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[Especial] 1 Año

Bienvenidos lectores de Wattpad:
Hoy es un día muy especial para mí. Hoy, 3 de Abril del 2022 cumple un año mi humilde historia "El Dragón Carmesí de Grigory", originalmente llamada "El Sekiryūtei de Grigory". Empecé con pocas esperanzas de que llegase a buen puerto, pero amables compañeros (PedroMoscat, Mary_Tepes, hectorelconquistador, Edgar33307, TheFlashofInfinity y Elzevir_Thedollmaker), me animaron y me dieron buenas ideas para mi historia. Sin ellos, no tengo duda alguna, no hubiese seguido adelante con este proyecto.

Con renovados ánimos, escribí esta historia con un objetivo, difuso al principio, más claro después, y ese era dar un aire fresco al fandom hispano de DxD en esta plataforma. Cuando me uní a Wattpad, antes de la pandemia por COVID-19, veía un panorama, cuanto menos, preocupante: las historias que me encontraba eran un compendio de clichés, faltas ortográficas, pésima redacción y escritas por fama. "Esto no puede ser. DxD tiene potencial, pero no lo aprovechan." Pensé. Así que, tras una operación que me hicieron en Diciembre, comencé a planear esta historia.

Y, tras un año, con mis periodos de sequía mental y de abundancia, hemos llegado aquí. Sólo quiero decir muchas gracias por los apoyos y espero que esta historia dure otro año más si es posible. Ahora, os dejo con el especial que tengo planeado para este cumpleaños. ¡Os leo en los comentarios!

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Universo DxD Canon.

En la antigua casa del castaño, convertida en mansión al estilo victoriano por gracia del Maõ Lucifer, Sirzechs Gremory, hermano de Rías Gremory, matriarca del harén del castaño y única esposa oficial del Sekiryūtei, Issei Hyōdō estaba sentado en su escritorio escribiendo un ambicioso proyecto: escribir sus memorias, su vida desde que ingresó en el Mundo Sobrenatural, hace casi 50 años, hasta el sellado del Trihexa y la batalla final contra las huestes del pretendiente al trono de Maõ Lucifer, Rivezim.

Issei escribía rápido y entusiasmado, movía sus dedos por el teclado de su ordenador, mientras escuchaba música. Su momento de inspiración se detuvo de repente cuando su concubina favorita, Asia Argento, entró en la habitación con un delantal avisando al absorto castaño de que ya era hora de cenar. Issei se quitó los cascos y se levantó para ir a cenar.

La cena la habían preparado una de sus concubinas, las cuales solo tenían 2 funciones en el harén del castaño: cocinar, limpiar y complacer al castaño en lo que fuese. El harén del castaño fue creciendo con los años, a medida que Issei se hacía más fuerte y reconocido en el Mundo Sobrenatural.

La primera en entrar fue Asia, una joven novicia italiana que no tuvo otra opción que ser parte del séquito de la esposa de su Señor, Rías Gremory; luego fue Akeno, la joven japonesa Reina del séquito de Rías, luego fueron las exorcistas Xenovia e Irina, la peliazul, Xenovia, fue reencarnada en demonio por su falta de fé al escuchar que Dios estaba muerto, la otra, Irina, fue reencarnada en ángel, pero eso poco importaba, el Arcángel Miguel la vendió como recompensa tras la Gran Guerra y ahora es una humana; luego fueron las hermanas Nekomatas, Shirone, alias Koneko, y Kuroka; las ultimas en unirse fueron Kunõ, hija de la Reina Yõkai de Kioto Yasaka, Sona, heredera de la casa Sitri (una jugosa oferta diplomática que se le ofreció a Sirzechs, pues así la casa Sitri y Gremory pasaban a estar emparentadas por parte de Issei) También se unieron como concubinas la valquiria Rossweise, regalo de Odin por supuesto, y Ravel Phoenix, hermana de Raiser Phoenix, la cual fue también un regalo por parte de Lady y Lord Phoenix por haberla rescatado de Khaos Brigade.

Issei se sentó a comer, una comida muy simple a gusto de Issei, pero no se iba a quejar, por lo menos Asia había hecho el intento de cocinar algo. Durante la cena el ambiente era desolador y triste. Asia estaba sentada en un banco en la cocina, esperando pacientemente al veredicto de su Señor, esperando que la castigase, como solía hacer desde hace unas décadas. Issei había pasado de ser alguien pervertido, aunque relativamente cariñoso, a alguien con carácter, intransigente con sus concubinas y duro con su esposa. Las paredes de la mansión habían presenciado durante estas últimas décadas maltratos, vejaciones, violaciones e incluso un intento de asesinato. Issei se había vuelto, en resumen, en un tirano en su propia casa. Lo único que le calmaba era estar en su cuarto sólo, entrenar o luchar con Vali Lucifer, su nemesis y Hakuryūkõ.

Cuando el castaño acabó de cenar, dejó los cubiertos en el plato y se levantó sin mediar palabra, dirigiéndose a su cuarto a seguir escribiendo sus memorias. Asia suspiro relajada y recogió el plato para poner el lavavajillas y echarse a dormir. Ella estaba sola en casa, pues el resto de concubinas habían ido abandonando la mansión de Issei, dejando el castaño a su suerte. Los únicos que solían aparecer por la puerta eran Kiba y Gasper, solamente para ver cómo estaba el castaño y jugar a algún videojuego juntos.

