Han pasado dos semanas desde que los Cadres, alarmados de que el Lahak Yeshu'a hubiera sido derrotado por Samigina y que Issei y las chicas fueran raptados y apunto de ser sacrificados a Satán tras no poder impedir la resurrección forzada de Lilith. Kokabiel estaba a punto de convocar al Gran Ejercito Celestial del Infierno, pero Azazel le detuvo, pues eso hubiera supuesto una nueva guerra en el infierno. En su lugar, le persuadió de que mandase en su lugar a su hijo, Abhainn, argumentándole que tenían "un gran poder mágico" pero que no lo explotaba por estar "holgazaneando todo el día en el sofá". Dicho y hecho, pero le acompañarían Sayf y Andrestea, para más tranquilidad del Cadre de las Estrellas.

Cuando los tres enviados regresaron, primero Sayf y Andrestea con una Valerie inconsciente y sin apenas pulso, y luego Abhainn casi sin tenerse en pie y con graves hematomas y heridas externas e internas debido a la pelea contra el Sumo Sacerdote, los Cadres vieron que la situación era, cuanto menos preocupante. Menos mal que Issei y las chicas regresaron sin rasguños y pudieron informar a los Cadres y a los Arcángeles la funesta noticia: Lilith había regresado.

En cuanto a Valerie, ella fue ingresada inmediatamente en el Hospital General de Grigory, rebautizado como "Hospital Monte Sion". Una vez ingresada, debido al estado tan pésimo en el que se encontraba la vampiresa, fue inducida, decidido por los Cadres, en un coma del que llevaba dos semanas sin despertar.

Abhainn, por otro lado, fue sanado por Asia Argento como "pago" al haberla rescatado, propuesta que fue denegada incontables veces por el Nephilim, pero que tuvo que aceptar al final porque su padre le obligó a que sanase para poder entrenarle a él personalmente en la magia de su madre Rosemary.

Issei y las chicas, por su parte, se fueron a su apartamento a descansar, como hacía tiempo no descansaban. Decidieron no hacer nada todo ese fin de semana, simplemente estar acurrucados en el sofá relajados y viendo la tele. Pero ese finde semana algo salió en la tele, una entrevista más concretamente. Una entrevista a una Nigug, Namtaga. Cuando Akeno las trasladó a Grigory, las súcubos del burdel que sus propias tropas asaltaron, tuvieron que adaptarse rápidamente a sus nuevas vidas: Namtaga por ejemplo decidió volverse la secretaria de Azazel, solamente no preguntéis cómo le paga.

Mientras tanto, en el sofá, Issei estaba con los ojos muy abiertos, al igual que las chicas: ¿Esa no era la Nigug del burdel que asaltaron sus tropas? ¿Qué demonios hacía en la televisión de Grigory? ¿Por qué iba vestida de traje de chaqueta y corbata? Raynare le rechistó por estar preguntando tanto y que escuchase a lo que decía la de pelo rojo intenso.

―¿Y cómo lleváis la vida en Grigory, Namtaga? ¿Os está costando adaptaros a vivir aquí? ―preguntó la presentadora del programa, una ángel caída de pelo negro vestida con un vestido azul eléctrico y bien maquillada.

―Pues la verdad querida, mejor de lo que nos esperábamos. Mis hijas están buscando trabajo de lo que sea: camareras, bailarinas de pubs, algunas siguen con su viejo oficio... ¿Depende de cada una sabes? Si llevas varios siglos de vida haciendo una cosa, es difícil cambiar de hábitos, sobre todo si debemos alimentarnos de eso. ―respondió la Nigug hablando con la presentadora, la cual escuchaba atenta a lo que decía Namtaga.

―Y por lo que veo, estás muy bien vestida, ¿a qué te dedicas aquí en Grigory? ¿Oficinista o algo así? ―cuestionó la presentadora, de nombre Ribitel, a su entrevistada, la cual se sonrojó un poco por la respuesta que daría.

―Soy la Secretaria personal de Azazel-Ensí, le ayudo con el papeleo, le ordeno los papeles... esas cosas. ―dijo Namtaga visiblemente sonrojada mientras se acariciaba el pelo.

Mientras, al otro lado de la pantalla, los espectadores no podían creerse lo que estaban viendo: ¿el Gobernador General de Grigory había contratado a una Nigug de un burdel como Secretaria? Sin lugar a dudas, o estaba pensando calenturiento o tenía buenas razones para contratarla. Issei y las chicas no estaban mejor: su asombro estaba por las nubes, y es más, Raynare notó al instante que Namtaga se había enamorado del Gobernador General. ¿Qué clase de mujer, humana o sobrenatural, podría enamorarse de ese hombre? Sea cual fuera la respuesta, una cosa estaba clara: estaban llamando a la puerta.

―¡Rin, rin! ¡Rin, rin! ―se escuchó el timbre en toda la casa. Issei se apresuró a levantarse y abrir la puerta a quien quiera que estuviera llamando a estas horas de la mañana.

―Ya voy, ya voy... ―dijo quejumbroso el castaño y cuando abrió la puerta se quedó congelado. Delante suya estaba aquella súcubo cantarina que conoció en el fortín improvisado de su campaña: Adnigkukuda, la de bella voz y piel púrpura.

―¿Adnigkukuda...? ―fue lo único que pronunció Issei antes de ser abatido por la súcubo quien comenzó a besarle por todas partes sin importar que Raynare y Asia la estuvieran mirando aumentando sus poderes para hacer notar su presencia

―¡Muš~ lugal~ sa~! ―dijo la súcubo entre besos a Issei, el cual intentaba zafarse de la de piel púrpura, pero le estaba costando, ejercía presión en sus brazos para que no se moviera. (Dragón~ Rey~ Rojo~)

―¿Qué haces aquí, Adnigkukuda...? intentó decir Issei a la súcubo, pero ella no respondía, estaba más ocupada yéndose directamente a la bragueta del pantalón.

―¡Por ahí sí que no! -exclamó Raynare creando un látigo de luz agarrando de la pierna a la súcubo arrastrándola lejos de Issei, el cual se levantó apurado por lo que quería hacerle la súcubo.

Una vez fue alejada la súcubo de Issei, Raynare se le recriminó que lo primero que le hiciera al abrirle la puerta fuera besarle por todo el cuerpo y querer hacerle una felación así porque sí. La súcubo Adnigkukuda se defendió explicando el qué hacía en la casa de Issei. Al parecer había sido contratada por un restaurante cercano para que actuase como cantante, debido a la belleza de su voz y su majestuosa sensualidad, en las veladas nocturnas y no tenía casa donde vivir.

-¿Entonces vivirás aquí con nosotros mientras no tengas casa? -preguntó un poco más relajada Raynare al escuchar la explicación de la súcubo.

-Sí. Al enterarme que cerca del restaurante vivía el Mušlugalsa, no pude contenerme de agradecerle de haberme tratado tan bien en ese fortín. -respondió la súcubo con ojos brillantes mirando a Issei mientras le desnudaba con la mirada.

-¿Y se lo querías agradecer haciéndole una felación? -preguntó con la ceja alzada Asia Argento mientras tenía los brazos cruzados.

-Así es. Para nosotras las súcubos, una felación no es algo denigrante como para las humanas o algunas ángeles, todo lo contrario: es una forma solemne de agradecer a un hombre o ser sobrenatural el haber hecho algo por nosotras. -explicó la de piel púrpura lamiéndose los labios mirando a la entrepierna del castaño, el cual no podía estar más sonrojado.

-Extraño... -susurró Asia. -Muy exótico, pero raro. -le dijo la rubia a Adnigkukuda, la cuál solamente alzó los hombres en plan "Esto es lo que hay".

-Eso sí, ¿sabéis que necesito comer una dosis diaria de líquido seminal, cierto? -anotó la súcubo con un tono gracioso sabiendo lo que implicaba lo que acababa de decir.

-No te preocupes, ya veremos que hacer con eso... tú mientras tanto acomódate a tu nuevo hogar. Ven, te acompaño a la habitación de invitados. -dijo la ángel caída de ojos amatista a la súcubo de piel púrpura, quien la siguió.

Mientras que Raynare llevaba a Adnigkukuda a la habitación de invitados -una simple habitación con una cama, una mesita de noche, armario y escritorio- Asia e Issei discutían entre ellos acerca de la nueva invitada no deseada -por parte de Asia- e inesperada -de parte del castaño-. La discusión estaba siendo muy acalorada, llegando incluso a los gritos, gritos que sn querer estaba escuchando la súcubo.

-¡Ella solamente te quiere por tu cuerpo! -gritó Asia al castaño, el cual negaba con la cabeza

-Si fuera así, Asia-chan, se buscaría a cualquier otro ángel caído de Grigory. Y sabes que eso no es lo que está pasando. ¿No la escuchaste antes? Para su raza hacer lo que iba a hacer es una muestra de agradecimiento. -explicó Issei a una Asia casi histérica. Ella detestaba a los demonios, incluidas súcubos. Esa furcia no es más que una súcubo que solamente viene a por lo que viene pensaba.

-Si lo que quiere es agradecerte, pues que te dé las gracias y se largue de esta casa. -dijo seriamente Asia a su novio, pero lo que sucedió a continuación no se lo esperaba.

Un holograma procedente del Cielo iluminó el salón de la casa, llamando la atención de Raynare y Adnigkukuda. El sello mágico era azul celeste con una cruz cristiana dorada con una Alfa y una Omega en e travesaño. Y del sello mágico, una figura surgió, una figura que imponía respeto y amor: Yeshua Bar Yosef, Cristo se les aparecía con un rostro serio, algo extraño en Él.

-¿Su Majestad? -preguntó la rubia arrodillándose ante Yeshua, el cual saludó a Issei y a los demás.

-Veo que una súcubo está en tu casa Sekiryūtei... -apreció Cristo el gesto del castaño japonés.

-Así es Majestad, la vamos a escoger en nuestra casa unos días mientras no tenga dinero propio. -respondió Raynare sonriendo ante Yeshua, quien sonrió para sí. Asia solamente agachó la cabeza avergonzada.

-¿Qué sucede, Asia Argento? -inquirió Yeshua al ver a la Portadora del Twilight Healing cabizbaja con un aura que desprendía vergüenza y pena.

-Yo se lo diré, hijo de Annunaki... -dijo la súcubo de piel púrpura al hijo del Dios de Abraham.

-¿Y qué sucedió entonces, súcubo Adnigkukuda? -preguntó curioso poniéndose al filo del Trono

-Verá, la humana reencarnada en ángel caída, Asia Argento, no quiere alojarme en su casa debido a ciertos prejuicios infundados que cree acerca de mi raza. -aclaró la súcubo a Yeshua, el cual puso cara seria al escuchar el testimonio de Adnigkukuda.

-¿Es eso cierto, Asia? -preguntó el Rey de Reyes en un tono de voz serio pero cariñoso, como un padre hablando con una niña pequeña.

-Sí... -susurró la rubia de ojos verdes, la cual no podía ver a Cristo a esos penetrantes ojos aceituna de la congoja que llevaba.

-No pasa nada Asia, todos tenemos prejuicios infundados, prejuicios que son difíciles de deshacer. Abre tu mente Asia, verás como conviviendo con esa súcubo esos prejuicios se irán desvaneciendo. -terminó de aconsejar el de Galilea a Asia, volviendo a poner una cara seria.

-Veréis, seguramente ya sepáis del triste y lamentoso estado en el que se encuentra la portadora del Sephirot Graal. -inició hablando en un tono verdaderamente serio Yeshua ante la anta mirada de sus oyentes y la súcubo. Todos asintieron salvo Adnigkukuda, quien se acababa de enterar de que existía un portador del Santo Grial.

-Así es, en la Catedral de Grigory rezamos todos los días por su pronta recuperación. -afirmó Raynare a Yeshua, el cual asintió. Adnigkukuda resopló, ¡cómo si el espíritu de un viejo dios fallecido hiciera algo!

-Pues tenemos malas noticias. -fue lo único que dijo Yeshua antes de cerrar el holograma, no sin antes recibir Raynare, Issei y las chicas una carta de Azazel llamándoles a su despacho urgentemente.

Issei, Raynare y Asia se vistieron rápidamente y se teletransportaron al despacho de Azazel mientras que la súcubo de piel púrpura se quedaba sola en la casa, pues trabajaba por la noche. Cuando llegaron al despacho de Azazel, allí se encontraron al Gobernador General con rostro serio y certero, a Baraquiel con su hija, ambos también con rostros sombríos, en el lado izquierdo del despacho, Shemhazai y Penemuel en el extremo derecho de la habitación y la Nigug Namtaga detrás de Azazel. 

―Ya estáis aquí... ―dijo Azazel mirando a los recién llegados sujetando su barbilla con sus puños, a lo que Issei y las chicas dijeron que sí.

―¿Qué pasa Gobernador? ¿Para qué nos has llamado? ―preguntó Issei a Azazel, el cual solamente hizo un gesto de que se apartara de la puerta.

―Para comunicaros que mi Señora Valerie regresará a Transilvania, Dragonul Împăratul Roșu... ―escuchó Issei una voz femenina junto a unas pisadas suaves acompañadas de otras más fuertes.

―Elmenhilde Karnstein... ―susurró Azazel haciendo una leve reverencia a la vampiresa rubia y piel pálida. 

―Por lo que he visto, mi pobre prima está en peligro con ustedes abrahámicos... ¿no creen? ―se escuchó otra voz más fuerte, de un hombre esta vez, la voz de Marius Tepes, el primo de Valerie.

―Marius... ―susurró Issei esta vez al ver al vampiro que sustituyó a Valerie hace un año.

―Y ni se os ocurra solicitarnos la adhesión a esa Alianza, lo sabéis muy bien. Somos y seremos neutrales si estalla un conflicto de escala inimaginable... ―dijo esta vez la vampiresa y dama de compañía de Valerie.

―Vuestros deseos serán cumplidos. No se insistirá a vuestra facción en una posible adhesión a la Alianza y la Portadora del Sephirot Graal será trasladada a Cluj-Napoca esta misma noche. La Paz Sea con Ustedes. ―terminó de manifestar Azazel levantándose poniendo sus manos sobre el escritorio, recibiendo una afirmación de Elmenhilde.

―La Mulțumesc, Gobernador de Grigory... ―agradeció Marius al ángel caído, quien bufó enfadado. Habían perdido un As bajo la Manga muy poderoso para la Alianza, sobre todo ahora que los demonios habían contraatacado.

Pasó el tiempo, unas horas. Los Cadres se marcharon a sus despachos, Namtaga a su escritorio afuera del despacho, Issei y las chicas a su casa, donde vieron a Adnigkukuda viendo un programa de citas en la tele. La tranquilidad parecía reinar en la Facción Abrahámica, pero la paz no durará eternamente en este turbulento mundo...

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Palabras: 2330

Saludos lectores de Wattpad:

Este es el último capítulo de la Tercera Temporada de mi obra "El Dragón Carmesí de Grigory" Me llena de alegría y regocijo comunicaros que faltan otras tres temporadas de esta obra para por fin finalizarla, es decir, tendrá un total de 6 Temporadas.

Añadir también que a continuación publicaré tres O.V.A.s de cosas que se mencionaron a lo largo de esta Temporada, adelantando que dos de ellos tendrán Lemon. 

Un cordial saludo.

Atte.

E.S.Z.