¿Papá Bruno?
Aquella noche había pasado ya, las pequeñas habían dormido en la habitación de la menor.
No querían separarse, debían estar juntas en ese momento.
La madre de Mirabel, Julieta, se encontraba preocupada, les llevaba la comida a la habitación ya que ninguna quería salir.
En la casa y en el pueblo se podía sentir aquel aire de tristeza.
Apesar de la charla que tuvieron a noche, el dolor seguía ahí.
En ese momento se encontraban recostadas sobre las flores mientras miraban el cielo, observando las nubes que habían en la habitación ya que este cambiaba dependiendo si quería prender o apagar la luz.
Estaban tomadas de las manos, no necesitaban hablar, con aquel gesto se decían más que mil palabras.
Solo ellas dos, no necesitaban nada más en aquel momento.
- ¿Quieres ir al pueblo? - le preguntó __________.
- Quiero pero está muy lejos - dijo Mirabel mientras movía su brazo haciendo señas de que no alcanzaba la puerta.
Ninguna dijo nada solo siguieron observando las nubes.
Hasta que la mayor de ambas comenzó a reír.
- Esa nube parece un burro - dijo señalando una de las nubes, la menor dirigió su mirada hacia aquella nube y empezó a reír, si parecía un burro.
- Esa parece un conejo - habló esta vez _______ señalando otra nube.
- Y esa... Esa parece una mariposa! - hablaron al mismo tiempo para luego empezar a reír.
- ¿Cómo estarán las nubes de allí afuera? - preguntó la pequeña ________.
- No lo sé... - dijo Mirabel.
Ambas giraron sus cabezas para quedarse mirando fijamente la una a la otra.
...
En el pueblo se podía observar a dos pequeñas corriendo tomadas de las manos, el cielo estaba cubierto por una nube gris ( cortesía de Pepa) ambas quedaron observando la gran nube para luego decir.
- Esa parece una nube! - gritaron para luego comenzar a reír.
No había nadie en aquel lugar, la gente se encontraba en sus hogares lamentándose por los acontecimientos de la noche anterior sin pensar que la pequeña Mirabel se encontraba riendo con su amiga.
Las pequeñas comenzaron a correr en dirección al bosque, las plantas que se habían decaído levemente comenzaron a levantarse por donde pasaban las pequeñas.
Llegaron hasta un pequeño lago, se sentaron en la orilla y sumergieron los pies.
- Que hermoso lugar - dijo ________ admirando todo a su alrededor.
- Sí... - respondió Mirabel mientras observaba cabizbaja el lago.
- Oye, recuerda que estoy aquí para tí - dijo tomándola de las manos.
Se quedaron observando unos momentos para luego comenzar a reír sin razón alguna.
...
La hora de la cena había llegado, las cosas se encontraban calmadas, bueno, casi.
Todos los presentes observaban fijamente a la pequeña Mirabel, quien se había animado a comer con ellos.
La pequeña tenía una mirada relajada mientras comía, nadie hablaba, solo se sentían aquellas miradas.
- ¿Qué? - preguntó Mirabel al darse cuenta de que las miradas estaban puestas en ellas, obtuvo como respuesta algunos "nada" de parte de su familia.
- Bueno... ¿Qué les está pareciendo la cena? - preguntó Julieta tratando de romper la tención.
...
La cena había terminado y ahora ambas pequeñas se encontraban preparándose para dormir.
- Entonces... ¿Hoy dormirás con mamá Julieta y papá Agustín? - le preguntó la menor a su amiga.
- Sí... Quieren hablar conmigo - dijo esta vez Mirabel.
La más pequeña se encontraba cepillando el cabello de su amiga.
Al terminar de hacerlo, se dieron las buenas noches para luego ver cómo Mirabel salía de la habitación.
...
Por otra parte, en la habitación de Bruno se podía observar al ya mencionado teniendo una visión.
Aquella visión que lo llevaría a tomar una decisión.
Observó por última vez la tabla de jade para luego tirarla al suelo.
