02
Lee Hoseok era el último hijo del vizconde Lee, cabellera negra y a diferencia de su hermano mayor Manwol, no se dejaba llevar por prejuicios lo que para él muchas veces significaba ser indigno, un desviado o incluso hasta hereje.
Hoseok siempre noto como su madre tenía diferencias entre ellos y su hermano doncel, Seokjin era capaz como cualquiera sin embargo era atado por el yugo de su condición de gestar vida.
Él sabía que no heredaría el título de su padre por lo cual fue enviado a una academia diferente que su hermano que tenía que estar cerca de la residencia para aprender al conjunto las responsabilidades que tendría.
Estando más libre de su prejuiciosa y favoritista madre pudo ser más abierto de pensamiento y aunque tuviera más libertad que Manwol las expectativas eran que fuera un hombre respetable y según sus padres eso era ser algún político o caballero, algo absurdo.
Para el mal de su vida descubrió que le gustaba mucho crear y diseñar prendas de vestir tanto para damas como para caballeros y cuando expreso sus deseos fueron indignos ante los ojos más de su madre que no concebía que su hijo quisiera ser un vil sastre.
Termino fuera de casa aunque por petición de su madre, aunque no tenía prohibido el paso a la residencia si sentía cierta tensión cada vez que la visitaba y ahora estaba seguro de que sería repudiado junto con su hermano.
Se encontraba en el sitio del encuentro cuando observo la llegada de su hermano con esa cabellera color miel que le gustaba bastante por lo suave que era.
— ¿Has tenido cuidado en tu camino? —Seokjin asintió nervioso por haberse escapado de casa con excusas patéticas —Bien, tengo todo listo para el viaje —Hoseok le entrego una pequeña bolsa con muchas monedas además de una canasta con bocadillos que sabía eran sus favoritos.
—Gracias Hoseok —El doncel abrazo a su hermano con fuerza dejando salir unas lágrimas rebeldes que se perdieron en sus mejías hasta llegar a la ropa fina de su hermano.
—Recuerda no escribirme hasta que te asientes en un lugar y sobre todo con seudónimo —Seokjin asintió obedientemente —No me escribas antes a menos que sea una verdadera emergencia sabes que estaré en la mira de mamá durante un tiempo —asintió sabiendo que así sucedería.
Hoseok lo guio hasta una carreta en todo el sentido, tenía cosas comunes para ganado y sobre ella había un hombre lo bastante joven como para parecer el marido de Seokjin.
El plan de Hoseok era fácil sacaría a su hermano del condado en el que vivían del cual su padre tenía el poder de vizconde no sería raro que cuando Seokjin un futuro novio se perdiera pidieran ayuda al conde para encontrarlo.
El hombre en la carreta era un ayudante de Hoseok que se había convertido en quien diseñaba los mejores atuendos e imponía modas creándole grandes ingresos, el ayudante se haría pasar por el marido de su hermano y saldrían de la ciudad y viendo a Seokjin en verdad parecía un lindo doncel casado en espera de un bebe.
Le había confeccionado ropa para que pareciera de un rango social más bajo y se las había ingeniado para que el vestuario pareciera con una pequeña curva en su vientre haciéndolo parecer en estado.
—Sé feliz mi gran pequeño hermanito —Seokjin asintió un poco decaído, pero sabía que debía de seguir por su hermano, por él y su libertad.
Él viaje había sigo agotador y realmente no recordaba cuantos días había estado vagando buscando donde establecerse claro teniendo en cuenta en donde su familia tenía buenas relaciones.
Los primeros días en los que salía de la región pensó mucho en esto, su hermano no era el mayor deductor por lo cual él pedirá ayuda, en cambio su madre era más perspicaz sabría que el primer lugar a que iría sería un lugar donde su familia no tuviera conexiones o fuera neutral y el único lugar así era cerca del marqués Wang.
Su familia tenía una larga lista de años odiándose con los Wang ese sería el lugar ideal para ocultarse algo que su madre sabría casi de inmediato sin embargo lo conocía y sabría que no se arriesgaría al ir a ese lugar motivo por el cual su madre lo descartaría y eso lo convertía en el escondite perfecto.
Se había quedado en una posada en una pequeña ciudad campal, sabía que debía de encontrar un trabajo o algo para mantenerse porque no quería cargarle todo a su hermano que a esas alturas había hecho mucho por él
Su situación en ese momento no fue la mejor, lo rechazaban por ser doncel y quienes sabían que podría ayudar bastaba con un ligero vistazo a sus ropas para denegarlo, sabía que tenía buen vestuario porque su hermano se había encargado de llenarle dos baúles solo de ropas finas y accesorios a los cuales estaba sinceramente acostumbrado.
Cuando sus esperanzas menguaban había conocido a una imponente anciana que le había brindado una oportunidad, ella quería retirarse de trabajar para vivir con su hijo que había quedado viudo con dos hijos y se reusaba a volver a casarse.
Ella se encargaba de manejar la casa de campo de un conde y quería un remplazo, efectivamente acepto y tenía asegurado un techo así como trabajo para mantenerse claro que antes tuvo que explicar su situación cuando ella cuestionó su motivo.
Para la anciana era común saber que los jóvenes donceles que pertenecían a familias nobles eran ofrecidos en matrimonio a cualquiera que estuviera dispuesto a dar algo a cambio para engrandecer a la familia, que un joven huyera de una boda era común sin embargo todos regresaban a sus familias aunque ella veía algo diferente en el jovencito, tal vez sería diferente, algo que la motivo a darle la oportunidad y salida para que decidiera no por necesidad sino por elección libre si regresar a su familia o no.
Seokjin se desenvolvió muy bien con las enseñanzas de la anciana, aunque en verdad solo eran cambios mínimos en cómo se manejaba la casa. En su estadía de aprendiz se enteró de que la casa era del conde Kim quien era un joven soltero muy codiciado eso lo sabía solo con saber el apellido y su estatus.
El conde había heredado su título hace unos cuantos años y a pesar de su juventud decían que era muy envidiado por sus buenas decisiones sin mencionar que era un soltero muy solicitado en temporada social claro esto cuando el conde llegaba a alguna ciudad con buena temporada.
Siempre evitaba las temporadas sociales con éxito sin tener algún matrimonio, había pequeños rumores, pero hasta ahí.
Cuando el doncel llevaba unas semanas en el lugar encontró una fuente de felicidad inesperada, había encontrado a un pequeño niño de unos tres años cubierto de raspones y sangre seca con grandes ojos negros que para los lugareños parecían la maldad pura, pero para Seokjin desde la primera vez que lo observo fue sinónimo de ver infantilidad, brillo y sobre todo tristeza.
Esos hermosos ojos negros estaban impregnados en tristeza, había encontrado al niño hurgando entre la basura vestido con prácticamente harapos viejos y malolientes, ese día había ido por algunos encargos para su imponente anfitriona.
Había sido acompañado por un trabajador de la casa y cuando pregunto por el niño casi se le parte el corazón, según lo relato era un huérfano, sus padres habían llegado al lugar y rápidamente los tacharon con una terrible reputación lastimosamente habían muerto en lo que parecía un linchamiento.
Eran situaciones que sucedían lo sabía, pero dejar a un pequeño huérfano, eso había sucedido unas cuantas semanas antes de su llegada lo que quería decir que el niño llevaba meses vagando y se notaba por la forma en como vestía además de su estado de delgadez inconcebible.
Según el trabajador el niño no era bien recibido por nadie y muchas veces era agredido por otros niños además de que el único lugar donde le brindaban algunas piezas de pan era en efecto la casa del conde sin embargo desde que alguien lo asusto el pequeñín solo se acercaba al lugar donde dejaban los desperdicios.
Él era un doncel que sabía que había muchos huérfanos y viudas, claro que sí, pero ver a ese pobre niño que el único pecado que cometió fue nacer con padres cuestionables le hablando terriblemente su débil corazón.
Él había recogido al niño de la calle, él sabía que nunca tendría la oportunidad de tener hijos propios porque a estas alturas casarse no se le apetecía así que ese amor por los niños que siempre había tenido se lo daría a esa pobre criatura.
Había hablado con la anciana que un poco disgustada acepto que el niño se quedara bajo el estatus de su hijo.
Al inicio el pequeño había estado temeroso, pero afortunadamente había tenido la suficiente confianza para ir con él, lo había limitado alimentado y echo que un doctor lo revisase. Los primeros días noto como el pequeño siempre estaba temeroso y siempre tomaba comida para tenerla aguardaba como si no creyera que volvería a tener otra comida cuando tuviera hambre.
Había sido difícil, pero al final tuvo la suficiente confianza para decirle su nombre, Jungkook, era el nombre de su pequeño así que paso a ser Kim Jungkook así como él era Kim Seokjin. Había adoptado el apellido de su madre para despistar cuando lo buscaran.
Meses después de que se escapara de su boda se había comunicado con su hermano, le había enviado casi una docena de cartas narrándole lo sucedido desde que ingreso al lugar donde residía también le comunico de su sobrino explicando esta parte con sumo detalle y dejando plasmada en papel su frustración y tristeza.
A pesar de lo que esperaba su hermano fue bastante ligero con su opinión acerca de Jungkook, sin embargo semanas después de que enviara las cartas hasta la casa llagaron varios baúles todos creían que seguramente el conde llegaría a visitar la casa sin embargo para sorpresa de todos era para quien se encargaba de los asuntos de la casa.
Los baúles contenían ropa para el doncel todos de acorde a las últimas modas impuestas así como también había muchos cambios para el pequeño Jungkook así como algunos juguetes de madera y libros además de hojas.
Seokjin creía que se había adelantado demasiado con los libros escolares sin embargo no detendría a su hermano de consentir a Jungkook quien estaba más que feliz de ser mimado por un tío que no conocía, pero que adoro desde que vio la bonita ropa.
Seokjin manejaba la casa con mano de hierro y Jungkook lo seguía todo el tiempo algo que al doncel no le molestaba al contrario lo llenaba de ternura, su pequeño era un dulce niño ahora que vivía con él estaba con más peso y él creía firmemente que era más feliz.
El pequeño tenía agradables hábitos con él, al levantarse siempre dejaba un pequeño beso en su mejía siempre con un "Buenos días, papá" Seokjin le había enseñado sobre todo modales que el pequeño no tenía, era bastante tímido con los extraños, pero el doncel se las arregló para que el pequeño fuera cortes.
Siempre se dirigía a los demás con respeto pidiendo todo con un "por favor" y siempre agradeciendo sin importar a que clase social perteneciera, le inculco que debía de pedirle permiso o preguntar cuando no comprendiera la situación o alguna cosa.
Ahora con cinco años y él con veintisiete años ambos eran una adorable vista para cualquiera, Jungkook estaba iniciando con los estudios estaba retrasado, pero Seokjin confiaba que se pondría al nivel de los demás había preferido dejarlo disfrutar un poco de lo que le habían robado.
El doncel era elegante, con un porte de nobleza y modales exquisitos además de llevar una gran propiedad y al mismo tiempo criar un pequeño, todos sabían que el pequeño no era realmente su hijo por lo cual algunos intentaron cortejarlo incluso otros expusieron sus ofertas matrimoniales en donde ninguno incluía al pequeño Jungkook por lo cual todas terminaron rechazados.
Ningún hombre aceptaba el hijo de otro y sabía que las propuestas eran porque no sabían su verdadera edad al verse mucho menor de lo que realmente era.
Seokjin era un orgulloso padre antes que cualquier situación, Jungkook era adorable en todos sus sentidos además su criatura tenía esa manía de cuidarlo, siempre llevaba alguna fruta con el cuándo salían a hacer algunas supervisiones.
Seokjin siempre recibía la pequeña fruta compartiendo la mitad con su hijo, cuando estaba escribiendo Jungkook se le quedaba observando concentrado como analizando lo que hacía y notaba que algunas veces movía su pequeña mano para imitarlo, aún no dominaba completamente la escritura, pero su pequeño lo intentaba.
En su bolsillo siempre le colocaba un pequeño paño para cualquier eventualidad sin embargo en una salida al centro de la ciudad había aprendido a entregar el paño a las mujeres o donceles algo que a los ojos infantiles era perfecto así que si Seokjin estornudaba y Jungkook estaba cerca le tendía el paño si le veía una gota de sudor se lo ofrecía y si quería limpiar algo se lo ofrecía.
En ojos de Seokjin era adorable verlo en tal práctica así como estaba sumamente orgulloso de criar a un futuro hombre caballeroso, a sus cinco años le había enseñado modales en una mesa formal aunque seguía siendo niño y muchas cosas se las pasaba y siempre le dejaba un tiempo para que tuviera sus aventuras infantiles de las cuales pudiera enorgullecerse cuando fuera mayor.
Seokjin se enorgullecía de mantener la residencia campal del conde Kim en perfectas condiciones, su trabajo era impecable y nadie se lo podía negar además secretamente disfrutaba del respeto que le otorgaban al saber de sus capacidades.
Hace poco Seokjin había tenido a su primer invitado, estaba consciente de que el conde Kim había aprobado su contratación a través de la antigua encargada, pero nunca lo conoció en persona compartían cartas que generalmente eran órdenes del parte del conde en algunos informes de su parte.
Sin embargo hace un par de días le había llegado la carta de que al parecer la hermana del conde se estaría quedando en casa una temporada y su deber era atenderla no cuestionar las razones para tal decisión.
Cuando la jovencita arribo a la residencia entendió por qué pasaría una temporada en ese lugar que aunque era un pequeño pueblo estaba bastante cerca de la frontera donde residía el marqués Wang.
La chica era hermosa y delicada con modales estupendos como era de imaginarse además en los pocos días que había tenido el placer de conocerla noto que era muy amable además de un tanto confiada, con esa belleza y carácter seguramente había despertado el afecto insano de algún caballero y teniendo en cuenta que la siguiente temporada sería la última de la joven dama era claro que las atenciones seguramente aumentaron.
La chica había llevado una carta que la enviaba personalmente el conde en donde explicaba lo que se debía de hacer con la seguridad de la casa así como de su hermana, al inicio la chica estuvo un tanto renuente cuando entendió que él un doncel aparentemente muy joven llevaba la casa y se encargaría de su seguridad.
El doncel se había convertido en un pequeño dictador dando órdenes para proteger a la chica quien parecía extenuantemente agradecida, en la casa había repartidos objetos para que la chica se defendiera ella sola por si lo necesitaba.
Una escoba olvidada cerca de la puerta y en aquellos puntos que se consideraban potenciales para un acto desvergonzado por lo cual no espero que un grito conmocionado de su hijo quitara toda aquella confianza de seguridad que tenía.
Cuando salió corriendo hacia el pequeño jardín de la entrada de dónde provenía el pedido de ayuda, en su camino logro arrebatar un plumero que tenía alguien de la servidumbre.
El doncel salió con el plumero en alto buscando con la mirada el peligro y cuando lo diviso la furia se apoderó de él, Jungkook estaba con la señorita Kim frente a ella con los bracitos extendidos intentando protegerla.
La chica se aferraba a un pañuelo que sabía era de Jungkook así como también noto un pequeño silbato en manos del hombre desconocido que traía un ramo de rosas rojas y que según su vestuario tenía suficiente dinero.
Llevo sus manos detrás de su espalda y camino hasta el lugar llegando por la espalda del caballero con dudosa moral y entonces se aclaró la garganta logrando que este girara a verlo demostrando respeto cuando noto su cara vestimenta.
—Buenas tardes, caballero —saludo dando un movimiento de cabeza lo suficientemente respetuoso para los extraños y con maestría se deslizó frente a él cubriendo con su cuerpo a su hijo junto con la señorita Kim.
—He de decir que su presencia es una sorpresa, no esperábamos tener visitas ¿Señor...? —Pudo notar en su expresión que no estaba eufórico por la intervención —Magnus Matthews —respondió junto con un saludo demasiado cordial, sabiendo que era una manera para ganárselo y estar más cerca de su insano afecto.
—Señor Matthews —dijo observando claramente el ramo de flores —Me temo que su presencia es sumamente impertinente en estos momentos, el señor de la casa no se encuentra y su demostración... —una mueca muy mal disimulada se posó en el rostro del doncel —De afecto no es bien vista semanas antes de la temporada social sin mencionar que su presencia altera no de buena manera a la señorita —Seokjin había escuchado como la chica sorbía lo más silencioso posible y trataba de acallar sus sollozos.
—No era mi intención ser descortés Jovencito —no le gusto como menciono la última palabra con un deje de sarcasmo —Mi nombre es Kim Seokjin no jovencito señor Matthews —como si Seokjin le hubiera dicho algo perturbador lo observo detalladamente.
Los ojos no se apartaron de su cuerpo escaneándolo y Seokjin se sintió como cuando el barón lo observada sin embargo el hombre desvió la mirada hacia un lado de su cuerpo donde Jungkook sacaba su cabecita con seguramente el ceño fruncido por la conducta del hombre.
—No esperaba encontrarme esta sorpresa sin embargo me han facilitado mis problemas y ha favorecido mis planes de una futura boda —dijo intentando observar a la chica que se hacía pequeña encogiéndose —Usted será indispensable todo mi tiempo desperdiciado cuando solo se necesitó un fornicador y un bastardo —comento observando a Seokjin y luego a Jungkook.
La fría mirada que Seokjin le lanzo no fue bienvenida tampoco el comportamiento del doncel que saco el plumero que tenía detrás de su espalda y sin que nadie pudiera saber que sucederá inicio a golpearlo con él.
Seokjin no era muy comprensivo cuando actos de esa magnitud se llevaban a cabo era claro que el caballero había seguido a la señorita Kim sabiendo que ella intentaba huir de él, pero llamarlo fornicario e insultar a su pequeño fue suficiente.
El hombre pagaría sus insultos.
Creado: 20/04/2023
Publicado: 27/04/2023
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