Oí claramente desde la habitación como abrían la puerta principal de nuestro apartamento y luego la cerraban. Había llegado mí mamá.

—Oye, tú mamá llegó—me susurró Alex.

—Ya me encargué, no nos va a molestar—le respondí depositando un suave beso en su mejilla.

Ambos estábamos recostados en mi cama, yo lo envolvía con mis brazos, él me abrazaba por la cintura. Luego del beso, no dijimos nada, no hizo falta decir nada, todas las palabras que ambos queríamos transmitir se demostraban con ese simple beso. Decidimos ir a la habitación a descansar por tal agitado día, nos acostamos en mi cama con la luz apagada, las cortinas evitando que la luz solar nos quemara y el aire acondicionado encendido para no morir de calor.

Fuí precavido, arranqué una hoja del diario de Alex y le escribí una nota a mi madre dejándosela en la sala en un lugar donde sé que ella la encontraría sin esfuerzo.

‘‘Hola mamá.

Probablemente para cuando llegues de firmar los papeles sobre nuestra expulsión Alex y yo estaremos dormidos así que te dejé esta nota. Te resumiré las cosas porque sé que no te las podré decir de frente, resulta que me alegró y me relajó muchísimo el hecho de que nos hayan expulsado a Alex y a mí. No sabes cuántos insultos recibí hoy, me golpearon e intentaron violarme, admito que fuí yo el que lo inició, pero porque había oído suficientes insultos hoy. Mamá, me siento bastante culpable y responsable de todo lo malo que le suceda a Alex, inevitablemente me siento así. Por favor no irrumpas en nuestra habitación, queremos descansar luego de todo.

Atte: Iker’’.

Habiendo leído una carta como esa, estoy seguro que mi mamá no va a entrar a interrumpirnos.

—Iker... tu vida no habría sido tan desastrosa si no me hubieras conocido—dijo con una voz temblorosa, sus ojos miel delatan el sentimiento de culpa que siente. Besé tiernamente su frente para relajarlo. Ahora mismo simplemente quiero verlo tranquilo.

—Jamás me arrepentiré de haberte conocido—admití mirándolo fijamente a los ojos. Tomé su cintura tal y como él lo hacía con la mía, nos volvimos a besar, ninguno tenía experiencia en demostrar afecto y menos besando, pero aún así damos nuestro mayor esfuerzo por el otro. Sus tibios labios, su cabello liso increíblemente negro, sus ojos del color de la miel, su tersa piel, su tierna nariz, sus pequeñas manos, su delgado y no muy gran cuerpo que para mí tiene el tamaño perfecto. Puedo jurar que jamás odiaré algo de él aunque cambie todo su físico—Te amo, no sabes cuánto—confesé mientras unas lágrimas se deslizaron por mis mejillas, estoy tan emocionado y feliz por saber que mi amor por Alex es totalmente mutuo, él se apresuró a secar las gotas que se deslizaban por mis mejillas, sonrió, estoy siendo totalmente vulnerable ante él, le entrego ciegamente mi confianza.

—No llores, eres un chico increíble y único—dijo besando repetidas veces mi mejilla sana ya que la otra todavía tiene la marca roja del golpe que me propinó mi ex mejor amigo. Cada beso que me da me resulta más cálido que el anterior—. Te amo más, Iker. Jamás le había dicho ese "Te amo" a alguien, me alegra que seas el primero al que deba decírselo.

Entre sonrisas, muestras de cariño y besos logramos quedarnos dormidos. Había sido un pésimo día, pero estos últimos instantes me habían hecho olvidar todos mis pesares.

🌌📒🎧📒🌌

Alex y yo despertamos aproximadamente a las seis de la tarde. Fuí el primero en levantarme porque me sentía sediento. Alex fue al baño mientras yo me servía un vaso de agua. Mi mamá no se encontraba en casa, era extraño porque ella no tenía trabajo hoy.

Me senté en el sofá de la sala con mi vaso lleno de agua. Bebí la mitad del líquido transparente, apareció Alex y le cedí la otra mitad. Él se sentó a mi lado atrapando mi brazo con los suyos, todavía impresiona lo cariñoso y diligente que él puede llegar a ser.

—¿Y tu mamá?—inquirió Alex subiendo sus pies al sillón y abrazando sus rodillas.

—No lo sé, hace rato debió haber aparecido, sé que leyó mi nota porque no está en el lugar que la dejé, pero se esfumó porque ni idea de a dónde se habrá ido mi mami—contesté con un tono infantil—. Aquel... ¿fue tu primer beso?.

