General de Grigory. Y por cómo iba vestida no venía como "suegra" de Issei precisamente.
―Silimše gù menzen dé ―saludó Namtaga amistosamente a los presentes, los cuales no se esperaban a la nugig en su casa. (Saludos a todos.)
―Kon'nichiwa Namtaga-sama. ―saludó respetuosamente el castaño a la madre de Namtaga. ―¿Le sirvo algo mientras está acá? ―preguntó el castaño de manera servicial.
―Si tienes un té o agua caliente te lo agradecería Mušlugalsa... ―dijo Namtaga sentándose en la silla sobrante en la cocina mientras resoplaba cansada.
―¿Le pasa algo Namtaga-ama? ―preguntó preocupada Adnigkukuda a su madre, la cual tomó una taza de té caliente que le había preparado el castaño en un momento.
―Nada hija, solamente cansada del papeleo en general y de Azazel-lugal en particular. ―dijo quejumbrosa la nugig dándole un sorbo al té haciendo sonreír aliviada a su hija.
―El Gobernador General puede llegar a ser muy cansino en ocasiones Namtaga. ―acompañó Raynare a la nugig, la cual sonrió cómplice.
―Ni que lo digas, sobre todo cuando te abraza mientras te embiste contra el cabecero de su cama... ―fue a decir la frase sin darse cuenta que estaba delante de su hija y de desconocidos. ―Perdón, no era mi intención, jejeje. ―rio entre dientes la nugig haciendo sonrojar a las féminas de la sala.
―¡Namtaga-ama! ―se quejó como una niña pequeña Adnigkukuda, provocando una tierna sonrisa en la nugig.
―Ignorando el hecho de que nos has descrito las dotes amatorias del Gobernador Azazel, ¿qué te trae por acá Namtaga-sama? ―intentó cortar el embarazoso asunto, siendo secundado por una Asia demasiado sonrojada como para entonar una palabra y por una Raynare que parecía un tomate.
―Claro, para eso había venido... ―terminó de tomarse el té caliente Namtaga. ―El Gobernador Azazel-lugal me manda para informaros que os ha convocado a una reunión de urgencia en menos de 15 minutos. ―soltó la bomba la nugig, abriendo los ojos de sorpresa en los presentes.
―¡Ya lo pudo decir en cuánto llegó, Namtaga-sama! ―exclamó Issei yéndose al cuarto a vestirse, al igual que las chicas salvo Adnigkukuda, que se quedaría en la casa cuidándola.
Al poco tiempo, una vez estuvieron todos vestidos y presentables, Namtaga amplió el círculo mágico para meter en él al castaño, a Raynare y a Asia. Una vez estuvieron todos dentro, Namtaga se teletransportó con ellos al despacho de Azazel en el Mekom-Heskemim donde el Gobernador de Grigory les esperaba no tan sosegado, como solía ser él, sino más bien todo lo contrario: vigilante, serio, sobrio, como debería ser un ángel de su estatus y rango. El motivo de la actitud de Azazel era una serie de trocitos de madera tallados con runas nórdicas y una gema de hielo, objetos que estaban en el escritorio para que los recién llegados pudieran verlos.
Cuando llegaron al despacho de Azazel, Namtaga se dirigió a la espalda de Azazel, imitando el semblante serio del Gobernador. Junto a ellos estaban todos los Cadres, Akeno, Abhainn e incluso Sayf, quien había sido llamado por Penemuel esa misma mañana. Con Issei y las chicas ya estaban todos en la sala y Azazel pudo hablar a los presentes, sin cambiar la fisonomía del rostro y reflejando ésta en su voz: en vez de jovial o jocoso, era grave y seria. Tomando las astillas, las mostró a los presentes.
―¿Sabéis lo que es, cierto? ―preguntó retóricamente el Gobernador a los presentes, quienes asintieron afirmativamente, al menos los Cadres y Raynare.
―Runas nórdicas en astillas... ―afirmó Penemuel tomando una e intentando leer las runas.