Mientras que Asia se había acostado en el sofá de la sala de estar, el castaño estaba en su cuarto escribiendo. Una vez escribió lo suficiente, hasta la batalla contra Kokabiel, se echó a dormir sólo, como hacía décadas. Cabe destacar que sus memorias estaban plagadas de propaganda a favor del Maõ Lucifer y de su esposa Rías Gremory. Acostándose en la cama, el castaño agarró su móvil que tenía en la mesita de noche y reprodujo un video que había grabado de una de las últimas veces que había tenido sexo con su concubina favorita Asia, hacia casi 15 años. Una vez el video empezó, el castaño se llevó la mano a su miembro.
Cuando acabó, apagó el móvil y se echó a dormir plácidamente.

Sueño de Issei.

El castaño Sekiryūtei se encontraba de pie en un amplísimo espacio en blanco. No era para ver a Draig, esa lagartija dejó de hablarle cuando el castaño empezó a volverse un tirano, tampoco era un sueño normal, pues él pudo sentirse a sí mismo en el espacio, cosa que no ocurre en los sueños normales. El castaño, con resignación, comenzó a andar por el espacio en blanco, metiendo sus manos en los bolsillos de los pantalones de la ropa que llevaba puesta -su típico uniforme de estudiante y su clasica camiseta roja-.

Caminó por un tiempo, silbando y mirando al cielo de ese espacio en blanco. Mientras andaba, pensaba en dónde estaban sus concubinas y su esposa. Hacia años que la última concubina, Akeno, se había ido de la mansión. A lo mejor la paliza que le dio antes con su cinturón tuvo algo que ver en la decisión de la pelinegra. Ahora que recordaba, desde la gran batalla contra el Trihexa se había vuelto un poco irascible con todo el mundo excepto con Vali. A la mínima que le molestaban o hacían algo que no agradaba al castaño, éste no dudaba en darles una lección que no olvidasen. Aún recordaba lo que le costó a Kuroka dejar ese TOC con su "nya", aunque para eso tuvo que dejarla en coma por casi 1 año debido a la paliza que le dio dos horas seguidas.

Iba acordándose el castaño de las atrocidades que había cometido con sus concubinas, incluso con su esposa, -no había noche que no abusase de Rías hasta que ésta cayese inconsciente-, cuando algo le detuvo en su avance. De una ráfaga de viento repentino, una especie de papel chocó con su cara impidiendo que siguiese andando. Quejumbroso, agarró el papel para poder leer lo que estaba escrito.

-"Issei hijo mío, te echamos de menos. ¿Cómo estás? ¿Cómo están las chicas? Espero que tengáis ya 8 hijos, 4 niños y otras 4 niñas. Si quieres venir a vernos, recita el siguiente hechizo en voz alto cariño: <Ho dioj de la mondo, konduku min vidi miajn amatojn!>. Un beso. Atte. Tu mamá y tu papá.".

¿Sus padres... cómo podían haber escrito eso? Llevaban más de 20 años muertos. Pero la razón no puede entender lo que el corazón siente. Issei se llevaba años sin verles, ni siquiera una mísera llamada para preguntar cómo estaban. Cuando se enteró de la muerte de sus padres, primero su madre Miki y luego su padre Gorõ, ni siquiera soltó una lágrima, estaba demasiado ocupado disfrutando de los cuerpos de Akeno y Rías. Ahora él se lamentaba se esa indiferencia a sus padres; quería volver a verlos y abrazarlos. Así que no dudó ni un momento y recitó el hechizo en voz alta. En ese momento, desapareció del espacio blanco en un haz de luz.

P.O.V. Asia Argento.

Acababa de servirle la cena al Señor Issei, su plato favorito he de decir. Cuando acabó de cenar esperaba que me hiciera lo que siempre hace cuando lo interrumpo en algo importante, bajarse los pantalones y a tragar, pero para mi sorpresa no hizo nada. Simplemente se levantó y se fue a acostarse a su habitación. Aliviada, recogí los platos y los metí en el lavavajillas para luego ver un poco la televisión y acostarme en el sofá del salón. Cuando se enfada no hay quien le trate.

Encendí la televisión después de haber terminado mis labores domésticas, lo único que hago desde hace años. Me senté en el sofá, agarré el mando de la televisión y la encendí. Estaban echando una película. No le presté atención, estaba pensando en otras cosas, entre ellas ¿qué estará haciendo ahora Akeno o Kuroka? hace casi una década que se marcharon de la mansión y no han vuelto. Creo que fue lo mejor que hicieron en sus vidas.
Estaba absorta en estos pensamientos cuando pude ver como una carta se colaba por la rendija de la ventana en una ligera ráfaga de viento. Me levanté del sofá y la cogí para abrirla y leer lo que decía. ¿Quién mandaría una carta a estas horas?
Abrí la carta y comencé a leer en voz alta.

-"A la hermana Asia, con amor, la hermana Silvia. Hace muchos años que fuiste expulsada del convento, pero eras víctima de un demonio. La antigua Madre Superiora murió hace unos años y la que está ahora al cargo no le importaría que volvieses al convento, aunque seas un demonio. Si quieres, con todo tu corazón volver a tu hogar, recita este hechizo en voz alta <Ho, dioj de la mondo, konduku min vidi miajn amatojn!>". –leí en voz alta la carta que había llegado.

