Capítulo 17
Capítulo 17
—¡ZACK! —exclamó Zoey, llena de felicidad.
El chico pateó la puerta y esta cayó al suelo. Al ver la salida libre, ella se lanzó hacia él, pero Adam la sujetó y la aventó hacia atrás, impidiendo que huyera. El envión la llevó al suelo y la tensión aumentó.
—Vuelve a tocarla y te juro que te mato —gruñó Zackary y Adam rechinó los dientes, sin pensar en Zoey y la agresión.
—¿No deberías ser polvo?
Él sonrió.
—No, contuve la explosión. Soy mejor de lo que pensaba. Ahora —señaló a Zoey—, apártate de ella.
—Ni lo sueñes.
Adam dio un paso hacia delante y Zack caminó por encima de la puerta, alzando los puños.
—Zoey es mi protegida —replicó Zack con impaciencia —. ¿Es que no comprendes que no puedes contra mí? No importa tu tamaño, grandullón lleno de esteroides, soy más fuerte ahora. Me prepararon para cuidarla. No volví más que para eso.
—¿Esteroides? —Adam apretó los puños y desde el suelo, Zoey le echó una mirada. Sí, Adam tenía esa pinta.
Se levantó lentamente y esperó cualquiera señal de su compañero. Todo podía salir muy mal, pues el captor todavía tenía una pistola en la mano.
—Sí —sonrió Zackary—, los míos son naturales. —Y se tocó el pecho a través de la camisa.
Adam rechinó los dientes y se lanzó a por él. Zack le hizo frente y se mantuvo en su lugar. Cuando estuvo cerca, se corrió antes de ser golpeado y estiró el puño hacia su cara.
El golpe fue tal que lo noqueó y cayó a los pies de Zoey, inconsciente. Ella lo miró con la boca abierta durante escasos segundos; luego, recordando que ya nada la separaba de Zack, corrió hacia él. No tardó en anudar los brazos por detrás de su espalda, derramando lágrimas de alivio.
—¡Creí que morirías! —gimió en su pecho. Zack sonrió y le devolvió el abrazo.
—Ya estoy muerto, Zo, la gente no puede morir dos veces. —La separó brevemente para guiñarle un ojo.
Salieron rápidamente de allí, sin tocar nada de primera mano. Suponían que estarían fuera de amenaza por horas; el noqueo debería sacar a Smith de circulación hasta la mañana.
Una vez en el cuarto, ella cerró la puerta y se dejó caer en la cama, cansada. Zackary la abrazó una vez más y volvió a prometerle que ese idiota las pagaría.
Al día siguiente, Zoey no estaba haciendo más que mirar el techo desde su cama. Había salido poco del cuarto y había pasado todo el día con mucho cuidado y atenta a todo.
Así estaba, con el ceño fruncido a las grietas de la pintura, cuando alguien abrió la puerta de su cuarto como si nada. El susto que se pegó y la exaltación la llevaron a pensar que se trataba de Adam, listo para sembrar problemas otra vez, y sujetó el cuchillo de cocina que había robado del comedor.
Pero solo era Jessica, que arrastraba sus maletas con una buena sonrisa en la cara. Su amiga se detuvo al verla con el arma en mano y borró la alegría.
—¿Zoey, qué diablos estás haciendo? —chilló.
—¡JESS! —Zoey soltó el cuchillo y corrió a abrazarla—. ¡Estás de vuelta!
—Casi todo el colegio está de vuelta. Ahora, ¿qué haces con semejante cuchillo...?
—¡No es nada! Creí que eras alguien más...
—¿Quién? ¿Freddy Krueger? —preguntó su amiga, con la voz aguda y bastante perturbada.
—No, alguien real, tonta. —Zoey no dejó de sonreír. Hasta se había olvidado por completo del conejo de peluche en la cama—. Qué bueno que has vuelto. —Volvió a abrazarla.
—¿Alguien real? ¿Bromeas? —jadeó ella, dejándose abrazar—. ¿Cómo quién, Zo? ¿No estás un poco...?
—¿Qué? —Zoey se apartó, dejando de lado la sonrisa—. Es que ha habido incidentes otra vez y creo que es mejor estar preparada para todo.
Jessica hizo una mueca, pero asintió con la cabeza.
—Oí que Adam Smith ha tenido problemas —comentó, como si nada. Zoey asintió, disgustada—. ¿Lo sabías? ¿Que lo encontraron inconsciente esta mañana con la puerta de su cuarto fuera de cuajo?
—Sí, lo oí.
—Además de que en el sótano hay cosas rotas... —siguió Jessica. Zoey sabía muy bien que había cosas rotas, pues Zack se había encargado de ocultar bien los restos de las balas y las marcas que estas habían hecho en el sótano. También había recogido los pergaminos y los había escondido debajo del colchón con un bonito escudo. Quería evitar cualquier tipo de problema. Sin embargo, Zack solo había vuelto a la habitación del muchacho para dejar las llaves del sótano y por consecuencia, no había tocado el arma que había quedado en sus manos al caer al suelo.
Si los directivos sabían de ese revólver o no, o lo ocultaban, no estaban seguros. Por el momento esa información no se había filtrado. Por más que era sábado, el chisme del fin de semana se había corrido con mucha facilidad.
—¡Parece que lo golpearon!
—¿Ah, sí?
Pues sería bastante obvio, ¿no? El golpe de Zack en su mandíbula podría habérsela dejado un desastre, pero tampoco eso se sabía con seguridad. Nadie había visto a Adam desde el encuentro por la mañana.
Así, la llegada de Jessica no era más que un presagio de que las clases volverían a la normalidad y ella no pudo detestarlo más. Si bien se había aburrido, ¡justo cuando necesitaba el tiempo para traducir el libro, con los pergaminos encontrados en la iglesia, este se le escapaba de las manos!
Pero lo bueno de la vuelta de su amiga era que las cosas se tornaban algo más normales de nuevo. Jessica le hacía reír, contándole los pleitos que había tenido con sus padres por regresar a la escuela. Se sentía más resguardada, pues Jess siempre había sido la más fuerte de las dos y, socialmente, la más aceptada y notada. Ahora que había vuelto, ya no se sentía tan sola a la hora de relacionarse con los demás.
Por su parte, Zack estaba ciclotímico otra vez. Estaba molesto con Jessica porque de esta forma él no estaría solo con Zoey, y aclaró en voz alta, mientras su amiga dormía, que le frustraba no poder espiar sus bombachas con corazoncitos. Esta vez, Zoey entendió muy bien que lo dicho no era más que una necesidad de manifestar su existencia. Al final, con Jess ahí, él no estaba a sus anchas y no podía hablar ni moverse cuanto quisiera.
Por otro lado, con Jessica en el medio era más difícil para Adam acercarse... Había otras cosas que aceptar, entonces. Zoey admitió que Adam parecía estar loco y que seguramente tenía algún trastorno psicológico. No era mal genio ni mal humor, era algo que se iba de tema. Ninguno de los dos, ni Zack ni ella, comprendía el extraño actuar del chico.
¿Quería a Zoey diciendo que Zack era peligroso, pero luego amenazaba con matarla?
Y lo peor de todo, ella lo había callado. No le había dicho en ningún momento que Adam había intentado besarla. Como habían estado las cosas últimamente, temía que eso creara más problemas. Tampoco quiso mencionar el verdadero odio y desagrado que él había profesado hacia su muerte. Por ahora se limitaría a alejarse todo lo que pudiera de Smith.
Sin embargo, aunque ella estaba dispuesta a tener cuidado y a mirar antes de pisar, las cosas no se desarrollaron como esperaba. Jessica llegó al aula corriendo, apenas tres días después del incidente en el sótano y le soltó cosas que no quiso aceptar.
—¡ZOEY!
Zoey soltó las carpetas con sus tareas; por suerte la clase todavía no había comenzado, si no hubieran sido reprendidas por esos gritos.
—¿Qué pasa? —preguntó, alarmada, a Jessica, que estaba agitada pero sonriente.
—¡No sabes lo que pasó!
Ella negó suavemente.
—¡Ya, dímelo!
—¡Adam! —gimió Jessica conteniendo la satisfacción. Pero no obtuvo la reacción esperada de su amiga. Zoey frunció el ceño y apretó los labios—. ¡Me invitó a salir!
Aquella palabra sí que arruinó todo. Zoey dejó caer la mandíbula al mismo tiempo que soltaba una maldición.
—¡Oye! —Jessica se alejó un paso—. ¿Qué te pasa?
—¡No puedes salir con Adam, Jessica! —exclamó, totalmente aterrorizada, se echó para atrás y no disimuló para nada su desagrado. ¿Cómo diablos le explicaba que Adam había querido matarla y que, para colmo, luego besarla? No era posible que Jess saliera con él.
—¿Por qué no? —Ella se cruzó de brazos. Zoey titubeó.
—Él no es un buen chico. No has estado aquí en días, ¡créeme que no es una buena opción!
Jessica estrechó los ojos.
—¿Por qué dices eso? A ver, ¿qué hizo de malo?
—Tiró una puerta abajo y se metió al sótano, ¿recuerdas? —soltó rápidamente, antes de que se notara que sabía algo más. Jessica era buena sonsacándole información.
—Lo del sótano no es nada, él me contó lo que sucedió. Tiene un golpe horrible en la cara, Zoey. Lo atacaron. Y en primer lugar, Zack ya estuvo ahí.
Zoey estrechó sus ojos esta vez.
—Zack está muerto —replicó con frialdad.
—Si no hubiera entrado no lo estaría —contraatacó Jessica, logrando que ella apretara las carpetas con tanta fuerza que estuvo a punto de romperlas—. Además, Adam y Zack eran amigos, ¿no crees que él quisiera ir al lugar donde murió su mejor amigo?
—No —contestó ella y Jessica hizo una mueca—. Lo que haces está mal. No puedes creerle a ese. Smith es jodido, Jessica. No es solo su mal humor o su actitud, si no que no es un tipo normal.
Jess también se mostró molesta, dándole a entender de golpe que para ella Adam era mucho más que un chico lindo.
—Da igual, ya le dije que sí.
Zoey cambió de golpe su actitud. Asustada, pasó a suplicar. Si Jessica salía con ese chico saldría herida de un modo u otro.
—¡No, Jess! ¡No salgas con él! —rogó—. ¡Te lo ruego!
—¡No, Zoey, te comportas raro! —Jess apartó la mano y la miró con una expresión contrariada—. ¡Adam me gusta y no desperdiciaré esta oportunidad! —Se sentó en el banco junto a ella y clavó la vista en otro lado, dando por terminada la conversación.
Zoey permaneció parada, con la cabeza dándole vueltas. Aquello no estaba bien, no estaba nada bien. En vez de quedarse en clase, salió volando por la puerta. ¿Y si eso era una jugarreta de Adam? ¿Acercarse a ella a través de Jessica, usándola como un trapo? Adam Smith era capaz de todo, ahora lo sabía, y sus acciones no eran claras ni tenía razones lógicas.
Corrió escaleras arriba, ignorando al preceptor que le llamaba la atención por no estar en el aula. Zack se había quedado en el cuarto, confiando ahora que Adam no podía tocarla estando Jessica de por medio. Con un escudo alrededor de su protegida, él permanecía como conejo, investigando los pergaminos de la iglesia.
Casi pateó la puerta de la habitación y, al entrar, encontró a Zack en posición de ataque.
—¿Qué te pasa? —exclamó, asustado por la expresión de su rostro.
—¡Adam invitó a salir a Jessica! —soltó. Zack se quedó mudo durante un segundo.
—¡Maldito tramposo y manipulador! —despotricó luego—. ¡Es más que obvio que lo hace para acercarse a ti!
—Ya lo pensé, ¿por qué crees que estoy aquí? Apenas estamos a martes, Jessica regresó el sábado, ¡y él ya está haciendo esa jugada! Realmente no lo entiendo y como que Jess se enojó cuando le pedí que no saliera con él. Dijo que Adam contó que había sido atacado, ¡qué le habían jugado una treta con lo de las llaves! Obviamente le cree, y el golpe que le dejaste en el rostro ayuda a esa versión.
Zack se transformó en un humano y caminó rápidamente hacia ella.
—Debería haber dejado las marcas del arma, debería haberme asegurado de que encontraran el revólver. ¿Es que los preceptores no lo vieron? Estaba junto a él.
Zoey se encogió de hombros, nerviosa.
—¡No sé qué decirte! Está jugando mejor que nosotros.
—Y más rápido. Hay que impedir que esté con ella. No solo lastimará a Jessica, sino que te pondrá en peligro otra vez.
—¿Y qué hago?
—¡Convéncela! Dile que se droga, que es un borracho y que se comporta mal con las mujeres. —Zack se alejó de ella maldiciendo en voz baja—. Si pone a Jessica de su lado, si insiste en pasar tiempo con ella...
Zoey lo miró marchar.
—Zack... —lo llamó. Él se detuvo y la miró expectante.
—¿Qué?
—No creo que funcione, ¡Jessica no suele tragarse mis mentiras! ¡Intenté decirle que él tenía las llaves del sótano y que rompe las reglas! Que no es un tipo normal y que actúa raro. Pero le dio igual... Salió con excusas de que tú también te metiste en el sótano.
Él frunció el ceño y su expresión se tornó peligrosa y malhumorada.
—Tenía mis motivos.
—¡Quiero suponer! —contestó ella—. Pero el punto es que estás muerto. Zack... —bajó la voz— hay que decirle la verdad, solo así sabrá que Adam quiso matarme y se alejará de él.
Zackary saltó por encima de la cama para llegar hasta ella.
—¿Es que estás loca? —exclamó, alzando las manos muy cerca de su rostro—. ¿Qué crees que hará cuando me vea? Además, eso es lo de menos, ¿recuerdas el dije acaso? Es por eso que solo tú sabes de él. Mientras más sepa Jessica, ¡más en peligro la pondrás a ella también!
—¡Saldrá con un loco! ¿Eso no es peligroso?
—Buscaremos una forma de alejar a Jessica de él sin decirle del dije —contestó él, sujetándole los hombros—. Tranquila, ya veremos qué haremos. Como primer punto... —Suspiró y se dirigió a la puerta—. Iré a matar a ese idiota.
Zoey se quedó viéndolo, en silencio, sin ser consciente de sus palabras hasta que habló segundos después:
—No hablas en serio.
—Matarlo, golpearlo de vuelta. Le diré que se aleje de Jessica. —Él apoyó la mano en el picaporte.
—Zack, estamos en pleno día. ¿No saldrás como humano, o sí?
Él negó y soltó el picaporte.
—Esto ya es demasiado —susurró, como diciéndole que todo eso lo confundía un poco—. Creí que la muerte sería más sencilla.
—Por eso debemos traducir el templo y el libro con el pergamino. —Ella bajó la cabeza y alzó los ojos cuando Zack se volteaba—. Así podrás descansar.
Él sonrió.
—Lo haré cuando estés a salvo.
Zoey asintió levemente. ¿Entonces? ¿En qué quedaba todo?
—¿Tendré que inventarle cosas a Jessica?
—Haz lo que sea para alejarla de él hasta la noche, cuando pueda salir y ponerlo en su lugar.
Sin más, ella abandonó el cuarto. Debía volver a clases, ahorrarse los problemas y mantener a su mejor amiga lejos de un loco psicópata y desquiciado.
Pero esa noche cuando quedó sola, luego de que Jess se marchara a estudiar con Penélope, Zack regresó de su escapada nocturna con el rostro lleno de ira y miró a Zoey, que esperaba sentada en la cama abrazada a la almohada
—¿Hablaste con Adam? —susurró. Él negó.
—Ese es el bendito problema —gimió. Ella se levantó de pronto.
—¿Qué quieres... decir?
—¿No tienes idea de dónde está Jessica?
—Dijo que iba... —y allí Zoey cayó en la cuenta. Jessica le había mentido. Ella no había ido a repasar Matemáticas por los días que habían estado fuera del colegio—. ¿Dónde está Adam? —tembló.
—Salió del colegio... Le dieron un permiso para ir al pueblo.
¡Feliz noche vieja!
Estamos en un nuevo especial, esperando para recibir el nuevo año y aquí el primer capítulo de los dos. ¡Cómo se van transformando las cosas! ¿Qué pasará ahora? ¡Pues a esperar a mañana!
Déjenme en los comentarios qué piensan de Jessica, de su reacción ante el pedido de Zoey y de la jugada de Adam. ¡A ver si mañana confirman o no sus teorías sobre este muchacho y su relación con Jess! Veremos ;)
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