𝐮́𝐧𝐢𝐜𝐨
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Por mucho tiempo había sido una relación hermosa. Al menos, Jisung la vivió así. Ahora se preguntaba si lo que tenía con Christopher realmente fue amor, y por supuesto no hablaba por él, sino por el mayor. Es normal que la gente cambie, eso estaba bien para Jisung pero él se sentía molesto por la forma tan drástica en la que Christopher había cambiado. Christopher no era el hombre más perfecto de todo el mundo obviamente, sin embargo, para Jisung nunca había sido un problema sus malos hábitos ni sus más grandes defectos. Christopher lo aceptó tal cual y él hizo lo mismo.
Jisung dejó salir un suspiro. Christopher ya no era esa persona que le demostraba amor cada que podía. Claro que el mayor aún lo respetaba y lo trataba bien, pero a Jisung no le servía. Incluso llegó a pensar que hubiera sido mejor que este lo maltratara para poder tener una excusa
para dejar de amarlo tanto como lo hacía. Volvió a suspirar.
-Channie, la cena está lista - dijo Jisung
abriendo la puerta del estudio del mayor.
-Ya voy- respondió sin poner atención.
Jisung sabía que Christopher tardaría horas en ir a buscar algo de comer. Así que no dijo nada más y lo dejó a solas de nuevo. Amaba a ese hombre, en serio lo hacía, pero ya había tomado una decisión con respecto a su relación.
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Tuvo que esperar como tres o cuatro
horas hasta que por fin Christopher entrara a la cocina. El mayor realmente se asustó y Jisung quiso reír por ello, pero no tenía fuerzas para hacerlo.
-Siéntate, por favor. Te serviré.
-Tranquilo, puedo hacerlo solo - Christopher sonrió un poco .- ¿Qué haces despierto todavía?
Jisung lo obligó a sentarse mientras le servía la cena. Cuando le dio el plato a
Christopher contestó a la pregunta finalmente.
-Tengo algo que decirte - Christopher lo miró asustado, bajó la mirada hacia el estómago de Jisung y luego a sus ojos. El menor trató de ocultar su dolor por aquella reacción.- No es eso, no te preocupes.
Christopher pudo respirar tranquilo.
-Joder, Ji. Entonces no me hagas pensar lo peor.
-Hay cosas peores que tener un hijo que
no esperas.
-Jisunggie, ya expliqué por qué no lo quiero ahora. Quizá después. No me hagas repetirlo por favor - empezó a comer.
Jisung mantuvo el silencio por un
momento. Al ver que Christopher estaba por terminar de comer, habló otra vez:
-No tendrás que hacerlo más - Christopher frunció el ceño, pero siguió comiendo ignorando aquella punzada que le dio al escuchar a su pareja decir eso.- Estos últimos años he estado pidiéndote un hijo. Me negué a tenerlo a la fuerza y sin tu consentimiento, pensé que eso haría que nuestro matrimonio se arruinara. Pero ahora veo que no era necesario porque ya está arruinado.
Christopher dejó el plato vacío a un lado y observó a Jisung
-¿De qué hablas, Ji? Estamos perfectamente bien.
-No. Tú podrás estarlo, yo no lo estoy para nada - el menor respiró hondo para lograr soltar lo que tanto tenía guardado. -A lo que quiero llegar es que sigo deseando ese hijo, pero ya no contigo - Christopher puso completamente recta la espalda y se le deformó el rostro. Una mezcla entre ira y dolor. Jisung se obligó a ignorar aquel gesto,- Quiero el divorcio.
El mayor se puso de pie como si de un
rezorte se tratase.
-¿Tanto quieres un hijo? ¿De verdad?
¡Tengamos al maldito niño entonces! - golpeó la mesa con fuerza. Jisung ni se inmutó, él siempre había sido de carácter fuerte y aunque sí se encontraba sorprendido por esa reacción, no se asustó. Principalmente porque sabía que Christopher sería incapaz y porque él le regresaría el golpe si se atreviera.