No me lo podía creer. Lágrimas comenzaron a deslizarse por mis cachetes. ¿Cómo podían ahora acordarse ahora las hermanas del convento de mí? ¿Después de haberme llamado bruja y expulsarme a pedradas del convento? Puede que sea cierto, la antigua Madre Superiora siempre me tuvo envidia, no sé porqué exactamente. Puede que con la nueva Madre Superiora y con el nuevo ambiente en el Mundo Sobrenatural sí que haya cambiado la situación. Así que decidí romper con esta mansión de sufrimiento y perdición y recité en voz alta el hechizo que la hermana Silvia había escrito. Entonces sentí que volaba y ya no estaba en la mansión.

Fin del P.O.V. Asia.

P.O.V. Akeno.

Hoy había sido un día tranquilo en el templo de la ciudad de Kuoh. No venían muchos fieles, pero era algo normal ya. Yo, como sacerdotisa Miko apenas tenía que hacer labores, pues normalmente las hace un hombre. Desde que mamá murió y mi padre nos abandonó he sufrido el doble, por mujer y por huérfana. Pero una noche Rías llegó y consiguió salvarme de haber sido asesinada por los hombres del clan Himejima. Siempre se lo agradeceré.

Pero lo que nunca le agradeceré será el haber conocido a Issei. Ese chico era un pervertido, pero se le podía tolerar y apaciguar fácilmente. Pero cuanto más famoso y poderoso se volvía, más difícil era de tolerar y apaciguar. Recuerdo un día, el cual fue mi último en la mansión Hyōdō, en el que le hice de comer algo y mientras que comía tuve que hacerle una... ahg, ¡qué asco me da recordar eso! -tiré la escoba que llevaba en la mano para limpiar el portón del templo-. Aún recuerdo el sabor de su cosa. Pero al parecer no le gustó como lo hice y me estuvo golpeando por casi 2 horas con un cinturón. Menos mal que Asia estaba cerca para poder curarme con su Sacred Gear.
Desde entonces vivo en este templo, rezo por el alma de mamá, como lo que puedo y duermo. Es una vida monótona pero segura.

Iba a entrar de nuevo al templo cuando una suave ráfaga de viento sacudió mis vestiduras de Miko. En una de las sacudidas pude ver un sobre con un sello de cera. Me agaché para recogerlo y abrirlo. Cuando lo abrí pude ver un haiku escrito con un suave trazado en tinta negra. Era un japonés muy culto, pero pude leerlo. Decía algo así:

El viento sopla
Las memorias vuelven
El rayo brilla

Después de leer el Haiku que contenía la carta recordé todo. Las memorias de mi inocente infancia, de mi madre Shuri, de mi padre Baraquiel que nos quería a ambas aunque no estuviese con nosotras. Entonces la imagen mental de una familia feliz sentada a la mesa cenando. Lloré como nunca antes había llorado. Las lágrimas caían de mis mejillas y salpicaban el Haiku. Entonces me fijé, el haiku estaba desapareciendo del papel. En su lugar pude leer algo que hizo que se me encongiera el corazón. "Si quieres a esa familia tan deseada, recita el siguiente hechizo en voz alta <Ho, dioj de la mondo, konduku min vidi miajn amatojn!>. Agarré el papel con fuerza y grité el hechizo al viento. Entonces sentí que el sufrimiento se había desvanecido.

Fin del P.O.V. Akeno.

P.O.V. Rías.

Estaba jugando al ajedrez con mi mejor amiga Sona. Yo y ella nos conocimos muy pequeñas, desde que dimos nuestros primeros pasos tras la cuna. Ella era inteligente y astuta, fría y calculadora incluso. Yo era más pasional e impaciente. Contrastábamos como el negro y el blanco. Solíamos discutir, pero nos volvíamos a hablar en unos días.

–Jaque Mate. –dijo Sona al derrotar a mi Rey.

–Ganaste, otra vez. –admití riéndome entre dientes recogiendo mis piezas de ajedrez, las negras.

–Siempre lo hago Rías, en todos los aspectos. –me guiñó el ojo Sona. Reí llevándome las manos al vientre. Ella no es de guiñar los ojos.

Cuando recogimos el tablero de ajedrez, nos fuimos a sentar al sofá de la sala del Club de Investigación de lo Oculto, en la Academia de Kuoh. Nos sentamos en el sofá y nos agarramos de las manos, yo me acosté en sus caderas mientras ella me mimaba acariciando mi pelo carmesí. Nos queríamos, desde que abandoné a su suerte a ese tirano que era mi lindo peón descubrí que nuestra amistad era más profunda de lo que nos imaginamos.

–No me imaginaba que la estricta presidenta del Concejo Estudiantil fuese tan cariñosa. –sonreí a las caricias que me estaba dando Sona.

–Ni yo me imaginaba que la enigmática presidenta del Club de Investigación de lo Oculto le gustasen las mujeres... a veces he sentido envidia de Akeno ¿sabes? –me dijo sarcástica Sona pasando su mano por mi espalda y parándose en los glúteos.

