Daiana dormía tranquila en la cama de su habitación, siendo custodiada por la atenta mirada de Caos que acariciaba su mejilla de vez en cuando, sintiéndose culpable, debió ser él quien le dijera. Ella se removió un poco antes de abrir los ojos y encontrarse con la Mirada del dios.
-¿Cómo estás?- inquirió él, ella le sonrió débilmente y asintió- que bueno, lo siento no debí...
-Esta bien, ya no importa- lo interrumpió, mientras se sentaba en la cama junto a él, ella le sonrió antes de besarlo, la mano de Caos la abrazo por la cintura colocandola sobre él, se sonrieron sin quitarse los ojos el uno del otro.
-Amo...- soltó ella en un pequeño gemido de placer al sentir los labios de él en todo su cuerpo.
-¿Quieres que me detenga?- ella negó antes de que ambos se comenzarán a desnudar.

Daiana despertó sintiendo una opresión en la cintura y el aliento de Caos en el cuello. Se removió en la cama para girarse y verlo a los ojos descubriendo que ya estaba despierto, se sonrieron perdiéndose unos minutos en los ojos del otro.
-Buenos días- saludo él.
-Buenos días...
-¿Cómo amaneciste?
-Bien, gracias...- ella apartó un poco la mirada- puedo pedirte algo- él asintió débilmente, antes de que ella se incorporará en la cama soltando un pequeño suspiro- si yo no soy más tu campeona...
-Aún lo eres- se apresuró a corregir.
-No lo soy, y no quiero serlo- él se quedó callado sorprendido por las palabras que salían de la boca de su amada- Abigail, puede tomar mi lugar.
-¿Tú lugar?- inquirió confundido- Daiana ya lo hablamos.
-No, tu hablaste- está vez fue ella quien lo corrigió, mirándolo por primera vez- no me has preguntado que quiero, no siquiera preguntado o como me siento con todo esto- él callo sintiéndose un poco culpable y muy egoísta.
-Yo lo siento, no.. no estaba pensando- se excuso sin saber muy bien que decir.
-Se que quieres protegerme, pero necesito algo más, no se que pero se que no está aquí- el arqueo una ceja confundido y ella suspiro juntando valor- Quiero irme de aquí...
-¿Qué?- interrogó Caos incorporándose de un salto, entre confundido y molesto, ella soltó un suspiro triste.
-Solo quiero encontrarme a mi misma, entienden, métete en mi piel por sólo un segundo. Mori Y todo en lo que cria, todo lo que pensaba que era real ya no existe, no se quien soy o lo que soy... Mirame ni siquiera conozco mi propio cuerpo- una lágrima roja resbaló por su mejilla rápidamente las limpio.
-Y te entiendo, pero irte, si Hades te encuentra.... NO, no puedo volver a perderte...- Caos se negaba a dejarla ir y ella no quería discutir con él y por eso se negaba a admitir que se sentía encerrada, no sólo en el castillo sino también en su mismo cuerpo, tal vez si no lo decía en voz alta no fuera real.
-Entiendo- sonrió débilmente, una que no llegaba a sus ojos- olvidalo ¿Si?- se puso de pie para encaminarse al baño pero Caos la detuvo tomandola por la muñeca.
- Yo no...- trato de decir.
-No importa, sólo era una idea tonta, olvidalo por favor- pidió ella después de todo no estaba segura de lo que en verdad quería- necesito un baño- él la soltó dejando que se fuera.

Mientras ella se bañaba y evitaba que más lágrimas salieran de sus ojos sin conseguirlo; él camino al balcón, miro los restos secos del Rosal; antes de posar la vista en el cielo pensativo mientras escuchaba la lluvia del baño; todos los recuerdos lo bombardearon hasta que el sonido del agua se detuvo; ella salió del baño envuelta en una toalla; al mismo tiempo que Caos entraba a la habitación.

Daiana se lo quedo mirando mientras secaba su cabello con una toalla sin quitarle los ojos de encima. Caos soltó un suspiro frustrado después de varios minutos.
-Si quieres irte ve- Daiana lo miro sorprendida, nunca jamás espero esas palabras salieran de su boca, desde que piso el castillo por primera vez se entregó por completo al dios incluso en ese momento ella estaba atada a sus capricho, él había controlado su vida, la había definido, ya sea que ellos fueran conscientes o no de tales actos.
-¿Qué?
-Que si deseas irte, que te vallas- sus palabras salieron algo toscas, aunque no era su intención, Daiana baja lo cabeza antes de acercarse al armario y vestirse con una falda negra y una remera de mangas largas de color rojo sangre.
-No parece que quieras que lo haga- susurró sin mirarlo.
-No quiero, pero si es lo que tu quieres hacer no me voy a oponer- explicó tranquilo.
-Gracias pero... No se que hacer. Sólo se que no quiero estar aquí, que quiero saber quién soy en realidad- él se acercó a ella y dejó un beso en su frente.
-Eres Daiana, la espada del caos, mi campeona, la líder de los campeones de los primordiales- ella rió muy fuerte descolocado a Caos de sobremanera.
-Lo único de verdad en esa frase es mi nombre. Caos ya no soy tu campeona y la verdad no se si quiero serlo- el dolor paso por los ojos de él sin poder evitarlo- yo... No se siquiera si quiero volver a matar, no lo sé. No se que quiero, mi cabeza está llena de dudas y la verdad ya no estoy muy convencida de que seamos útiles en este mundo- una loca idea cruzo por la cabeza de Caos tan loca que no pudo evitar sonreír.
-Reúne a los campeones y a Abigail.
-¿Qué?
-juntalos y nos vemos en la sala de tronos en quince minutos- y sin más él desapareció.

Daiana se quedó descolocada unos instantes antes de ponerse unas botas altas y salir de la habitación con sus pelos hechos un desastre por no peinarse, había descubierto que aunque su cabello fuera de caos era imposible controlarlo.

Quince minutos después los campeones estaban en la sala con Caos y los demás dioses.
-¿Caos que hacemos aquí?- interrogó Amara por todos.
-Pues en primer lugar- él se acercó a Abigail y la tomo de la mano antes de que su poder comenzará a entrar en su cuerpo. Todos absolutamente todos en la sala incluida Abigail se quedaron muy sorprendidos menos Daiana quien sonrió satisfecha; cuando Caos se apartó le sonrió a su nueva campeona-¿Estas bien?
- Si, Eso creo pero... ¿por qué?
-Daiana quería que lo hiciera- y sin más todos se fijaron en ella- ¿Daiana?
-Es que como yo ya no soy la campeona de Caos, pensé que sería interesante tenerte en el equipo y así podrías tener todo el Whisky que quieras- ella rió.
-Aclarado ese punto- todos miraron a Caos esperando que continuará- Irán a la escuela.

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APARECÍ Y YA ME VOY.