Salió de su habitación, había decidido alejarse por el bien de todos, hasta que sintió como otra puerta era abierta.
Dirigió su mirada hacia aquella persona, encontrándose con la más joven de la casa, _________...
- ¿Papá Bruno? - dijo mientras sobaba uno de sus ojos.
- ________, pequeña ¿Qué haces despierta? - le preguntó un poco nervioso para luego empezar a acercarse a ella.
- No podía dormir y me dió un poco de hambre ¿Qué haces tú aquí? - habló para luego dar un pequeño bostezo.
- Yo... También quería buscar algo para comer - dijo para luego mostrar una sonrisa con dificultad.
La menor lo pensó por unos momentos para luego tomar la mano del contrario y empezar a caminar.
- Está bien, vamos, busquemos algo que comer - dijo mientras caminaba hacia las escaleras para luego soltar una risa - soné como Camilo.
Bruno solo la observaba ¿Cómo podría dejar a la pequeña?
...
Luego de haber comido, ambos subieron nuevamente al segundo piso.
El mayor estaba a punto de dirigirse a su habitación, cuando escuchó a la pequeña hablarle.
- Papá Bruno ¿Puedes quedarte a dormir conmigo? Por favor - habló tomando nuevamente su mano para luego poner ojos de cachorro.
"Por favor ________, no me hagas esto" pensaba para luego responder con un.
- Claro pequeña, vamos - dijo dirigiéndose a la habitación de la menor.
Una vez allí, ambos se recostaron en la cama y la niña lo abrazó.
- Buenas noches papá - dijo para quedar lentamente dormida.
- Buenas noches mi niña... - dijo mientras se quedaba observando hacia un lado de la habitación para luego acariciar la cabeza de la pequeña.
...
Había pasado un largo rato desde que la menor se había quedado dormida.
El mayor continuaba despierto, dispuesto a irse, bajó la mirada encontrándose con la menor.
- Lo lamento pequeña - dijo para luego dejar un beso en su cabeza.
Lentamente se despegó de la niña y salió de la cama.
Tomó un collar en forma de reloj de arena que tenía en su cuello y lo dejó sobre una mesita que se encontraba justo al lado de la cama.
Y así, le dió una última mirada a la menor y empezó a caminar hacia la puerta.
...
A la mañana siguiente, la pequeña _________ despertó un poco más animada.
Levantó la cabeza esperando encontrar a Bruno allí mas no lo vió, pensó que simplemente ya se había levantado.
Se alistó y rápidamente bajó en busca del mayor.
- Hola mamá Julieta! Has visto a papá Bruno? - Preguntó mientras mostraba una pequeña sonrisa.
- No mi niña, seguro está en su habitación ¿Por qué no lo buscas ahí? - dijo para luego dejar un beso en su frente y salir del lugar.
La pequeña corrió hacia la habitación del mayor y entró en ella.
- Papá Bruno, te estuve buscan-do - dijo para luego quedarse callada al notar que no se encontraba allí, elevó los hombros para luego continuar con su búsqueda.
...
- Hola papá Agustín ¿Has visto a papá Bruno? - dijo mirando al mayor.
- Oh mi niña! No lo he visto hoy ¿Por qué la pregunta? - respondió para luego acariciar su cabeza levemente.
- Es que no lo encuentro - dijo para luego jugar con sus deditos - seguro que está con mamá Pepa, adiós papá Agustín!
- Adiós pequeña - se despidió para luego seguir con lo suyo.
La menor se dirigió hacia la habitación de Pepa y Félix.
- Mamá Pepa! Papá Félix! ¿Puedo pasar? - preguntó mientras tocaba la puerta.
La puerta se abrió dejando ver a Félix.
- Oh! Hola pequeña ¿Cómo amaneciste? - le preguntó para luego sonreírle.
- Muy bien papá Félix ¿Han visto a papá Bruno? - preguntó mientras le daba una sonrisa.
- No! No lo hemos visto - habló Pepa con un tono molesto y una nube sobre su cabeza, empezó a tranquilizarse de a pocos para luego decir - ¿Por qué lo preguntas mi niña? - y así un arcoiris se empezó a formar sobre su cabeza.
- Es que no lo encuentro... - dijo la pequeña mientras bajaba la cabeza.
- Seguro está ocupado, ya lo encontrarás - dijo Félix mientras acariciaba la cabeza de la menor.
- Eso espero - dijo para luego empezar a caminar.
...
El día había terminando y aún no había encontrado a Bruno.
Le comentó esto a la abuela Alma, quien le dijo que no debía preocuparse, que el aparecería pronto.
La menor solo se fue a su habitación para empezar a prepararse para dormir.
Notó aquel collar en su mesita y lo sujetó en sus manos reconociendo de quién era, se recostó sobre su cama y abrazó el collar.
- ¿En dónde estás? - preguntó a la nada esperando a que el mayor apareciera mágicamente.
Unas lágrimas rodaron por sus mejillas para luego empezar a caer dormida.
...
A la mañana siguiente, al salir de su habitación ya preparada.
La abuela Alma les informó que tenía un aviso que darles.
Terminaron el desayuno y de inmediato salieron al patio de casita, donde pudo observar a las personas del pueblo presentes y así la abuela comenzó a hablar.
- Los he reunido aquí para darles una lamentable noticia... Mi hijo Bruno... Ha dejado nuestra familia - habló sorprendiendo a los presentes ¿Había muerto? Se preguntaban hasta que la abuela Alma volvió a hablar - escuchen por favor, no ha llegado a cada desde el día de ayer y me temo que mi hijo nos ha abandonado... Nos dejó a nosotros y al encanto.
Dijo alterando a todos los del pueblo, rápidamente todos empezaron a decir cosas horribles sobre él, incluso cosas que no eran ciertas.
La pequeña _________ se encontraba observando hacia la nada con una expresión de consternación en su rostro... Él... ¿Los abandonó? No, no era posible, él jamás haría eso.
Las primeras lágrimas comenzaron a caer y así la menor comenzó a correr en dirección al bosque dejando a su familia preocupada.
- __________! - escuchó un último gritó llamarla hasta que se adentró en el bosque, corrió durante un largo rato, hasta que se apoyó en un árbol y allí se sentó haciéndose bolita.
...
La pequeña no sabía cuánto tiempo llevaba ahí pero las lágrimas seguían cayendo hasta que sintió como alguien se acercaba.
- Oh! Aquí estás - habló una voz mientras se sentaba junto a ella - dejaste a todos muy preocupados ________...
La menor solo observó a su contraria, se trataba de Dolores, quien seguro la había escuchado desde casita.
- Dolores... Él no nos abandonó, el no me abandonó, el jamás haría eso - dijo mientras las lágrimas continuaban cayendo - somos familia y la familia nunca se abandona - volvió a hablar mientras las lágrimas salían en mayor cantidad.
Dolores se acercó más a ella y la envolvió en sus brazos.
Comenzaba a caer lluvia (La cual estaba provocando Pepa) y todo a su alrededor parecía perder vida.
- Todos están preocupados por tí, hasta mamá ya hizo que empezara a llover, debes volver pequeña - dijo la mayor mientras limpiaba las lágrimas de su contaría.
- No, no quiero así, no quiero sin él - dijo volviendo a soltar lágrimas.
- _________, si el realmente no nos abandonó, regresará y nosotros estaremos esperándolo pero en serio necesitamos regresar, vamos - dijo levantándose mientras le tendía la mano a la menor.
La pequeña niña lo pensó por unos momentos para luego tomar su mano y comenzar a caminar junto a ella.
...
Llegaron a casita y lo primero que sintió fue a Pepa abrazándola.
La llevaron a dentro y la secaron, la lluvia la había empapado.
La menor solo mantenía la mirada perdida, pensando en todo lo que había sucedido.
Todos se encontraban sentados en la mesa, nadie decía nada, la tristeza se sentía en el lugar, el aire deprimente estaba presente.
Ni un solo ruido, solo los sollozos de la pequeña Madrigal, quien había perdido nuevamente a su padre...
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