Yo me senté sobre su cadera y nos empezamos a desnudar, a besarnos, a suspirar. El placer que sentía con Sona era infinitamente superior al que sentía con ese pervertido violador. Me sentía llena con cada orgasmo que me provocaba Sona. Estábamos a puntos de ir a mayores cuando un mayordomo de la casa Gremory entró en la sala de reuniones del club gracias a un círculo mágico de teletransporte. Rápidamente nos tapanos con unos cojines.

–¿Señorita Rías? –preguntó el mayordomo extrañado.

–¿Sí? ¿Qué desea? –dije enfadada de que nos hubiera interrumpido en nuestro momento íntimo.

–Una carta. También una carta para la Señorita Sona. –dijo el mayordomo dándonos unas cartas selladas con magia para que solamente nosotras pudiéramos abrirlas.

–Gracias. Puede retirarse. –dijo Sona claramente irritada al mayordomo.

Una vez que se retiró, abrimos los sobres para poder leer lo que decían las cartas. Para nuestra sorpresa, eran cartas de nuestros hermanos, los Maõs. En resumen, decían que se habían dado cuenta de nuestra ilícita relación y que iban a dar parte al Concejo Demoníaco. Eso sólo significaba una cosa: la muerte. Entre los demonios es pecado ser homosexual, pues la primera pareja de demonios, Luzbel y Lilith eran hombre y mujer. Sona apretó los puños enfurecida e impotente, yo lloraba por el cruel destino que nos espera. Pero sucedió un milagro: entre las dos cartas apareció una tercera, esta no estaba escrita por nuestros hermanos, sino por mi madre, Venelana.

–"Yo, Venelana Gremory, esposa de Zeoticus Gremory, y madre del Maõ Lucifer Sirzechs Lucifer, informo que: Mi hija Rías Gremory y la hermana de la Maõ Leviatán, Sona Sitri, están invitadas a una cena formal con los anteriormente citados para que nosotros, su familia, demos el visto bueno a su relación. Mandada a escribir el día 11 de Septiembre del año 2056, por orden de la esposa de Zeoticus Gremory y madre del Maõ Lucifer. Yo, Grayfia Lucifuge la escribí y la sellé con sello mágico de la casa Gremory." –terminé de leer la misiva que al parecer había mandado escribir mi madre. Ella, al igual que todos los aristócratas no saben escribir, por lo que Grayfia es la única que sabe escribir.

Le di la vuelta a la carta por si había algo y pude leer un hechizo. Al parecer era para teletransportarnos a la cena. Vi el reloj y pude ver que eran casi la 20.00 pm, por lo que nos vestimos, Sona con un traje largo azul marino con unos pendientes y los labios pintados, yo con un traje también largo pero rojo y con los labios también pintados; unos tacones completaban nuestros modelos. Nos dimos de la mano, nos besamos amorosamente y pronunciamos el hechizo al unísono <Ho, dioj de la mondo, konduku min vidi miajn amatojn!>

Fin del P.O.V. Rías.

P.O.V. Koneko.

Habia pasado casi tres lustros desde que yo y mi hermana huimos de la casa de ese pervertido. Fue una noche en la que Issei estaba demasiado distraído violando a Xenovia cuando yo y Kuroka-ne nos transformamos en gatos para pasar desapercibidas, ella en un gato negro con ojos dorados y yo en uno blanco con ojos azules. Desde entonces vivimos de la basura y de la caridad de una linda anciana a las afueras de Kuoh. Eso hasta que la señora terminó muriendo de mayor y ahora solo comemos de la basura únicamente.

Hoy estábamos ambas en un callejón descansando. Yo me lamía una pata que me había herido debido a una verja. Kuroka-ne vigilaba a que ningún gamberro nos atacase con piedras o palos. Por desgracia eso era bastante común, hace unas semanas unos chiquillos casi nos matan por diversión, menos mal que Kuroka-ne se puso a dos patas y desplegó sus dos colas. A los chiquillos casi les da un infarto al ver esa estampa.

Cuando acabé de lamerme la herida de mi pata, yo y Kuroka nos pusimos en marcha para ir a buscar a comida a un restaurante cercano. Ese sitio solía dejar la comida a la espalda del edificio así que sería comida fácil. Nos pasamos media hora caminando, pero al fin llegamos al restaurante. Nos colamos a la parte trasera y pudimos ver toneladas de comida deliciosa ante nuestros gatunos ojos.

–¡Me pido los restos de arroz! –escuché a mi hermana decir.

–¡Pues yo me pido el pescado! –dije para que me escuchase.

Corrimos y nos pusimos a zampar toda la comida que había hasta que estuvimos llenas a hartar. Después de comer nos fuimos a un parque cercano para echarnos a dormir a la sombra de un árbol. Un buen sueño reparador nos preparará para mañana. Pero nuestro sueño sería interrumpido con una ráfaga de viento que trajo consigo una carta. Kuroka sorprendida por la carta, era extraño una carta así porque sí, la agarró con su boca y nos dirigimos a otro callejón para poder transformarnos de nuevo y leerla.
Cuando llegamos al callejón nos sentamos en la pared y Kuroka-ne abrio la carta para poder leer lo que decía.