Se sonrojó bastante antes de asentir con la cabeza tímidamente—Iker... nosotros... ¿somos pareja?, es decir... ¿novio y novio?.

—Si tú quieres... aunque no me importa esperar, digo, sucedió lo de tu familia y esas cosas, no quiero sobrecargarte con sentimientos, además, no me conoces del todo y no quiero que luego te arrepientas de estar junto a mí. Porque somos un simple mortal al lado de un angel muy puro. Digo... no me importaría, pero...—empecé a hablar rápido y a decir incoherencias. Él rió, besó la punta de mi nariz.

—Hablas mucho, tontito—bromeó acercando su mano a mi mejilla lastimada, la tocó suavemente haciéndome sentir un pequeño ardor en esa zona—. Aunque también tienes que ver mis imperfecciones y esas cosas, dudo mucho que yo sea un angel. De hecho, tú eres mi angel.

—Sea como sea, vamos a empezar a conocernos mejor, nuestras virtudes e imperfecciones, dudo mucho que haya algo que me disguste de ti—decidí, le guiñé el ojo mientras pronuncié esa última frase—. Se podría decir que "estamos saliendo", no te encadenaré por ahora a eso del noviazgo si apenas nos estamos conociendo, pero tal vez en un futuro próximo podamos empezar a ser una pareja real, ¿de acuerdo?.

Asintió con la cabeza. Es sorprendente que una persona tan misteriosa y retraída como él me haya permitido estar a su lado. La atracción que sentimos Alex y yo es totalmente fuera de lo común. Jamás ví a alguien como veo a Alexander, jamás quise cuidar tanto a alguien como a él.

—¿Estamos castigados?—preguntó. Ahora que lo pienso, tal vez mi mamá nos castigue por ser expulsados de la escuela o por permitir que nos golpearan. No importa si me castiga o no, solo no quiero que ella esté molesta conmigo.

—Mmmm... no sé. Quiero que llegue mi mamá para hablar con ella, leyó la carta así que ya sabe lo que pasó, aún así siento que está molesta con nosotros—dije. Ambos habíamos entrelazados nuestras manos, me sentí algo nervioso de sentir sus dedos entre los míos. Soy la persona más afortunada por haberme cruzado con él, pero a la vez me siento muy imbécil porque no pude solucionar rápidamente sus problemas—. Oye... ¿y si hacemos desastres mientras llega mi mamá?, de todas formas estamos un poco en problemas.

—No quiero que se enoje con nosotros...

—Descuida, asumiré toda la responsabilidad por si destrozamos la casa—aseguré tomando su mano. Encendí mi laptop y la conecté al equipo de sonido en la sala, puse una lista de reproducción mía. A los pocos segundos se llenaron nuestros oídos de música al azar a todo volumen con un sonido ensordecedor.

Una de las primeras que sonó fue
Belieber de Imagine Dragons, mientras sonaba la canté a todo pulmón con la mayor energía del universo, olvidando por unos instantes todo lo sucedido el día de hoy y todos aquellos sentimientos negativos. Estábamos en la cocina, Alex se reía de como yo le cantaba, tomé cuatro rodajas de pan, tomé un cuchillo para llenarlo de mantequilla y luego untarlo en el pan con mucha gracia.

Al ritmo de unas canciones bien rockeras y algunas de pop, puse a calentar los panes en el sartén, hace días mi madre rompió la tostadora haciendo un "experimento para preparar el desayuno más rápido", Alex me abrazó por la cintura intentando asomar su cabeza por mi hombro, tuvo que ponerse de puntitas para poder apoyar su cabeza en mi hombro. Después de confesarnos siento un peso menos encima, es decir, no pude retener más esos sentimientos que exigían ser expresados, ahora confiamos más en el otro como para hacer estas cosas.

Él se dió la tarea de tomar un plato limpio para yo servir las tostadas que hice. También preparé un café con leche con un poquito de vainilla. Nos dirigimos a la sala, él llevaba las tazas y yo el plato con las tostadas, la merienda fue colocada en la pequeña mesita de la sala. Comenzó a sonar un vals y algunas canciones de música clásica.

—¿Me permites esta pieza?—pregunté fingiendo tener clase y etiqueta.

—Claro que sí, Iker... aunque no sé bailar muy bien, ¡daré mi mejor esfuerzo!—respondió sonriendo. Nos apartamos de la mesa con la comida por miedo de tropezarnos y derramar todo.

—Solo tienes que seguirme a mí y a la canción—resumí tomando su cintura acercando su cuerpo al mío, se sostuvo de mis hombros y su mirada estaba atenta a la mía—. Recuerda que estamos solos, no permitiré que te caigas jamás—susurré en su oído. Se inquietó un poco, pero no se apartó.

Empezamos a bailar lento de una forma un tanto chistosa y torpe. Nos reímos y pasamos vergüenza en sintonía. Su piel estaba algo más cálida que de costumbre, me resultó algo reconfortante. Sus heridas estaban sanando bastante rápido, su salud había progresado de buena manera desde que vive con mi mamá y conmigo.

Unimos nuestras frentes, nuestros ojos estaban cerrados, pero sabíamos que pensaba e imaginaba el otro, no hace falta mirarnos, ya conocemos el alma de otro, nuestra unión es bastante fuerte e irrompible. Él es indispensable en mi vida, sé que no debo pensar así y tal vez sea algo egoísta de mi parte mantenerlo conmigo, aún así, siento algo demasiado fuerte con él, y si debo dejarlo ir algún día, no lo mantendré aferrado a mí, pues solo pienso en su felicidad antes de la mía. Estoy seguro de que ese sentimiento jamás cambiará, tal vez seamos jóvenes e inexpertos, pero esa mirada miel quedó marcada en mi mente, me vuelve loco, más loco de lo que soy.

Sus labios se presionaron con los míos y mis mejillas se tornaron carmesí. Nos derretimos con ese simple roce, mis labios se movieron con gracia sobre los suyos. Pude sentir el mismo olor de mi perfume impregnado en su cuello, me gusta sentir ese aroma en él.

Separamos nuestros labios, a pesar de que ninguno quería hacerlo, escondí mi rostro en su cuello y él aplicó la misma acción con mi hombro. Estuvimos bailando un poco más hasta que extrañamente dejó de escucharse la música y quedamos sumergidos en un silencio, miré hacia la laptop y ahí estaba mi madre cruzada de brazos con una sonrisa juguetona, su expresión me decía "los caché". No oí cuando entró.

Alex y yo nos separamos rápidamente, tratamos de disimular la situación sentandonos en el sofá y tomando una tostada cada uno como si estuviera coordinada nuestra reacción.

—Mami, ¿dónde estabas?—pregunté tratando de evadir el tema de la relación entre Alex y yo. Ella rió un poco.

—Fuí a resolver unas cosas porque tomé una decisión muy importante para los tres—contestó sin remordimiento alguno y con una resplandeciente sonrisa—. Decidí hacerme cargo de su educación. Ustedes recibirán clase aquí en casa, y yo seré su amada profesora. No hay problema porque tengo mis títulos y tengo una muy buena reputación, además, aproveché y dije que volvería a enseñarles valores a ustedes, solo para hacerlo más creíble. Confío plenamente en la palabra de ambos, sé que no hicieron nada malo, es la vida que les ha puesto cientos de piedras en el camino, ¡pero anímense!, ahora yo seré su maestra, aunque tampoco se los dejaré fácil. Bueno, díganme qué opinan.

Alex y yo nos miramos incrédulos. El primero en reaccionar del shock fue él, quien se lanzó a los brazos de mi madre envolviendola en un abrazo. Mi madre lo miró impresionada y lentamente le correspondió el abrazo. Me alegró enormemente que él esté confiando más en la gente y que ya no tenga tanto miedo de la cercanía.

—¿Pero no es mucha molestia, mami?, es decir, ¿no estás muy ocupada y estresada en la guardería dónde trabajas?—pregunté. Hay que tener en cuenta que mi madre comenzó hace poco a trabajar en la guardería cuidando niños y tiene que tener un muy buen desempeño en su labor ya que la pusieron a prueba, además, ella mantiene algunos trabajos de medio tiempo, no quiero tampoco sumarle una responsabilidad más.

—Nah, estaré bien, Iker, confía en tu madre. De todas formas, no quiero que pasen por lo mismo en el futuro—dijo ella acariciando la melena azabache de él—. Además, todo esto será temporal, pronto vienen vacaciones de verano, tengo muchos planes para los próximos meses. Estaremos en estas condiciones por ahora nada más. Oh chicos, también compré otro boleto para el concierto, ¿no me digas que ya se te olvidó el asunto de tu amado concierto en vivo, Iker?.

Me reí fuerte porque efectivamente había olvidado el concierto que tanto esperé. ¡Mi madre es la mejor, consiguió una entrada para Alex también!. Creo que jamás ha ido a un show en vivo, será divertido y mucho más si está él.

Me incorporé muy tiernamente al abrazo que mi mamá y mi amado mantenían. Ambos rieron. Definitivamente, el sol empezaba a salir para nosotros y le demostraré a Alex que todas las tormentas acaban.