—Las parejas elegidas audicionarán, con el fin de que una de ellas vaya a las nacionales representándonos. Entonces, la primera pareja es... —el encargado de la pista comenzó a dar varios nombres y las parejas se posicionaban hasta cierto lugar para diferenciarse—. Angel y Raziel.

Dijo finalmente nuestros nombres y ambos nos deslizamos hasta el sitio donde se encontraban el resto de los competidores. El encargado comenzó a darnos pautas y temáticas puesto que éste año trabajaríamos con ellas.

—Diciembre, Angel y Raziel —ambos asentimos.

Al finalizar la entrega de temáticas, nos felicitó y nos despidió. Angel y yo nos acercamos hasta Matt, nuestro entrenador y representante.

—Debemos tener una reunión con urgencia. ¿Qué les parece mañana? Así me da tiempo de organizar todo y de tener una lluvia de ideas.

—Me parece bien. ¿Tú qué opinas, Raziel? —ambos se giraron a mí y yo me encogí de hombros.

—Da igual, mientras ganemos.

—Quizás con esa actitud no lo logremos —me reprendió Matt como de costumbre.

—Bueno, es lo único que haz obtenido hasta ahora, y... ¿Adivina qué? Lo seguirás obteniendo —golpeé su hombro y tomé asiento para quitarme los patines.

—Raziel, es en serio —habló Angel—. ¿Tendrás disponibilidad?

—Quizás

—Nunca vas a contestar con una respuesta concisa, ¿verdad? —me encogí de hombros una vez más.

—Ya me conoces.

—Muy bien, entonces quedamos para mañana, después de la práctica, tendremos la reunión y sin excusas —Matt me apuntó y ambos asentimos—. Me marcho, tengo que ir al recital de mi hija.

Desapareció dejándonos solos a mí y a Angel. Terminé de quitar mis patines y guardarlos bajo la mirada atenta de Angel.

—¿Qué vas a decirme? —rodé los ojos al levantarme y tomar mis cosas.

—Quería saber si... ¿Podemos ir por una rosquilla? —negué al instante.

—No gracias, tengo que llegar temprano a casa, Angel. Otro día, nos vemos —dije saliendo de la pista, ya iba tarde.

—¡Está bien! Nos vemos —alcancé a escuchar a Angel decir, mientras agitaba su mano en despedida.

Muy bien, debía llegar en diez minutos a casa, ¿Lo lograría? Si corría, sí, de todos modos, estaba en forma.

Adiós, cielo improvisado y hola, infierno personal.

Aquí vamos, de nuevo.

***

Y hasta aquí el prólogo. Espero que les haya quedado la intriga y nada amigues, prepárense que lo que viene es candela.

Nah, no se crean... O quizás sí, no mejor no.

Nos leemos pronto;)