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Nuestra "celebración" consistía en ir primero a por un helado y luego a ver una película, hace tiempo no veo una en 3D.
No tardamos nada en la heladería. Entramos, ordenamos, esperamos, recibimos nuestros pedidos, nos fuimos. Yo había ordenado un helado de menta y chocolate, elegí esos dos sabores porque son mis favoritos, en especial el de menta. Alex había pedido un helado de sabor vainilla y fresa. Él me dió a probar de su helado, aunque no me gusta la fresa, acepté sonriendo y diciendo que estaba delicioso, también le compartí de mi helado, él lo probó sumisamente para luego sonreír en señal de que le gustaba. Hoy estábamos un poco risueños y juguetones con él otro, su sonrisa me hacía reír a mi.
Al terminar el helado, arrojamos los envases dónde estaban servidos y que ahora se encontraban vacíos a la basura. Fuimos al cine, compré los boletos y las palomitas con el dinero que nos dió mi progenitora, tomamos los lentes especializados. Teniendo todo listo, entramos a la sala donde proyectarían la película que elegimos, nos sentamos en los asientos que habíamos seleccionado previamente, aún estaban encendidas las tenues luces de la sala por lo que se presenciaba mejor la gran pantalla negra, los asientos rojos y negros, y las paredes de un color oscuro de la sala. Nuestros asientos estaban en todo el centro de la sala, lo cual agradecí pues eran los mejores asientos del lugar.
Cuando apagaron las luces, Alex y yo nos colocamos los lentes, él se veía ansioso y nervioso, tal vez sus padres nunca lo habían traído al cine. La película transcurrió bastante emocionante, tenía una combinación de suspenso, terror, romance y acción. Me gustaba que fuera una combinación de varios géneros.
Pero... a la mitad de la película ví como Alex estaba encogido en su lugar, se le veía asustado y nervioso.
—Tranquilo—susurré en su oído—. Solo es una película... nada es real.—lentamente le quité los lentes, pude presenciar mejor como sus mejillas estaban algo húmedas y sus ojos tenían lágrimas acumuladas. Lo acaricié dulcemente logrando calmarlo un poco, verlo así de asustado me dolía, no le expliqué cómo era la experiencia 3D así que en parte es mi culpa. Él jamás vió una película en 3D creo—Estaré yo a tu lado. Solo es una película.
Entonces, un dinosaurio de la película rugió haciendo que Alex comenzara a temblar del miedo y derramara unas lágrimas—Es tenebroso.
No supe que hacer al principio, tras pensarlo por unos instantes, tomé su mano haciendo que su mirada se posara en mi—Tranquilo, sostendré tu mano para que recuerdes que no es real la película. Si sientes miedo, aprieta mi mano, ¿ok?.
Asintió. Durante el transcurso de la película, mi mano fue apretada en diversos momentos, pero por lo menos llegó al final de la película sin volver a llorar lo cual me relajó.
🌌📒🎧📒🌌
Habíamos ido a visitar varios parques y zonas turísticas de la ciudad, se notaba fácilmente que Alexander no estaba acostumbrado a los paseos. Es bastante divertido estar a su lado, aunque él no lo crea y se considere a sí mismo aburrido. Pero a veces se incomodaba cuando algún adulto se detenía a mirarnos por eso me encargué de mantener nuestras manos unidas así lo hice sentir seguro.
Quise chillar de los nervios o de los ataque de emoción que me atravesaban, pero no pude gritar ni nada porque no quería espantar a Alex.
Volvimos temprano a casa, aproximadamente a las 6, debido a que si llegábamos pasadas las 6:30pm, mi progenitora me interrogaría y me castigaría vilmente. Asimismo dijo que cuando yo tuviera 17 podría llegar pasadas las 6pm. No le llevo la contraria a mi progenitora porque sé que lo hace por mi bien.
Apenas entramos, mi madre nos recibió usando su lindo vestido azul poniendo quejas sobre que la dejamos sola desempacando. Entre bromas y risas acordamos que Alexander y yo iríamos a arreglar nuestra habitación mientras mi madre ordenaba una pizza. Ella es un tanto floja para cocinar.
Fuimos a nuestra habitación, lo único que tenía lista era la cama, incluso tenía las cobijas dobladas encima y las almohadas dentro de su funda. Por lo demás, habían puras cajas alrededor.
—P-Puedo hacerlo sólo—comentó Alex mientras con sus nerviosas manos tomaba la caja con ropa y empezaba a sacar el contenido.
—No hace falta. No eres mi esclavo ni nada. Si te sientes en deuda conmigo, descuida, con que seas feliz me es suficiente—dije tomando las cajas con mi material de dibujo y pinturas. Acomodé un escritorio que iba en una esquina de la habitación para empezar a colocar mis dibujos en un orden que solo yo conocía—. Oye, tienes muy poquita ropa.
