Capítulo seis.
Shino llegaba a casa con el abrigo de Kazuto ya que no pudo conseguir nada más.
Se había hecho una herida cuando Kazuto le estaba mordiendo los labios mientras hacían el mete saca.
Eran las 12 de la noche...Shino no fue a trabajar aunque era sábado. Cosa que nunca había hecho antes.
Estaba muerta de cansancio por todo lo que se había movido aquella tarde-noche...pero sinceramente se había quedado con una grata pero masoquista experiencia.
Cuando entró a la casa, Shinkawa estaba en el umbral de la puerta del cuarto...ahí, inerte, solo se podía ver su silueta.
-Buenas noches. -Masculló Shinkawa. -¿Dónde estabas, amor mío?
-Perdón si no fui al trabajo, lo que pasa es que yo...
-No te pregunté eso. -Shinkawa se enderezo haciendo que un poco de luz le iluminara el rostro. Parecía un maniático con sed de sangre y muerte. -Shino, ¿me puedes decir de quien ese abrigo? -Masculló nuevamente.
-Es...es del esposo de una amiga, me lo presto porque mi playera se rompió y...
-Oh, ¡¿el esposo de una amiga?! ¡¿Crees que soy estúpido?! ¡Tú no tienes amigas, a ti nadie te prestaría un abrigo así que te preguntare de nuevo y quiero que me respondas sinceramente!...¿De-quien-es-ese-abrigo?
-No te lo quiero decir. -Shino estaba al borde del llanto por el miedo que le inspiraba Shinkawa.
-¿Ah no?, ¿Por qué no?, ¿es que no confías en mí?
-No es eso...Shinkawa eres la persona en la que más confió pero...
-¿Pero?, ¡¿Dijiste pero?!, ¡¿de verdad tienes el descaro de ponerle un pero a todo lo que hago por ti?!
Shinkawa se empezó a acercar a Shino poco a poco, mientras ella solo se podía pegar contra la puerta.
-Shino, ven aquí... -Shinkawa hacia ademanes con las manos para que Shino fuera hasta él.
-No, ¡Shinkawa por favor no te me acerques!
-Shino, cariñito mío, luz de mi vida, ¡ven para acá en este instante a tomar tu medicina!
Cuando Shinkawa soltó el golpe, Shino lo esquivo haciendo que el puño solo golpeara la pared.
-¡Ah!, pero que buenos reflejos tienes. -Shinkawa tomó de la muñeca a Shino y comenzó a desabotonar el abrigo.
-¡Suéltame, por favor no me pegues! -Suplicó Shino, desesperada y sin dejar de llorar.
Cuando desabotonó por completo el abrigo, se percató que Shino no tenía playera y estaba con el torso desnudo.
-Veo que estuviste de traviesa...y sabes que ¡a mí no me gustan las niñas traviesas!
Jaló el cabello azul de Shino, tirando de él hacia atrás para tumbarla al suelo.
-Por favor Shinkawa...no me hagas daño. -Suplicó ella con esperanza de que Shinkawa recapacitara.
-No te hare daño, ¡¿Cuántas veces te he dicho que yo no soy capaz de tocarte un solo cabellito?! Porque creo que han sido demasiadas. Pero como veo que te gusta, ¡que te encanta mejor dicho!, que te encanta ser una puta...pues te voy a tratar como una.
Cuando Shino trató de levantarse, Shinkawa puso su pie sobre ella así como si fuera un animal.
-Tu solo eres mía Shino, y de nadie más...únicamente mía, así que es lo que voy a hacerte Shino, ¡te voy a hacer m í a-.
-¡No, Shinkawa, así no, quítate de encima, ayúdenme! ¡¡¡Por favor!!!
Esa noche Shino haría el amor con Shinkawa...a la fuerza, con insultos y con algunos golpes...era más bien como una tortura para ella.
Lamentablemente, Kazuto no se podía percatar de que su chica estaba en problemas, sin duda alguna él pelearía con quien fuera con tal de ayudarla.
-Si...si Asuna...no te preocupes, llego mañana en la mañana...pero ya te dije el por qué mujer...¿de verdad quieres oírlo de nuevo?...sigh, está bien: Eugeo se puso muy ebrio, no puede ni ponerse de pie y Alice no está, por eso debo cuidarlo toda la noche...¡Asuna a donde podría irme!...si, ya te dije que llegare mañana a primera hora. Ok, dile a Yui que la quiero.
Eugeo y Alice miraban desconcertados a Kazuto...el no sería capaz de mentirle a nadie y mucho menos a su esposa. Sin embargo, lo estaba haciendo en este mismo instante.
-¿Vas a decirnos que paso? -Preguntó Alice.
-Está bien...pero que por favor quede entre nosotros tres.
-Vamos Kazuto, ¿Cuándo he traicionado tu confianza? -Preguntó Eugeo.
-Cierto. -Kazuto miró a Alice.
-Sea lo que sea, no se lo diré a nadie.
Kazuto se volteó y se quitó el chaleco y la playera, dejando ver las marcas de los arañazos y las mordidas de Shino.
-Por Dios...¿te latigaron acaso? -Preguntó Eugeo.
-Da la impresión de que un lobo te atacó. -Expresó Alice.
-En todo caso fue una loba...¿recuerdas que te dije que estaba enamorado de una cabaretera, Eugeo?
-¿También es prostituta?
-Para nada...solo pague el cuarto de hotel y eso porque se lo insistí...le monté los cuernos a Asuna, Eugeo...hice el amor con esa mujer varias veces.
-¿Y lo volverías a hacer? -Cuestionó Alice arqueando una ceja.
-Sin pensarlo dos veces...porque de verdad estoy enamorado de ella...y ella de mí.
-¿Te lo dijo directamente?
-No Eugeo...pero me lo dejo a entender.
-Pues cuídate. Las mujeres ven si tienes dinero, te lo exprimen y luego te abandonan. -Alice miró a Eugeo con ganas de golpearlo. -¡Claro que solo algunas, no todas!, ¿verdad que sí, amor?
-Sí, Eugeo...no todas hacemos eso.
-No, ella no sería capaz de eso...sin duda alguna su amor es verdadero.
-¿Y cómo planeas decírselo a Asuna?
-Ese es el problema, se supone que nos amamos con locura...pero esto va más allá de todo lo que pueda afrontar.
-Puedes poner de pretexto que ya no confías en ella...que es por lo que paso entre ustedes dos.
-No...eso ya es agua pasada, no tendría sentido alguno...pero tengo que pensar, pensar eso es lo que tengo que hacer.
Kazuto se sentó en un sillón mientras se tallaba los ojos, se le veía sumamente desesperado.
-¿Qué otra sugerencia tienen?
-Que le digas la verdad, no hay nada mejor que la verdad. -Expresó Alice.
-Alice...no es la mejor idea pero creo que la correcta. -Habló Eugeo.
-Mientras me sirva por mi perfecto...tengo que acabar mi relación con Asuna pero...el problema es Yui.
La niña no lo quería, por lo cual Asuna no la dejaría verla ni en pintura...algo que Kazuto le destrozaba el alma ya que él si quería mucho a Yui.
-No te puede condicionar verla, tú eres el padre. -Aclaró Alice.
-No me importa si Asuna no me quiere dejar verla...lo que me preocupa es que Yui sea la que me dé la espalda.
-Al menos esta noche piénsatelo seriamente, a lo mejor y solo es algo que pasa por tu mente y mañana con una buena taza de café y un baño caliente se te olvida. -Consoló Eugeo.
-No quiero que sea así...no quiero olvidarla.
Shino estaba tirada en el suelo, desnuda y en posición fetal sin poder dejar de llorar por lo que había sucedido.
Shinkawa se estaba acomodando la corbata y la playera, con el entrecejo fruncido.
Lo único que hizo al terminar fue ir por una manta para colocarla sobre Shino.
-Me parece que te he dicho hasta el cansancio que eres una mujer muy mal portada. Te doy todo lo que me pides, hago todo lo que me dices...¿y me pagas con esto? Pero no soy rencoroso Shino, te perdono esta vez, solo te advierto que a la próxima no la tendrás tan fácil.
Shinkawa fue hasta la puerta para abrirla y pararse en el umbral de la misma.
-Si llego a saber con quién estuviste...ten por seguro que lo mato. -Shinkawa cerró la puerta de golpe.
Cuando pasaron unos segundos, Shino rompió en sollozos, no podía creer que Shinkawa le hubiera hecho algo así. No importaba que fueran novios, fue en contra de su voluntad.
-Kazuto...ojala estuvieras aquí.
La mañana era fresca, Eugeo había levantado a las 6 a Kazuto ya que él y Alice irían a jugar tenis a las 7, por lo cual hallaron prudente despertarlo de una vez.
-Gracias por todo. -Dijo Kazuto al tiempo que le daba un abrazo a Eugeo.
-¿Y entonces que harás?
-No lo sé realmente...lo pensé toda la noche, de hecho, no pude ni dormir.
-Se te nota, estas lleno de ojeras.
-Lo único que puedo decirte es que mis sentimientos no cambiaron por ella en lo que fue de la noche.
-De ti...me sorprende bastante, luego me cuentas si se te ocurre algo.
-Está bien, no te preocupes por ello.
Kazuto fue hasta su auto y se puso en marcha a su casa.
Llego bastante pronto ya que al ser una mañana de domingo...la gente estaba en su casa durmiendo en vez de estar en sus autos.
El portero del lugar vio a Kazuto caminar hacia el edifico, por lo cual le abrió la puerta, que estaba cerrada.
-Buenos días, Dottore.
-Buenos días.
Cuando llego a su casa y abrió la puerta se estaba preguntando como lo recibiría Asuna.
-¿Con un abrazo?, ¿con un beso?, ¿o con ambas?
Solo se quitó el saco y se tronó el cuello ya que estaba agobiado de no haber dormido la noche anterior.
Al abrir la puerta de su casa se llevaría una sorpresa para nada agradable, algo que esperaba no ver otra vez en su vida.
-Buenos días prince...
Asuna estaba acostada con otro hombre, era diferente al de la última vez.
-Hija de puta. -Masculló.
-¡Ka-Kazuto, ¿no me habías dicho?!
-si...te dije que llegaría a primera hora de hoy...pero parece que llegue antes, maldita perra.
-¿Qué está pasando aquí? -Preguntó el tipo.
Kazuto solo respondió:
Kazuto fue hasta la cama, tomó al tipo del cuello y lo tumbó al suelo, le dio algunos golpes hasta que Asuna lo detuvo.
-¡Ya basta Kazuto, lo vas a matar! -Exclamó, asustada.
-¡Eso es justamente lo que quiero, por si no te habías dado cuenta!
Kazuto siguió golpeando al hombre tratando de apartar a Asuna.
Pero algo lo detendría.
-¡Papá, ya basta!- Yui estaba frente a la puerta, llorando. -Ya basta...por favor, papá.
-Yui...
Kazuto se levantó y fue a abrazar a la niña, tratando de calmarla.
-Ya...ya paso, ya paso. -Kazuto cerró los ojos mientras abrazaba a Yui la cual poco a poco dejo de llorar.
El hombre escapó mientras Kazuto estaba abrazando a Yui, le dio la tentación de golpearlo mientras estaba vulnerable pero si algo le pasaba a Yui, Asuna lo terminaría de matar.
-Ve a jugar a tu cuarto...papi y mami tienen unas cosas de que hablar.
-Está bien papá, te quiero. -Yui le dio un beso en la mejilla a Kazuto, era la primera vez que lo hacía y por eso mismo las lágrimas se le escaparon.
-No te diré nada esta vez Asuna...Yui dijo todo por mí.
-...
-A mí me puedes torturar de la forma que quieras...pero a Yui no, ella se dio cuenta de lo que hiciste, ¿te enteraste?
-Si piensas que con esto vas a chantajearme.
-No usaría a nuestra hija para algo así...no caería tan bajo como tú.
-¡No me hables de esa manera, Kazuto Kirigaya!
-Quiero el divorcio...Asuna...si ya no me amas entonces quiero el divorcio...solo te daré lo que Yui merece, pero son dos veces las que me traicionaste.
-¿En verdad eso quieres?
-Si...ya lo decidí...pero ni creas que me vas a quitar a mi niña por ello, ¿la escuchaste Asuna?, Yui me dijo...que me quería, me dijo que me quería cuando nunca antes lo había hecho. -Kazuto soltó una pequeña risa de lo feliz que estaba.
-Siéndote sincera, Kazuto...yo nunca te amé, de no ser por mis padres yo no me hubiera casado contigo...creo que ese fue el error.
-Lo que mal empieza mal acaba...pero no debemos de terminar mal nosotros, a Yui le dolería mucho que eso pasara.
Kazuto estaba contento, su relación con Asuna había terminado de una buena forma, su hija lo quería y tenía una nueva persona con la que contar.
Pero no la tendría tan fácil en realidad.
Pasaron unas dos semanas del proceso de divorcio, Asuna partiría a casa de su madre y Kazuto se quedaría con el departamento ya que estaba a su nombre.
Aunque no quisiera, Yui iría con Asuna, aunque podía visitar a Kazuto las veces que quisiera.
-¿Entonces el lunes, papá?
-Si mi niña, nos vemos el lunes. Ahora ve con mamá.
-Te quiero mucho papá, cuídate.
Yui abrazó a Kazuto como nunca lo había hecho, y él, por primera vez en toda su vida sintió que Yui de verdad lo quería abrazar.
Nada lo podía hacer más feliz, excepto ver a una persona.
El show había terminado, por lo cual Shinkawa fue hasta los camerinos.
-¿Esta aquí la mujer más hermosa del mundo? -Preguntó con una sonrisa.
-Hola Shinkawa. -Respondió Shino, secamente.
-¿Estas enojada?, puedo venir después si quieres.
-Estoy cansada solamente. No es nada del otro mundo.
-Me alegra que no estés enojada, ¿vamos a cenar cuando termines de arreglarte?
-Me parece bien.
Alguien más tocó la puerta del camerino por lo cual Shinkawa abrió la puerta.
Shino se puso pálida de solo ver quien estaba en la puerta.
Era Kazuto, tenía un ramo de rosas en la mano y estaba sonriendo.
-Hola Shino, ¿te fue bien el día de hoy?
Kazuto se acercó a Shino y le dio un beso en los labios el cual ella no correspondió ya que estaba paralizada del miedo.
-¿Estas bien?...pasa algo.
Shinkawa miraba escéptico. Ya sabía quién era el hombre con el que Shino había estado esa noche.
-No...estoy bien.
-¿Segura?, ¿no me convences del todo?
-Si Kazuto, estoy bien.
-¿Quieres venir a mi casa a ver alguna película?, ¿o vamos a la tuya?
-No, no, hoy estoy cansada.
-Señor, ¿puedo preguntar su nombre? -Dijo Shinkawa.
-Kazuto Kirigaya, ¿usted quién es?
-Se puede decir que soy mitad dueño del cabaret, ¿salimos a beber algo mientras la señorita se cambia?, veo que ha estado mucho tiempo por aquí así que quizá si me dice algo en lo que cabaret pueda cambiar estaré muy agradecido.
-Kazuto, es mejor que te vayas a...
-Deja que él hable, Shino.
-Bueno... -Shino miraba a Kazuto con ojos desesperados. -¿Por qué no?
Cuando ambos salieron del cuarto, a Shino se le escapó el aire y lágrimas casi se le estaban escapando de los ojos.
-Por favor que no le pase nada malo.
Ambos se sentaron en una mesa cerca del bar, el mesero reconoció a Kazuto por lo cual lo saludo dándole la mano.
-¿Lo de siempre señor? -Preguntó.
-Por favor.
-¿Usted gusta de algo, jefe?
-Solo un escoces con agua. -El mesero fue por lo pedido. -Cuando a una persona le preguntan en un bar si le sirven lo de siempre entonces es que pasa por ahí muy seguido.
-Sí, así es. Podemos decir que vengo por Shino únicamente.
-Ya veo...¿y ella fue la que te habló o?
-No, fui yo, la primera vez que la vi sabía que esa chica era para mí...estoy loco por ella si le soy sincero.
El mesero llego con las bebidas.
-Después de usted. -Dijo Shinkawa.
-El licor que sirven en el bar es de buena calidad, pero si tuvieran más variedad en los cocteles estaría estupendo.
-¿Cómo dijo?
-Que más coctelera no estaría mal, quería mi opinión, ¿no es así?
-Si...justamente quería su opinión...pero quería algo más de usted.
-¿Y que es ese "algo"?
-No se lo tome a mal pero...Shino no es una mujer para usted, ella es mi novia.
Kazuto se quedó pasmado, pero luego de unos segundos se soltó a reír.
-No sé qué fin persiga con esa broma, o no se si quiera ponerme a prueba pasa saber si soy un buen prospecto para Shino.
-¿Tengo cara de que estoy jugando? -Shinkawa estaba muy serio.
-...No puede ser verdad.
-¿Ella te dijo que te ama?, ¿Qué tanto han hecho juntos?
-Claro que me lo ha dicho. -Mintió. -Y hemos hecho lo suficiente para saber que quiero estar con ella el resto de mi vida
-Hum...como que no le quiero creer...se puede decir que soy todo para Shino, no le miento en lo más mínimo...soy T O D O para ella. Hmm, por lo cual creo que usted no es nada más que un capricho que ella se quiso dar.
-Yo sé perfectamente que eso no es verdad, ella está enamorada de mí, ¡lo se mejor que nadie!
Shinkawa se acercó un poco a Kazuto, se sentía en todo el cabaret el antagonismo de ambos.
-¿Te crees más inteligente que yo, Kazuto?, ¿es eso?
-No me creó más inteligente...lo soy, amigo mío.
-Creo que estas mal en eso, no hay nadie más inteligente que yo.
-Si usted lo dice. -Kazuto dejo un billete en la mesa y se fue muy molesto.
Cuando estaba afuera, Shinkawa lo alcanzo abriendo la puerta violentamente.
-Ándese con cuidado...este barrio es peligroso.
-Tu, hijo de puta.
La pelea era inevitable, los dos hombres se agarrarían a golpes hasta que uno de los dos cayera muerto.
Kazuto se tronó los dedos, Shinkawa se quitó el saco y lo tiro al suelo mientras se tronaba el cuello.
Ambos comenzaron a caminar en dirección al otro con la pura intención de matarse.
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¡putazos, putazos!
Ya verán que pasa con la pelea la próxima semana
Este capítulo estuvo fuerte pero es un drama realista.
No se me ocurre que más decir :v así que ahí se ven
-Arturo
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