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Capitulo 24: Caos

Los dioses estaban en la sala de estar del castillo disfrutando de una taza de té, en completo silencio, los eventos de minutos atrás todavía estaban siendo procesados por todos.
-¿Qué tienen que decir?- interrogó Caos a sus hijos sin levantar la mirada de su taza, ellos se habían mantenido en silencio desde que llegaron y eso comenzaba a afectar su paciencia.
-Dijiste que se la habías quitado- Acuso Tártaro entre molestó y preocupado.
-Yo no dije eso- recordó él mirando sólo unos segundos a su hijo- yo le pedí que la usará sólo si era completamente necesario, no pienso tratarla como una niña, Abigail sabe perfectamente cómo controlarse.
-No me confiaría tanto en eso, el arma que le diste tiene mucho poder incluso para ella y con sus instintos...
-Ella va a estar bien- interrumpió abruptamente Caos a su hijo mayor- Y no tienen absolutamente nada de que preocuparse, Abigail es más fuerte que antes y puede controlar a la perfección la guadaña, no tienen nada por que alterarse- finalizó con toda la calma del mundo.
-¿Qué haremos con los demás dioses?- inquirió Amara cambiando de tema repentinamente.
-Esperaré un poco a que se calmen para ir a hablar con ellos, necesito asegurarme de que realmente no piensen volver a atacar- respondió con seguridad.
-¿Hades estará bien?- prosiguió Gea con clara preocupación.
-Lo estará, con el tiempo, después de todo Abigail no le dio un golpe mortal, pero dejará cicatriz- explicó, recibiendo asentimientos de cabeza de sus hijos- alguna consulta más- unos segundos de silencio y nada- muy bien, los veré mañana- y sin más desapareció.
Caos volvió al instituto después de terminar la charla con sus hijos. Camino por los pasillos lentamente hasta la cafeteria, con cada paso liberaba un poco más su mente. Había esperado ese día para poder darse el gusto de bailar una pieza con Daiana y no iba a dejar que nadie arruinara ese momento.
Una vez que llego hasta las puertas del lugar hizo aparecer una mascara en sus manos de color negra y se la coloco con lentitud, la música llegaba hasta sus oídos de forma tenue a pesar de estar frente a las puertas y no fue hasta que las abrió, que pudo escuchar a pleno la música que se mezclaba con el bullicio de la gente, lo aturdio por unos segundos; tanteo sus bolsillo y se hecho a andar, hasta una mesa apartada donde Abigail y Daiana bebían a escondidas mientras hablaban.
-No creo que en el reglamente de la escuela permitieran las bebidas alcohólicas- confesó con tranquilidad haciendo que las dos chicas giraran para verlo con grandes sonrisas.
-Tal vez- apoyó con diversión Abigail- pero a quien le importa, además ya tenemos edad más que suficiente para hacerlo, ¿No crees?
-Puede ser- Él sonrió, mientras Daiana se cambiaba de silla para que Caos se sentará entre ambas- ¿Y de qué estaban hablando?- interrogó.
-Cosas se chicas- aseguraron al mismo tiempo, pocos segundos antes de estallar en carcajadas. Caos las observo unos segundos notando que ambas chicas estaban ligeramente ebrias, lo que no era para nada posible, teniendo en cuenta que ninguna de las dos era humana, como para que el alcohol las pudiera afectará.
-¿Dónde están los demás?- inquirió con algo de seriedad.
-Bastián y Liana se perdieron en la multitud hace rato, Owen estaba con Liam y Lucas se fue a bailar con Dyosa y Solange hace rato- explicó Daiana.
-Muy bien, vamos- apresuró el Dios poniéndose de pie.
-¿A donde vamos?- interrogó Abigail confundida sin moverse.
-A que se acuesten- respondió quitándole la botella de la mano, mientras tiraba de las manos de ambas para que se pusieran de pie con algo de dificultad, ambas chicas se apoyaron en el dios para no caer mientras salían del lugar. Algún que otro estudiante les hecho un ojo pero no dijo nada.
Después de recorrer el largo camino de la cafetería a su habitación, llegaron y ni bien Caos abrió la puerta Abigail fue directo al baño, no tardó nada en comenzar a escucharse las arcadas desde el otro lado de la puerta.
-Abigail, ¿Estas bien?- inquirió Daiana corriendo detrás de ella con Caos siguiendole el paso.
-Si- soltó con algo de dificultad; y ella estaba dispuesta a entrar pero el dios la detuvo tomando su mano mientras negaba con la cabeza.
-Ve a acostarte- pidió/ordenó él, antes de entrar al baño, para arodillarse junto a Abigail, tomando su cabello con delicadeza mientras comenzaba a sobar su espalda.
-¿Caos?- inquirió mirándolo de costado sus ojos estaban llorosos- lo siento.
-Esta bien cariño, Todo va a estar bien- aseguró y sin que pudiera prevenirlo, Abigail se había lanzado a sus brazos, cual niña pequeña mientras que sus lágrimas comenzaban a mojar el traje del dios.
-Lo siento, lo siento- repetía una y otra vez; mientras que el sólo la estrechaba entre sus brazos acariciando su cabello.
-Oye, a todos nos puede pasar de beber un poco de más- ella levanto la mirada para verlo a los ojos.
-Yo lo decía Por matar a los hijos de Hades, después de que te prometí que no lo seguiría haciendo- explicó y antes de que él pudiera contestar Daiana abrió la puerta de golpe, por alguna razón que el dios no pudo explicar ella estaba sólo en ropa interior, un lindo conjunto de encaje negro que dejaba poco a la imaginación.
-No hiciste nada malo- le aseguró a la nueva campeona después de arrodillarse frente a ella tomando su rostro entre sus manos- Además, no debes arrepentirte del pasado, sino mejorar para el futuro, ¿Si?- ella asintió con una sonrisa- sin contar que me salvaste la vida hoy.
-Si lo hice ¿Verdad?- los tres comenzaron a reír, por unos instantes hasta que La campeona del Caos tomo desprevenida a su amiga y la beso- lo siento, debo seguir algo abria...- intentó disculparse pero Daiana la calló con un beso.
-Debe ser el alcohol- se burló ella al apartarse.

Un par de minutos después la campeona de la destrucción no era la única en ropa interior y sin entender muy bien lo que estaba sucediendo, el dios del caos se dejó embriaga por sus instintos más salvajes y primitivos, seducido por las dos mujeres a las que más amaba en el mundo. Y aunque esa noche no fue lo que había planeado o imaginado, fue una, sino la mejor noche de su más que extensa vida.

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