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28: Mañana de propuestas

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Era temprano cuando el automóvil último modelo se detuvo frente a la reja de la lujosa mansión. JongDae tragó saliva mientras observaba por el cristal como el guardia le dirigía una mirada matadora que inmediatamente fue cambiada por un tono amable en aquella voz masculina.

ㅡ Señor Kim...ㅡ el hombre un poco robusto se dirigió hacia el conductor del automóvil y lo reverenció.

ㅡ Nozomi... éste es el señor JongDae, no tengo problemas en que entre en mi casa. ㅡ JiYong habló mientras se acomodaba la corbata.

El mecánico se hundió de hombros y le dedicó una sonrisa bastante sarcástica al guardia de seguridad que anteriormente se había metido con él e incluso lo había amenazado con llamar a la policía.

Sin esperar respuesta, JiYong subió el vidrio de la ventana y volvió a poner en marcha el automóvil, que entró sin problema alguno a los terrenos de la enorme casa que JongDae tenía enfrente.

Se estacionó frente a la puerta principal y uno de sus empleados salió a recibirlo inmediatamente, mientras que el hombre se bajaba del auto con presteza, siendo seguido por JongDae, cuyo corazón estaba más que acelerado por encontrarse en ese lugar después de una noche de copas y sinceridad con su suegro.

Si es que MinSeok aceptaba lo que tenían para decirle.

ㅡ SeungWan estará en el gimnasio a esta hora... así que no tendremos inconvenientes.

ㅡ ¿Y no cree que... se enterará después? ㅡ Preguntó JongDae mientras entraba en la casa, sintiéndose completamente ajeno a todos los lujos que había en todo su entorno.

Era deslumbrante por donde lo viera, el mecánico no podía creer que los muebles llegaran a brillar tanto y que el piso se viese como si fuese nuevo. Incluso se apenó un poco tener que pisar las lujosas baldosas mientras avanzaba detrás del señor Kim, que se hundió de hombros ante su pregunta.

ㅡ Yo me encargaré de ello, así que no te preocupes por eso. ㅡ El hombre se detuvo de manera repentina y Chen tragó saliva.

Estaba nervioso, por supuesto, habían hablado tanto hasta encontrar un punto medio a las negociaciones que habían comenzado después de que él se decidiera a como dé lugar a no perder a MinSeok por las palabras de JiYong.

Y ese hombre con unas cuantas arrugas en su piel albina y una sonrisa gastada de todas las ceremonias armadas a las que había asistido durante toda su vida, le brindó un poco más de confianza en lo que había decidido.

En que la determinación era lo que más debía conservar cuando hablara con MinSeok. Se habían amanecido en el bar donde trabajaba y después JiYong lo llevó a casa para darse una ducha y cambiarse de ropa. A JongDae le apenó muchísimo tener que dejar a su suegro entrar a su pocilga. Él no había dicho nada, por supuesto, simplemente había esperado en la que debía ser la sala en silencio, observando un poco el lugar donde MinSeok había estado pasando tanto tiempo.

Pese a que Chen no tenía mucho en su pequeño departamento, era humilde sí, pero tenía todo limpio pese a sus horarios que no le permitían demasiado, y cuando salió por fin de bañarse y con un cambio de ropa nuevo... se sintió mucho mejor, más despierto y con más ánimos de ir a casa de los Kim.

Así era como había terminado en el auto de JiYong, que se detuvo a comprar un par de cafés cargados para los dos, antes de seguir su camino directo a casa, donde por fin vería a su precioso novio y le quitaría todos los pesares que tuviera encima.

ㅡ MinSeok está en su cuarto, no ha querido salir desde entonces. ㅡ JiYong anunció y comenzó a caminar por el largo pasillo del primer piso ㅡ Por favor sé cuidadoso, es mi hijo y esta es mi casa.

Las mejillas de JongDae se colorearon mientras asentía una y otra vez, porque bueno, no era como si fuese tan descarado como para sacar a jugar a Rex en la casa de su suegro, pese a que prácticamente ya se había ganado su permiso.

ㅡ Sí... no se preocupe.

Fue lo último que JongDae murmuró antes de chasquear la lengua y con las piernas un poco temblorosas y nada que ver con todo el alcohol ingerido la vez pasada, desplazándose lentamente escaleras arriba, hacia el segundo piso, donde su amor estaba atrincherado en la habitación del fondo, como su suegro le había mencionado.

