Me sentí bastante enojado con mis supuestos amigos, lo que hicieron está mal, no contesté ninguno de los mensajes que me enviaron al teléfono. Ahora mismo no quería saber de ninguna persona cruel y que juzga rápido a una persona.

Alex se había quedado dormido recostado a mi lado tomando mi mano. No le incomodó estar así, más bien fue él quien tomó mi mano disimuladamente. Me alegra saber que lo que sentimos es mutuo.

Decidí leer un poco de su diario. Es agradable saber que soy la única persona que tiene permitido leerlo.

‘‘Me repito siempre la frase «No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista» y aún así siempre siento que este mal que tengo durará el resto de mi corta y miserable vida. Soy como un ave al que le cortaron las alas desde pequeño, jamás sabré lo que es volar o cantar todos los días como lo hacen las aves comunes. Me quedaré sufriendo en silencio sin conocer la libertad, sin energías para cantar y sin poder volar. Solo quisiera que algún día pudiera sentir la sensación de volar felizmente y de poder cantar en las mañanas. Puedo compararme con muchas cosas y termino sintiéndome inferior a todo.

Hoy mi madre preparó la cena, es bastante extraño, siempre me recrimina porque cocinar y papá termina preparando la comida, hoy ella preparó la cena por voluntad propia, comprendí el motivo cuando los efectos del laxante que le echó a mi bebida hicieron efecto, pensé que iba a morir. No necesito laxante, no tengo ningún problema, así que supongo que me lo sirvieron dentro de la bebida solo por querer molestarme y asustarme ya que yo desconocía los efectos y mi padre me asustó con unas historias totalmente erróneas sobre que habían tomado laxante sin que se lo hayan recetado. Y pensar que unos padres le hacen ese tipo de cosas a su hijo es horrible, a mi no me importa, aprendí a convivir con sus maldades, pero la idea de que existe algo peor que esto y que muchas personas sufren más me horrorizó y me traumó como nada.

¿Que pasó con la humanidad?. Todas las personas buenas son corrompidas y pasan a ser malas. Pero igual no hay nada que justifique la maldad, ni siquiera el pasado o los problemas mentales, uno es el que decide si hacerle caso a las voces de su mente o a lo correcto. Tal vez sea porque no me ha sucedido una situación así es por la que hablo -o más bien escribo- con tanta libertad. No sé ya, no sé nada.

Me gusta despejar mi mente, aunque sea difícil, aunque muy poco lo consiga, aunque sea por unos instantes. Despejar mi mente tal vez sea lo único que hace que yo me sienta calmado y tranquilo, lo que me mantiene cuerdo. Olvido toda mi desastrosa vida cuando miro al cielo, no pienso en nada, simplemente me concentro en el cielo azul pensando en todo y a la vez en nada. Reflexionando sobre pensamientos que luego olvidaré. Me gusta hacerlo y punto. Aunque sigo careciendo de personalidad o habilidad única, hay varias cosas que por ahora me gustan.’’

Paré de leer cuando las punzadas que sentía en mi pecho se hicieron insoportables. Me percaté de que la mirada miel estaba puesta sobre mí. Le dediqué una calmada y genuina sonrisa.

—¿Dormiste bien?—pregunté limpiando las pequeñas lágrimas que amenazaban con salir de mis ojos. Asintió—. Me alegro, bueno, creo que es hora de preparar la cena, ¿tienes hambre?.

—No... mejor preparala en un rato, por ahora estoy bien—respondió mientras frotaba suavemente su su puño con su ojos izquierdo cerrado. Tan tierno, en serio lo amo y agradezco el hecho de que decidí detenerme a leer su diario aquella vez que lo ví por primera vez. Tal vez ese diario sea una especie de manifestación del destino para que nos conozcamos. Suspiré atontado ante los pensamientos sobre un romance entre Alex y yo.

—Bueno, yo dibujaré un poco, no tengo tanta inspiración, pero algo se me ocurrirá—sonreí antes de acariciar su mejilla. Él se veía algo decaído y desanimado.

—Iker... soñé con mis padres y mi hermano—murmuró con la voz a punto de desvanecerse, mantuvo su mirada clavada en nuestra cama, sentí como su lindo cuerpo temblaba y le daban bastantes escalofríos. Mi corazón se volvió a romper, pero mantuve la compostura, este es un tema del que prefiero no hablar porque sé lo mucho que le duele.

—Tranquilo, es normal. Fue un trauma bastante grande, supuse que también habrían consecuencias como estas—le respondí con una reconfortante sonrisa y lo abracé, tuve cuidado con no lastimarlo mientras le demostraba mi cariño. Él me correspondió sollozando, froté cariñosamente mi nariz en su hombro percibiendo todo su aroma, él olía a jabón y shampoo ya que hace rato se dió un baño, ese olor en él me hipnotiza bastante y me vuelve loco, no quise pensar en nada al momento que besé su mejilla, lo curioso fue que él había movido un poco su cabeza y la comisura de mis labios rozó la suya, casi lo beso... ¡casi fue un beso!, moriré de felicidad. No puedo creer que fue casi un beso, mis mejillas se pusieron rojas a más no poder y las suyas igual—. Odio que tengas seguir sufriendo, soy el responsable de que aún sufras—decidí retomar el tema del que hablábamos ignorando que por poco me delato al rozar la comisura de mis labios con la suya.

—No... no eres culpable de nada—dijo rodeando mi cuello con sus brazos—. Eres el angel que me salvó, no te sientas mal por mí.

—Es inevitable hacerlo porque... yo... te quiero mucho—confesé, temo que reaccione de mala manera, pero necesitaba hablarle del tipo de afecto que le tengo—. Es algo repentino y todo... pero desde que te ví te quiero mucho.

Su rostro refleja bastante sorpresa, caí en cuenta de que dije "Te quiero" y no "Te amo", por ello, tal vez se interprete de otra forma, me da igual como se lo tome, solo necesitaba decírselo.

—Es la primera vez que una persona me dice que me quiere...—murmuró sonrojado—yo... te quiero mucho también, Iker.

Desde que lo ví han pasado demasiadas cosas en tan poco tiempo. Mi corazón suele llenarse de alegría cuando pasamos dulces momentos juntos, así como se rompe cuando lo veo decaído. Es curioso el hecho de que yo no entendía lo que era enamorarse o decir cursilerías, pero... cuando ví a Alex, comprendí exactamente todo eso y no me costó darme cuenta de lo mucho que lo amo, es un sentimiento especial.

🌌📒🎧📒🌌

A la hora de dormir, el insomnio hizo acto de presencia, ninguno de los dos tenía sueño y mi madre aún no llega. Es mi deber evitar que alguno muera de aburrimiento.

Me levanté de la cama, tomé los controles de Xbox360 y encendí el aparato.

—Alex, ¿Call of duty: Black ops III o FIFA?—consulté viéndolo, pero no me entendió, parecía como si yo le hubiera hablado en alguna lengua extraña, supongo que él jamás jugó videojuegos en su vida, debo enseñarle a jugar.

—Mmm... Call of duty mejor... creo—decidió encogiéndose en su lugar, supongo que se incomodó por no entender mi pregunta y porque no sabe si eligió bien o no.

—Buena elección—sonreí.

Casualmente ese era el videojuego cuyo disco estaba dentro de la consola. Inicié sesión en mi perfil y entré al juego. Puse multijugador y me dediqué configurar las reglas de la partida a mi preferencia. Debo enseñarle primero a jugar a Alex, es decir, a un lindo novato que nunca ha tocado un mando en toda su vida, pero él aprende rápido, es bastante inteligente, opté por poner en el modo de juego: gun game (juego de armas).

Al iniciar la partida, le entregué un control, específicamente le dí el que tiene el joystick bueno, igual yo estaba acostumbrado al que tiene el joystick medio malo.

—Con la palanca te mueves y con la otra palanca manejas la mirada. Al presionar el de moverse y dirigirla al frente corres. Si presiones la de ver, apuñalas; con las de atrás apuntas y disparas; con el círculo rojo te agachas y si lo dejas presionado quedas pecho tierra; con esta saltas; y con la otra recargas—fuí indicándole mientras le señalaba los botones del control—. De todas formas, el juego te dirá si necesitas recargar o algo, no habrá enemigos, solo seremos tú y yo en el mapa, elegí un mapa pequeño para que no te pierdas. Tenemos que matarnos entre nosotros. Cada vez que me matas subes de arma, y si me apuñalas, bajo de arma. Descuida, te daré algo de ventaja solo para que practiques. Además, soy pésimo con el cuchillo balístico, los lanzagranadas y los revólver, así que quedaré trabado .

Siempre termino matándome con los lanzagranadas porque mis reflejos me hacen disparar sin pensar y termina cayendo el proyectil cerca mío. En el caso del cuchillo balístico, siempre me confundo al momento de disparar. Y las revólver tardan milenios recargando.

—Uhh... creo que entiendo...

—¿Alguna pregunta?—inquirí sonriendo.

—¿Puedo retractarme y elegir FIFA?—dudó.

Empecé a reír por su pregunta y negué con la cabeza, me senté a su lado e iniciamos con el juego. Al principio se confundía de botón, pero de a poco le fue tomando el hilo y comenzó a acostumbrarse a los botones. Jugamos varias partidas, perdí la mayoría, él tiene bastante talento para aprender rápido y también es bastante ágil, no entiendo porque dicen que su promedio es muy bajo.

Pasamos una linda noche, por primera vez él rió de alegría mientras jugábamos, me alegra bastante saber que lo hago feliz y que sí soy capaz de darle la felicidad que se merece. Habiendo jugado bastantes partidas decidí ir a beber un vaso de agua, al volver a la habitación Alex estaba dormido en su lado de la cama, sonreí, apagué el Xbox, los controles y la luz, me recosté a su lado en la cama.

Antes quedarme dormido Alex se removió incómodo, terminó acostado abrazándome. Rodeé con mi brazo su cuerpo, deposité un casto beso en su frente y no tardé en quedarme dormido

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Estoy molesto con mis amigos por su comportamiento, aunque sea se hubieran dado la labor de conocer a Alexander, de ver qué tipo de personas es. La gente no ve las goteras de otras casas hasta que estas dentro de estas. Hoy era... otro día de escuela.

Alex se veía algo decaído mientras caminábamos, lo noté en su mirada. Entonces lo subí a mi espalda sonriendo, él se quedó sorprendido, aún así empecé a caminar mientras lo cargaba.

—¡Hoy te llevo hasta tu salón!—exclamé. Él abrazó mi cuello teniendo cuidado de no estrangularme y al mismo tiempo sujetándose para no caerse, recostó su cabeza en mi hombro—. Oye, cuando volvamos, juguemos Xbox, ¡te enseñaré a matar a los zombies y a hacer las misiones!.

El de cabello negro sonrió tiernamente—Pareces un niño a veces.

—¿Quieres decir que me consideras viejo?—cuestioné en broma.

—Eres el mayor, es obvio que te considero más viejo—respondió descaradamente. Ambos reímos.

Me sorprende lo diligente que puede llegar a ser Alex, no entiendo porqué la gente lo odia tanto y tal vez jamás lo entienda.

Después de dejar a Alex cerca de la puerta de su aula, me dirigí a la mía. Lastimosamente me crucé con las personas que menos quería ver hoy.

—Todavía no puedo creer que vivas con ese inútil—reveló Max. Mi madre siempre dice que no debo permitir que otras personas me saquen deis casillas, mis "amigos" lo que quieren es hacerme odiar a Alex, pero consiguen lo opuesto, me veré en la obligación de tomar medidas drásticas con ellos y no con Alex.

—¿Por qué te pones de su lado?—preguntó Kate—. No me digas que eres de esos homosexuales y te gusta un bueno para nada...

Ese fue mi punto de quiebre, sin embargo, no hice nada. Muchos de los que estaban alrededor nuestro se detuvieron a ver la escena que ellos habían formado. Ya lograron lo que querían, ya me humillaron y dañaron mi reputación -aunque de todos modos no le presto tanta atención a la forma en que me ven los otros-.

—¿Podrían dejarme en paz?—pregunté, mis manos temblaban... no, ¡no es hora de flaquear y menos por algo que diga alguien sin importancia en mi vida!.

—Te costará caro abandonarnos—amenazó Kevin, se acercó a mí, colocó su mano en mi hombro lastimandome con dicho agarre, pero no lo demostré—. Te arrepentirás por haber elegido este camino, homo imbécil.

Apresuré el paso alejándome de ellos. Los chicos con los que me topaba murmuraban cosas sobre mí y me miraban con disgusto, aparentemente creen que soy gay y me aprovecho de Alexander.

Puedo ser gay o no, ¿y eso que?, no por ello deben tratarme de tal forma. Quise esfumarme de la faz de la tierra, pero no podía. Mi mamá siempre dice "Si alguien te quiere ver infeliz o si la vida te trata mal, sonríe para que sufran sabiendo que eres feliz".

Todos aquellos a los que he considerado mis "amigos" han sido uno falsos que me insultaron y me humillaron por simple gusto, esta fue la mayor traición que pudieron haberme hecho. Jamás le perdonaré algo como esto. Solo deseo... que Alex no se entere porque se sentirá culpable y quién sabe que sucederá.