Martes 3-12-19
1:55 a.m

"Quiero que seas más feliz... A veces quiero pensar que lo estás, pero no lo puedo sentir".

-Me.

Me evito el rutinario saludo y me disculpo por la letra, es de madrugada y no veo bien. El motivo es: estoy consciente de haberte dicho que la letra de la canción era el último gesto que te daría, así que no tomes esto como un detalle, es un simple papel, común y corriente, en el que mis apesadumbradas lágrimas me guían, y no el bolígrafo en mis manos. Es un inservible trozo de papel en donde te expreso mis penas sentimentales, a pesar de haberlo mencionado hace unos días atrás, porque escribir, de alguna u otra manera me hace sentir aliviada.

Esto me desahoga más que las palabras dichas.

¿Qué hago despierta a altas horas de la madrugada? Preguntarás; es lo mismo que he hecho desde el jueves: oír música a volumen bajo y lloriquear.

Bien, a lo que vengo: he pasado los peores días de mis cortos años, esto, gracias a la única persona con la que me sentía segura, a la que amé de forma única y diferente, con la que no me mostré como regularmente soy, sino que me pude permitir sentir y amar; que, irónicamente, fue la misma que me hizo caer en la cuenta de mil cosas, la que hace que me compare a un océano, por la gran cantidad de agua que brota de mis ojos; la que me mostró que soy débil ante las ilusiones, la que me hizo pensar en un futuro "nuestro"...
... Nada más lejos de la realidad...

... La única persona que me escuchó y consoló a la distancia, que me apoyó y ayudó cuando ya no quería seguir; la persona que me enseñó lo que es amar con sinceridad a alguien ajeno a mi sangre, pero cercano a mi corazón. La persona a quien le conté y confié todo lo que no había contado o confiado a nadie.

La persona que me enseñó lo que es contar un chiste de verdad y a gozar a risotadas. La que me brindó miles de mensajes llenos de amor y esas cosas dulces que suelen decir las personas. La que me enseñó los nervios de tomar sus manos entre las mías; quien me dio un lado feliz que no conocía de mí. La que me hizo fuerte cuando perdía la cabeza y me ayudaba a levantar mi mundo cuando este se caía en pedazos...

... La que me hacía sentir especial cuando mi autoestima no era la mejor; la persona por la que hoy puedo decir que me amo, después de odiarme por mil y un razones. La que me iluminaba cuando quería botarlo todo y muchas cosas más, que según tú, sólo fueron por "inercia".

Aunque me dejaste claro que hiciste esto por una maldita inercia, quiero que sepas que lo mío fue real, no porque me gustes, sino porque fuiste el apoyo y confidente que me acompañó en pequeñas aventuras... Cortas, y ahora dolorosas de pensar, pero en su momento me hicieron tocar las nubes desde el suelo.

Quiero decir que lamento si en dado momento te causé incomodidad con alguna palabra dulce a la que no supiste decir "no", y me correspondías por... No lo sé, ¿Compromiso?

Es irónico, a pesar de las lágrimas, si justo ahora me pidieras una oportunidad más, te la daría sin pensarlo ni una milésima; y así me pidieras cientos y miles de oportunidades, te las daría por dos motivos:
1. No puedo evitar sentir que te amo.
2. Creo que enloquecí a causa tuya.

Siguiendo con el tema, quiero que sepas que volveré a ser yo una vez más, algún día, y no pienses en esto, no pienses en que todo es tu culpa. Tengo fe en que más adelante te preguntarán por mí y no me recordarás, aunque espero que no sea así y que podamos tener una amistad estable.

Ja, "amistad estable".

Creo que, a pesar del horrible y doloroso estado en el que me siento, me veo en la necesidad de agradecerte: por cada vez que tomaste mi mano e hiciste hormiguear mi estómago o me hiciste sonreír embobada, por cada palabra dulce y esos mensajes bonitos que no pasaron a más; por cada salida y cada regaño, por cada ilusión y promesa; por las veces que estuviste cuando me quedé sola, por recordarme lo que valgo cuando me siento una basura total. Por los "te amo", que alguna vez intercambiamos, aunque los últimos preferiste guardártelos para alguien que realmente amaras.

... Por hacerme reír con tantas torpezas y levantarme el ánimo cuando este empieza a caerse; por quererme, por enseñarme, por prestarme tu hombro para llorar o simplemente para recostarme en él. Por hacerme permanecer despierta hasta las 2:56 a.m (esa hora es), por tus perversidades que me contaminaron, por la carta que nunca recibí y el beso que jamás habrá. Por cada palabra departe de Dios y los: "tranquila, pasará", que soltaste ante mi vulnerabilidad y desesperación. Por darme el valor de mirarte directamente a los ojos, cosa que, a pesar que no hay más romance, me lleva un mundo poder hacerlo.

Por las caricias (que sí hubo, no me veas así), las conversaciones sanas pero intensas que tuvimos y las veces que nos dormíamos tarde hablando de cursilerías y fingir que dormíamos al lado del otro, cosa que obviamente, jamás pasó, más que en el viaje el año pasado, (razón por la que estoy nostálgica). Gracias por aconsejarme siempre y tratar de mantenerme lejos de todas aquellas personas que me intentaran dañarme.

Lástima, terminaste siendo tú el peor de ellos.

¿Que no tenemos historia? ¿Esto te parece drama? Porque, sinceramente, a mí no, siendo que debo admitir que faltan muchos más recuerdos
Finalmente hago que "Sing me to Sleep" repiquetee en mi cabeza mientras trato de recordar cómo lucía tu mirada en nuestro principio.

No comprendo porqué sigo diciendo todo esto, sé que no es de tu interés.

Solo, míralo, es justo que llore mientras hago memoria de todas aquellas cosas que te si de mí.

No mereces mis lágrimas, pero no puedo evitar dártelas.

Seguramente sabes que será una tarea complicada desahogar todo esto que siento por ti, porque aún con todo, quiero escapar de tu voz, pero también quiero pedirte que te quedes, quiero tirarme de rodillas al suelo e implorar que no te vayas. Ni siquiera yo logro comprender qué es todo esto que siento.

Sin embargo, reconozco que lo más sano es alejarnos, mientras el llanto salga a mares por las noches, mientras sano, mientras limpio mis heridas y las velo hasta cicatrizar y mientras todo pasa, me ausentaré un poco de todo y seguiré sin salir de mi cama y sin comer todo en mi plato...

No puedo evitar odiar que en tu control estén incluso mis ánimos, ¿Cuándo dejarás de hacerme esto?

Es difícil explicarlo, te quiero tanto... Pero no puedo permitirme seguir acá mucho más tiempo. Después de todo, tu felicidad no es más dependiente de la mía, y tus besos no me pertenecen más. No soy el destinatario de tus cartas, no son mis manos las que quieres tomar entre las tuyas y no es mía la lirada que quieres ver cada mañana.

Aún así, creo que estaré bien.

Por tu parte, no dudes en hablarme si estás mal, que yo no dejaré de quererte y aquí voy a estar. Sé que tú estarás para mí.

Como última petición, sé muy feliz, cuídala mucho, no la dañes, por favor. Ella te ama.
Á

mala como quieres que te ame, hazle sentir y no solo se lo digas, demuéstralo siempre. Ámala de la forma en que nunca me amaste a mí...

Dicho esto, me despido, finalmente, esperando todo marche bien.

¡Cuídate mucho! <3

-Con amor, Ale.

Martes 3-12-19  3:39 a.m

¡Eres maravilloso! <3