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Página final

El viaje fue bastante largo, pero no por ello fue aburrido. De hecho, fue bastante divertido contar cosas sin sentido alguno y apostar cosas que igual íbamos a hacer.

Al llegar a la granja, todo estaba igual a como lo recuerdo. La casa estaba al lado del granero. Esa casa algo vieja de madera barnizada, por dentro tiene una decoración algo moderna supongo que mi tía la ha redecorado, aunque mis abuelos son muy modernos, no les agrada tanto la tecnología, pero hay inventos actuales que les gustan y les parecen interesantes.

Mi abuela no tiene tantas arrugas en su rostro, ella tiene algunas canas entre su cabello rojo atado en una coleta, sus ojos marrones estaban iguales a como los recuerdo, ella usaba un lindo vestido blanco y tenía esa dulce sonrisa propia suya. Ella no es tan vieja que digamos.

Mi abuelo tenía ese aroma a sudor y trabajo que lo caracteriza, sus ojos son azules ya que de él los heredé yo, su cabello negro tenía más canas que el de mi abuela, él es mayor que mi abuela, aunque no es tan notoria la diferencia entre ellos.

Mi tía (la hermana mayor de mi mamá), tiene rasgos parecidos a los de su hermana, tiene una figura esbelta, su cabello es negro, sus ojos son marrones, su piel es suave y cargaba a su primogénita Maya.

Maya estaba dormida por lo que no pude detallar bien sus ojos, pero su cabello era igual al de su madre, es una bebé que cuenta con diez meses. Mi madre y yo estuvimos ausentes al momento del nacimiento de maya, pero aún así sabíamos cómo era por medio de las fotos que mi tía siempre nos enviaba.

—Ay mi niña hermosa—habló mi abuela antes de lanzarse a abrazar a mi madre y luego a mí. Alex estaba escondido detrás mío, mi tía fue la curiosa que se asomó a detallar a Alex.

—Hola, abuela, tía, ¿cómo han estado?—dije yo al ver cómo mi mamá se distraía hablando con el abuelo.

—Oh, pequeño Iker, estás tan grande—comentó mi tía palmeando suavemente la espalda de mi prima.

—Ay, Iker, cada año te pones más guapo. ¿Y quién es este joven tan apuesto?—habló mi abuela examinando a Alex.

—Mi novio—respondí con total confianza. La cara de Alex estaba totalmente roja así que escondió su rostro en mi pecho—. Abuela, tía, abuelo, mamá, él es Alex, se ha ganado todo el amor de mi corazón, con sus sonrisas, con sus palabras. Él siempre ha sido un chico muy bueno, ha dado todo por cuidarme, siempre piensa en mi bien antes del suyo. Su honestidad y su humildad fueron una de las cosas que me enamoraron. Por eso, se los presento formalmente.

—Tienes un novio muy lindo—comentó mi tía acariciando el cabello de Alex.

—Ya era hora de que ese muchacho se consiguiera un buen hombre—dijo el abuelo.

—Les damos nuestra aprobación, te encontraste a un buen chico—replicó mi abuela.

Alex me miró confundido unos segundos, él no se esperaba que ellos reaccionaran de esa forma. Mi familia sabe que mi mamá y yo somos bisexuales, ya pasamos la etapa sobre las charlas de preferencias. Es bonita su inocente reacción.

—Jaja, mi niño, no tengas miedo, te prometí que no sufrirías más, sé que no te harán nada malo, por eso hablo con total confianza—le susurré a Alex antes de que él se acercara hacia mi tía y mi abuela.

Las mayores nos interrogaron para que les contaramos sobre Alex, sobre el viaje y sobre lo último que ha sucedido. Obvio que le respondimos todo con honestidad aunque omitimos algunos detalles.

🌌📒🎧📒🌌

Mientras Alex y yo acomodamos nuestras cosas en nuestra habitación ya que habíamos acordado que Alex y yo compartíamos habitación, recibí una llamada a mi teléfono, no esperaba que esa persona llamara, igual contesté y coloqué la llamada en altavoz para que Alex oyera también.

—Hola señorita Sandra—saludé primero que nada, me resultó extraño que llamara tan pronto—, ¿me oye?.

Sí, pequeño, te oigo perfectamente, hola—respondió Sandra a través del teléfono—. ¿Alex está contigo?

—Ajá, sí, aquí estamos, estás en altavoz, ¿sucedió algo?—cuestioné mientras acomodaba la ropa, Alex ordenaba su diario y nuestros libros en la repisa de madera azul. La habitación no era muy grande, habían un par de cuadros colgados en la azul pared, tenía una ventana grande cerca de la cama individual, había una mesita de noche con una lámpara común que era quien iluminaba la habitación. Esta habitación es bastante cómoda y amena, no importa si es pequeña, ambos estamos bien así.

Hubo algo que se me olvidó decirles durante la sesión del otro día—respondió ella al tiempo que se oía una voz infantil al otro lado de la línea, supongo que ella está con su hijo—. Pequeños, creo que esa fue nuestra última sesión.

—¡¿Que?!—cuestionó Alex algo desanimado, mis ojos se cristalizaron levemente.

Sí, ustedes ya no necesitan de una psicóloga, se tienen entre sí, ambos son unos niños maravillosos, estoy seguro que si algo sucede lo superarán porque están juntos. Además, no queda nada más que hablar—dijo Sandra, se le oía algo desanimada, pero se mostraba firme—. No se depriman, no por esto perderemos el contacto o algo, solo digo que ya no habrán citas ni nada. Los extrañaré bastante, chicos. Han sido las personas más únicas que he atendido.

—Te extrañaremos mucho, señorita Sandra, usted ha sido maravillosa—musité sabiendo que mi voz sonaba débil debido a que empecé a llorar. Alex me abrazó mientras me desahogué en su hombro.

Chicos, este no es un "adiós", es un "hasta luego". Vamos, no llores, Iker, son muy fuertes, estarán bien—contestó ella.

—La queremos mucho, señorita Sandra—confesó Alex mientras acariciaba suavemente mi espalda para tratar de calmar mis sollozos y deseando que mis lágrimas cesaran.

Y yo los quiero a ustedes chicos—admitió la mayor—. Chicos, ¿que hago con las cartas?.

Me calmé por un segundo—¿Que cartas?

Las cartas que les pedí el otro día que hicieran, que van dirigidas a una persona a las que le quieran decir algo y a su "yo" de dentro de 10 años, esas cartas—replicó ella riendo levemente—. Esas cartas que les pedí que hicieran, ¿las quemo?.

Alex y yo nos miramos unos segundos antes de sonreírnos mutuamente y darnos un beso en los labios.

—Sí, quemalas—respondimos Alex y yo al mismo tiempo sacándonos unas risitas.

Bien—murmuró Sandra—. Bueno, voy a cocinar, debo seguir antes de que mi hijo haga huelga porque no comió su merienda. Hasta luego, niños.

—Está bien, hasta luego—dijo Alex antes de colgar la llamada. Seguí abrazando a Alex mientras él acariciaba mi cabello.

—Ya la extraño—confesé. El de ojos miel rió suavemente antes de darme otro beso en los labios.


🌌📒🎧📒🌌

Alex ya no tenía pesadillas, de hecho, cuando despertaba me contaba sobre los lindos sueños que tuvo, sus heridas habían cicatrizado casi totalmente. En serio hemos crecido a nivel sentimental y hemos madurado bastante. Es increíble todo lo que ha sucedido en tan poco tiempo, bueno, a mí me parece que todo sucedió en un pequeño lapso de tiempo, pero Alex ha sufrido todo tipo de cosas durante toda su vida. De verdad admiro su fuerza.

Mi familia conoció la historia de Alex, se enteraron por todo lo que hemos pasado y se dieron cuenta de lo mucho que Alex y yo nos amamos, nos darán mucho apoyo.

Mi madre se reencontró con una amiga de su infancia o algo así, creo que venir aquí hizo que mi mamá se consiguiera una novia muy linda y amorosa. Fue hilarante verla como adolescente enamorada.

Todos hemos estado concentrados en mi prima Maya, ya que en cualquier momento da sus primeros pasos, todos estamos muy emocionados por ella.

También Alex conoció a los animales de la granja, él se enamoró de unos pollitos aunque le tiene bastante miedo a la gallina. Por mi parte, me la he pasado tratando de conquistar al caballo marrón de mi mamá, es que he querido montarlo, pero mi mamá dice que primero debo "domarlo".

Hemos pasado nuestros días ayudando a mi abuelo a cosechar, sembrar y a alimentar los animales. Lo hacemos con gusto, ya que a Alex y  a mí nos gusta ayudar, además, es divertido estar con los animales. Alex estaba maravillado con todos los animales de la granja, a mí me encanta verlo así y verlo jugando con los animales.

Durante las noches, nosotros dormimos juntos, ahora tengo la manía de dormir en su pecho. Aún soy más alto que él, pero igual me gusta sentir los latidos de su corazón.

Alex y yo estábamos acostados en el jardín de girasoles de mi abuela, terminamos nuestros deberes del día, era hora de descansar, rodeados de esas hermosas flores, acostamos sobre un manta, teniendo cuidado de no lastimar ninguna flor, su cabeza recostada de la mía, con su diario en mi pecho y mi libro de dibujos en su abdomen, recibiendo sombra de un árbol cerca nuestro. Podíamos sentir nuestra poderosa conexión, aquel lado que nos une, él estaba profundamente dormido, su respiración era suave, su aliento es cálido, su rostro denota paz y calma, yo simplemente estaba a su lado, viendo el cielo azul, buscando algún sentido en esas nubes, deseando ir más allá del universo. Con sueños, con pesadillas, pero siempre adelante.

Verdaderamente no había nada mejor, estando juntos, apoyándonos mutuamente, viviendo con una familia amorosa y comprensiva. Somos felices, ahora no nos importaba nada, no importaba si la gente venía con intenciones de herirnos, ambos estaríamos juntos, y todas aquellas heridas las sanaríamos juntos.

Rodeado de esos hermosos girasoles sentí que esta felicidad sí sería eterna.

F I N

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