Próximo proyecto
Este es un adelanto exclusivo de mi próximo proyecto titulado: El semental de mi clase.
El exceso es parte de mi naturaleza, necesito el peligro y la exitación. -Alfredo Mercurio.
Este fan-Fic es KiritoxLiz, si gustan pueden leerlo, tiene el sello de calidad de un escritor profesional, (yo mero :v), lo escribí a peticion de un lector pero no recuerdo quien fue ya que nunca respondió mi mensaje para que me diera ideas :'v.
Son aproximadamente las primeras 1400 palabras, así que disfrutenlo.
Ya lo subiré bien a finales de enero del proximo año...la verdad es que estoy un poco apretado con otros dos proyectos que tengo y no se cuando pueda sacar este...pero aquí esta el borrador.
Ya habían pasado seis meses desde que Liz entró a la preparatoria.
Seis meses que serían de lo más normal si no fuera por algo...o mejor dicho por alguien.
Aquel hijo de perra promiscuo que solía acosarla a ella y a todas sus amigas.
Todas las chicas de escuela habían caído ante él incluso alguno que otro hombre, ¿Cómo es que los había logrado convencer? Nadie, si quiera los mismos chicos sabían la respuesta.
Lo único que sabían es que estar con él en la cama era algo maravilloso, algo que nunca antes habían sentido e incluso...algo que querían repetir.
Se decía que su chica "favorita" había estado con él en más de 50 ocasiones, ¿Cómo, cuándo y dónde? Era el misterio.
O bueno... ni tanto así.
Ya los habían atrapado en las duchas femeninas, las chicas lo corrieron a insultos, arañazos e incluso a golpes.
Pero la "favorita" de ese hombre se molestó muchísimo ya que no pudo llegar al clímax cuando le faltaba tan poco...cuando el chico presumía que no estaba ni si quiera calentando.
Pero a todo esto, ¿Quién es ese "Superman" del que todos hablan?
Pues muy simple, se trata de Kazuto Kirigaya...o mejor conocido como "Kirito", aunque también le dicen "el espadachín negro" en algunos sitios web para citas...y algo más.
Se podía escuchar a todo volumen, eran gemidos que venían del salón de pintura.
-¡No tan fuerte, nos van a descubrir! –Exclamó él.
-Pe-perdón, pero es que...
-Shh, solo tapate la boca. –Ordenó, dándole a su chica favorita un trapo para que se amordazara.
Lo que había empezado como un simple de juego de pintarse el uno al otro terminó en algo bastante loco.
Liz estaba pasando por ahí, contoneando felizmente el trasero hasta que escucho rechinidos en la sala de pintura.
-¿Otra vez están desacomodando?, ¡ya es la tercera vez en la semana! –Exclamó, molesta.
Ella era la jefa de su grupo, por eso debía cerciorarse de que todo estuviera bien y de que todos siguieran su buen ejemplo.
-¡Esta vez sí que los atrape! –Gritó al abrir la puerta.
Pero lo que vio no fue para nada de su agrado.
Se veía la luz prendida del almacén, la sombra que se veían era la de un medio cuerpo y unas piernas encima de los hombros.
-¡Rápido, ponte los pantalones! –Susurró una voz.
-¡En eso estoy, tu acomódate la falda! –Contestó Kirito.
Liz fue a abrir la puerta para ver qué pasaba.
-¿Qu-qué están haciendo? –Preguntó mientras iba a la puerta.
Cuando la abrió, vio que Asuna estaba abotonándose la playera y Kirito se sujetaba el cinturón.
-¡Asuna! –Gritó Liz.
-¡No es lo que parece, esto solo es un malentendido! –Trataba de tranquilizar Asuna.
-¡Tu, maldito perro! –Le gritó a Kirito.
-¡¿No se te ocurrió un peor momento para interrumpirnos?! –Preguntó.
-¡Lárgate de aquí, vete, desaparece! –Liz empezó a arrogarle lo que viera a Kirito con tal de que se fuera.
Y como si fuera un ladrón, Kirito emprendió la retirada mientras se seguía acomodando el pantalón.
-Y en cuanto a ti... -Liz miró a Asuna de manera que haría temblar hasta a un león.
-Puedo explicarlo. –Dijo Asuna.
-Intentando.
-No pude aguantarme las ganas...estábamos en clase de pintura cuando él me dijo que quería pintarme en el abdomen, y fue lo que hizo...pero luego sus manos...sus manos empezaron a acariciarme y no lo pude evitar.
Liz no seguía conforme con la explicación.
-Está bien, yo también lo provoque...le mostré mi ropa interior. –Asuna se sonrojó.
-Ya te habían atrapado con él una vez, ¡¿Qué tal si alguien más los hubiera atrapado?!, ¡Te hubieran expulsado!
-Perdóname, ¡pero es que no sabes lo que él es capaz de hacer!, aunque interrumpiste lo poco que duro fue algo sin igual!
Liz arqueó las cejas ante el comentario de Asuna.
-Pe-perdón, olvidé que tú no has tenido ese tipo de experiencias.
-Y no quisiera tenerlas con alguien como él, ¿te has puesto a pensar que te puede pegar algo?
-Me dijo que se hizo la prueba del sida hace una semana. –Asuna fue y se paró en la puerta.
-¿Pero y si no?, Asuna me preocupo por ti.
-Calma Liz, ahora voy a invitarlo a casa para que esta noche terminemos lo que no pudimos empezar.
Asuna se fue del salón de pintura y dejó a Liz pensativa, ¿Cómo es que las mujeres podían verle tanto atractivo a ese imbécil?
Una vez en receso, Liz estaba con sus amigas Silica, Sinon y Yuuki.
Platicaban animadamente hasta que Kirito pasó delante de ellas.
Se detuvo un segundo para guiñarle un ojo a Liz y mandarle un beso.
-¡Por que no mejor me besas el trasero, idiota! –Exclamó Liz, enojada.
-Por ello no te preocupes, ya he besado traseros antes...puede que incluso lamido. –Tras ese comentario Kirito se fue riendo...pero Liz hizo una mueca de asco.
-¡Ese idiota me arruina el día otra vez!
-Tranquila, está bromeando de seguro. –Calmó Silica.
-No creo...dicen que es tan maldito que ya hasta se tiró a su propia hermana. –Dijo Yuuki.
-Pues de él me creó cualquier cosa que digan, si les soy sincera. –Agregó Sinon.
Las cuatro se miraron sin decir más.
-¡Pero no entiendo por qué de entre todas solo me molesta a mí! –Preguntó Liz.
-Segura que es porque eres la jefa de grupo y no puedes hacerle nada, debe excitarle saber eso. –Contestó Sinon.
-No, seguramente le gustas y ya. –Corrigió Silica.
-¡No me importa porque sea, solo quiero que deje de hacerlo y que deje de hacerlo ya! –Exclamó Liz nuevamente.
En eso, Asuna llegó.
-Hola chicas, ¿de qué tanto alegan?
-¡Del idiota que tanto te gusta! –Gritó Liz, ya enojada de verdad.
-Pues no es tanto que me guste...me gusta como lo hace. –Contestó Asuna con un aire de satisfacción.
-¿Y no te da miedo que te pueda pegar algo? –Preguntó Silica, intranquila.
-No, me dice que se revisa cada semana.
-Solo te lo dice para capturarte más rápido. –Observó Sinon.
-Puede que sí, pero igual ya me habría dado cuenta de cualquier cosa.
Todas miraron a Asuna, como tratando de hacerla sentir culpable de alguna u otra manera.
-Es que no han estado con él...de lo contrario sabrían a qué me refiero. –Sentenció.
Kirito caminaba tranquilamente por el patio de la escuela, a su lado paso una chica con la quien había estado la noche anterior.
Por lo cual, y aunque estuvieran personas viendo, le pellizcó el trasero.
-Aún no se me olvida lo que hiciste ayer, gata rasguñona –Presumió.
-Ni a mí tampoco lo que hiciste ayer, semental.
Hace poco Kirito había aceptado grabar un sex tape para una productora americana, claro que había dicho que tenía 18 años y todo eso.
Vaya que no le faltaba nada de atributos, sin duda su autoestima, (y otra cosa), era enorme. Por lo cual aceptó sin pensarlo dos veces.
El video duraba cerca de una hora con diez minutos...algo exagerado para un chico de 16 años.
Por lo cual sus amigos decían que había usado algo, ya fuera viagra o alguna otra cosa para durar esa cantidad de tiempo.
Lo cierto es que...lo cierto es que no había utilizado nada para aumentar su potencia sexual.
Pero eso las mujeres del colegio lo sabían bastante de sobra...y como ya se ha mencionado anteriormente, también algunos hombres.
Entre ellos había un amigo muy cercano de Kirito llamado Eugeo...se puede decir que esa noche fue un poco confusa para ambos.
Kirito en si casi no lo disfruto, pero aunque Eugeo no fuera homosexual...pues hasta a él le fascinó la experiencia, pero en realidad ninguno de los dos se acordaba ya que estaban demasiado ebrios como para saber lo que estaban haciendo.
-¿Qué tal te va, Kirito? –Saludó Klein, otro buen amigo de Kirito.
-Pues ahí vamos, la verdad es que estoy un poco de malas.
-¿Un poco de malas?
-Pues sí, pero prefiero no contarte el por qué.
-Si tú lo dices.
A ciencia cierta Kazuto se había quedado con él mal de las "Blue balls" ya que la interrupción de Liz fue tan inesperada que no solo lo tomó por sorpresa a él...si no a sus compañeros de abajo.
Se sentía demasiado incomodo por el dolor en la entrepierna, también le dolía un poco el abdomen por debajo del ombligo.
-Esa perra...pero un día de estos me voy a desquitar con ella. –Pensó Kirito, amargamente.
-¿Ya tienes planes para esta noche? –Preguntó Eugeo.
Era viernes por la tarde, así que los chicos se iban a divertir.
-No, no había pensado en nada para hoy. –Kirito se quedó pensando un momento, cerrando los ojos fuertemente, arqueando las cejas y poniendo su mano en su mentón.
-¿Qué estupidez planeas hacer esta vez? –Preguntó Eugeo.
-No es para esta noche...quizá sea para más al rato.
-¿Y tiene mujeres de por medio?
-Si...pero no a cualquier mujer...si no a una muy, muy especial. –Kirito sonrió de una manera muy malévola.
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