- ¡Hermano! ¡Mi Regalo Es Precioso! - La suave y campanante vos de Hestia trajo gloria al corazón del chico.

La niña nunca esperó que en los intestinos de su padre, su hermano mayor fuera a encontrar un hermoso anillo.

- ¡Jo! ¡Jo! ¡Jo! ¡Es por qué tú hermanó mayor lo creó para su princesa! Hestia es merecedora de regalos tan hermoso como éstos, incluso si no se compara con su infinita belleza - Su cabello cenizo se movió ante la lúgubre voz bañada en alegría y sarcasmos.

Incluso hizo movimientos exagerados sacándole varias carcajadas a su linda señorita. Pero un gran sonrojó decoraba sus reluciente y doradas mejillas.

Curioso teniendo en cuenta que nuestra sangre es dorada.

Hestia era una hermosa damita de cabello rojo fosforescente. Su tamaño a pesar de ser pequeño, era dotada con carnosas piernas y una cintura delicada pero regordeta.

Pero su hermosa sonrisa era la cautivadora del joven dios que claro que le creo ropa. Pero digamos que teniendo a tu disposición la carne de tu padre, y cadáveres siendo digeridos en su estómago. No había gran oportunidad para lucirse y crear unas prendas más sofisticadas.

Pero Hestia no parecía ser una niña quisquillosa, era y es feliz con el hermano que la recibió con tanta luz y alegría, el era su familia en este posó oscuro y tenebroso al que su hermano le llamaba con mucho sarcasmo "hogar".

Ambos descansando en lo que ella creía era una gran almuada roja, miraban el anillo mostrándole todo sus detalles, diciendo sus inspiraciones y recurso para crearlo para ella.

Era verdaderamente feliz, y estos recuerdos no se lo quitarían por nada en el mundo.

Fue el único momento en dónde Cronos sintió paz... Y el hijo de puta no desaprovecho para hacer más bebés. Y su primogénito se lo cobró bien doloroso.

Un calambre en la zona más bajá no es la gran cosa, ni muy complicado de provocarlo cuando aparté de omnisciencia tienes control de una acción futura.