―No os lo quise decir ayer, pero cuando terminaban los combates, un cuervo venía al palco y se posaba a pocos centímetros de mí, dejándomelas cerca para que las tomase. Luego alzaba el vuelo y se iba. ―explicó Azazel a los presentes, quienes comprendieron al instante qué estaba pasando: Odín se estaba comunicando con ellos mediante sus dos córvidos mensajeros, Hugin y Munin.
―¿Por qué no quisiste Azazel-ach? ¿Acaso eres estúpido o las tetas de esa súcubo te han nublado el juicio? ―preguntó Tamiel en un tono agresivo al Gobernador, quien se cruzó de brazos.
―Quería que todo acabase para comunicároslo y poder trazar un plan de actuación. ―intentó excusarse Azazel, excusa que no cayó muy bien pero que fue aceptada por los Cadres para salir del paso.
―Ya veo... ―murmuró Penemuel mientras seguía intentando descifrar las runas. ―¿Sabemos que quieren decir las runas? ―preguntó Penemuel a lo que Azazel y Namtaga negaron con la cabeza para mayor frustración de los Cadres.
Pero lo que no encajaba con las astillas talladas era la gema de hielo. Hielo seco tallado a una forma muy peculiar: una especie de hada. A ninguno en la sala le llamaba mucho la atención esa gema de hielo, a nadie salvo a uno: Sayf. Sayf veía la gema y la gema, de alguna manera que no sabía explicar, le hablaba. Sayf, como si estuviera embrujado, se dirigió a la mesa y tomó delicadamente la gema en sus manos. Estaba tan fría que quemaba pero no le importó al egipcio: con la gema en la mano la examinaba como si un tesoro se tratase.
―La gema... me está hablando.... ―murmuraba el egipcio sin dejar de contemplar la gema, como si estuviera poseído.
Eso llamó la atención de Abhainn, quien contempló la gema de hielo al escuchar a Sayf murmurar que la gema le hablaba. De un rápido movimiento le arrebató la gema al egipcio y la contempló como había estado haciendo Sayf. Y por sorprendente que parezca, la gema también le "hablaba" pero a través de telepatía, por eso no lo estaban escuchando los demás en el despacho. La gema solamente le repetía palabras suelta que Abhainn pidió a los presentes que apuntaran. Dicho y hecho, el propio Issei fue quien tomó un lápiz y las iba anotando.
―Isla... hielo... fuego... glaciar... volcán.... ―iba diciendo el hijo de Kokabiel sin parar de mirar la gema helada, a lo que Issei correspondía anotando las palabras para poder resolver el puzle, si es que eso era un puzle.
―Parece señalar un lugar en concreto... ―dedujo Penemuel escuchando lo que decía Abhainn y anotaba el nipón castaño en el folio.
―Una isla donde hay volcanes y glaciares, por consiguiente fuego y hielo a partes iguales... ―conectó los puntos Issei teniendo anotado todas las palabras que dijo Abhainn, quien ya había dejado la gema en la mesa de Azazel.
―¡Islandia! ―exclamó Akeno de repente provocando más de un sobresalto a los presentes por lo súbito de la respuesta.
Islandia, la isla del Fuego y del Hielo. Famosa por sus volcanes, más de treinta en total, especialmente el Hekla y el Fagradalsfjall, y por sus glaciares, más de trescientos, siendo el más grande e imponente el Vatnajökull, que cubre casi el diez por ciento de la isla. Pero a parte de su belleza natural, Islandia es conocida en el Mundo Sobrenatural como el último refugio del Panteón Nórdico después de que fuera derrotado por la Facción Abrahámica en la Edad Media, tras la cristianización de los vikingos noruegos, suecos y daneses. Se dice incluso que en las zonas rurales de la isla el culto a los viejos æsir seguía vigente en la población de más edad.
