Querido diario:

Primer día en una nueva escuela, cualquiera diría que es un gran evento. Spoiler alert, no lo es.

Los horarios son un asco, el equipo de fútbol femenino es una desgracia, las aulas huelen a transpiración. Todos me miran, y no me malinterpretes, me gusta la atención, pero por la forma en que lo hacen parece que me salió un tercer ojo y otra cabeza.

Use el método de la respiración mas de cinco veces hoy para no mandarlos a todos a la mierda. Los varones son estúpidos, para ser el ultimo año de instituto ya deberían de tener la madurez necesaria como para no parecer simios.

Por ellos es que dudo de la cordura de los heteros.

Pensándolo bien, no todo fue tan malo, una chica se acercó a mí, su nombre es Josephine. Me recordó a una antigua amiga, la sonrisa juguetona, personalidad extrovertida y el hecho de que con un comentario hizo que muchos dejasen de mirarme.

Es popular, lo supe desde el momento en el que me invito con ella a la cafetería y un grupo enorme se acerco a nosotras, me integraron con tal rapidez que la sorpresa me duro casi una hora. En mi antiguo colegio no hubiese sido así, nadie permitiría que la nueva escale a la cima tan rápido.

Aún así, noté el hecho de que era la clase de grupo donde todos presumen sus falsas vidas y a nadie le interesa realmente lo que el otro tenga que decir.

Sobre Josephine, me contó que es la líder de distintas actividades, no me sorprendió verla en el movimiento feminista y el del orgullo.

Josephine es abrumadora.

No siento que esté avanzando, parece la misma mierda que antes con distintos colores.

Y con el hecho de que ahora va mucho más rápido.