ㅡ Bueno Chen, llegó la hora ㅡ murmuró mientras respiraba profundamente e intentaba controlar sus nervios, todo lo que sentía de que pronto vería a MinSeok y podría volver a abrazarlo.

Sentía como si hubiesen pasado meses pese a que solo fueron unos días, cuando su mano se posó finalmente sobre la perilla de la ancha puerta y su corazón golpeteó fuerte en su pecho, listo para comenzar. Porque sí, aquello era sólo el comienzo.

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ChanYeol se sorprendió realmente cuando sus ojos observaron la pequeña silueta de su novio en la puerta de la oficina de El Dorado.

El bajito estaba tocando con sus nudillos, por lo que había llamado su atención, pensando que podría ser cualquiera de sus dos empleados, sin embargo, la decepción no existió porque su sonrisa se ensanchó en automático, mientras BaekHyun se decidía a entrar en la pequeña oficina.

ㅡ Mira eso, grandulón... todo un patrón de los buenos. ㅡ BaekHyun comenzó a rodear el escritorio y ChanYeol le sonrió un poquito más en recompensa por aquel buen comentario sobre su persona.

ㅡ ¿Qué haces aquí? Es muy temprano. ㅡ ChanYeol preguntó mientras lo recibía entre sus brazos desde su silla, cuando BaekHyun se inclinó para darle un beso suave en los labios.

Se deleitó con el movimiento sutil, con los pequeños labios de su novio mientras que su corazón se aceleraba como cada que se trataba de BaekHyun, sin poder terminar de creer que las cosas hubiesen llegado a ese punto, desde que lo había conocido un par de meses atrás, con su auto averiado.

ㅡ Bueno, quería verte... ¿no puedo ver a mi novio?ㅡ BaekHyun estiró los labios y ChanYeol abrazó su cintura, asintiendo en automático mientras lo envolvía y lo jalaba hacia él, haciendo que el bajito se sentara en sus piernas.

ㅡ Por supuesto que puedes ver a tu novio ㅡ ChanYeol afirmó un par de veces en un movimiento de cabeza mientras el bajito hacía que sus manos envolvieran su cuello.

Volvió a besarlo, tomándose su tiempo, sintiendo la calidez que se desprendía de cada roce mientras se juntaban un poco más, hasta que el aire les hacía falta y se separaban para respirar de manera acompasada.

Por supuesto que había fuego entre ellos, el ambiente estaba un poco tenso como cada que se besaban, pero ChanYeol siempre se controlaba, siempre estaba al pendiente de hacerle sentir como realmente quería. Que no era mera atracción física.

Que lo besaba con el corazón en la mano. BaekHyun se sonrojó por la intensidad matutina del gigante y se mordió el labio inferior, mientras sus ojos brillantes observaban esos pómulos altos y sus masculinas facciones que lo hacían enloquecer cada día un poquito más.

ㅡ Eres tan guapo...

ㅡ Tú eres una belleza ㅡ ChanYeol apretó más el abrazo y BaekHyun se echó a reír de manera nerviosa, sintiéndose cohibido por los halagos de su novio. ㅡ Gracias por venir.

BaekHyun asintió mientras pegaba su nariz a la suya una vez más y lo veía directamente a los ojos.

ㅡ Quiero robarte y llevarte a desayunar... es mi plan secreto.

ChanYeol suspiró al escucharlo y después de un par de segundos, asintió. Porque después de todo no pasaba nada si salía a comer con su novio, si sus empleados al parecer se habían puesto de acuerdo, enviándole un mensaje para informarle que llegarían tarde porque se les había presentado un asunto personal.

Y bueno, con JongDae estaba más que claro qué clase de asunto personal se le había atravesado, y esperaba que finalmente lo dejasen ver a su novio. Pero no sabía qué era lo que JongIn podía tener pendiente, en realidad.

ㅡ Bueno, vayamos por unos taquitos de canasta... ㅡ dijo ChanYeol con una sonrisa, mientras que BaekHyun dejaba la suya de lado tras escucharlo.

Y no lo malentiendan, no es que el bajito no gustara de la comida a la que ChanYeol estaba acostumbrado, ni que le pesara ir a uno de esos lugares a los que no había ido antes.

Sino que pese a que su plan era ir por él y desayunar lo que él quisiera, había algo que había prometido antes.

ㅡ Bueno... pasa que ㅡ BaekHyun se mordió el labio inferior.

ㅡ ¿Qué? Te van a encantar los taquitos... yo lo sé. ㅡ ChanYeol murmuró con un poco de pena al verlo titubear.

ㅡ No es eso, es que quedé de almorzar con mi amigo JunMyeon y su novio SeHun, quieren conocerte ㅡ BaekHyun se hundió de hombros y las mejillas se le colorearon, bajando la mirada por la vergüenza que le suponía haber concertado una cita doble sin la autorización de su novio.

ㅡ Bueno... entonces vayamos a donde quieras ㅡ ChanYeol asintió poco convencido y también un poco incómodo, pero siempre listo para hacer el sacrificio por su amado.

ㅡ Iremos a donde tú quieras la próxima vez... lo prometo.

ChanYeol asintió mientras BaekHyun lo abrazaba con firmeza, dando gracias al cielo por tener un novio tan cariñoso y atento como ChanYeol. Seguro sus amigos iban a morir de la envidia.

Por supuesto.

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Elegancia era la palabra correcta para definir a Do JongHyun, la manera en que se movía demasiado grácil y la forma en que caminaba, JongIn podía ver muchos detalles de KyungSoo en los movimientos de su padre, siempre tan sutil, pero siempre llamando la atención por ser quien era.

El moreno se sentía tan avergonzado, que no quería ni siquiera levantar la cabeza por si los demás lo observaban, todas esas personas en ese caro restaurante al que el padre de su novio lo había invitado a desayunar, mientras que él estaba realmente preocupado de seguir oliendo a sexo de la noche anterior.

Se sentía tan abochornado que hacía las cosas en automático, lo siguió dentro del restaurante y también tomó asiento frente a él en una cómoda mesa para dos, permaneciendo siempre en silencio y con la mirada gacha porque no sabía como ponerle la cara a un hombre como ese, no era cualquier persona, era el señor Do, el padre de su novio, de quien probablemente dependía la relación futura con KyungSoo.

A JongIn le hubiese gustado regresar en el tiempo, hacer que KyungSoo regresara a casa después de hacer el amor y no quedarse aferrado a su cuerpo para volver a tener otra ronda como lo había hecho. O ya de plano le hubiese gustado darse una ducha antes de salir del departamento, para conocer al señor en otras condiciones, más preparado, sin que se quedara en silencio como tonto.

ㅡ Estás muy callado ㅡ JongHyun murmuró mientras le daba un sorbo delicado a su jugo de naranja recién exprimido, con una diminuta sonrisa en sus labios.

JongIn tragó saliva mientras observó el vaso de jugo frente a él y las mejillas se le tiñeron de carmesí, pese a la piel morena. ¿Cómo podía iniciar una conversación con él sin verse demasiado atrevido?

ㅡ Perdón, señor...

ㅡ Está bien, lo entiendo ㅡ JongHyun murmuró mientras dejaba su vaso en su lugar y observaba a su alrededor, suspirando. ㅡ Puede ser incómodo, pero esto es necesario, así que seré yo quien haga las preguntas...

ㅡ Y yo... me limitaré a responderlas, señor. ㅡ murmuró JongIn en voz baja, pero lo suficientemente audible como para que el mayor lo escuchara y asintiera.

ㅡ Bueno, Kim JongIn... ¿Cómo conociste a mi hijo?

JongIn se mordió el labio inferior, porque aún podía recordar como si fuese ayer la mañana en la que KyungSoo había llegado a El Dorado.

ㅡ Lo conocí un día en que... llevó su coche al taller donde trabajo. ㅡ JongIn habló con cierta determinación, pretendiendo no avergonzarse pero fallando en el intento por dejar en claro desde el principio su ocupación.

Y sabía que JongHyun pondría esa cara de sorpresa, porque ningún padre ricachón desea que un chico de baja categoría merodee a su hijo y de paso intente aprovecharse de su riqueza. Aunque a JongIn no le importara mucho ese hecho, claro está.

ㅡ Así que eres... dueño de un taller. ㅡ JongHyun indagó vagamente, observándolo a los ojos en el proceso.

JongIn negó sin más, sincerándose por completo ante el hombre frente a él. ㅡ No señor, trabajo como mecánico en un taller de autos.

ㅡ Ohh... ya veo. ㅡ JongHyun respondió en automático, asintiendo una y otra vez mientras observaba el plato que la mesera le había dejado en la mesa, con fruta y también un par de panqueques.

ㅡ Sí... y entiendo si piensa que yo no soy apto para salir con su hijo, pero bueno, yo en verdad; probablemente no lo crea pero estoy enamorado.

ㅡ ¿Estás enamorado? ㅡ JongHyun preguntó con curiosidad.

ㅡ Sí, KyungSoo fue amable desde el principio y siempre me pareció atractivo, además de que pude desenvolverme con él sin importar el estatus social. ㅡ JongIn pasó saliva nuevamente, mientras sus manos se aferraban a sus pantalones de mezclilla bajo el mantel de la mesa.

ㅡ Mi hijo tiene una facilidad para hablar con las personas que él quiere o le interesan. ㅡ JongHyun sonrió, soltando un suspiro. ㅡ Te había visto en fotos, KyungSoo tiene muchas fotos tuyas y quise conocerte, aunque me temo que no han sido las mejores circunstancias.

JongIn no habló, permaneció en silencio escuchando lo que su suegro tenía para decir, porque sabía que no era el momento adecuado siquiera de intentarlo. El hombre no había terminado, por el contrario, apenas comenzaba.

ㅡ Contrario a lo que piensas, a mí me interesa la felicidad de KyungSoo... por eso estamos aquí, porque necesito que pongamos las cartas sobre la mesa y que asegures que esto no es un pasatiempo ni un juego de «enamora al niño rico e inocente» para ti.

El moreno tembló, sintiendo un cosquilleo en el estómago por los nervios, por todas las posibilidades que veía ante sus ojos, de que quizá si era sincero y hablaba con el corazón, podría obtener el buen visto del padre de su novio, sin muchas complicaciones. A menos que se enterara de que había estado en su departamento haciendo cosas indebidas.

ㅡ No es un juego para mí. Creo que KyungSoo es mi felicidad o parte de ella, y quiero esforzarme para merecerlo.

La determinación impresa en cada una de sus palabras hicieron que JongHyun asintiera lentamente, observándolo fijamente a los ojos, notando ese brillo incesable que le decía que el muchacho no estaba mintiendo y que estaba dispuesto a ir con todo por KyungSoo.

Aquello era lo que JongHyun esperaba como mínimo, la fortaleza de un chico que amara a su hijo aunque no estuviera a su altura económicamente. Para JongHyun esas eran nimiedades, amaba a KyungSoo más que a su propia vida, quería verlo feliz y pese a que muchos en su círculo social lo veían mal por ello, el señor Do estaba dispuesto a defender a capa y espada la felicidad de su hijo.

ㅡ ¿Estás estudiando? ㅡ murmuró JongHyun repentinamente, sorprendiendo a JongIn por la pregunta en sí.

ㅡ No señor, siendo honesto llegué a la ciudad con el sueño de ser un bailarín profesional, pero las cosas no eran tan fáciles como yo lo creía y terminé trabajando de mesero, hasta que encontré este trabajo en el que me va mejor. Bailaba los fines de semana en un antro, pero ya no lo hago.

El moreno se sentía nervioso y JongHyun lo escuchaba con atención, sopesando cada palabra mientras observaba su plato de comida frente a él, decidiéndose a agarrar el tenedor y el cuchillo para comenzar a trozar en pedazos pequeños los hot cakes que le habían servido, instando a JongIn con una seña a hacer lo mismo.

No dijo nada por mucho tiempo, maquinando en su mente una respuesta que pudiera ser satisfactoria para ambos, pero a la vez poniendo nervioso al muchacho, que al no tener respuesta, se sintió más cohibido que antes. Porque todo se reducía a posibilidades.

ㅡ Sé que no tengo mucho que ofrecer...

ㅡ Estoy pensando en algo... una propuesta, que probablemente te haga incomodar, pero mi intención no es hacerte sentir menos. ㅡ JongHyun lo interrumpió, guardando silencio otros segundos antes de proseguir ㅡ Necesito que lo pienses y no respondas a la primera, ¿está bien?

JongIn se mordió el labio inferior, asintiendo mientras comenzaba a comer un pedazo de los hot cakes que le habían arrimado.

ㅡEstá bien señor.

ㅡ Tengo un amigo, es instructor de una academia de baile de prestigio... quizá pueda hacerte una audición... lo más probable es que quedes.

JongIn tragó duro, porque aquello sonaba tan descabellado y tan a su alcance a la vez, era su sueño al alcance de sus manos, aunque no de la manera que debiera, sin la parte del esfuerzo propio y ganar por sus propios méritos la entrada a aquella academia.

ㅡ HyukJae es muy duro, así que no te estaría regalando nada. Si tienes madera te quedarás. ㅡ JongHyun aclaró mientras le sonreía con gentileza.

Aquella sonrisa que JongIn observó en sus labios le dijo al moreno que no estaba intentando comprarlo, que no era en realidad todo arreglado y que podía confiar en siquiera intentarlo. Si lo ponía de esa manera.

ㅡ Simplemente seré la conexión entre ambos, podrás seguir trabajando si quieres... hasta que consigas trabajo como bailarín. ㅡ JongHyun se llevó a la boca el tenedor con otro trozo de fruta y JongIn no podía creer lo que escuchaba. Se preguntaba si acaso estaba soñando.

Por supuesto que había escuchado de HyukJae, era uno de los bailarines más reconocidos del país, y tener el honor de estar en la misma sala que él lo hacía sentir ya de por sí demasiado afortunado, pero a la vez se seguía sintiendo incómodo, por el hecho de que no sería del todo su mérito.

ㅡ Es algo que no tendría forma de pagar, señor... yo ㅡ JongIn se trabó en ese punto, con la adrenalina recorriéndole el cuerpo porque estaba entre la espada y la pared, porque se sentía de aquella manera.

ㅡ Me decepcionaría mucho que no tomaras la oportunidad que te ofrezco, JongIn ㅡ El padre de KyungSoo habló, dejando de comer para ponerse un poco más serio. ㅡ No se trata de mi hijo, ni de que te quedes con él a cambio de ese favor. KyungSoo te quiere y tú pareces buen muchacho, ¿por qué no podría ayudarte si tengo las posibilidades?

El moreno retuvo todo el aire que pudo en sus pulmones, sintiéndose realmente afectado por las palabras del señor Do, que lo observaba de aquella manera, como que esperaba tanto de él sin siquiera conocerlo.

ㅡ Entonces yo...

ㅡ Puedes pensarlo... ㅡ JongHyun murmuró mientras asentía y se sacaba del saco perfectamente planchado una tarjeta pequeña con sus datos personales ㅡ llámame cuando te sientas listo.

El hombre se puso de pie y JongIn hizo lo mismo, porque su suegro estaba a punto de irse y lo había dejado tan sorprendido que no sabía cómo responder a todo aquello.

ㅡ Sólo no demores tanto JongIn, las oportunidades se dan una vez en la vida. Tomarlas o no es tú decisión. ㅡ El hombre habló con seriedad y con un tono tan sedoso que le hizo recordarle a KyungSoo al principio, cuando se mostraba tan serio con él ㅡ Si haces feliz a mi hijo, no tengo objeción alguna contigo.

ㅡ Gracias... ㅡ JongIn susurró y JongHyun le dio unas palmaditas en el hombro, para después avanzar entre las mesas, haciéndose cargo de la cuenta, por supuesto.

JongIn se volvió a sentar en aquel lugar que sentía no le iba nada bien, demasiado para él. Pero sintiéndose por primera vez en su vida con la esperanza de hacer algo bien, de tener una oportunidad entre sus manos pese a la manera en que se habían dado las cosas.

Las cosas con el señor Do habían sido tan inesperadas, que JongIn no sabía cómo iba a pagarle no solo aquella extraña propuesta, sino también que no se mostrara renuente ante su relación con su hijo.

Eso para él valía más que todo el oro del mundo y que cualquier clase con bailarines de alta categoría, definitivamente.

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Cuando JongDae abrió la puerta, observó la habitación tan amplia que seguro estaba del tamaño de su pequeño departamento en el que tanto tiempo habían pasado.

Observó la cama revuelta y en medio de todas las sábanas había una silueta que él conocía muy bien, así que respiró profundamente y cerró la puerta detrás de sí, haciendo ruido y sobresaltando al mayor.

ㅡ Ya te dije papá que... ㅡ MinSeok se irguió hasta quedar sentado y se quedó mudo al observar a su novio recargado en la puerta, abrió los ojos impresionado y parpadeó, para ver si el muchacho no desaparecía ㅡ ¿JongDae?

ㅡ El único e inigualable Chenchual ㅡ JongDae le guiñó mientras sonreía de aquella manera tan coqueta.

Y MinSeok se apresuró a bajarse de la cama para correr―prácticamente― a su encuentro. El de mejillas regordetas se abrazó de su cuello y sin pensarlo dos veces se colgó de él, rodeándole las caderas con sus piernas, haciendo que el mecánico se doblara con su peso mientras se echaba a reír de manera encantadora.

ㅡ ¡Te extrañé! ¡Te extrañé tanto! ㅡ MinSeok se aferró a él con todas sus fuerzas y JongDae comenzó a caminar como pudo hacia la cama, con la intención de depositarlo en ella nuevamente.

ㅡ Yo también te extrañé muchísimo, mi amor...

ㅡ ¡Yah! ¿Cómo entraste aquí? ㅡ MinSeok negó después de haber preguntado y lo observó directamente a los ojos mientras contenía todas las emociones en su interior.

Y no hubo más, el rencuentro de sus labios era inminente y no era sorpresa para ambos que se juntaran un cálido y fogoso beso, sintiendo la piel adherirse a la suya con devoción, JongDae lo besó una y otra vez mientras MinSeok lo jalaba hacia él para que cayera sobre él, sobre la cama, mientras enroscaba las manos en su cuello para aprisionarlo un poco más y seguir preso de sus labios que lo incitaban a más.

Se separaron con la respiración entrecortada y las mejillas gorditas de MinSeok se pincelaron de un bonito carmesí, haciendo que JongDae capturara cada uno de sus pucheros en sus recónditos para siempre, para la eternidad.

ㅡ ¿Cómo es que?

ㅡ Hablé con tu padre, Minmin... ㅡ JongDae confesó mientras intentaba quitarse de encima, pero MinSeok no lo dejó, manteniéndolo prisionero con sus brazos sobre su cuello. ㅡ Tenemos que hablar.

ㅡ ¿Hablaste con mi padre? ㅡ MinSeok preguntó curioso, incapaz de entender cómo era que JiYong se había prestado a hablar con su novio, siendo él un mecánico de quinta, como su madre había dicho antes.

ㅡ Sí... y bueno, hicimos un acuerdo.

MinSeok frunció el ceño mientras se mordía el labio inferior, tenía muchos sentimientos encontrados en ese momento, porque JongDae le estaba diciendo que había hablado con su padre y porque lo tenía ahí para él, sobre su cama, podía tocarlo y sentirlo a flor de piel, lo había extrañado tanto que no se cansaban sus dedos de acariciar sus mejillas y su cuello con sutileza.

ㅡ ¿Qué clase de acuerdo? ㅡ preguntó, curioso porque no podía creer que JiYong hubiese siquiera aceptado hablar con él.

ㅡ Bueno precioso, hablamos de muchas cosas, entre ellas tu futuro conmigo... si es que tú quieres que haya un futuro conmigo.

ㅡ ¿De qué hablas? ¡Por supuesto que quiero! ㅡ MinSeok frunció el ceño ante la simple insinuación de lo contrario ㅡ Le había pedido a KyungSoo que me ayudara a escapar, para vivir juntos.

JongDae frunció ligeramente el ceño, enternecido por las palabras de su novio. ㅡ ¿De verdad harías algo como eso?

ㅡ Por supuesto... ㅡ MinSeok infló las mejillas y a JongDae le pareció la cosa más adorable del planeta, sinceramente no creía que podía existir alguien mejor que él.

ㅡ Pero no podrías seguir teniendo este estilo de vida... yo, no puedo ofrecerte lo que tienes.

ㅡ Eso no me importa.

ㅡ Dicen que el amor sale por la ventana cuando la pobreza entra por la puerta, MinSeokkie ㅡ JongDae lo cortó, poniéndose serio, retrayéndose lo suficiente hasta quedar sentado, haciendo que MinSeok se sentara también, a la expectativa de sus palabras. ㅡ Tu padre tiene razón en ello.