Él asintió mientras doblaba nuestra ropa y la colocaba en la cama separando cada prenda por categoría-Nunca tuvieron consideración por mí, toda mi ropa me la regalaron mis tíos y muy pocas prendas me compraron mis padres. Aunque mis tíos son iguales de malos, el hermano de mi papá intentó matarme diciendo que yo no era más que un simple estorbo... pero él estaba ebrio, a-así que no lo recuerda y si lo digo parecerá que yo solo lo estoy inventando.
—Entiendo. Me alegra que puedas hablar y decir estas cosas, jamás te hará falta algo aquí, siempre creeré todas tus palabras y puedes compartirlas conmigo, siempre te escucharé. Ahora que lo pienso... ¿tú le hablaste al detective?—esa última pregunta había sido una incógnita que no había querido interrogar debido a que su estado de salud no era del todo bueno.
—No, él solo hizo preguntas y yo respondí con gestos—contestó con simpleza. Luego de sacar las hojas que contenían mis dibujos, me tocó sacar los cuadernos y libros. El primero en la pila era su diario.
—¿Ya no quieres escribir?—pregunté haciendo que él se diera vuelta y enfocara el diario, lo tomó en brazos con una nostálgica sonrisa—. Después de dármelo, lo tenías en el olvido. Pobrecito cuaderno, yo le daré mejor vida.
—No. Todavía lo quiero—admitió mirándolo atentamente—. Aquí está plasmada mi vida entera, lo necesito aún, todavía le quedan páginas que rellenar y cosas que quiero expresar. Este cuaderno... es muy importante.
Empezó a derramar lágrimas cuando pensó lo que el cuaderno significaba en su vida. Sequé sus lágrimas.
—¡Solo bromeo, solo lo leí un poco!—exclamé rodeando su cuerpo con mis brazos siendo cuidadoso con su lastimado cuerpo—. No quise andar husmeando en tus cosas. Jamás lastimaría ese lindo cuaderno tuyo, ¡me ofende que me creas capaz!.
Reí levemente por lo tierno de su expresión y por los sentimentales que fueron sus anteriores palabras, cabe destacar que no me reía de manera burlona, más bien era de alegría por pensar que en él futuro esas páginas podrían ser rellenadas por aventuras nuestras. Soy bastante risueño cuando me dedico a imaginar.
—¡Promete cuidarlo!—pidió entrecerrando sus ojos.
—¡Lo prometo!—aseguré frotando mi mejilla en su cabeza de manera mimosa. Su cabello es demasiado suave.
—¡Bueno!—me separó y quedamos frente a frente muy cerca. Nos sonrojamos levemente—, ¡Ha-Hay que seguir acomodando si queremos descansar temprano!.
Asentí sonriendo.
🌌📒🎧📒🌌
Por suerte, para las 11:30pm logramos terminar, hubiéramos terminado antes, pero nos distrajimos cuando tomamos nuestro receso para cenar.
Me lancé rendido en la cama, no tenía ganas ni de cambiarme la ropa. Dirigí mi mirada hacia Alex quien con bochorno se cambiaba la ropa de espaldas hacia mí. Miré el techo para que no sienta que lo estoy acosando o algo parecido. El techo es blanco mientras que las paredes son de un color vino lindo y cálido. Ordenamos los libros en el estante al lado del escritorio, las cajas estaban apiladas en otra esquina. Nuestra ropa estaba en los cajones de una cómoda cerca de las cajas, el aire acondicionado estaba encendido.
Sentí como un peso se depositaba a mi lado en la cama, era Alex, quien usaba unos shorts y una camiseta blanca. Se cubrió rápido con las sábanas, hacía bastante frío, aunque no lo sentí, por eso yo no tenía colocadas las sábanas encima. Me levanté, me quité los jeans y me puse un simple pantalón holgado. Apagué la luz, la habitación quedó iluminada por las luces de la ciudad y por la tenue luz de luna.
—¿En serio estás cómodo durmiendo a mi lado?—pregunté sentándome en la cama. Lo miré fijamente, a pesar de que él estuviera de espaldas a mí, pude ver cómo sus ojos estaban perdidos en algún punto de la pared. Estuve atento a su respuesta ya que él estuvo titubeando unos segundos sobre qué decir.
—Me siento muy tranquilo y seguro a tu lado—murmuró con notoria vergüenza, mis mejillas se calentaron y desvié la mirada. Es tan lindo—. ¿No piensas dormir?.
—Aún no tengo sueño, duerme tú primero—dije. A pesar de haber pasado todo el día caminando y desempacando y haber dormido solo 7 horas la noche anterior, no tenía mucho sueño. Además, me encontraba muy nervioso, ¡íbamos a dormir juntos!, ¡en una cama!.
—Tengo insomnio, me encuentro agotado, pero no puedo dormir. Todo es tan repentino...—dijo, se colocó boca arriba y me miró tímidamente con las sábanas cubriendo hasta su nariz y sus mejillas.
—Lo sé, apenas llevamos poco más de una semana conociéndonos... le dí vuelta a tu vida, mejoré tu futuro—sonreí. Me recosté en el colchón, de frente a él—. No quiero que sigas sufriendo, no es por amabilidad la razón por la que te ayudo, ni lastima. Solo... pensé que valías la pena salvar, me atraes mucho... en cierto sentido.
¿Habré sonado muy cursi?, bueno, últimamente estoy más sentimental de lo usual. Es inevitable, ver su cara angelical me hace querer decirle cumplidos sobre su pureza y su ternura. Él sonrió y me abrazó. Supongo que mis palabras lo conmovieron de buena forma.
—Gracias, Iker—murmuró obligandome a corresponder su abrazo, gustosamente envolví su frágil cuerpo entre mis brazos. No quisimos separarnos así que simplemente nos dormimos al rato.
🌌📒🎧📒🌌
Desperté sintiendo una alegría profunda. Es decir, tengo a Alex envuelto en mis brazos, acurrucado en mi pecho, dormido. Es demasiado tierno, ni siquiera me quiero levantar, solo quiero mantenerme así con él. Pero desgraciadamente recordé que era lunes. Me encontraba agotado por haber pasado dos noches en vela.
Me levanté de la cama, ocupé el baño para poder ducharme, cepillarme, etc. Había tomado mi uniforme escolar para cambiarme en el mismo baño. Al salir, me dí cuenta que mi madre estaba preparando el desayuno y el almuerzo. Me dí la tarea de despertar a Alexander y, mientras él se alistaba, guardé los cuadernos y esas cosas en nuestras mochilas. Quise recostarme un momento, ¡pero debía apurarme!.
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Emprendimos camino a la escuela casi corriendo. Fue rápido el recorrido, pues el apartamento se ubicaba bastante cerca de la escuela a la que asistimos. Tuvimos que separarnos en el momento en que entramos al recinto escolar, fuí rápidamente a mi aula en la cual ya se encontraban mis compañeros, exhalé agradecido con el universo por haber hecho que el profesor tenga un contratiempo que lo haya hecho llegar tarde. Me dirigí a mi puesto, me deposité en mi asiento sonriendo por no haber sido reprendido hoy. La clase con la que me corresponde iniciar los lunes es Física, el profesor no es para nada puntual así que este tipo de situaciones son normales.
—¡Pelirrojo guapo!—chilló Lily apenas me senté. Aunque normalmente me hubiera alegrado oír su voz, hoy extrañamente me irritó su voz, ella quedó desconcertada ante mi silencio, no la saludé con el beso en la mejilla como acostumbro. No tengo ganas de ser simpático—. Oye, ¿por qué estás así?.
—Perdón, ayer me mudé y estoy algo cansado—me excusé intentado sonreír, pero me dolía un poco la cabeza.
—¡¿Te mudaste?!—exclamó en voz alta la rubio haciendo que otros de la clase voltearan a mirarnos con esos juzgadores y chismosos ojos.
—Sí, baja la voz por favor—pedí sacando los útiles que necesito para esta materia como el lápiz, el libro, etc.
—Iker, ¿en serio te mudaste?—preguntó Max incluyéndose en la conversación. Era normal eso de que si hablaba con uno de mis amigos, hablaba con el resto de los presentes prácticamente.
—Sí, larga historia—dije, no quise entrar en detalles.
Entonces el profesor ingresó al aula, mis amigos no habían quedado conformes con mi respuesta, pero por la llegada del profesor decidieron guardar silencio y acomodarse en su asiento.
Me enfoqué en mis pensamientos, el recuerdo de como fue el día en que conocí a Alexander no salía de mi cabeza, no puedo creer que tuve la osadía de meterlo a mi casa. Sus heridas superficiales no son tan notorias a simple vista lo cual desde ahora será una ventaja, él siempre pasa desapercibido ante la gente hasta donde tengo entendido.
Por mi mente circulaban algunos párrafos del diario de Alexander que llegué a leer antes de la mudanza y todas esas cosas.
‘‘Los días han sido una total rutina. Rutina totalmente espeluznante. Necesito desaparecer de la faz de la tierra. Me da curiosidad comprobar la teoría de que si yo desaparezco, automáticamente la felicidad reinará. ¡¿Por qué específicamente soy yo el que tiene que irse?, ¿por qué no puedo simplemente alejarme de la bullosa ciudad e irme al campo donde no perturbe a nadie?!. Quiero simplemente un lugar... un lugar donde no me hagan sentir miserable.’’
Aquel texto estaba escrito un par páginas atrás de la hoja donde Alex decía sus pensamientos sobre mí. Me pregunto si le gustará el apartamento, o si siente cómodo viviendo con nosotros, tal vez tiene algún pariente cercano que se pudo haber hecho cargo de él, no lo sé, también quiero alejarme de mi vida cotidiana. Fue tenebroso entrar en aquella escalofriante casa donde se produjeron los traumas de Alexander.
Tal vez durante las vacaciones de verano podamos ir juntos al campo, a visitar a mis abuelos, hace tiempo que nos vamos y sería perfecto para despejar nuestra mente. Estar unos meses lejos nos sentarían de maravilla.
Bueno, debo hablarlo con mi madre primero.
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