–"A mis lindas gatitas. Ya hace tiempo que sé de vuestro secreto. He leído mucho y sé de qué raza sois y, gracias a mi caridad, sé que os gusta comer. Si queréis más comida de la buena, recitad el siguiente hechizo. <Ho, dioj de la mondo, konduku min vidi miajn amatojn!>". –terminó de leer Kuroka la carta. Se le caían las lágrimas.

–¿Obā-chan sabía de nuestro secreto? –pregunté triste a mi hermana.

–¿Eso que más da Shirone? ¡Dice que nos tiene mucha comida preparada! –alzo los brazos la mar de contenta Kuroka-ne.

Así que enlazamos nuestros meñiques y recitamos el hechizo que ponía en la carta. Entonces, en un abrir y cerrar de ojos, desaparecimos del callejón.

Fin del P.O.V. Koneko.

P.O.V. Irina.

Desde que Xenovia y yo nos fuimos de la mansión Gremory, hemos vivido de la caridad ajena. En ningún lugar del Mundo Sobrenatural nos acogerían, somos unas prófugas. Xenovia soportó estar com ese demonio unos años, demasiados. Yo también, esperando que cambiase de actitud, pero no cambió, es más, empeoró con los años. La gota que colmó el vaso fue cuando el monstruo en el que se convirtió Issei violó a Asia y no pudimos hacer nada salvo escuchar los desgarradores gritos de auxilio de la Alfil de Rías. Eso ocurrió hace casi 10 años.

Desde entonces hemos ido huyendo de país en país, rezando para que no nos encuentre ningún ser sobrenatural de la autoproclamada "Alianza de la Paz" ¿Paz? ¿Acaso conquistar, aniquilar y saquear otros panteones es paz? Si eso es paz no la quiero, gracias.
En estos últimos meses hemos estado mendigando dinero y comida en un pequeño pueblo de España, no me acuerdo exactamente del nombre. Lo único que sé es que en un buen día nos dan 50 €, y en uno malo llaman a la policía para echarnos de donde dormimos.

Ahora mismo era de noche, hacia calor y estábamos acostadas con un cartón por encima para ocultarnos de los indeseables. Mientras que intentábamos conciliar el sueño rezábamos el rosario.

–No sé porqué rezamos Xenovia, si al que le dirigimos nuestras plegarias me vendió como ganado a un monstruo. –susurré en voz baja. Estaba empezando a dudar de mi fé.

–Porque tenemos que aferrarnos a algo Irina. El ser humano no es nada si no cree en algo. Llámalo Dios, llámalo Karma, llámalo como quieras. –explicó la peliazul con el mechón verde.

–Si eso dices, resulta que tú tienes más fé que yo... irónico cuanto menos. –sonreí pensando que fue ella quien fue reencarnada en demonio y yo en ángel.

Entonces ambas comenzamos a rezar juntas para que nuestra situación mejorase cuanto antes, al menos para poder trabajar como humanos normales, comprarnos una casa y vivir sin problemas y abandonar el mundo sobrenatural. Y al parecer nuestros rezos funcionaron, pues vimos como un desconocido se acercó a nosotras y se agachó y dijo algo que no llegamos a entender muy bien.

–Tomad, lo necesitáis más que yo. –pude escuchar al hombre, quien en un abrir y cerrar de ojos se fue sin hacer ruido.

Xenovia levantó el cartón y se sentó para ver lo que había dejado el hombre. Era una carta sellada. Era extraño, ¿por qué dejaría un total desconocido a unas indigentes una carta? Xenovia abrió la carta, pero no podía leerla, así que nos acercamos a la fuente de luz más cercana, una farola. A la luz de la farola sí pudo leerla perfectamente.

–"Vuestra fé es impresionante. Incluso al borde de la desesperación y miseria, aún creéis que vuestra situación puede mejorar, y eso es de admirar. Mi enhorabuena. Como alivio, si queréis huir de ellos, podéis recitar el siguiente hechizo, os llevará a un lugar seguro. <Ho, dioj de la mondo, konduku min vidi miajn amatojn!>". –terminó de leer Xenovia la carta del desconocido.

–Dios, el Karma o el Universo, si es que nos escuchas, esto es un milagro. Gracias. –dije llena de alegría y con lágrimas en mis ojos.

Pusimos nuestras manos como si fuésemos a rezar y recitamos el hechizo susurrando. Entonces, ascendimos y sentimos una paz interior que no habíamos sentido en décadas.

Fin del P.O.V. Irina.

P.O.V. Rossweise.

–Y con este son 10 suspensos. –pensé colocando la nota del examen en mi libreta de clase.

Aún no entiendo cómo yo, Rossweise, la valquiria personal de Odin y Torre de Rías Gremory he acabado aquí, dando clases en la Academia a la que ese ser asistía, en el pueblo de Kuoh. Solo recuerdo cuando lo conocí, un simple humano reencarnado en demonio que tuvo la suerte de nacer con la Boosted Gear. Al parecer lo que decían de los Sekiryūteis es cierto, o mueren muy jóvenes o viven lo suficiente como para enloquecer. En el caso de mi ex-alumno fue el segundo.