ㅡ Nada puede ir bien si agregas una frase como esa ㅡ MinSeok rodó los ojos ante la última frase de su novio.

ㅡ Parece que no, pero es cierto... lo pensé y tiene razón. ㅡ JongDae fue serio por primera vez en mucho tiempo y MinSeok sintió el pecho demasiado pesado, con el corazón oprimiéndose dentro.

ㅡ Así que vas a... dejarme.

MinSeok tragó saliva al pronunciar aquella posibilidad que crecía ante sus ojos con las palabras de JongDae, intentando ser un muchacho fuerte y no ponerse a llorar a la primera, sin mucho éxito.

ㅡ Por supuesto que no Seokkie... ㅡ JongDae lo tranquilizó tomándolo por el mentón, levantándole el rostro lo suficiente como para que lo observara a los ojos. ㅡ No puedo dejarte, no quiero hacerlo.

MinSeok suspiró mientras se aproximaba a él, besando sus labios porque JongDae definitivamente era el mejor hombre que había conocido, sin importar que fuera pobre.

ㅡ Por eso acepté su trato.

ㅡ ¿Qué trato? ㅡ MinSeok volvió a preguntar.

ㅡ Voy a trabajar para él los fines de semana en la empresa y después estudiaré una carrera.

MinSeok abrió los ojos, atónito ante las palabras de su novio, que sonaba como una propuesta de su padre, por supuesto, pero algo no le cuadraba, no le parecía y no podía concebir que JongDae abandonara su sueño de ser cantante por trabajar en una empresa aunque fuese de entretenimiento.

ㅡ Pero JongDae...

ㅡ MinSeokkie... vale la pena intentarlo, si al final del camino estás conmigo. ㅡ JongDae asintió solemne mientras tomaba sus manos y las llevaba con las suyas hasta su rostro, para depositar un cálido beso sobre su dorso mientras suspiraba. ㅡ Si al final decides que valgo la pena como para quererme.

ㅡ JongDae... tú vales más que todo lo que alguien pueda ofrecerme ㅡ MinSeok contuvo las lágrimas que amenazaban con derramarse por las cumbres de sus mejillas, con el corazón dando tumbos porque no podía terminar de creer aquello.

ㅡ Es la única manera en la que me dejarán estar contigo...

ㅡ Vas a cansarte... no quiero que nos convirtamos en nuestros padres. ㅡ El mayor negó mientras se aferraba al pecho de JongDae en un abrazo cálido. Porque ese era su temor más grande.

ㅡ Pero Seokkie... nosotros no somos tus padres, nosotros haremos las cosas a nuestro modo. ㅡ JongDae le sonrió, con la promesa implícita que le decía que estaba dispuesto a intentarlo por estar con él.

Sin dejar de ser JongDae, el muchacho humilde y con un humor extraño que lo conquistó a base de piropos gastados.

ㅡ Seguiré siendo Chenchen, seguirás siendo mi bollito sensual y seguirás jugando con rex, solo que con la aprobación de tus padres.

MinSeok se echó a reír entre lágrimas por el comentario de su novio y asintió, intentando procesar toda la información que tenía frente a él. Intentado imaginar un futuro lejano de él y JongDae siendo realmente felices.

ㅡ Así que... ¿te quedas conmigo? ㅡ Chen preguntó, enlazando sus manos a las del mayor mientras lo observaba a los ojos.

ㅡ Definitivamente y hasta el final. ㅡ MinSeok asintió con determinación ㅡ No encontrarías a nadie que cabalgue mejor a Rex que yo... aunque quisieras.

JongDae le guiñó mientras se le echaba encima, porque bueno, su novio era sensual y entre esa cómoda y mullida cama, no podía resistirse después de una plática tan agotadora como la que habían tenido.

ㅡ Ni volviendo a nacer, bollito.

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🌙

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Notas:

¡Hola!

Bueno pues, espero que les haya gustado el capítulo, a mi me gustó cómo va quedando pese a la seriedad que tiene siendo que esta historia es más humor. Pero ya verán como todo se desenvuelve.

¡Muchas gracias por apoyar a El Dorado!

Nos leemos prontito.

¿Qué piensan de las propuestas de los suegros? ¿Se las esperaban? :v Yo sí.

Besos posholatosos.

🌠Ary

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