Podría ser fuerte fisica y emocionalmente, no obstante, había algo que no podía ocultar fácilmente y era sus sentimientos hacia Christopher.
-Ni siquiera puedes tratarlo bien aún si no lo tenemos -giró el rostro para que el mayor no viera las lágrimas que comenzaban a nacer en sus ojos. A pesar de eso, Christopher lo notó y desesperado se acercó al menor.
-No, no. No es lo que quise decir. Sí lo
quiero, por supuesto que lo quiero. Es sólo que deseo que esperemos un poco más.
-Dices eso siempre. Ya no te creo.
Tampoco pasas nada de tiempo conmigo - se limpió una lágrima que rodó por su mejilla izquierda.
-Estoy trabajando en un gran proyecto,
¿de acuerdo? Te prometo que cuando lo
termine intentaremos tener un hijo y
estaremos más tiempo juntos - habló con dulzura acariciando los cabellos castaños de su esposo.
Jisung negó con la cabeza y apartó al
otro.
-Y cuando termines ese gran proyecto
vendrá otro y otro más. Basta de mentiras, Christopher. Es suficiente - se levantó y recogió el plato. -Puede que el proceso sea un poco largo por falta de tiempo, más tuyo que mío claro. Pero quiero que firmemos los papeles lo antes posible.
Christopher ya no hablaba, sólo observaba al menor mientras este lavaba el plato. Jisung no regresó a ver a su esposo cuando salió de la cocina.
Ellos ya no volvierona hablar a partir de ese día.
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Para la amargura de Jisung, Christopher no había cambiado mucho, solamente que era más frío y cortante al contestarle cuando tenía que hablarle sobre los asuntos del divorcio.
Finalmente habían conseguido los papeles y cada uno estaba en una esquina del sofá esperando a que el otro firmara.
-¿Por qué no firmas primero si es lo que
tanto querías?- soltó bruscamente.
Jisung asintió despacio mientras
agarraba el esfero y los papeles. Miró a
Christopher, este no le ponía atención por estar concentrado en el celular, el menor suspiró lastimeramente evitando romper a llorar. Y firmó.
-¿Puedes dejarme solo? Prometo no
desaparecer los papeles.
Jisung sólo se marchó del lugar sin
responder.
Christopher tomó los papeles en sus manos con un leve temblor en ellas. Ver aquello lo destrozaba, pensó que siempre estaría con su pequeño esposo, su castaño favorito y el único al que ha amado de verdad. Tenía tantas ganas de romper en mil pedazos esos papeles. Una lágrima se derramó sobre el papel, Christopher lo apartó para que sus lágrimas no mancharan el documento.
Al estar más tranquilo, pasó los dedos
por la firma de Jisung, la misma que se había plasmado en sus papeles de matrimonio. Firmó rápidamente, ya que no soportaría estar un momento
más ahí. Apenas terminó de firmar,
alguien abrió la puerta de la casa, lo que sobresaltó a Christopher. Jisung habia ido a la habitación, no habia salido de casa. Giró lentamente la cabeza sospechando de quién se trataba.
-¡Hijo!- Christopher se encontraba con la boca abierta, apenas aceptó el abrazo
de su mamá. - ¡Oh, pero qué horror! -.
exclamó al ver los papeles del divorcio.
Jisung salió de la habitación al oír una
voz de mujer.
-¿Mamita?- Jisung se había
acostumbrado a llamarla así una vez que se casó con Christopher. ¿Qué haces aquí, mamita?- a pesar de todo el castaño se sentía feliz de verla.
Christopher sintió un dolor en su estómago al verlos interactuar.
-A llevármelos por supuesto.
-Mamá, ya viste esto. Nosotros vamos a separarnos - Christopher habló con
resentimiento. Jisung bajó la cabeza
tragando con fuerza.
La mamá de Christopher hizo un ademán con la mano de que eso no le interesaba.
-Vamos, chicos. Ya se van a separar. Así
que denme la oportunidad de verlos a
los dos juntos por última vez. Desde que Christopher me lo contó no pude creerlo... Necesito esto, por favor- puso ojitos de cachorro lastimado.
Christopher ya conocía a su mamá
perfectamente, sabía que sólo quería
manipularlos. Estuvo a punto de negarse de forma rotunda hasta que Jisung apretó en sus brazos a su mamá y aceptó ir con ella.
-Jisung, está engañándote.
Jisung lo sabía.
-No es verdad. Ella quiere estar con
nosotros solamente.
Christopher negó con la cabeza.
-Igual no puedo ir. Tengo mucho trabajo por hacer. Lo siento, madre.
El menor evitó ver la cara de Christopher. Sus palabras lo habían herido. Ni siquiera por una última vez.
-Llama a tu trabajo - el mayor intentó
refutar, pero la mujer lo interrumpió.- O les mostraré tus fotos y videos de cuando te vestias de mujer.
Jisung pegó una carcajada, recién se
enteraba de aquello.
-¡Yo era sólo un niño! ¡Un pobre niño
inocente!
-Eso no impide que te dé pena.
No seria capaz.. Observó la seriedad de su mamá. Joder, sí lo hará
-¡Tú ganas! Diré que te moriste -soltó
fastidiado. Su mamá empezó a golpearlo con los papeles del divorcio mientrasbse quejaba de lo malcriado que seguía siendo a pesar de los años.- ¡Es tu culpa! - corría por toda la sala con su madre detrás.
Jisung simplemente reía. Nunca más
volveré a ver esto. Suspiró dejando de reír mientras se dirigía a la habitación para preparar las maletas.
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Ninguno de los dos se imaginaba que esa mujer los llevaría al campo. Sinceramente a Jisung le encantaba. A Christopher no tanto, pero no se quejaba, pudo ser peor.
Llegaron en la noche y a pesar de las
quejas de Christopher, su madre les había dado una pequeña cabaña sólo para ellos dos. Se supone que se evitaban, no podían dormir juntos. Y sin embargo, allí estaban, desempacando de forma incómoda.
-Hago esto únicamente por tu mamá. ¿Lo sabes, no? -habló una vez se pusieron comodos.
Ambos se daban la espalda acostados ahí en la cama.
-Siento lo que está haciendo. Es una
bruja.
Jisung evitó reírse por la forma
adorablemente irritante en que lo dijo.
-La comprendo. No es algo que desee que suceda.
Tampoco lo hubiera deseado.
-Igualmente me disculpo en su nombre.
Por favor, aguántame un poco más. Serán sólo tres días.
El menor cerró los ojos con fuerza.
Tres días y después de ello nunca más
volveríana compartir una cama. Un
hogar. Porque aunque quería negarlo, eso fue alguna vez, un hogar.
Al día siguiente, Christopher se encontraba de mal humor. Todo estaba relativamente bien hasta que apareció Minho, un hombre que vivía por el lugar y que con Jisung se hicieron muy buenos amigos al parecer. Cómo si esas cosas pasaran. Christopher dolorosamente quería pensar que Jisung ponía atención a ese hombre para ponerlo celoso. El menor no lo hacia.
Para desagrado de Christopher, esos dos pasaron los tres días completamente juntos a excepción de cuando iban a dormir. El mayor estaba severamente enojado y frustrado. Minho ni siquiera parecía un mal tipo, lo que lo fastidiaba aún más.
Entonces, la noche del tercer día,
Christopher explotó. Jaló a Jisung hacia
muy adentro del bosque escuchando
los quejidos de este, pero ignorándolos
limpiamente. Jisung finalmente logró
soltarse cuando golpeó a Christopher. El mayor ni siquiera se hallaba sorprendido mirándolo con la mejilla roja y los ojos llenos de furia.
-No me mires así, te lo merecías - igual
Jisung se arrepintió ante su acción.
Christopher no estaba enojado por el golpe. Ciertamente, se lo merecía. Sino que seguía molesto por lo de Minho.
-¿Te gusta?- el menor lo comprendió.
-No te interesa. Ya no somos nada.
Christopher garró fuertemente el brazo de Jisung
-Te equivocas. Esos papeles aún no se
entregan, así que sigues siendo mi esposo - gruñó con estrés.
Jisung en serio que no quería, de
verdad que no, pero el se rompió. Toco
los brazos de Christopher rodeándolos con sus largos dedos y lo jaloneó con brusquedad.
-¡Mírame, Christopher, mírame! ¡Estás
destrozándome! ¿Qué es lo que esperas de mí? No puedo darte lo que deseas como tu tampoco me lo puedes dar a mí. Entonces, ¿por qué intentas aferrarte a lo que no tiene solucion? ¡Déjame en paz!
Christopher se negó a rendirse a pesar de que dolió ver de esa manera a su esposo.
-Maldita sea, Jisung. Busco estabilidad económica, es todo. Aprende a esperar.
-Ya esperé suficiente. No me pidas más
tiempo. Christopher, te amo demasiado, en serio lo hago. No creas que esto no me está doliendo. Dejarte no es fácil, no me lo compliques más.
-Si duele entonces busquemos una
solución. Debe haber una que nos
beneficie a los dos. Tampoco quiero
perderte.
Jisung se obligó a calmarse. Soltó los
brazos del mayor para poder agarrar sus manos.
-Christopher, no quiero tu dinero. Ya
tenemos suficiente, incluso con dos hijos seguiría siendo suficiente. Entiende, me casé contigo por amor, no por dinero. Si esperabas que eso me hiciera feliz, pues te equivocaste. Date cuenta lo que has causado, intentaste mantenerme a tu lado con dinero, pero la única razón por la que seguía a tu lado era porque te amaba.
-Ji...
-Que tú hayas podido poner el dinero
sobre nuestro amor, no significa que yo
también pueda hacerlo. No puedo. Y me
dejaste solo, lo suficiente para que me
diera cuenta de algo muy importante
-.hizo una pausa. -No eres el único
hombre existente en este mundo. Aunque duela y suene imposible olvidarte, puedo enamorarme de alguien más. Alguien que esté dispuesto a compartir sus necesidades conmigo y que acepte las mías.
-Creí que era más importante tener una
estabilidad económica. ¿Debo disculparme por desear eso?- susurró desesperado.
-El dinero no te va a abrazar cuando
más lo necesites. No te besará cuando
te sientas solo. No te dirá cuánto te ama
cuando sientas que el mundo te desprecia. El dinero no te sonreirá cuando estés triste. No te acariciará cuando estés deseoso de calor corporal. ¡El dinero no se acostará a tu lado y dirá lo feliz que es por haberse casado contigo! - unas lágrimas rodaron por sus mejillas.- Entiende, Christopher, lo más importante ya lo tenías.
Al ver alejarse a Jisung sólo tuvo un
pensamiento.
Y lo perdi.
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Veia una casa. Esa no era la casa que
había comprado junto a su esposo. Era un jardin igual de hermoso que el de ellos. No. No ellos. Ya no eran ellos. Se habían divorciado hacía un tiempo y en aquella casa vivía él solo. La casa de enfrente tenía un aire diferente, se sentía cálida. Observó a Jisung acercarse con una sonrisa extraña mientras de la mano colgaba un niño de unos cuatro años. Christopher abrió la boca con asombro, su rostro se deformó al cargar al niño. ÉI no se parecía en nada a Christopher. ¿Qué demonios?
Ah, sí. Divorcio. Por supuesto que no se
parecía a Christopher. Jisung se había
vuelto a casar y había tenido un hijo con su nuevo esposo. Jisung le dijo algo,
pero no entendió. Creyó hacerlo cuando un hombre se acercó al menor y lo abrazó por detrás.
Maldito seas, Minho.
Ellos parecían felices. Jisung se veía
más feliz de lo que fue en los últimos
meses que estuvo con Christopher.
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Un movimiento abrupto lo despertó.
Jisung se encontraba al frente de él
viéndolo con preocupación. Christopher se inspeccionó a sí mismo. Su pierna estaba desgarrada.
Cierto. Al intentar perseguir a Jisung se había caído. Tremendo estúpido eres, Christopher. Ni eso puedes hacer bien.
- ¿Qué hora es?- murmuró con ojos
agotados.
-Las doce. Hemos estado dos horas
buscándote, Christopher.
El mayor quería abrazar a Jisung por lo
vulnerable que se veía.
-Me caí y me lastimé la pierna. No podía caminar por lo que me quedé sentado aquí hasta que se me pasara el dolor. Supongo que me dormí.
Jisung deseaba tanto golpearlo como
besarlo.
-Demonios, Christopher. No me hagas esto. No ahora.
El mayor no sabía a qué se refería. Minho apareció unos momentos después.
-Oh, aquí estás. Nos tenías preocupado,
amigo.
Christopher se mantuvo en silencio. Minho y Jisung ayudaron a Christopher a llegar a la cabaña. Christopher siguió sin decir nada, permitió que Jisung le limpiara la herida y la vendara. Cuando intentó separarse, Christopher atrapó su mano en la que llevaba el anillo. Dejó un casto beso en el anillo y se puso a llorar de forma desgarradora rompiendo el corazón del menor.
-Perdóname. Lo siento tanto, amor.
Debiste sentirte muy solo en estos meses - hablaba entrecortadamente.
-Basta, Channie. No puedo verte así - besó los párpados del mayor con cariño.
Christopher trató de calmarse, necesitaba hacerlo porque quería decirle algo muy importante a Jisung.
-Dame una última oportunidad -
Jisung se tensó y se separó de él, - La
última, Sung. Sé que he sido un idiota estos últimos meses y que te he hecho mucho daño, pero de verdad no puedo ni quiero estar sin ti. Eres lo más precioso que tengo en la vida y si no soy capaz de mantener aquello a mi lado, dime entonces para qué vivir.
-Christopher, no me gusta que hables así -regañó en voz baja. La sorpresa no le permitía hablar con claridad.
-Lo sé, y no digo que si me dejas voy a hacer algo malo, pero ni siquiera lo
necesitaría. Estaré muerto en vida. Moriré cada que vea que eres feliz con alguien más. ¡No puedo aceptarlo! - exclamó haciendo sobresaltar al otro. - No puedo aceptarlo porque sé que todo lo que deseas yo puedo dártelo.
-Pero tú no quieres.
-Sí quiero. Por supuesto que quiero. Ni siquiera recuerdo por qué decidi
concentrarme tanto en el trabajo. Tienes razón, el dinero ahora ya no es tan importante. ¿De qué me servirá si para lo único que lo deseaba era para utilizarlo en nosotros dos? Para los dos juntos -tomó el rostro de Jisung entre sus manos. - Ese trabajo no me gusta y no voy a quedar en la calle si lo dejo por un tiempo.
-¿Christopher?-murmuró dudoso y con
lágrimas en los ojos. - ¿De verdad? No
más ilusiones por favor.
-Voy a dedicarte todo el tiempo que
perdimos - dirigió su vista hacia el
estómago del menor.- Y darnos ese hijo
que tanto anhelas.
-¿Lo vas a amar? -se llevó la mano al
lugar donde Christopher miraba.
-Tal vez más que a ti -bromeó acariciando aquellas mejillas con ternura
Jisung soltó una risita y se quedó
en silencio un monmento. Los minutos
pasaban y Christopher ya se estaba resignando a la idea de que Jisung lo acepte nuevamente. El menor se puso de pie repentinamente, se acercó a una de sus maletas y comenzó a buscar algo. Al encontrarlo se volvió hacia su esposo y se lo dio.
-Mira bien esto- pidió señalándole los
papeles y mostrándole las firmas. - ¿En
serio vas a intentarlo? Porque aún tienes tiempo de arrepentirte.
Christopher rompió los papeles apenas
Jisung terminó de hablar. Él no
necesitaba pensar nada. El menor ni
siquiera tuvo tiempo de reprochar
porque Christopher se lanzó hacia su cuerpo. La pierna le había dolido un poco, sin embargo, poco le interesaba.
-Vamos a crear a nuestro hijo ahora
mismo, Ji.
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Christopher había cumplido con su palabra. Renunció al trabajo y se dedicó a cuidar de Jisung, el cual sí había logrado quedar embarazado aquella noche en la cabaña. seis lindos meses pasaron para la pareja, el menor radiaba felicidad al ver su pancita, pero más lo hacía cuando notaba los ojos de Christopher brillar por el bebé en camino. Christopher estaba como loco consiguiendo objetos para el bebé, al cual nombrarían Geonu. Era gracioso
para Jisung apreciar al mayor de esa
manera.
-Christopher, cálmate. Aún faltan tres meses para que nazca.
-¡Hay que tener todo! - dijo alterado.
-¡Ya tenemos todo lo necesario! -
contestó intentando imitar la voz alterada del otro, pero sólo se echó a reír por lo mal que le salió.- Pañales, ropa, zapatos, juguetes. Te estás pasando, estás loco. ¿Como por qué le compraste un tractor? ¿Sabes que nace hecho una pasa? No va a poder usar eso. ¡¿Y qué pasa con el caballo?! Minho me llamó para decirme si querías uno recién nacido o ya grande.
-Ese chismoso - se quejó Christopher.- Era sorpresa.
De alguna forma terrminó siendo muy buen amigo de Minho. Quizá porque le había dicho que estaba casado con un tal Seungmin y que este era capaz de cortarle las bolas si hasta intentaba pensar en otra persona de forma romántica.
-¿Para el bebé? Ni siquiera iba a
entender que le regalaste un caballo.
-Es para cuando crezca.
-Exacto. Tenemos bastante tiempo para
poder comprarle todo lo que pida - abrazó por el cuello al mayor .-Tranquilo, amor. Geonu va a estar bien sólo con nosotros. Al
menos hasta que pueda hablar y pedir la tarjeta de crédito.
Christopher asintió mientras reía.
-¿Puedo ser muy intenso, no?
-Un poquito, sí.
Christopher suspiró revolviéndose el cabello.
-Ji.
-Dime, Channie -respondió acariciándose su pancita.
Christopher hizo una pausa creando suspenso para un Jisung curioso.
-¿Qué le dijiste a Minho? ¿Pediste el
caballo recién nacido o qué?
El menor se pegó una carcajada tanto
que tuvo que sostenerse en Christopher para no caer del sofá. Jisung pensó que el mayor diría algunas palabras románticas.
-Le dije que ya lo llamarías tú.
Christopher le regaló un beso casto en los labios y fue corriendo a la habitación a buscar su celular para llamar a Minho, Jisung se quedó en el sofá aún soltando risitas. Joder, en serio que estaba enamorado de ese torpe hombre que a veces complicaba hasta la más mínima situación, pero se sentía feliz de haberlo conocido y haberse casado con él.
Muy feliz.
💌 ೖ୭
Holaa, espero que les haya gustado ♡
Muchas gracias a KMJVHG por dejarme adaptar tu hermoso Os 💛
No olviden de comentar y votar, besitos♡
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