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El Movimiento de Liberación del Inframundo, en árabe حركة تحرير العالم السفلي (Harakat tahrir alealam alsuflii), en hebreo תנועת השחרור של העולם התחתון (Tnu'at Shichrur shel Gehinom), en latín Inferis Liberatio Motus y en satánico, el idioma sagrado de los demonios Yemidiri nets'a āwich'ī nik'inak'ē. Es una organización paramilitar demoníaca cuyos fundadores son: el heredero de la Casa Bael, Sairaorg Bael y la hermana del Maō Lucifer, Rías Gremory, heredera de la Casa Gremory, siendo éstos primos hermanos.
La fundación de dicha organización paramilitar es un misterio para el pueblo demoníaco ajeno a la política, pero para los Maōs y Casas Nobles no es ningún misterio, es más, los propios Maōs incentivaron la creación del dicho. El Maō Lucifer fue el que dió la idea a su hermana y a su primo. Los demás Maōs, Leviatán, Asmodeus y Belzeebub también los apoyaron de distintas formas: Leviatán suministró recursos sanitarios y médicos, Belzeebub dió la tecnología suficiente como para que el M.L.I. fuese una fuerza a tener en cuenta, Asmodeus proporcionó con una rutina de entrenamiento extenuante para que la organización fuese imparable.
A la manera de otras organizaciones paramilitares humanas, tales como el UÇK en Albania y Kosovo, la E.T.A. en País Vasco en España, el I.R.A. en Irlanda o el I.S.I.S., en Siria e Irak; Rías y Sairaorg fundaron el M.L.I. (Movimiento de Liberación del Inframundo) en una reunión secreta entre ellos, los Maōs, los demás jóvenes demonios, Sona, Raiser, Diodora, Zephydor y Seekvairas y el Sumo Sacerdote satánico, Dimits'i-seyit'ani, el cual fue elegido hace más de 400 años.
La reunión iba a ser un poco tensa: la relación entre los Maōs y el Sumo Sacerdote satánico no era la mejor. Desde que Sirzech dió el golpe de Estado en el año 380 después del nacimiento de Yeshua, el Sumo Sacerdote de aquella época, el abuelo del actual, no lo aprobó, teniendo que exiliarse por casi 500 años, hasta que Sirzech invitó a regresar a su hijo, el padre del actual, provocando recelo entre el Sumo Sacerdote, de cargo hereditario, y el Maō Lucifer. En la religión demoníaca, Satán es el único dios, al que se le reza para tener prosperidad, riquezas, poder o descendencia, pues la fertilidad entre los demonios es extremadamente baja.
Cuando al fin la reunión dió inicio, todos los asistentes se sentaron en una mesa cuadrada alargada, la cual se encontraba en el hogar-templo del Sumo Sacerdote, con una estatua de Satán hecha de mármol blanco justo detrás donde se sentaría Dimits'i-seyit'ani, el Sumo Sacerdote; a sus lados estarían, por la derecha, a los Maōs y por la izquierda a los Jóvenes Demonios, entre los que se encontraban los hermanos de los Maōs.
La reunión comenzó con las palabras sagradas que se tenían que formular cada vez que los Maōs se reunían con Dimits'i-seyit'ani: Kibiri leseyit'ani! (Gloria a Satán), con la mano derecha en el pecho y la otra en alto, seguido por una reverencia hacia el Sumo Sacerdote, máxima autoridad religiosa entre los demonios.
Una vez hecho el ritual de protocolo, el Sumo Sacerdote se sentó en su asiento correspondiente, presidiendo la larga mesa donde los asistentes se sentaron, a la izquierda de él los Jóvenes Demonios y a su izquierda los Reyes Demonios que derrocaron a los antiguos Dīyabilosi, título que tenían los originales Lucifer, Leviatán, Belzeebub y Asmodeus.
El Sumo Sacerdote se sentó en su asiento, colocó sus manos formando un puño sobre su barbilla y suspiró de forma pesada al tener que hablar, por tercera vez este siglo con los "usurpadores" como los llamaba él.