―Pues habrá que hacerles una visita a esos glaciares y volcanes, ¿no creéis? ―dijo con un tono de voz alegre nuevamente Azazel, pero no le duraría mucho pues Draig, desde su gema en el dorso de la mano, habló a los presentes.
―[Rwy'n gwrthod! Dwi'n gwrthod mynd i Asgard! Rwy'n gwrthod trafod gyda'r criw yna o ysbeilwyr, treiswyr, llofruddion, barbariaid, meddwon ac anifeiliaid sy'n cuddio eu hunain fel pobl!] ―rugió el dragón galés como nunca antes había rugido, asustando a los presentes en la sala, incluido a Azazel que no esperaba esa reacción tan volátil del dragón. (¡Me niego! ¡Me niego a ir a Asgard! ¡Me niego a negociar con esa panda de saqueadores, violadores, asesinos, bárbaros, borrachos y animales que se disfrazan de personas!)
―Pero Draig, ¿Qué te pasa con los nórdicos? ―preguntó consternado el castaño a su compañero dragón, el cual no quiso explicar mucho de ese odio irracional a los nórdicos.
―[Ich kann es für sie klären. Mein bruder Albion kam mit den ersten germanischen invasionen nach Großbritannien und zerstörte alles, was ihm in den Weg kam. Deshalb erhob sich Draig gegen ihn, um das land zu verteidigen, das er als sein eigenes betrachtete, das der britischen kelten.] ―habló Fafnir desde la amatista en el dorso de la mano de Raynare, llamando la atención de los Cadres y de Namtaga. (Yo os lo puedo aclarar. Mi hermano Albion llegó con las primeras invasiones germanas a Britania, destruyendo todo a su paso. Por eso Draig se alzó contra él, para defender la tierra que consideraba suya, la de los celtas britanos.)
La información dada por el dragón dorado germano descuadró un poco la imagen mental que tenían preconcebida desde la Alta Edad Media. Pero si lo pensaban fríamente Draig tenía razón: defendía su tierra de una invasión, es por eso que peleó junto con Albion por tanto tiempo. Entonces Namtaga, que había estado sin hablar desde que llegaron al despacho, habló a los presentes sin ninguna clase de tapujo.
―Azazel-lugal, ¿y si nos vamos a Londres? Estoy cansada de Grigory y el Inframundo... ―dijo la nugig acariciando la mejilla del Gobernador, quien se sonrojó por el suave tacto de Namtaga.
―Lo que nos faltaba... ¡buscando una complicada alianza con Asgard y ahora esta ramera nos viene con un viaje de novios! ―exclamó Sahariel tirándose de los pelos indignada, pero no se había dado cuenta de un pequeño detalle: Londres estaba Inglaterra y en el país inglés estaba una de las puertas al Mundo Sobrenatural: Stonehenge.
―Stonehenge... la puerta al Panteón Celta... ―infirió Penemuel ante lo dicho por Namtaga. ―Stonehenge está a poco más de dos horas de Londres. ―aclaró la la cadre de pelo purpura a Sahariel, la cual pareció entrar en razón, sólo un poquito.
―¿Queréis una negociación a dos bandas? ¿Con Asgard y con los celtas al mismo tiempo? ―dijo Kokabiel con su cerebro a mil por hora para intentar estar al mismo nivel que sus hermanos.
―Así es, parte de Grigory irá a Islandia y otra parte irá a Inglaterra a Stonehenge. ―declaró formalmente Azazel levantándose de la silla para dispersar al resto. ―Yo, Penemuel-achot, Sahariel-achot y Namtaga-yakira iremos a Londres y vosotros, Baraquiel-ach, Kokabiel-ach, Tamiel-ach y Abhainn-ajyán iréis a Asgard. ―declaró el Gobernador a los demás, mientras que Issei, Asia y Raynare decidieron ir a acompañar a Azazel a Londres.
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Palabras: 2892
PD: Con este capítulo comienza el nuevo Arco, el de las "Negociaciones a dos Bandas". Espero os guste :D
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