Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Página 17

Solo faltaban algunas cosas por guardar antes de irnos. Las maletas estaban hechas, otra vez iríamos de viaje.

Recuperarnos de nuestros traumas no fue tan difícil, en especial porque contábamos con apoyo. Alex me ayudaba a superar mis traumas, me calmaba cuando yo estaba ansioso. También me encargué de tranquilizarlo cuando tiene miedo, de protegerlo de las malas cosas. Las personas viles quedaron en el pasado. Ahora nos concentraríamos en nuestro presente.

—Amor, ¿empacaste mi diario?—preguntó Alex, él me comenzó a llamar "amor" y "cariño". Como ya somos novios seremos mucho más cariñosos con el otro.

—Claro, fue lo primero que empaqué—respondí mientras guardaba mi preciado Xbox en su caja—. He considerado vender el FIFA para comprarme algún otro juego. También le diré a mi tío que arregle la cámara del Xbox para poder jugar a los bolos u otros juegos divertidos.

—Jamás jugué a los bolos—confesó mi pareja mientras doblaba las sábanas y apilaba las almohadas.

—Tranquilo, yo te enseño, aunque cuidado, mi madre se pone competitiva cuando juega a los bolos—comenté. Menos mal que mi madre está hablando con el hombre del camión de mudanza porque si oye que digo eso sobre ella me castigaría y empezaría una discusión a modo de broma.

—No imagino a tu mamá competitiva—admitió recogiendo los libros del estante—. Digo porque ella es muy dulce, desde que estoy en primaria fue buena conmigo y siempre me dejaba su desayuno cuando yo no tenía que comer en la escuela.

—Es que no has jugado contra ella, cuando pierde le echa la culpa al juego, ella es mal ganadora y mal perdedora, pero aún así... es divertido jugar con ella—dije sonriendo. Él alzó cálidamente la comisura de sus labios mientras examinaba la portada de un libro de Biología mío, su sonrisa me resultó extraña, era honesta pero parecía nostálgica—. ¿Que sucede?.

—Me resulta admirable la relación que tienes con tu madre, son muy unidos y se conocen a la perfección—comentó mientras unas cálidas lágrimas se acumulaban en sus ojos—. Me hubiera gustado... no, olvídalo, creo que así estoy bien, tu suegra ha sido maravillosa y es como una madre para mí.

—Así se habla, no hay que pensar en gente que nos lastimó—contesté con mis mejillas rojas al ver la expresión de sosiego que puso Alex al decir esos cumplidos sobre mi madre.

De repente oímos un grito de mi progenitora, eso nos alarmó, salimos disparados de la habitación a la sala donde se encontraba ella. Mi rostro palideció al ver a cierto hombre frente a mí.

Ese hombre, de cabellos rubios, de piel un tono más claro que la mía, robusto, vestido formalmente, alto, ojos azules, ese hombre era mi padre. Odio que algunos de mis rasgos sean como los suyos. Su nombre es Cristóbal.

Cristóbal, estaba al lado de mi madre, la sujetaba por los brazos y ella se veía aterrada.

—¡Suéltala!—grité acercándome a ellos, separando a mi madre de las garras de mi padre—. ¡¿A qué viniste?, no tienes porqué venir, tú ya no eres mi padre!

—Hijo—habló Cristóbal intentando sonar amable y tratando de hacerse la víctima de la situación—. Vine a aclarar unas cosas contigo, a hablar sobre nuestra relación y a aclarar los hechos del pasado. Quiero arreglar mi relación con mi único hijo... te extraño, Iker.

Sus palabras causaron un agudo dolor en mi pecho y un enorme nudo en mi garganta, pero no volveré a caer en sus falsas palabras, no soy tan tonto ni tan ingenuo para creer en promesas que definitivamente se romperán. Ya no confío en él.

—No, Cristóbal—respondí con firmeza. No pienso llamarlo "papá" o "padre", no es digno de ser llamado así—. No iré contigo a ningún lado, me quedaré con mi mamá y mi novio.

No me importa si me aborrece más porque soy bisexual, me vale un comino lo que el piense de mí. Hace tiempo me dejó de doler todo el daño que me causó.

—¿Novio?—cuestionó el mayor antes de dirigir su vista hacia Alex. El menor estaba abrazando a mi madre de forma protectora.

Alex y yo jamás permitiremos que un hombre le falte al respeto a mi madre y mucho menos que la maltrate. Incluso si eso implica ser el escudo de ella.

—Sí, es mi novio y ella es mi madre, son lo único que me importa—me defendí. Espero que con esto me aborrezca y así me deje en paz. Sus palabras ya no me lastiman.

—... Me importa si eres gay o no, te buscaré mujeres para que vuelvas a lo hetero. Que sé yo. Solo vendrás conmigo y punto, necesito que seas mi heredero, no te gustaría que papá se quedara sin dinero, además, te prometo que serás consentido y todo eso—dijo Cristóbal. Este hombre está completamente equivocado si cree que yo soy interesado como él.

—No quiero dinero, ni chicas, ni nada. Simplemente con mi mamá y con Alex estoy bien—respondí. Si mi padre fuera otra persona o si por lo menos se preocupara por mí, no aparecería de repente exigiendo cosas que no me interesan.

—Todo es tu culpa, Isabel—recriminó mi padre alzando el tono de voz. Mi madre escondió su rostro en el hombro de Alex y se veían asustados. Eso provocó que una espeluznante furia nublara mi sano juicio, pero aún así me contuve, la psicóloga me ha enseñado a mantener el control de mi cuerpo y no hacer nada imprudente. Mi papá intentó ir tras mi mamá, pero yo jalé su brazo evitando que se acercara a ella.

—A mí mamá no le hablas así—respondí levantando el tono de voz. Si él hablaría alto y nos faltaría al respeto, yo también le devolvería sus acciones.

—¡Ella es la responsable de que tú me odies tanto!, ¡ella siempre hace mi vida miserable!—recriminó sin fundamento mi padre mientras yo lo sujetaba para que no se abalanzara hacia mi madre.

—¡Mi madre no tiene la culpa de nada, ella no tiene la culpa de que seas el peor padre del mundo!—contesté empujándolo hacia afuera de la casa. Él se tropezó y cayó sentado al suelo. Obvio que yo no lo golpearía ni nada, a fin de cuentas es mi padre y mis fuerzas flaquearían ante la idea de golpear a alguien de la familia a pesar de que ya no lo considere parte de mi familia.

Llevo solo los apellidos de mi madre por una razón, no necesito un padre en mi vida y menos si es Cristóbal.

Sin embargo, mi padre se levantó rápidamente y fue directo hacia mi madre, alzó su musculoso brazo dispuesto a golpearla, para cuando intenté detenerlo él ya había estampado su mano contra una mejilla. No era la mejilla de mi madre la que había recibido el golpe, mi padre había golpeado a Alex.

Alex había intervenido entre mis padres y recibió el golpe, su mejilla quedó roja por la bofetada que le propinó mi padre. Mi cara empezó a arder de la furia, acaba de lastimar a mi novio, eso jamás se lo voy a permitir, iba a matar a mi padre, pero Alex me miró con una sonrisa mientras sus ojos tenían lágrimas, me quedé paralizado al verlo así.

—Bien—habló Alex—. Ya sabemos que usted es muy capaz de golpear a una mujer o a un niño, usted se cree capaz de cuidar a Iker. Si quiere, luche por su custodia, pero al haber agredido a un niño que no estaba involucrado puede que el juez considero incluso arrestarlo... tengo entendido que usted es un estafador profesional... ¿me equivoco?

El menor me miraba con una sonrisa, envolví a mi novio usando mis brazos oyendo como me susurraba un "estoy bien", por primera vez sentí que esas palabras eran totalmente ciertas, que de verdad está bien.

—Tks, niño estúpido metido en lo que no le importa—murmuró mi padre cruzándose de brazos.