El poder se le subió a la cabeza y se creyó el centro del Mundo Sobrenatural. Sirzechs y Rías tampoco ayudaron. ¿Nombrarlo "Pilar de la Alianza" enserio? Si Vali se hubiese unido sería un mejor "Pilar de la Alianza". Pero no, había que hacerle la genuflexión a ese niñato. Así normal que se creyese impune. Si se le da la mano, deduje, te agarra hasta el hombro. Menos mal que estuve poco tiempo con el en esa mansión, solo hicimos una vez y fue horrible.

Hace poco supe que ahora vive únicamente con Asia. La pobre le tiene que cocinar, limpiar la casa ella sola y cumplir cualquier perverso y asqueroso deseo que ese pervertido tenga. Ahora que lo creo, ser profesora de esta Academia es mejor que vivir en el Mundo Sobrenatural tal y como están las cosas.

Seguí corrigiendo los exámenes de la asignatura de Historia de 2⁰ curso. Era por la tarde, cuando acabe de corregir volveré a la pensión en la que me alojo. No es mucho el alquiler que tengo que pagar, así puedo gastarme el sueldo en lo que más me gusta: ¡Las tiendas de todo a 1¥! Oh, esos sitios son el paraiso terrenal...

Acabé de corregir los exámenes y comprobé que cumplían la reglade Gauss*, cosa que efectivamente cumplían, por lo que recogí los papeles, metí mis cosas en una maleta y me dirigí a la pensión donde vivía actualmente.

*La regla de Gauss es una ley que debe cumplir todo profesor a la hora de los exámenes y es una muestra de la calidad de sus clases. Esta ley dice que debe de haber un mínimo número suspensos, al igual que de sobresalientes, y una gran mayoría de aprobados. Un ejemplo sería este: 5 suspensos, 5 sobresalientes y 30 aprobados"

Iba caminando por las oscuras calles de Kuoh. Pasé por el puente de la ciudad y por el parque. Tatareaba y miraba las estrellas cuando un descuidado peatón chocó conmigo de frente. Se me calleron los papeles y el desconocido me ayudó a recogerlos. Cuando me los dio, el desconocido me susurró algo mientras metía su mano en mi maleta.

–Es muy triste que una valquiria tan bella como usted viva una vida tan aburrida y mundana. –me dijo el desconocido. Entonces se esfumó entre las sombras del parque.

–¿Perdón? ¿Cómo sabe...? –no pude preguntarle más porque ya había desaparecido.

Con preocupación de que alguien de la Alianza me hubiese descubierto, corrí lo más rápido que pude hasta llegar a la pensión. Cuando al fin llegue, tire mi maleta en el sofá y me deje caer en el suelo detrás de la puerta. Estaba asustada y nerviosa. A saber que me haría ese monstruo si me pilla. Tal vez me viole hasta matarme. Comencé a llorar impotente por mi destino, cruel destino aquel que me degrada de la guardia personal de Odin a una simple profesora humana.

Entonces pude ver cómo una carta caía de la maleta a donde estaba yo sentada. Deje de llorar y, con cautela, agarré esa carta para ver que ponía en su interior. Me puse unas gafas que guardaba en el bolsillo de mi chaqueta y comencé a leer.

–"¡Oh el destino! El destino te tiene manía, mujer bella. De ser alguien en la cima a estar en desgracia y miseria. Estoy seguro que en otro mundo seguirías en la cima y serías objeto de alabanza de guerreros y damas. La fortuna y la gloria te aguardan Valquiria. Con este hechizo, todo lo que deseas se te concederá gustosamente: <Ho, dioj de la mondo, konduku min vidi miajn amatojn!>". –termine de leer la carta que al parecer me había dado el desconocido de antes.

–¿Así que todo lo que desee, eh? –me dije a mi misma con la carta en el pecho. –Un marido que me ame por lo que soy, dinero, muchas tiendas de todo a 1¥... ¿todo eso será mío eh? ¡Allá vamos!

Cerré los ojos y recité el hechizo en voz alta. Sentí que mis dolores y penas desaparecían y volaban. Desaparecí de mi pensión en un haz de luz.

Fin del P.O.V. Rossweise.

P.O.V. Ravel

Desde que nací se me inculcó vivir como una buena demonio de clase alta. Crecí entre criados, reencarnados y lujos. Mi hermano, Raiser Phoenix, es un engreído y ególatra, alguien que sería capaz de vender a su hermana por dinero. Por desgracia, eso mismo fue lo que hizo conmigo cuando la Gran Guerra acabó.

Pensé que vivir con mi nuevo Señor y Amante, el Sekiryūtei, Issei Hyōdō, sería algo relativamente cómodo y tranquilo, pues no era alguien de clase alta como yo. Me equivoqué claramente. Solo me trataba como un trozo de carne más, aunque el tuviese a su disposición un harén lleno de concubinas. A veces entraba a mis aposentos y me violaba sin previo aviso. Otras me obligaba a limpiar su casa junto a las demás. Puede que me criasen como a una diablesa de clase alta, y que el machismo era algo normal y corriente en el Inframundo, pero lo que pasaba en esa mansión no se lo deseo a ninguna mujer.

Así que harta de la violencia que se vivía en la mansión, pedí a mis padres, Lord y Lady Phoenix, que me divorciase del monstruo, pero me lo negaron. Me dijeron que mi misión en este mundo es dar un heredero y lo demás eran "gajes del oficio" según dijo mi madre. No me lo podía creer, ¿Gajes del oficio? Que te violen y te obliguen a limpiar una mansión enorme son "gajes del oficio"? Anda y que le den a mis padres y a ese ser. Me llevé conmigo a Kunõ, la heredera de los Yõkais, que era simplemente una niña cuando entró como concubina, menos mal que no le tocó.

Y así fue como ahora, yo y Kunõ hemos ido viajando por el mundo durante años. Eramos mujeres de clase alta, pero la vida en la calle no es tan mala como te la pintan en la corte de Kioto o en los salones de la aristocracia del Inframundo. Al menos hemos conseguido alojarnos en un albergue para gente sin hogar y nos daban buena comida.
Precisamente ahora acabamos de comer en un albergue para seguir nuestro camino.

–¿A dónde quieres que vayamos ahora Kunõ-chan? –le pregunté a la pequeña Yõkai zorro.

–No sé. ¿Y si nos vamos a donde nos lleven los pies? –me respondió Kunõ con una linda sonrisa. Debo proteger eso sonrisa a toda costa.

–Claro, vámonos a donde queramos. Nadie nos lo impedirá. –le dije convencida dándole la mano segura de mi misma. Ella me la agarró y seguimos andando.

Fuimos andando por la carretera que unía Sendai con Õsaki, al norte de Japón. Íbamos charlando entre nosotras, amenamente. Intentaba que Kunõ olvidase el terror que se vivía en esa mansión. Recuerdo una vez que, en su infinita perversión y maldad, Issei hizo que todas su concubinas nos desnudasemos y nos visitamos nada más con nuestra ropa interior. ¿Y para qué? Para que peleasemos entre nosotras con nuestras habilidades mágicas. Fuego, rayos, agua, espadas, o magia rúnica. Al final ganó Rossweise y el resto tuvimos que ingresar en el hospital Sitri en el Inframundo. ¿Cuál fue el premio de Rossweise por ganar? Issei la dejaría en paz una semana.

Llegamos entonces a un banco a un lado de la carretera. Nos sentamos en él y sacamos de nuestras mochilas unos bentos que nos habían preparado en el albergue. Comimos los bentos relajadamente, el suave viento movía las hojas de los árboles y nuestros cabellos ondeaban como si fueran banderas. Cuando terminamos de comer, Kunõ se acostó en mi falda y pude escucharla roncar de manera exageradamente linda. Yo le acaricié el pelo, esperando que el futuro nos aguarde algo bonito.

Fue entonces cuando una ráfaga de viento, esta vez un poco más fuerte trajo consigo algo que no me esperaba. Un sobre sellado. Y dentro de éste una carta. Debido a mis bruscos movimientos, y en parte al hecho de dejar de acariciarla, Kunõ se despertó. Se talló los ojos con sus manitas y me preguntó con una voz súper linda.

–¿Mami, por qué me has despertado? –no me lo podía creer. Me había llamado mamá. En verdad es plausible, su madre Yasaka la vendió como un trapo simplemente por beneficios políticos dentro de la Alianza. Cada vez pienso que el Mundo Sobrenatural está condenado.

–No cariño, no te he despertado queriendo. Sigue durmiendo si quieres en mi regazo. –le animé dándome palmaditas en los muslos.

–No, ahora no quiero. –hizo un puchero. Yo me reí por su expresión y la dejé despierta.

–¿Qué es eso que tienes en las manos? –preguntó Kunõ señalando con su dedito la carta.

–Una carta. ¿Quieres que la leamos juntas? –pregunté sonriendo. Kunõ aceptó con su cabeza. –Está bien.

–"Habeis sufrido en gran cantidad, Ravel, Kunõ. Pero aún así estoy gratamente sorprendido de que, con todo ese dolor en vuestros corazones podáis seguir adelante y, encima, divertiros. Os tengo una propuesta: tendréis una vida mejor si recitáis el siguiente hechizo: <Ho, dioj de la mondo, konduku min vidi miajn amatojn!>". –leí en voz alta la carta. Kunõ sabía que esa carta nos iba a cambiar la vida, y así fue.

Cerramos los ojos, levantamos nuestras caras al cielo y recitamos el hechizo con nuestra manos entrelazadas. Entonces sentimos flotar y el dolor y el sufrimiento terminó.

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Espacio Interdimensional.

En un lugar en ningún sitio, entre universos y planetas, Issei y sus concubinas aparecieron de repente en una sala extraña: era bastante grande, tenía enormes retratos en las paredes de distintos lideres humanos, César, Hanibal, Carlomagno, Olga de Kiev, Alfonso X el Sabio, Moctezuma, Oda Nobunaga, Felipe II, Pedro el Grande de Rusia, George Washington, etc. El escritorio estaba vacío, solo una silla de oficina, un ventilador y una especie de grabadora.

Los presentes estaban confusos y enfadados. ¿Dónde estaban? ¿Y los seres queridos, la felicidad, la belleza y el futuro mejor? Issei estaba furioso, si no se contenía lo más seguro es que entrase en la Juggernaut Drive y matase a sus concubinas, y eso no lo quería. ¿Quién le limpiaría la casa y quién le haría la comida?

–¿Dónde coño estamos? ¿Y mis padres? –preguntó el castaño invocamos su Sacred Gear.

–Eso digo yo... ¿Y la cena con mis padres y mi hermano? –preguntó Rías triste, Sona la reconfortaba.

–¿Y mis tiendas de todo a 1¥? –lloraba comicamente Rossweise.

Así estuvieron todos durante casi 20 minutos, si no se estaban peleando entre ellas es porque estaba Kunõ presente.

–A lo mejor quien esté aquí estará viniendo hacia acá. –dijo Kuroka a los demás, quienes aceptaron sin dudar. Todos salvo Issei.

–No me vengas con gilipolleces gata asquerosa. Aquí no va a venir nadie. Quien quiera que nos haya mandados las cartas nos quiere a todos juntos. –gritó lleno de ira Issei, levantando la mano a Kuroka, pero fue detenida por Koneko.

–No toques a mi hermana, monstruo, –susurró Koneko con una voz fría, casi muerta.

–¿Y si no qué, eh, Koneko? –respondió Issei igual de frío.

[Inicio de la Grabación]

Escucharon se repente a la grabadora sonar. Parece que habían venido a escuchar un audio.

–¿Enserio hemos venido a escuchar una grabación en un trasto prehistórico? –cuestionó enfadado Issei soltándose del agarre de la hermana de Kuroka. –¿Entonces para qué hemos venido?.... –susurró el Sekiryūtei actual y "Pilar de la Alianza" con un leve tono de decepción.

[Siento interrumpirte Sekiryūtei, si es que mereces el honor de serlo, pero me temo que habéis sido desinformados. No habéis sido invocados para ver a vuestros familiares o a encontrar la felicidad, ni siquiera habéis sido invocados por la persona que creéis, aunque sí habéis sido invocados. Invocados a una sala en medio de ningún sitio, en ningún universo, sin ni siquiera ventanas o luz natural. Ni siquiera os habéis dado cuenta que estáis atrapados.] –habló la voz de la grabación.

–¿Atrapados? ¡Mierda! –dijo Issei al ver que en la sala se estaba abriendo una especie de agujeros en las paredes.

[Vuestra miseria y pobreza espiritual os ha llevado a leer cartas de desconocidos en callejones y a la luz de farolas, esperando que la vida os sonría de una vez, aunque no tuviéseis seguro si el hechizo funcionaría. Pero la felicidad y los sueños que tenéis nunca los alcanzaréis, ninguno de vosotros los alcanzará.] –habló la voz de la grabadora con el mismo tono de voz de inicio a final.

–¡No sé quien eres, pero eres peor que un demonio! ¿Qué clase de ser haría esto? –exclamó llorando Irina.

[Y para ti, mi fiel lector, que encontraste de alguna manera esta historia interesante o entretenida, aunque siempre puedes dejar de leer la historia, tengo el presentimiento de que eso no es lo que quieres. Si quieres quedarte, quédate. Yo también me quedo por aquí.] –dijo la voz de la grabadora con el mismo tono de voz.

–¿Lector? ¿Somos un libro? ¿Quién carajos está hablando? –preguntó histérica Sona.

–¿Somos simples marionetas? ¿Todo lo que ha pasado estaba planeado? –preguntó Issei cada vez más confuso.

[Vuestras vidas no serán recordadas y todo lo que ocurrió desde que el Sekiryūtei se encontró con esa ángel caída al fin se terminará olvidando, como la agonía de una mísera vida de perversión. Y para ti, Draig Goch, abandona ese cuerpo, no lo mereces. Mereces a alguien mejor que este ser despreciable.] –dijo la voz de la grabadora. En ese momento, Issei sintió como Draig se iba a través de su pecho y se desvanecía en la sala donde estaban.

[Para vosotras, Rías, Sona, Akeno, Asia, Irina, Xenovia, Koneko, Kuroka, Ravel, Rossweise y Kunõ, creo que habrá paz y, quizás, algo más cuando todo esto acabe. Os lo merecéis, habéis sufrido demasiado tantos años a manos de ese tirano innombrable, hijo de Satán, abominación inmunda, asalta cunas, violador, maltratador, asesino de inocentes y ser apestoso digno de la basura.] –dijo la voz de la grabación con un tono leve al principio pero duro y lleno de ira al final.

–¿Qué? ¿Cómo se atreve a llamarme así? –dijo Issei fuera de sí, tirado en el suelo y golpeándolo con sus puños desnudos,

Las chicas en cambio sintieron paz y tranquilidad al escuchar la voz del chico de la grabadora. Parecía que tras tanto sufrir, al fin habrá descanso para todas las presentes.

[Aunque para ti, tirano innombrable, hijo de Satanás, las puertas del verdadero infierno se han abierto para recibirte con los brazos abiertos. Así que no hagas esperar a tus atormentadores, Hyōdō.] –dijo la voz de la grabadora con veneno en su voz al nombrar el apellido de Issei.

En ese momento, las chicas se abrazaron en círculo con Kunõ en el centro, sonreían y se despedían entre ellas. Issei por su parte lloraba como un niño pequeño al ver que su final en el mundo sobrenatural estaba cerca. Todas cerraron los ojos, sonrieron, y, de un momento a otro, el sufrimiento terminó. Por parte de Issei, éste no terminó, pues no había en él, sino que comenzó uno que duraría por toda la eternidad por los crímenes que cometió desde que entró en el Mundo Sobrenatural.

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Palabras: 6741

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