-¿Qué queréis esta vez? -interrogó secamente mirando a los ojos de Sirzech.
-Tu maldición para dar vida a un "grupo especial" que nos ayude en esta guerra contra los invasores y herejes. -explicó el Maō Lucifer actual de forma concisa.
-¿"Grupo especial"? ¿Qué clase de grupo? -cuestionó Dimits'i-seyit'ani intrigado con la petición del pelirrojo.
-Seré franco, queremos que nos des tu maldición para crear un grupo terrorista. -se sinceró el Maō Belzeebub, Ajuka.
-¿Un grupo terrorista? ¿Qué estáis tramando? -inquirió Dimits'i-seyit'ani a los Maōs y a los Jóvenes Demonios. -Ya sabéis que Satán escucha a todos sus elegidos en cualquier momento, no se me escapa nada. -advirtió severo el Sumo Sacerdote señalando a la estatua de Satán a su espalda.
Los Jóvenes Demonios sintieron un escalofrío al escuchar las palabras de Dimits'i-seyit'ani en un tono amenazante. Todos habían pecado de alguna u otra manera. Rías con su relación, Diodora con su séquito, Sona amañando sus propuestas de matrimonio, Sairaorg y su reliquia, Zephydor y su afición, Seekvairas y su control secreto sobre la producción de Evil Pieces, Raiser y su aventura con su reina, etc. Incluso los Maōs no eran puros: Ajuka robando tecnología humana, Falbium y su extrema pereza, Serafall y su lujuria incestuosa y Sirzech y su entrometiendo en la vida personal de su hermana Rías, en la mayor parte de los casos para su beneficio.
-Parafraseando al hijo de Elohim, quien esté libre de pecado levante la mano. -dijo el Sumo Sacerdote severo mirando a los ojos a los presentes.
Ante lo dicho por Dimits'i-seyit'ani, nadie levantó la mano; es más, algunos agacharon sus cabezas con vergüenza e impotencia. El único demonio puro en la sala era el Sumo Sacerdote y todos lo sabían. Pero Dimits'i-seyit'ani sabía que los Maõs estaban por encima suya, y aunque pecasen eso daba igual. Así que ese día, 1 de de Septiembre del 2000, él dió su maldición para fundar el Movimiento de Liberación del Inframundo, M.L.I.
El recién fundado M.L.I. tenía unas pretensiones claras, concisas y ambiciosas: Purificar el Inframundo de lo que los demonios denominaban "herejes", es decir, los ángeles caídos, y de los "invasores", las parcas de Hades; y conquistar el resto del Mundo Sobrenatural en nombre de Satán para la raza demoníaca, comenzando por la sede de sus archienemigos: el Cielo abrahámico.
Las primeras operaciones que llevaron a cabo fueron sabotajes, secuestros express, alguna que otra neutralización de objetivos concretos, repartir propaganda anti-caidos y anti-parcas, chantajear o coaccionar a demonios pobres o reencarnados, etc. Así siguieron hasta que cometieron el primer gran atentado hacia los ángeles caídos: una patrulla de Grigory marchaba por la frontera, entre Grigory y el territorio de la casa Glasya-Labolas, cuando fueron víctimas de una escaramuza, en la cual murieron 20 caídos de 35 que había en el pelotón.
Con estos atentados el M.L.I. no hacía más que crecer en popularidad entre los demonios, engrosando sus filas de unos 100 miembros que tenía originalmente hasta los 500 miembros tras casi un década. Cada miembro juraba lealtad y fidelidad a la banda mediante un juramento de sangre: empezaban desde lo más bajo, repartiendo propaganda, hasta la cima, justo debajo de los Jóvenes Demonios, dirigiendo atentados de mayor intensidad, tales como atacar patrullas de ángeles caídos, secuestrar altos mandos en el Tártaro, incluso mandar cartas amenazantes a los Cadres, aunque éstas nunca se cumplían.
Por ahora, el M.L.I había sido algo desconocido en el mundo sobrenatural, solo lo conocían Grigory y el dios Hades, aunque ninguno de los dos se lo comunicaron a los demás, véase a los demás dioses olímpicos o a los ángeles del Cielo, lo cierto es que ambos se enviaban cartas o diplomáticos para informarse sobre los últimos movimientos, atentados o paraderos de los miembros de la organización terrorista demoníaca.
Pero hoy cambiaría drásticamente su reconocimiento.
Raiser Phoenix, junto a lo que quedaba de su séquito, es decir, sus dos Torres; Shui y Isabella, sus dos alfiles; Mihae y su hermana Ravel, su último Caballero; Karlamine y 6 peones, aunque solo vinieron 4; Bürent, Mira, Shuriya y Villent, acompañados de las legiones de la Casa Phoenix, 20, con demonios armados con armas blancas de las todo tipo: espadas, hachas, luceros del Alba, escudos, arcos y flechas, haciendo un total 84.000 demonios, apoyados por 4.200 demonios de Gremory y de Sitri, un total de casi 100.000 demonios comandados por Raiser.
Las legiones demoníacas invadieron la dimensión egipcia, arrasando con todo, saqueando lo que podían, asesinando a los civiles y violando a las mujeres y niñas.
Mientras, Raiser se quedaba atrás, contemplando la masacre junto a lo quedaba de su séquito. En eso Raiser ordenó a su Alfil, Mihae, que detectase donde estaban los dioses egipcios y los invitados de la facción abrahámica junto al Sekiryūtei. Mihae era una experta en detectar auras y presencias sobrenaturales, sobre todo si estas eran poderosas. Tras unos momentos de intensa concentración, la Alfil pelinegra de ojos ámbar exclamó.
–¡Raiser-sama! Les encontré. –dijo la pelinegra a su amo, el cual sonrió levemente.
–Perfecto. Haremos pagar al Sekiryūtei la sangre derramada de Yubelluna, Siris, Karlamine, Meru y Kira. ¡Para mayor gloria de la Casa Phoenix! ¡Kibiri leseyit’ani! –exclamó Raiser aumentando drásticamente su aura ígnea, rodeando con ella a sus sirvientes.
Entonces Raiser ordenó a las legiones demoníacas que parasen con el pillaje y el desastre, contabilizando al final 1000 muertos, 500 heridos, de los cuales hubo 200 violaciones indiscriminadas. También se llevaron tesoros y cosas de valor como joyas y comida, todo valorado en casi 100.000 Yewerik’is*.
*El Yewerik'i es la Moneda oficial entre los demonios. 1 Ý (Símbolo de la Moneda) serían más o menos 10 $ americanos, es decir, el Yewerik’i es la unidad monetaria con más valor en el mundo, tanto sobrenatural como humano*
Cuando las legiones se agruparon alrededor de Raiser, éste les ordenó seguirle, siguiendo el rubio Phoenix a su Alfil Mihae. Iban marchando por la dimensión egipcia, con el estandarte del M.L.I. (imagen multimedia) al viento, al igual que la de la casa Phoenix; mientras que la legión Gremory y la legión Sitri llevaban los suyos.
Al son de los tambores de guerra y de las trompetas, el ejército demoníaco marchaba sin temor por tierras de Ra, sabiendo que los dioses del Nilo irían a por ellos. Esa sensación de peligro de constante, a diferencia de los humanos, les emocionaba, les, en cierta manera, les excitaba.
Mientras tanto, en la sala del trono, Seth había irrumpido la sesión de reunión de paz, provocando que los demás Dioses egipcios fueran expulsados forzosamente del Palacio. Anubis, Thot, Isis, Ositis, Hathor y el propio Sayf Al-tiniyn salieron del palacio de Ra, temiendo por Ra y por los invitados de la facción abrahámica.
Cuando estuvieron fuera, Sayf habló en nombre de Ra:
–Hermanos, no temáis, seguramente el Sekiryūtei y Padre sepan como derrotar a Seth. –intentó tranquilizar el guardaespaldas oficial de Ra.
–¿Estás seguro Sayf? Si tú eres su guardaespaldas es porque él está débil. Tantos siglos sin creyentes hacen débil a los dioses. Mira Marduk, fue asesinado por Tiamat, cuando en los viejos tiempos sabes que eso no sería así. –hablo Anubis calmado con un tono de voz sereno pero duro.
–Sayf, sé que no soy el mejor orador de todos, puede que esté siempre encerrado en mis papiros, pero sé Ra no se rendirá tan fácilmente. Luchó contra Ahura Mazda, contra Zeus, contra Júpiter y contra el viejo Ël, y de todos consiguió salir con vida. –animó el dios de la escritura Thot al Neo-Dragon-Slayer.
Sayf quedó en silencio por unos momentos, estaba vacilante si enfrentarse a Seth o no. Dudó y dudó y dudó, pero al final decidió dirigirse hacia la puerta del de palacio. Fue a tocar la puerta pero escuchó como algo se acercaba por detrás suya. Olió con su mejorado olfato y detecto un olor nauseabundo.
–Sniff sniff... Azufre, huevos podridos y alquitrán... ¡Demonios abrahámicos! –exclamó Sayf girando la cabeza, viendo a una interminable legión de demonios.
En ese momento los demás Dioses del país del Nilo se prepararon para la batalla, mientras que Sayf desplegaba un par de alas parecidas a los de los pterodáctilos. Anubis invocaba cadáveres de guerreros egipcios, Thot preparaba una muralla alrededor del ejército, Hathor se transformaba en mitad leona mitad humana, e Isis y Osiris preparaban sus hechizos.
Sayf se puso delante de los Dioses y se quitó el turbante que tenía, mostrando un cabello negro con puntas rosas y doradas.
–Demonios abrahámicos... yo seré quien ponga fin a esta agresión injustificada a nuestras tierras... ¡Allahu Akbar! ¡Ana ealaa! –exclamó al aire Sayf quitándose al final su ropa excepto los pantalones.
Mientras, a 7800 Km de distancia, en la isla del fuego y del hielo, Islandia, en una casa de campo, una mujer peliplata de ojos azules hacía la comida para su esposo, un hombre de casi 60 años, con un colgante del Mjolnir, pelo azabache y ojos azules como el cielo. En ese momento el hombre sintió una sensación familiar, nostálgica. El hombre se levantó de la mesa y susurró.
–Parece que un viejo rival ha despertado... Pronto nos encontraremos, Dragneel... –dijo desafiamte el hombre, invocando una figurita de un hada de hielo.
–¿Qué susurras Eriksøn? –preguntó la mujer peliplata, dándole el plato de la comida.
–Nada en especial Rossweise... Un recuerdo del pasado creo... –dijo sonriente Eriksøn.
Justo simultáneamente, en Grigory, en la casa de Kokabiel, un joven adolescente, con pelo escarlata y ojos carmesí se levantó de la cama y sintió una sensación extraña, como si necesitase para una pelea inmediatamente. Invocó una espada de luz y susurró a si mismo "El Titanio prevalecerá... Da igual el fuego de un dragón o el hielo de un demonio..."
Justo en ese momento, en el Cielo, justo al lado del trono de Yeshua, cuando ya se habían ido Xenovia, Irina y Doroshenko, una niña rubia de ojos azules se acercó a Yeshua, le cogió de la mano y le dijo al oído una cosa que hizo sonreír al hijo de Ël.
–Jeshua, ŝajnas, ke la plej forta teamo en mia gildo revenis... –dijo la niña al recordar a un cierto trío de magos problemáticos. (Yeshua, parece que el equipo más fuerte de mi gremio ha regresado...)
–Me alegro, Mavis. Parece que tras más de 4 milenios, vas a poder a reunir de nuevo a tus amigos. –contestó amablemente Yeshua a la niña de nombre Mavis.
–Jes, tio ŝajnas mia amiko... –habló Mavis esperanzada y con una sola visión en mente: el gremio de vuelta a las andadas. (Sí, eso espero amigo mío...)
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Palabras: 2368.
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