Mi mamá decidió actuar y golpeó la mejilla de mi padre con su puño. Alex y yo nos quedamos sorprendidos ante tal acto agresivo de mi madre. Siento entre miedo, sorpresa y orgullo.

—Vete y no vuelvas más, Cristóbal. Iker dejó de ser tu hijo hace años—dijo mi mamá con firmeza. Mi padre me miró, pero yo solo me enfoqué en abrazar a Alex.

Sin más, mi padre se largo azotando la puerta antes de irse.

Solté unas risitas mientras mis lágrimas se deslizaban por mis pecas hasta llegar al cabello de Alex. Al mismo tiempo, mi madre se recostó exhausta en el sofá. Mi camisa se mojó un poco un poco por las lágrimas de Alex. Él fue increíblemente valiente al confrontar de esa forma a mi padre. Mi madre también se atrevió a golpearlo.

—Últimamente muchos intrusos provinientes de nuestro pasado han aparecido—comentó mi madre antes de abrazarnos. Lloré en el pecho de mi madre, tal y como yo lo hacía de niño. Me sentí un niño llorando por una simple caída, pero ya no era un niño y la herida que acaba de cicatrizar era mucho más profunda que las comunes—. No lloren, pequeños, ahora todo está bien...

—Mami, no sabes cuánto te amo—le susurré al oído.

—Yo también te amo, hijo, los amo, mis niños—respondió ella.

🌌📒🎧📒🌌

Ese último encuentro con mi padre fue la gota que vació el vaso, es decir, nos fortalecimos luego del incidente con mi padre. Aprendimos muchas cosas y reflexionamos con otras. Y por fin el lindo día que nos íbamos a dónde mi familia había llegado. Mi mamá había rentado un auto para viajar hacia allá, el camión de mudanza iría por su parte.

Alex y yo veíamos maravillados el paisaje y nos contábamos chistes. Mi mamá iba concentrada en el viaje, pero también se reía con nosotros.

Este último tiempo he aprendido muchas cosas, han sucedido tantas cosas que me son imposibles de recordar todas con detalle. Cuando transcurre el tiempo, los recuerdos se vuelven fragmentos, hay partes que se olvidan que son los detalles mientras que la idea de que aquello sucedió prevalece. Aún así, hay cosas que recuerdo perfectamente como es el primer beso con Alex.

Aquel primer beso ha sido uno de los acontecimientos más importantes en mi vida, lo guardaré por siempre en mi corazón.

Extrañamente dejé de sentir miedo, ya no le temo a nada, ni estoy enojado con nadie. Me siento totalmente en paz y pareciera que todo fue una mala pesadilla que de a poco se ha ido olvidando. Todo realmente cambió a tal punto que parece inimaginable.

—Iker, mira, otro carro rojo—dijo Alex señalando dicho automóvil. Nuestras manos unidas como siempre, su cuerpo recostado del mío, mi madre vigilandonos por el espejo retrovisor, todo está tranquilo y en calma—. Con este carro serían en total: 50 carros rojos; 46 carros negros. Gané.

—Yo ví cuatro carros negros pasar hace rato, ¿intentas estafarme?—cuestioné acercando mis labios a los suyos—. Yo gané

Él empezó a reír antes de besar mis labios. Después recostó su cabeza en mi pecho.

—Creo que contar carros me adormece más que contar ovejas—comentó mi madre recostando su hombro de la puerta del automóvil.

—Ya escuchaste, Alex, vamos a contar otra cosa—sonreí—. Yo cuento las nubes, tú los árboles.

—Que bueno, estará muy parejo porque pasaremos por un bosque y se avecina una tormenta—rió mi progenitora.

—Bien, Alex, el perdedor debe besar la mano y los labios del ganador—sentencié sonriendo.

El menor besó mis labios y apretó su agarre a mis manos—Con gusto lo hago—respondió el de ojos miel.

—Ah, mi amor, tan lindo—dije antes de besarlo nuevamente.

—Necesito una relación como la de ustedes en mi vida—admitió mi madre—. Bien, da igual, me quedaré soltera por siempre.

Sonreí.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro