Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo doce.

Estaban en casa de Kazuto, un lugar que podía decir que era seguro para ambos ya que Shinkawa no conocía la dirección.

Pero aun así Shino estaba muy furiosa y no tenía intención alguna de dirigirle ni la mirada a Kazuto.

La había llevado a su casa sin explicación alguna y sin entendimiento del por qué lo hacía.

Pero no solo estaba furiosa, también estaba muy preocupaba ya que Shinkawa buscaría a Kazuto para matarlo en cuanto supiera que Shino no llegaría aquella noche.

-Muy bien...¿no piensas hablar después de todas esas cartas? –Preguntó Kazuto, disgustado.

Ella solo aparto su mirada de los ojos de aquel hombre tan curioso.

-Ten en cuenta que no puedo vivir sin ti, Shino. –Kazuto la tomó de las manos. –Tú eres todo para mí.

-Y tú también lo eres...Kazuto si Shinkawa te llega a hacer algo...ten por seguro que yo me muero.

-Él no puede hacerme nada...he estado practicando, aquella vez me tomó por la espalda, por sorpresa. Pero la próxima vez que nos veamos las caras lo matare.

-No, él es muy fuerte, no puedes hacerle nada...por favor Kazuto déjame ir.

-¿Por qué no podemos ser felices tu y yo?

-Porque mientras Shinkawa esté vivo...tú y yo no podremos llegar a ser nada.

-Bien...puedes irte. –Kazuto se levantó del sillón donde estaba sentado, fue hasta la puerta y la abrió. –Si eso es lo que quieres no te puedo mantener aquí a la fuerza.

Shino se lo pensó por un instante, hace tiempo que no veía a Kazuto llorar. Porque eso es lo que hizo tras pedirle a Shino que se fuera.

-Puede que...en realidad no me quiera ir. Aún hay una solución...si es que podemos llamarlo así.

-¿Una solución?

-Shinkawa me amenazó diciendo que prefería verme muerta a con alguien más...yo podría, no se...simplemente desaparecer.

Kazuto se lo pensó un momento, estaba entendiendo bien lo que Shino le quería decir. Únicamente cerró la puerta.

-¿Entonces no a la opera? –Kazuto siempre sabía que decir en los momentos más inadecuados, cosa que hizo reír a Shino.

-No, baka...hoy no habrá opera.

Si Shino desaparecía de la nada y sin dejar rastro pues...podría funcionar, además de que Kazuto podría ir al cabaret para no levantar sospechas.

Si Shinkawa se ponía rabioso le podría mentir diciendo que estaba buscándola en el cabaret...que él pensaba que Shino estaba trabajando en el cabaret.

-Sabes...aún hay una carta que quiero entregarte, es muy valiosa y creo que con esto podemos dar por terminado el trabajo de Eugeo. –Dijo Kazuto.

-Sorpréndeme. –Pidió ella.

El sobre era muy delgado, parecía ser que solo era una hoja únicamente...pero sin duda esa hoja resumiría todas las anteriores en una simple pregunta.

Shino abrió la carta, como lo esperaba solo era una hoja. Por lo cual no tardó mucho en desdoblarla...sin embargo notaba que Kazuto estaba muy ansioso.

La carta solo tenía una línea.

Shino: cariño mío, luz de mi vida...¿Quieres casarte conmigo?

Cuando Shino despegó los ojos de la carta, veía a Kazuto sonreír tontamente.

Eso era todo lo que anhelaba en la vida, ver la tonta sonrisa de Kazuto todos los días de su vida, hasta el final de ella.

-Dame un segundo.

Shino fue rápidamente a conseguir una hoja y una pluma, la respuesta sería de la misma forma que la pregunta.

Kazuto solo tomó la hoja entre sus manos y con nerviosismo la desdobló.

Señor tartamudo...el hombre de mis sueños, Kazuto. Claro que quiero casarme contigo.

-Hay algo que no viste que estaba en el sobre. –Expresó Kazuto.

Shino tomó nuevamente el sobre y al ver que faltaba...era un anillo.

-Es hermoso. –Kazuto lo agarró de la mano de Shino y lo colocó en su dedo.

Y así, aquella singular pareja estaba comprometida.

Lo único que se puede rescatar de la pequeñísima boda es que fue en secreto, el padre fue hasta la casa de Eugeo para casarlos.

A la boda estaban invitados Eugeo y Alice, incluso la pequeña Yui, la cual le costaría trabajo aceptar que Kazuto tenía una nueva mujer...pero luego recordó que mamá tenía varios novios y se le paso.

Pero daba lo mismo, ahora Kazuto y Shino estaban casados, solo la muerte los podría separar.

Durante varios días Shino no había llegado a casa, no contestaba el teléfono...solo una persona se le venía a la mente en ese momento: Kazuto Kirigaya.

Lo veía, veía cómo es que ese hijo de puta estaba teniendo sexo con Shino a todas horas, la muy perra seguramente lo disfrutaba mientras él...mientras él se quedaba de brazos cruzados, traicionado completamente.

-Esto no se va a quedar así. –Shinkawa tomó su navaja y la enterró en el pecho del maniquí de combate que solía usar. –Me las vas a pagar con intereses...maldito perro.

El odio lo tenía consumido, solo pensaba en matar a Kazuto, en cuanto lo viera acabaría con él.

Ya era sábado y para no levantar sospechas, Kazuto y Eugeo fueron al cabaret. Si se encontraban a Shinkawa era mucho mejor ya que así podían hacerlo caer en la mentira.

-No lo se...ya sabes que no me gusta leer mucho. –Confesó Kazuto.

-Oh vamos, es una lectura básica, ¿si te gustó? –Preguntó Eugeo, impaciente.

-Pues...ñeh, no estuvo mal pero ya sabes que para libros no soy buen crítico.

En cuanto lo vio, Shinkawa no dudo ni por un segundo ir a la barra donde estaban ellos dos. Una cosa era segura: Habría sangre.

Shinkawa tomó un vaso con la intención de romperlo en la cara de Kazuto, no le tendría ni una pisca de piedad.

-¡Jefe, ¿Qué está haciendo?! –Preguntó el cantinero.

Al percatarse que Shinkawa venía hacia él, Kazuto se levantó sin la mínima intención de pelear.

-¡Shinkawa, dime donde esta Shino! –Exigió Kazuto.

-¡Eso mismo te digo a ti, hijo de puta!

Shinkawa trato de golpear a Kazuto pero solo lo consiguió una vez ya que entre la seguridad lo agarraron, aunque forcejaba para soltarse no podía.

-¡Cálmese señor, si el no hizo nada!

-¡¿A dónde te la llevaste?! –Farfulló Shinkawa.

-Eso mismo te pregunto a ti...¿Dónde está ella?

Eugeo solo fingía estar tranquilizando a Kazuto, pero estaba conteniendo una sonrisa.

-¡Suéltenme, solo quiero hablar tranquilamente con él! –Masculló.

Y así, Shinkawa se arregló el saco y la camisa para sentarse a platicar con Kazuto...con varios elementos de seguridad cerca de la mesa.

-Muy bien...tranquilicémonos...somos personas civilizadas. Sentémonos a platicar para saber dónde demonios esta Shino. –Habló Kazuto.

-Creo que los dos tenemos esa duda...porque si no está contigo y ya tiene varios días que no la veo solo se me ocurre que no está con ambos.

-¿Sabes si tenía otro amante?

-De ella me espero cualquier cosa...y cuando dijo cualquiera de verdad es cualquiera.

El cantinero estaba en la misma situación, nunca había escuchado algo así...pero él tenía algo que ver con todo esto.

-Señor...tengo esta carta que una de las chicas me dio...va dirigida a usted.

-¿Por qué no me la diste antes?

-Pues...porque apenas entró trato de golpear al caballero.

-Cierto. –Shinkawa tomó la carta en sus manos y la comenzó a leer. –Esto también tiene que ver contigo.

Kazuto se acercó para ver que decía.

Shinkawa. Kazuto...los dos son tan estúpidos, ¿de verdad creyeron que amaba a alguno de los dos? Tengo un tercer amante, un ricachón europeo que sin duda hace mucho mejor el amor que alguno de ustedes dos. Solo espero que no me extrañen mucho ya que no pienso volver, me iré a Lituania. Iki pasimatymo, (hasta luego en lituano)

-Esto tiene que ser una broma...por qué es lo más estúpido que he leído. –Expresó Shinkawa.

Kazuto solo estaba lagrimeando...sin duda una buena actuación convencería del todo a Shinkawa.

Lo único que el enojado hombre hizo fue golpear la mesa haciendo temblar los vasos.

-Este es un puto chiste de mal gusto. -Shinkawa se levantó de la mesa. -¡Esa mujer nunca fue para ninguno de los dos!, pero ten por seguro que yo la encontrare, ¡aunque sea lo último que haga!

Todo fue perfecto...hasta que algo hizo que Kazuto se sintiera desdichado.

-Y en su primera presentación, esta chica es todo un caso. Puede parecer una niña pequeña, pero sin duda tiene un arma grande, ¡Ella es Suguha Kirigaya!

Eugeo se sacó de onda, ¿Kirigaya?

-Sugu... -Susurró Kazuto.

Y justamente como le dio la impresión, ahí estaba la hermana menor de Kazuto, bailando para los hombres en un cabaret.

Era muy curioso. Kazuto era un hombre que tenía todo y de todo...¿pero su hermana tenía que trabajar de su cuerpo?

La sorpresa fue tal que Kazuto se desmayó.

-¡Esta bien, caballero!

Entre varios hombre estaban tratando de reanimar a Kazuto ya que estaba completamente inconsciente.

Eugeo trataba de comprender lo que estaba pasando. Sabía que Kazuto tenía una hermana...pero nunca la había conocido ni sabía cómo lucia.

-Vamos, vamos amigo despierta. –Suplicaba Eugeo.

-Aquí traje un levanta muertos. –El cantinero le paso a Eugeo un embudo y un tarro de lo que parecía ser cerveza.

Pero era una mezcla de cerveza, tequila whisky y vodka...se podía decir que si Kazuto se tomaba más de un cuarto tendría la resaca de su vida, por lo cual solo le dieron unos tragos.

Y así como arte de magia, Kazuto se levantó abriendo los ojos y tosiendo mientras se golpeaba el pecho.

-¿Qué carajos fue lo que paso? –Cuestionó Kazuto

-Eso mismo te preguntó a ti...¿Qué te paso?

-Tengo que ir a los camerinos a como dé lugar. –Sin dar mayor explicación, Kazuto fue corriendo a los camerinos. El show de Suguha ya había terminado hace unos momentos.

Cuando abrieron la puerta, la misma chica de siempre lo recibió.

-Shino no vino hoy, ¿quieres dejarle un recado?

-Estoy buscando a Suguha.

La chica solo arqueó las cejas pensando que ya se había cansado de Shino y ahora estaba tras la chica nueva.

-Oye Suguha, ya tienes un nuevo admirador en la puerta.

-¿Admirador?

Suguha fue a la puerta contoneando graciosamente el trasero, pero vaya sorpresa se llevaría al ver a su hermano parado en la puerta.

-Sugu. –Exclamó él, tranquilo.

Ella solo fue, camino un poco apresurada ante él y le dio una bofetada.

-¿Por qué siempre que me paró en esta puerta me pasa algo malo? –Se cuestionó.

-¡Como te atreves a venir aquí para verme!

-Suguha yo...yo no vine a verte...hace ya unos meses que pasó por el cabaret yo en verdad no sabía que trabajabas aquí.

-No te creo...¿en verdad quieres verme bailar semidesnuda a pesar de que me rechazaste hace 10 años?

-Como en aquel entonces te digo lo mismo: Somos hermanos Suguha...no te veo con esos ojos.

-¡Y de ser así porque vienes a verme!

-¡No vine a verte Suguha, pregúntale a quien quieras!...¿pero por qué trabajas aquí?

-Porque nos dejaste a mamá y a mí a nuestra suerte, ¿no crees que es por eso?

-Mucho tiempo ustedes me dieron la espalda por lo que había sucedido...incluso pensé que dejaron de verme como parte de la familia.

-Y no te equivocas, te pagamos con la misma moneda que tú nos cobraste.

-¿Cobrarles?, ¿qué fue lo que les cobre a ustedes?, ¡si fueron las que me dejaron a un lado, solo hice mi vida la cual fue un fracaso ya que ustedes no estaban ahí para apoyarme!

-¿Le llamas fracaso a una vida llena de lujos?, no se si te estas burlando de mí.

-Suguha...tengo todo y a la vez tengo nada, ¡mi esposa me engañaba, mi hija no me quería y la mujer a la que amo me dio la espalda!...¿crees que eso es vida?

Suguha se quedó callada un momento tratando de analizar lo que su hermano le estaba diciendo. No podía negar que tenía la razón.

-¿De qué me sirve tener tanto si al final no soy feliz?...deje de serlo desde que mamá y tú me dieron la espalda.

-Entiendo...¿pero si estabas tan dolido porque no lo dijiste?

-Yo estaba muy confundido...no sabía que era lo que quería hasta que ella llegó a mi vida, de no ser por eso ya me habría quitado la vida.

-¿Ella?, ¿Quién es ella?

Shinkawa había estado escuchando el griterío que los dos causaron...por lo cual fue a ver qué pasaba...pero no los interrumpió debido a que se habían calmado...y por qué estaban por mencionar a Shino seguramente.

-Trabajaba aquí hasta que la "rescate"...es el amor de mi vida, era aquello que buscaba sin saberlo, yo vivo gracias a ella y no estoy exagerando...junto con mi hija es todo aquello que me queda.

-¡¿Entonces trataron de engañarme?, esto me lo vas a pagar con tu sangre, Kazuto! –Pensó Shinkawa muerto de rabia.

-¿De verdad pensaste en suicidarte?...¿tan mal estabas, oni-chan?

-No puedo negártelo...la única palabra que pasaba por mi mente era "suicidio"...pero todo cambio cuando ella llego a mí, cambio mi vida por completo.

Suguha podía tenerle rencor a Kazuto por haberla negado cuando eran jóvenes...pero ya había pasado mucho tiempo desde aquello.

Se dio cuenta, muy tarde, que era una tonta fantasía juvenil que tenía. Ahora al ser una mujer sabía que no podía tener un amorío con su hermano.

-Perdóname...

-¿Sugu?...¿por qué debería perdonarte?

-Éramos jóvenes...éramos muy tontos...yo pensé que en verdad estaba enamorada de ti cuando en realidad...solo estaba desesperada por tener un novio que no tomé en cuenta lo que tu pensabas...nos separamos mucho tiempo por algo que...ahora que lo pienso era un sinsentido.

Suguha no pudo contener las lágrimas de la tristeza, tantos años perdidos por una cosa absurda, por no tomar en cuenta lo que Kazuto sentía por Asuna en aquel entonces.

-Lo importante es que nos encontramos de nuevo...¿crees que a mamá le gustaría venir a comer a mi casa y conocer a Yui?

-¿Yui?...no tu novia se llamaba...

-Yui es mi hija...tu sobrina.

Los dos hermanos se abrazaron después de tantos años de no hacerlo. Después de tantos años de rencor y odio...había quedado atrás.

Shinkawa fue hasta casa para tomar su navaja higonokami y su revólver tipo 26 poniendo una sola bala.

En la bala talló el nombre: Kazuto. El dicho de "tengo una bala con tu nombre" nunca antes había sido más real.

Disparar al corazón o a la cabeza eran sus dos opciones principales.

Kazuto estaba regresando a casa después de ese increíble reencuentro entre él y Suguha, aún estaba emocionado por aquello.

Emoción que se notaba en su rostro a más de 20 mil leguas de distancia. Por eso Shino no tardó en preguntarle que tenía.

-Nada...solo pasa que me reencontré con mi hermana.

-¿Tenias una hermana?, ¿Por qué nunca me dijiste?

-Porque pensé que ella me había olvidado...pero parece que no.

-Me alegra mucho que te haya pasado algo así, uno no se reencuentra con un ser querido tan fácilmente.

-Lo se...ahora ya puedo decir que tengo una familia...antes solo eras tú y mi hija...pero mi hermana y mi madre me aceptan una vez más.

-¿Por qué no jugamos un rato para celebrar?, te espero en el cuarto.

-Mientras me cambio...solo vístete con la sabana...ver tu cuerpo pegado a ella me gustara mucho.

Shino solo soltó una pequeña risita.

Kazuto se estaba quitando el chaleco cuando alguien tocó la puerta.

-¿Quién será a esta hora?...no recuerdo que Eugeo me haya dicho que vendría. –Pensó Kazuto mientras se dirigía a la puerta.

Cuando la abrió deseó no haberlo hecho.

-¿Tú me...extrañaste? –Era Shinkawa, que sin juegos le soltó un puñetazo a Kazuto directo a la cara que lo dejo mareado.

-¿De verdad creyeron que podían engañarme? ¡A mí!, no señor.

Shinkawa le dio dos golpes más a Kazuto que lo hicieron escupir sangre tumbándolo al suelo.

Mientras Shinkawa sacaba su navaja, Kazuto movía la cabeza para despejarse. Se levantó, se quitó el cinturón y lo amarró a su mano para poder golpear más fuerte.

Shinkawa soltó un navajazo que cortó un poco el brazo de Kazuto.

-Anteriormente los chinos hacían 1000 cortes a los siervos que habían asesinado a sus amos...Shino no me asesino...pero estoy seguro que lo pensó muchas veces, por eso mismo ambos sufrirán el mismo destino.

-¿Estás diciendo que tú eres su amo?

-Siempre lo fui...e incluso después de muerta lo seguirá siendo. –Shinkawa dio otro navajazo a Kazuto.

-Solo te faltan 998 cortes, Kazuto. No hagas que mi trabajo sea largo.

Kazuto tomó un cenicero de vidrio que estaba en la mesa y se lo arrogó a Shinkawa. Aprovechó de que se cubrió para derribarlo y tirar su navaja lejos de su alcance.

-¡No eres nada sin esa basura! –Exclamó mientras le daba algunos golpes en la cara a Shinkawa.

Pero él no dejaría que lo golpearan, por eso mismo Shinkawa se defendió dándole un gancho al hígado a Kazuto tan fuerte que lo hizo escupir sangre.

Mientras Kazuto se retorcía en el suelo, Shinkawa aprovechó y lo tomó del cuello para aplicarle una mata león.

Kazuto solo trataba desesperadamente de zafarse de la llave de Shinkawa mientras su cara enrojecía.

Únicamente lo logró dando varios codazos a las costillas de Shinkawa el cual finalmente lo soltó debido al dolor que Kazuto le provocaba.

Shinkawa se retorcía por el dolor en las costillas, Kazuto le había fracturado dos. Pero él no la pasaba mucho mejor, estaba recuperando el aire.

Vio la navaja de Shinkawa a su alcance por lo cual fue por ella, pero Shinkawa reaccionó rápido y disparó la única bala de su revólver.

Un gran zumbido en sus oídos se hizo presente, luego el dolor apareció. Kazuto dejo de sentir sus piernas por lo cual cayó al suelo como saco.

Shinkawa fue tranquilamente hasta él y le quitó la navaja.

-Ahora siguen tus 998 cortes, Kazuto. –Cuando estaba por agacharse, Shinkawa recibió dos disparos por la espalda. –Creo que...después de todo olvide preguntar si Shino estaba en casa. –Shinkawa se desplomó en el piso.

Shino estaba en la puerta del cuarto apuntando con la Black Star Tipo 54 que Kazuto tenía para defenderse si alguien entraba a casa.

Y no había estado ahí tantos años acumulando polvo en vano.

Shino fue hasta Kazuto, llorando. Su playera blanca se tornaba roja poco a poco mientras los segundos pasaban.

____________________________________

Pues....¿como decirlo?, me da tristeza y alegría comunicarles que la próxima semana es el ultimo capítulo de este libro.

Todos reímos, lloramos, odiamos a Shinkawa a más no poder...pero eso se acabo.

Nos vemos en una semana.

-Arturo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro