Nunca creí que el amor de mi vida lo encontraría así, ni mucho menos que ocasionaría la tercera guerra mundial en mi vientre, pero paso.

Llegó como cualquier chico a mi vida, ganándose mi amistad, le dejé entrada libre, sin saber que ocasionaría.

Y aún que no recuerde exactamente la primera vez que lo ví, se que fue en una  charla.

Se que ahí estaba recibiendo el mismo conversatirio, nos encontrabamos en el mismo salón, tal vez a unas silla o justo al lado, pero no  me interesaba hasta que nos  iniciamos a  llevar, el día que marcó mi vida no conocía a nadie más que a una prima, una de las tantas personas que vieron la linda pareja que formaríamos de no ser  por nuestros miedos.

Debo admitir que, desde un principio, cuando empezamos con esto fue un fiasco total, estaba segura que quería continuar y no era por él, bueno en el principio no.